La catástrofe capitalista |
"No una catástrofe final, sino muchas catástrofes esperan a la clase obrera, catástrofes políticas, como las guerras, y económicas, cómo las crisis periódicas, las cuales... se vuelven ya regulares, ya irregulares, pero en general cada vez más nefastas. Allí sucumbirán una y otra vez las ilusiones y las tendencias del proletariado a la calma, se encenderán luchas de clases cada vez más agudas y profundas. Parece como una contradicción que la crisis actual, tan profunda y nefasta como ninguna otra antes, nada muestra de una despertante revolución proletaria. Pero la supresión de viejas ilusiones es su primera gran tarea... No habrán de faltar luchas muy duras. Y aunque esta crisis disminuya, nuevas crisis, y nuevas luchas habrán de sobrevenir. En estas luchas la clase obrera desarrollará su fuerza combativa, encontrará sus metas, se educará, se volverá independiente y aprenderá a tomar en sus propias manos su destino, es decir la producción social. En este proceso se lleva a cabo el hundimiento del capitalismo. La autoliberación del proletariado es el derrumbe del capitalismo."
Anton Pannekoek 1934
Todo gran ciclo de expansión económica tiene que clausurarse necesariamente por una depresión, cuanto más desarrollo de las fuerzas productivas, más necesidad de destruirlas, cuanto más se han incrementado las riquezas, más resulta imprescindible producir miseria, cuanto más el capital se concentra y se centraliza, más difícil le resulta encontrar oportunidades lucrativas de inversión.
Nosotros comunistas, contra todos los apologetas del sistema, contra los que desalumbrados por el ciclo expansivo, pretenden cada vez que el mismo se presenta, que nunca más existirán las crisis, siempre hemos mostrado los límites intrínsecos al capital, y la unidad indisociable que existe entre acumulación del capital y acumulación de la miseria, entre desarrollo de las fuerzas productivas y desarrollo catastrófico de la sociedad, entre "las riquezas de las naciones" y la guerra imperialista.
En contracorriente a todas las versiones del partido del orden y en particular en total contraposición a la socialdemocracia, en contracorriente de las resignaciones e ilusiones difundidas, nos reímos cada vez que anuncian "un nuevo orden mundial" sin contradicciones y ponemos en evidencia invariablemente la esencia catastrófica de este sistema, gritando, aunque quedemos solos, que las catástrofes futuras serán aun más nefastas, que el sistema solo sube para caer de más arriba, que la atenuación de las contradicciones en un momento dado solo puede exacerbarlas más en el futuro,...
El presente del mundo confirma una vez más la validez de la teoría comunista, la catástrofe económica, social, política,... está por todos lados; la clase obrera de todo el planeta vive cada vez más en la miseria, la desocupación, la guerra... al mundo capitalista le resulta inocultable su putrefacta realidad.
En este artículo, no queremos acumular cifras catastróficas sobre esta sociedad. Cada uno de nosotros, proletarios, vive cotidianamente esa catástrofe. Solo subrayaremos algunos aspectos esenciales de la situación mundial que ilustran el nivel de la catástrofe actual y que permiten evidenciar que este modo de producción está chocando violentamente con sus propios límites históricos y que la catástrofe será cada vez más generalizada para la humanidad toda, si esta no logra destruir violentamente todas las relaciones sociales mercantiles, salariales que la oprimen.
Por supuesto que "el hombre lobo del hombre" siempre había sido la base de toda esta sociedad de individuos en guerra sin que pudieran evitarlo todas las comunidades ficticias Estatales y nacionales, todas las reformas y utopías aplicadas a la humanizacíon del capital, pero nunca como ahora hubo tanta asumación abierta de esta monstruosidad como algo necesario. Nunca el capitalismo había asumido más el discurso liberal, nunca en la historia de esta sociedad se había dicho más sinceramente que el crecimiento de la misma requería de la miseria de las masas, nunca se nos había dicho más abiertamente que el famoso desarrollo económico requiere nuestro sacrificio y el garrote contra quien se resista. El discurso y las recetas del FMI, que antes eran considerados como un Manifiesto y una práctica económica de la ultraderecha se transformaron últimamente en la única política económica de toda la burguesía y hasta se puso de moda el modelo "económico" (2) de Pinochet para salir de la crisis, y los sectores burgueses que no lo aceptan se han ido marginalizando notoriamente.
Lo que sucedió en realidad, fue que el capital se burló así de todos los que habían pretendido controlarlo y probó nuevamente que es él quien controla la sociedad, y que los individuos que pretenden dirigirlo no son más que sus ejecutantes (3). Efectivamente, el capital, con la potencia avasalladora y antropófaga que lo caracteriza, destruyó toda veleidad reformista y humanista y dejó claramente establecido que en esta tierra capitalista, solo hay un dios: su ganancia.
Pero mientras que la realidad no podía ser más cruda y el capitalismo mundial se hundía en una depresión generalizada, la apariencia de ella y sobretodo la consciencia de la misma que tienen las masas proletarias, imbecilizadas con TV, video, diarios y otras pajas, como siempre, fueron a la zaga. Estado Unidos, Japón, Alemania,... pudieron seguir siendo los modelos liberales del crecimiento económico por excelencia. La catástrofe económica del capitalismo en el Este fue tan acelerada y violenta, que en contraste se pudo seguir vendiendo como verdad el viejo mito de la "superioridad del capitalismo liberal" como exento de crisis.
"... el máximo desarrollo de la fuerza
productiva junto con la máxima expansión de la riqueza existente,
coincidirá con la depreciación del capital, la degradación
del trabajador y el más explícito agotamiento de sus fuerzas
vitales. Estas contradicciones conducen a explosiones, cataclismos, crisis,
en las cuales mediante la suspensión momentánea del trabajo
y la aniquilación de una gran parte del capital, este último
es reducido violentamente hasta el punto en que sin suicidarse, está
nuevamente en situación de utilizar de nuevo plenamente su capacidad
productiva. Sin embargo, estas catástrofes que se repiten regularmente,
conducen a su repetición a un nivel superior, y finalmente a su
destrucción violenta."
Marx, "Grundrisse" |
Por más crudo y sincero que pudiera ser el discurso de todos los políticos del mundo de que para el desarrollo se requería miseria y sacrificios, el modelo de Estados Unidos como objetivo a alcanzar seguía vendiéndose "for export" (porque la catástrofe en el interior de Estados Unidos ya era inocultable (4)). "For export", porque en Estados Unidos, el modelo mismo se hundía irremediablemente, porque muy llanamente no podía ser modelo para los millones de proletarios, en ese país, sometidos a la miseria y la desocupación. En Estados Unidos el modelo ya no era un proyecto, sino una realización en putrefacción; ya no se trataba de sacrificarse ahora para el desarrollo futuro, sino que ya no se podía ocultar que incluso ese desarrollo se contrapone a los intereses inmediatos e históricos de la especie humana. El crecimiento económico fue un hecho y no solo no se ha eliminado, la miseria, no solo siguió aumentando (en términos relativos y en algunos aspectos en términos absolutos), sino que todos los aspectos de la vida humana se han deteriorado con ello: gente sin techo, deteriorización de la salud, hambre, exacerbación del racismo propio al capital, aumento del número de asesinatos, violaciones, y en general delitos de sangre..., contaminación generalizada, drogadicción masificada, militarización de la vida cotidiana,...
Además, Estados Unidos seguía siendo modelo for export, porque desde hace décadas era la locomotora del capitalismo mundial y porque había sido la antítesis por excelencia a la pretensión (ahora en total bancarrota) de controlar y planificar el capital representada fundamentalmente por la URSS y sus aliados (en este sentido la economía de Estados Unidos era el símbolo mismo del "capitalismo triunfante"). Y también porque entre la realidad económica y el conocimiento de la misma que se adquiere a través de los medios de difusión existe un enorme desfasaje; porque mientras los administradores políticos del capital están obligados (por el propio capital) a buscar realizaciones inmediatas, los analistas y tecnócratas que preparan la teoría para los medios de difusión internacional a través de los cuales conocemos "la realidad" (o mejor dicho la visión que ellos nos dan de la realidad) pueden darse el gusto de endulcorarla, de trabajar la imagen (¡para eso están!). Claro que se admitía que en Estados Unidos todo no era color de rosas; pero era a lo máximo que se podía aspirar.
No nos detendremos, aquí, en el profundo significado que tiene eso para la supervivencia del sistema, es decir en el hecho de que la clase dominante misma no ofrece más perspectiva que esa miserable perspectiva; sino que subrayamos que el modelo de este mundo, que la sociedad del bienestar, no iba más lejos que la imagen endulcorada de Estados Unidos.
En aquellas zonas del mundo en las cuales el "antiimperialismo" yanqui constituye una ideología dominante con la que se controla al proletariado, la imagen positiva era aun más potente; no solo la miseria (apenas reconocida) existente en ese país, se decía que "no era comparable" porque "era un país rico", "un país desarrollado", con tantos dólares per cápita de producto bruto interno; sino que (en total coincidencia con los intereses de la burguesía de ese país y del mundo entero) se desdibujaba y quitaba importancia a la lucha histórica que en ese país llevaba adelante el proletariado. El mito de la "aristocracia obrera" permitía ocultar sistemáticamente el nivel explosivo de las contradicciones en ese país y la importancia histórica de la lucha que nuestros hermanos de clase en el mismo llevaban adelante contra el capital y el Estado.
La actual depresión económica mundial, que golpea muy particularmente el centro del sistema, el espacio productivo de los Estados Unidos, hace esta contradicción aun más total. La catástrofe de la realidad económica y social en Estados Unidos, entra cada vez más en contradicción, con el hecho mismo de que ese país se afirmara como la única alternativa válida del capitalismo.
Hace un año en Comunismo Número 30 nosotros habíamos subrayado en "Algunos Récords del modelo económico mundial: USA" algunas cifras que indicaban lo que sucedía en ese país; justamente porque atacaban frontalmente a toda la mitología dominante, tanto para quienes consideraban que Estados Unidos era el modelo a imitar, como para quienes con la teoría del imperialismo, ocultaban la miseria real que había en ese país, contribuyendo a mantener la separación entre los proletarios de diferentes países.
Tal vez sea difícil de ser conscientes de lo que pueden reflejar cifras como las siguientes:
Como también era difícil de afirmar en otras partes del mundo de que antes del Cordobazo en la Argentina, antes del 68 francés y el 69 italiano; e incluso antes de las grandes luchas proletarias en China conocidas (y desviadas) bajo el nombre de "revolución cultural", que la ola de luchas proletarias había comenzado en América del Norte, en el Sur de Estados Unidos y el Norte de América Latina, en Santo Domingo, en México... PERO FUNDAMENTALMENTE EN LOS ANGELES, EN LOS GHETTOS NEGROS E HISPANOHABLANTES.
Gracias a esa revuelta, a la fuerza con que nuestros compañeros proletarios de Los Angeles, atacaron al Estado y sus representantes y aparecieron en abierta contraposición con el mundo de la propiedad privada, lo que podía quedar como atractivo de Estados Unidos como modelo, o de las pretendidas diferencias entre el proletariado de ese país y el del mundo entero, se hicieron añicos.
Cuando hubo las revueltas proletarias en Polonia o Rumania se las explicaba por las dictaduras y los defectos burocráticos del "socialismo"; cuando en Argelia, Marruecos o Africa del Sur el proletariado enfrentaba violentamente a todo el poder burgués y se apropiaba de todo cuanto podía, se decía que esa revuelta era propia del continente más atrasado de la tierra y debido al subdesarrollo secular; cuando los proletarios en Venezuela o Argentina atacaban a la propiedad privada y al Estado se decía que se trataba de simples saqueos provocados por el hambre propios de un país del "tercer mundo"; cuando sucedía lo mismo en Vaux en Valin en Francia, o en Inglaterra se decía que se trataban de inmigrantes marginales pertenecientes al cuarto mundo; y ahora, cuando es en el centro mismo del sistema capitalista que estallan las revueltas y desde Los Angeles "se contagian" los suburbios de Toronto, Washington y Nueva York que otra cosa pueden gritar los burgueses del mundo unidos que "no es más que una cosa de negros", que "solo se trata de inmigrantes", que es "algo entre latinos y negros"...; pero no hay dudas que ahora una versión tan absurda como esa cuesta mucho hacer pasar; y no cabe duda que la credibilidad misma, entre los propios burgueses, del modelo USA, está puesto en cuestión.
Para la burguesía mundial, un modelo de desarrollo puede ser atractivo siempre y cuando se gane buena plata; puede seguirlo siendo aunque el proletariado reviente de hambre (incluso esta es una condición histórica de todo desarrollo intensivo de la industria!) y sus ciudades modelos se llenen de desocupados y mendigos; pero no puede serlo más cuando los proletarios se rebelan, cuando su orden social es puesto en cuestión.
Por ello cuando Bush se encontró obligado a reprimir sanguinariamente la revuelta de Los Angeles, como por encanto el mito del modelo norteamericano se desvaneció. Ni uno solo de sus pares en todo el mundo, se privó de tomar distancias con respecto al gigante industrial del mundo. Presidentes, ministros, jefes de partidos,... aparecieron declarando sus desacuerdos con el modelo norteamericano y explicando la revuelta como algo propio a ese país y que no puede pasar en el suyo. La constante es siempre la misma, la lucha del proletariado, no es una reacción contra la miseria capitalista, sino contra "los abusos racistas propios a los Estados Unidos", "algo que aquí no puede pasar, pues aquí los racistas son condenados",... y también "ello se debe al "neoliberalismo", "son las consecuencias de la reganomanía", "son las consecuencias de la desfinanciación del presupuesto social", "la política social de las últimas Administraciones, lleva a la marginalización creciente" etc.
Es decir para ocultar que la revuelta del proletariado de Los Angeles, reacciona contra los enemigos que nos oprimen y expresa los intereses de todos nosotros, del proletariado mundial. Para esconder que en realidad el sistema en todos lados es el mismo, que la lucha de los proletarios de Los Angeles es nuestra lucha, que luchando contra la burguesía de nuestro propio país estamos en la misma trinchera que nuestros compañeros en Los Angeles.
Demás está decir que los comunistas siempre han denunciado esta maniobra, estas mentiras gigantescas (6) y explicado que nada de eso es ajeno a la naturaleza del capital; sino que el más puro desarrollo de éste produce crisis, guerras, desocupación, miseria, racismo,... etc. Y en este artículo, no insistiremos más en ello.
Lo que ha cambiado hoy, con la gigantesca depresión mundial, es que poco a poco se van quedando sin polo positivo a reivindicar, sin países modelos a los que habría que imitar, sin gestionarios y gobernantes que "saben lo que hacen", sin empresas ideales que marcan el camino, etc.
En la actualidad (octubre 1992) no solo se derrumba el mito de la economía de Estados Unidos como que nunca más tendría crisis, donde las fábricas siguen cerrando, la miseria sigue aumentando y la descomposición social alcanza niveles gigantescos; sino que actualmente resulta imparable la depresión generalizada en los países que hasta hace uno o dos años se consideraban modelos de crecimiento, de dinamismo y de desarrollo de las fuerzas productivas: Japón y Alemania.
Así por ejemplo, la bolsa de Tokio representante supremo del "dinamismo japonés" y ex-modelo para los inversores de todo el mundo no ha cesado de desplomarse desde 1989: el índice que en 1989 llegó a 38.600 llegó este verano a 14.300, es decir a solo un 37 % del nivel alcanzado en el pasado. Y ni que hablar que en los otros modelos de desarrollo las cosas no van mejor, sino aun peor. Toda Europa occidental se hunde nuevamente en una depresión generalizada; el sistema de paridades monetarias que se consideraba más sólido que ningún otro se hizo añicos; Londres anuncia todos los días quiebras y cerrada de fábricas en todo el Reino Unido; la economía italiana se sumerge también en el caos y el resto de países solo resisten un poco más.
Así por ejemplo, las empresas más representativas del progreso y el dinamismo capitalista, anuncian quiebra, disminución de sus ganancias, despidos masivos.
Sectores enteros representativos del progreso, como el transporte aéreo se vienen a pique. El caso más representativo a nivel internacional es Pan American, porque representaba además la carta de visita del Estado imperialista norteamericano. Pero ello sucede en general con muchas otras compañías como TWA, Eastern, Braniff en Estados Unidos. En otros continentes la situación es similar: Lufthansa, Air France, SAS, Sabena, anuncian perdidas cada vez más amenazadoras. La situación de Aeroflot, la compañía que posee la flota más grande de aviones del mundo y de horas de vuelo, es también catastrófica.
Las grandes empresas modelos de cada sector, anuncian pérdidas y despidos. En el sector automotriz, la empresa más grande del mundo en número de obreros, número de accionistas, etc. la General Motors, símbolo histórico del capitalismo social y democrático norteamericano (7) anuncia pérdidas enormes y la reducción drástica de su personal. La Ford, la Crysler anuncian también pérdidas importantes. En otros sectores la situación es similar. La mayor empresa de comunicaciones del mundo la ATT tuvo en 1991 el peor año de toda su existencia, con varios miles de millones de dólares de perdidas, y el 92 no se anuncia mejor. El gigante de la informática IBM, no ha parado de revisar sus cálculos, de anunciar reducción de beneficios, cambios de estrategia, reestructuraciones y despidos masivos del personal. También NCR y Digital Equipement despiden masivamente.
No es de extrañarse, con tales "modelos" de dinamismo, de desarrollo, de la democracia, de la eficacia económica... que por primera vez hoy el crecimiento del Producto bruto nacional mundial sea casi nulo y todas las estimaciones prevean que el comercio internacional mundial, disminuirá, también por primera vez en volumen (aproximadamente 3 %) y en valor (aproximadamente 1,5 %).
En mucho menos tiempo que lo que demoró toda la burguesía mundial en alinearse en la apología del liberalismo, los diferentes administradores, gestores, economistas... empezaron nuevamente a reclamar la intervención estatal; en poquísimo tiempo hasta los más acérrimos defensores de la "mano invisible" como regulación automática de la vida económica, comenzaron a reclamar tal o tal medida para aumentar el crédito a las empresas, tal o tal otra para aumentar la demanda efectiva, o a criticar la gestión económica de tal o tal administración y a considerarla responsable del caos creciente e inocultable.
A nosotros revolucionarios, nada, nada de esto, puede extrañarnos. El mito de la mano invisible que regula la economía a la perfección se arraiga en la ideología dominante cuando todo va bien; y se desploma estrepitosamente cada vez que el capitalismo entra violentamente en crisis; esto ha sucedido en cada ciclo capitalista. Durante la depresión, todas las fracciones burguesas en combate contra la tendencia a la baja de la tasa de ganancia y sintiendo en carne propia que los mercados para sus productos son cada vez más restringidos e incapaces de ampliarse al mismo ritmo que su acumulación lo necesitaría (9), buscan por todos los medios a su alcance las intervenciones políticas que protejan el proceso de acumulación de la propia desvalorización que genera, sea contrarrestando por todos los medios la tendencia a la disminución de la tasa de ganancia, lo que en general se concreta en aumentos de la tasa de explotación o buscando ampliar artificialmente los mercados, a través del crédito, el gasto público, la militarización de toda la vida social, etc. En este sentido todo se repite una vez más una vez más como en el pasado.
Sin embargo, la situación no es la misma. Porque cada crisis es más violenta, porque las contradicciones que en el pasado se disimularon y postergaron estallan más violentamente hoy, porque cada política económica utilizada para aumentar artificialmente la demanda efectiva se transforma en un problema adicional, porque en todos los campos de acción el capital va llegando a sus límites históricos.
Así por ejemplo las empresas que se mantienen a flote en contradicción con la propia ley del valor que la condena a cerrar y a despedir a todo su personal, en base a diferentes formas de protección (subsidios, protección comercial, crédito subsidiado, etc.) son cada vez más y lógicamente se encuentran en cada ciclo económico más lejanas de una rentabilidad "natural" (es decir la que obtendrían gracias a la famosa "mano invisible") y por lo tanto cada año necesitan más subsidios, más créditos baratos, más protección económica para funcionar. Y cada año el seguir aumentando el déficit público para seguir financiando lo que económicamente no es viable se hace más difícil y contradictorio con otros sectores del capital que no aceptan la redistribución de su propia plusvalía que hace el Estrado para mantener a flote las viejas empresas totalmente desvalorizadas. El dilema se hace también cada vez más agudo, entre las necesidades naturales del capital de cerrar fábricas, de producir millones de nuevos desocupados, de desarrollar más aun la miseria lo que restringe a su vez, aun más, la demanda efectiva y tiende a provocar inevitables estallidos sociales y continuar postergando esa verdad económica, hacia el futuro, sabiendo que necesariamente la quiebra generalizada será aun más violenta. Este tipo de problemas se va haciendo general y abarca países enteros, así como grupos de países, hasta que todo ello resulta insostenible y la fracción burguesa que se encuentra en el gobierno, es barrida por otra que enarbola la bandera del liberalismo y suena irremediablemente la hora de la verdad. Ello fue lo que sucedió por ejemplo con el populismo industrialista en países de América Latina hace unas décadas, es lo que sucedió en estos años con los países del Este como la URSS, Rumania, Polonia, Checoslovaquia, Hungría,... (10) y lo que tiende a suceder hoy por ejemplo en Estados Unidos, e Inglaterra.
El aumento artificial de la demanda, en base al crédito público y privado, en base al gasto público o a la "política social" ha permitido no solo al capitalismo continuar funcionando, sino incluso el salir de otras situaciones de depresión y entrar provisoriamente en una gran expansión. Estados Unidos en particular, es un excelente ejemplo del capitalismo nacional propulsado más allá de sus límites en base a esa creación artificial de una demanda "solvente". Mucho más que cualquier otro país del mundo llevó a niveles faraminosos el gasto público (la gran mayoría para financiar la industria militar), concedió como si no hubiera ningún límite créditos a la industria privada y multiplicó por tasas inéditas y únicas a nivel mundial el crédito al "consumidor" final en relación a sus ingresos. En Estados Unidos dicha política pudo ir más lejos que en ninguna parte, por poder contar ese país con la posibilidad de emitir signos de valor en forma aparentemente ilimitada, no solo como política expansiva interna, sino que por el papel que tiene el dolar en el mercando mundial (a pesar de la quiebra de los acuerdos de Bretton Woods, Estados Unidos siguió funcionando como banco central del sistema capitalista mundial), así como en el mercado interno de muchos países del mundo, la circulación absorbía una cantidad hoy incalculable expandiendo la demanda, sin crear en forma inmediata (como sucede en otros países cuando emiten sin consideración) una desvalorización generalizada de ese signo de valor. Fue precisamente dicha política la que permitió financiar las sucesivas expansiones de posguerra, sobretodo a partir de principios de los años 70 donde el capitalismo mundial entero encuentra los límites objetivos a la expansión consecutiva a la destrucción de la guerra (11). Fue dicha política la que mantuvo esa economía nacional, como locomotora indiscutida de todo el capitalismo mundial.
Conviene recordar que si bien el liberalismo Reganiano (como el Tatcheriano) aparecieron como antiintervencionistas y hasta coquetearon con las ideologías del anarco-capitalismo que se pusieron de moda (12), fue porque fueron las expresiones más puras del abandono de toda ilusión social en el capitalismo y su política antiimpuestos para el capital en general se hermanaba perfectamente con el recorte generalizado de todo el presupuesto social. Las consecuencias de dicha política fue una recomposición de corta duración (que es a lo único que podía aspirarse) del principal motor de la economía capitalista, la tasa de ganancia, desde 1982, al mismo tiempo que se concretaba una disminución relativa del salario en el ingreso nacional (es decir un aumento neto de la tasa de explotación). Pero por supuesto que no se animaron a ser más consecuentes y a abandonar también toda la política de crédito (13) lo que hubiese acarreado una catástrofe más rápida e imponente todavía. Todo lo contrario, trataron de combinar el aumento generalizado en la tasa de explotación debido a la reducción de todas las remuneración de la fuerza de trabajo (incluida la remuneración a los desocupados, a los necesitados, a los indigentes, etc.) y la disminución impositiva (14), con una expansión crediticia generalizada y patrocinada estatalmente. Ello se concretó, en el déficit fiscal acumulado más gigantesco de la historia mundial del capitalismo. Aunque todos los discursos oficiales eran liberales y (y en particular el programa de objetivos de Regan primero y de Bush después) prometían reducir y hasta eliminar el déficit fiscal, no cabe dudas que la realidad capitalista empujaba a mantener la economía basada en el gasto público (y en particular la economía de guerra), a practicar un keynesianismo apenas disimulado detrás de los discursos amoldados al esquema de los Chicago boys.
En la medida en que toda esa política económica se fue agotando y a pesar de la expansión del crédito y el déficit fiscal, el crecimiento económico no se hizo presente a la cita y las ilusiones se desvanecieron. No por ello la clase dominante mundial dejó de anunciar nuevas recuperaciones, que la expansión económica está por venir, ni políticas económicas fantásticas que terminarían la actual depresión y que volveríamos a entrar en una nueva época dorada. Todo lo contrario, no pasa un día en que a pesar del deterioro evidente de toda la economía mundial, y principalmente de lo que fueron los grandes ejemplos de economías nacionales triunfantes (Estados Unidos, Japón, Alemania, Inglaterra, Italia...) tal o tal político, tal o tal funcionario, tal o tal canal de televisión no anuncie la política económica que nos sacará de la crisis y nos volverá a llevar al reino dorado de la prosperidad capitalista.
"La producción capitalista aspira
constantemente a superar estos límites inmanentes a ella, pero sólo
puede superarlos, recurriendo a medios que vuelven a levantar ante ella
estos mismos límites todavía con mayor fuerza."
Karl Marx, El Capital Tomo III |
Pero detrás de todas las palabras y las buenas intenciones la receta continúa siendo la misma: disminución de las tasas de interés (fundamentalmente a través de la reducción de la tasa de descuento de los Bancos Centrales, para facilitar el crédito y la inversión) y el aumento del gasto público; lo que solo puede hacerse aumentando aun más la deuda privada y pública, interna y externa.
Que es precisamente lo que se ha estado haciendo hasta ahora hasta límites incalculables y que precisamente mantiene un caos generalizado. Todos, todos los discursos y promesas de políticas expansivas, no pueden hacer más que dar un poco más de morfina al capitalismo putrefacto.
En 1985 en un artículo consagrado a los mitos en torno a la deuda externa "de los países latinoamericanos" ya habíamos puesto en evidencia de que no se trataba de un fenómeno particular, sino de una situación generalizada y sin salida del capitalismo mundial:
"Ante el fin de la fase expansiva... consecutiva a la Segunda Guerra Mundial (en toda la historia del capitalismo las guerras, las reconstrucciones, las derrotas del proletariado, constituyeron los antecedentes inevitables que posiblitaron un desarrollo "sano" del mismo), el capitalismo mundial solo ha logrado posponer las depresiones catastróficas creando una masa impresionante de capital ficticio. Los niveles alcanzados al respecto, no solo en términos absolutos, sin en términos relativos a la producción real mundial, son incomparablemente superiores a todo lo visto en el pasado, más aun, a nivel internacional reina la más gigantesca anarquía y descontrol generalizado en la relación entre ambas magnitudes, lo que augura que una de las muy próximas fases depresivas será multiplicada (o mejor dicho elevada a una potencia no previsible en cuanto a sus consecuencias) por la destrucción masiva y brutal de capital ficticio que hará explotar todas las contradicciones de este sistema social a un nivel totalmente desconocido hasta el presente.
Las varias fases de crédito fácil y generalizado de la posguerra, el endeudamiento masivo de todos los gobiernos, así como la creación desenfrenada de signos de valor que en el fondo no representan ningún valor, corresponden a los, cada vez más cortos y pobres, 'despegues' de la economía mundial. Esa dopa, esa especie de droga administrada a un cuerpo fatigado, tiene en cada ciclo un efecto estimulante, hace funcionar el sistema de reproducción internacional ampliado del capital como si el sistema fuese un pibe... hasta que pasa el efecto... hasta que las dosis siempre crecientes resultan insuficientes y que al mismo tiempo el remedio comienza a resultar cada vez peor que la enfermedad y que... cada vez más el capital aparece como lo que efectivamente es, un viejo decrépito y putrefacto mantenido a morfina.
Para el proletariado, para la única perspectiva humana que existe para la especia humana, el descubrir esa infernal dinámica mundial es fundamental: contra todos los mitos dominantes es decisivo poner al descubierto que la deuda (o mejor dicho el actual endeudamiento generalizado e insolucionable) no es ni más ni menos que una de las manifestaciones más notables de la anarquía y del fin histórico de un sistema que engloba a la humanidad entera." (15)El aumento del gasto y de la deuda pública fueron pues las drogas históricas que permitieron en cada país un cierto crecimiento más allá de los límites mismos de la producción material durante un período dado. A nivel mundial, dicha droga fue utilizada cada vez más y se puede decir que la producción y el comercio mundial marcharon en las últimas décadas solo gracias a eso, llegándose a una situación de imposibilidad de pago y de agotamiento de las posibilidades mismas de esta política económica. Y lo peor, para el capital mundial, es que incluso el ritmo actual de crecimiento casi nulo solo puede ser mantenido con un crecimiento de la deuda internacional.
"... una conciencia revolucionaria sólo
puede formarse en momentos de crisis capitalistas, y esto lo demuestran
suficientemente el reformismo y el oportunismo de la clase obrera durante
los períodos de auge del capitalismo. Lo cual significa que la crisis
proporciona la premisa necesaria, pero no suficiente, para las acciones
revolucionarias, y que se debe prestar atención no tanto a las circunstancias
que forman dicha conciencia, sino a la conciencia misma."
Paul Mattick en "Derrumbe del capitalismo o sujeto revolucionario". 1972 |
Hace un poco más de una década, la catástrofe financiera fue tal que muchísimos Estados de América Latina y de otros continentes amenazaron con una cesación de pagos y desde ese momento se restringieron los créditos en una parte importante de ellos, lo que mostró los límites históricos que podía tener la política de prestar a toda costa para poder vender. Luego sucedió lo mismo con varios Estados Africanos (a pesar de que en varias oportunidades se declararon nulas deudas importantes) y algunos países del Este. Luego se produjo un cortísimo período en el cual la burguesía mundial se hizo la ilusión (16) de que de todas maneras el crecimiento podía continuar gracias a la pretendida "nueva demanda efectiva" que vendría del Este. Pero las ilusiones se desvanecieron de inmediato y también se aplicó ahí la política de créditos fáciles, para crear compradores solventes donde solo había necesidades; lo que también se agotó en poquísimos años. Simultáneamente se estaba también llegando en otras partes a los límites que hoy conocemos: Estados Unidos es el ejemplo más grande de ello. Si contabilizamos la deuda de las empresas, de los consumidores y del Gobierno central en dicho país la misma alcanza una cifra superior a los 10 billones (millones de millones) de dólares, lo que equivale a unos dos años de producto nacional en ese país!
Y a pesar de todo eso y a pesar de tanto comprador artificial, de tanta inversión financiada con deuda, de tanta demanda ficticia creada gracias al multiplicador keynesiano (17), hoy a fines de 1992 todas las promesas de "fin de la recesión" se siguen derrumbando.
¿Existen otras políticas burguesas para superar la depresión generalizada, que éste tipo de política aplicada hasta ahora?
No, rotundamente no!!! (18).
Quien toma las decisiones no es el capital mundial, ni el capital en general, sino cada capital particular y hasta cada partícula de capital. Por eso en situaciones como la presente en que no hay solución general la descomposición del capital en sus partículas se acelera, la competencia se exacerbar, él "sálvese quien pueda" (que es la regla de esta sociedad) se concreta en como pisarle la cabeza al otro para subsistir.
Por supuesto que ese "otro" es en primer lugar el proletariado, su "propio" proletariado, y el capitalista no escatimará ningún esfuerzo para aumentar su tasa de explotación. Pero también "otro" es el burgués competidor contra quien estará dispuesto a llevar la guerra comercial a sus últimas consecuencias y si es necesario la guerra militar para destruirlo.
No se trata pues de lo que el capitalista quiera o no quiera, de si es de "izquierda" o de "derecha", presidente de una multinacional o del Estado Cubano, se trata de lo que está obligado a hacer en función de lo que él administra, de lo que él asegura la gestión. Como diría Marx él no es más que la criatura del valor que se valoriza, de la relación social que se reproduce (19) y si se quiere, no tiene la culpa de proceder como él procede, pues está obligado a hacerlo así. Desde nuestro punto de vista esta afirmación es decisiva para eliminar toda ilusión sobre la capacidad de tal o tal capitalista, de tal o tal gobernante de no hacer lo que el capital le indica (20).
Esa es la explicación general de lo que sucede en la actualidad y que vivimos diariamente: más ajuste de cinturones, más miseria para los proletarios, más desocupación,... más guerra contra el proletariado; proteccionismo, ruptura de los acuerdos comerciales, imposibilidad de llegar a acuerdos duraderos como vemos con el fracaso reiterado del GATT (21), ruptura de las viejas alianzas (y no debiéramos olvidar que los países y las unidades de países no son otra cosa que eso!!, que alianzas interburguesas para enfrentar otros capitales), ruptura de bloques comerciales y militares, constitución de nuevas constelaciones imperialistas,... más guerras locales, más guerras interburguesas.
Sin ninguna duda, todas las medidas de ajuste de cinturones, de baja del salario real, de aumento de la intensidad y la extensión del trabajo, para obtener el mismo resultado productivo con menos obreros (es decir pagando menos salarios), de liberalismo generalizado... que se traducen en un aumento neto de la tasa de explotación y de la tasa de ganancia del capital particular, incluso si se aplica a un país entero y los burgueses del mismo se benefician, perjudica al capital en general en la medida que restringe la demanda efectiva mundial. Es lo que ha aplicado, por ejemplo, un Gobierno como el de Pinochet. La baja violenta del salario real (y más aún del relativo), el aumento de la tasa de explotación y de ganancia, atraen capital de todo el mundo y permite un crecimiento nacional acelerado. Pero como es lógico el exceso de plusvalía así generada no se puede realizar al interior del país y será inevitable el sacarle el mercado a otros capitales nacionales para realizarse, lo que pone en evidencia en forma inmediata que este tipo de política tiene muy corta perspectiva o si se quiere, que necesariamente choca no solo con los proletarios, sino con los otros capitales nacionales y que de ninguna manera puede aportar una solución a nivel de capital global.
Pero tampoco la política nacional supuestamente opuesta de aumento de la demanda efectiva, por la cual el Estado nacional, trata de gestionar la contradicción entre el capital particular y el capital global, aporta una solución global y por otra parte también termina en la guerra. En efecto frente a la tendencia de cada capital particular a aumentar desconmesuradamente la tasa de explotación y de ganancia, el Estado "nacional" representa siempre un nivel más alto de generalidad del capital (22). Los gestores estatales y sus ideólogos, economistas, sociólogos, etc. además de hacer la apología de las relaciones sociales existentes, tratan sin excepción, con relativo éxito, de levantarse a esos niveles de abstracción y hacer aplicar una política económica a través de la cual se intenta precisamente disciplinar el capital particular, no solo en base a un esfuerzo gubernamental (gasto público, déficit fiscal...) sino en base a establecer ciertas normas y obligaciones del capital particular (mínimos de salario, máximo de horas de trabajo, etc.) que le permitan al Estado no solo aparecer con el garrote, sino con un conjunto de zanahorias que justifican mejor su función en "beneficio de toda la sociedad" (23). Todos los regímenes populistas intentaron esta política burguesa, desde Hitler a Fidel Castro, desde Stalin a Roosvelt... aunque la teorización más acabada de la misma, la explicación más global, ha sido el Keynesianismo. Pero dicha política solo puede ser de corto plazo, dado que a largo plazo todas las contradicciones se postergan, se acumulan, se exacerban (Keynes no tenía reparos en decir "en el largo plazo estamos todos muertos"). Además esa política no puede ser mundial, sino nacional, pues esa misma es contradictoria con la competitividad internacional de las empresas de ese país y tarde o temprano, la misma llevará a acumular déficits en la balanza comercial y la balanza de pagos y a acentuar la necesidad del proteccionismo; a sentirse más débil para ganar la guerra comercial; lo que le plantea la necesidad de prolongarla al terreno militar. Claro que además no se puede solo contratar gente para hacer pozos y volverlos a tapar y que lo que más dinamiza la economía nacional es la economía de guerra. Como por otra parte el capital nacional verá cada vez más como enemigo a los que tiene enfrente, a los que se apropian de "sus" materias primas, a los que ofrecen lo mismo más barato tomando su lugar en el mercado... se verá cada vez más empujado a la guerra. Lo que quiere decir que toda esta política conduce también a la guerra imperialista y sus más consecuentes teóricos, como el propio Keynes no tuvieron tampoco reparos en admitir que, si la guerra era necesaria para salvar al capitalismo había que hacer la guerra.
"Mientras las cosas van bien, la concurrencia
actúa..., como una hermandad práctica de la clase capitalista,
entre la que el botín común se distribuye colectivamente,
en proporción a la cuantía de la parte aportada al negocio
por cada cual. Pero cuando no se trata precisamente del reparto de las
ganancias, sino de las pérdidas, cada cual procura reducir en la
medida de lo posible la parte alícuta que en ellas le corresponde,
para hacer cargar con ellas a los demás... al llegar aquí,
la concurrencia se convierte en una lucha entre hermanos enemigos. A partir
de este momento se impone el antagonismo entre el interés de cada
capitalista individual y el de la clase capitalista en su conjunto..."
Marx "El Capital" Tomo III |
Todo conduce pues, a la multiplicación de las guerras locales, la descomposición de las antiguas alianzas y naciones, la constitución de nuevos frentes y constelaciones imperialistas, hasta la generalización de la guerra a todo el planeta. Esa es la perspectiva del capital.
Y ello sin contar otro conjunto de accidentes y catástrofes cotidianas a los que el capital somete a la población del mundo, como los accidente nucleares o esas ciudades en donde los niños nacen con el cerebro más chico, o con otras deficiencias corporales irreversibles por la contaminación que sufren sus padres (24). O en general el hecho que hasta lo que el capital propone como si fuera el mejor modelo (por ejemplo la vida en una ciudad moderna), no pueda ser extendido al resto de la humanidad, porque el planeta reventaría.
¿Qué somos unilaterales? No; lo que es unilateral es el capital, su progreso mismo conduce a la crisis, a la destrucción y a la guerra. Esta sociedad es una sociedad antropófaga, el desarrollo del capital se hace en base a comerse al ser humano, destruirlo, matarlo, englutirlo. Y la situación actual, del mundo todo, es una verificación total e irrefutable de nuestra concepción acerca del mundo, una confirmación rotunda de la teoría comunista.
"La democracia liberal puede constituir el punto final de la evolución ideológica de la humanidad y la forma final de todo gobierno humano, por lo tanto, ser como tal, el punto final de la historia." (25)La realidad capitalista mundial se encarga todos los días de desmentir los discursos de los apologetas del sistema: nunca hubo más territorios en guerra, nunca hubo más enfrentamientos, militares y paramilitares localizados, nunca como hoy se amontonaron tantos cadáveres por las guerras (¡y por las paces!!), nunca en la historia de la humanidad el militarismo ocupó más la vida de toda la humanidad, nunca como ahora la producción de armamentos y su comercialización ocuparon un lugar tan importante; nunca como ahora, (en términos absolutos y relativos) tantos de seres humanos se encuentran con la realidad cotidiana de la guerra (o de la potencialidad de la misma en cualquier momento) con todas las consecuencias sobre la vida que la misma trae aparejada.
Hoy hay guerra en todas partes; no hay un solo continente que escape a la misma. En la ex-Yugoslavia, en la ex-URSS, en Somalia, en Turquía, en Irak, en Birmania, en Filipinas, en el Líbano, en el Chad, en América Central..., sin contar otras guerras imperialistas como la de la droga en Bolivia, Perú, Colombia, Brasil que también ataca de frente a millones de proletarios. En cada región hay decenas de conflictos interburgueses que solo pueden resolverse con la violencia, muchos de ellos dan origen cotidianamente a guerras localizadas, otros se mantienen como enfrentamientos potenciales hasta que estallen. Solamente en el ex-bloque ruso los politicólogos cuentan con 125 "focos de conflictos identitarios" de los cuales 25 ya dieron origen a la violencia armada. Casi todos los días se produce un nuevo enfrentamiento militar, casi todos los días aparece una "nueva nación reclamando su autodeterminación", cada republiqueta de la ex URSS tiene una contradicción dentro de casa porque tal o tal minoría le declara la independencia, casi todos los días se declara un toque de queda y se envía un ejército más central contra uno más local. Un día una potencia imperialista, en acuerdo con sus intereses expansionistas, reconoce el derecho a la autodeterminación o la independencia de un nuevo "Estado", al día siguiente por esos mismos intereses, no acepta la autodeterminación de otro "Estadito" con respecto a aquel "Estado" y en cada uno de esos juegos de bolsa y número, de especulación y ganancia, de alianza y ruptura (26), se acumulan miles de cadáveres de mujeres, hombres, niños... de mutilados, de heridos; y el resto de la población de esa región sobrevive apenas, entre ruinas, hambre, y carencia de todo un poco. No hay que ir hasta Somalia o Etiopía (donde la situación es cada día más dramática!) para constatar que la población está reventando de hambre. En la ex URSS, a pesar de toda la "ayuda" occidental para mantener el orden burgués, el hambre acecha y ya reconocen oficialmente que más del 90 por ciento de la población vive en la miseria.
El carácter destructor y antropófago de este modo de producción no puede ocultarse más!!.
El capital va llegando a un conjunto de límites por todas partes que lo contraponen totalmente con la especie humana y que plantean cada vez más la obligación para ésta de destruir el capital sino quiere ser destruida.
No solo no marcha más el crecimiento económico, no solo todas las políticas económicas para salir de la depresión están agotadas, no solo todo lo que hace el capital lo conduce a la guerra, a la generalización de la guerra y a su contraposición histórica con la humanidad; sino que hasta el crecimiento económico mismo del capital solo puede conducir a agravar la catástrofe.
Si hoy se derrumban todos los modelos, es también porque la extensión misma de ellos es imposible, porque toda proyección hipotética del crecimiento económico actual permite comprobar que conduciría a una destrucción generalizada de lo más elemental para la vida humana, porque la tierra entera reventaría si el modelo de Estados Unidos se hiciese extensivo al resto de la tierra, porque la utopía de la General Motors a la escala de la humanidad implicaría la destrucción del mundo todo, porque el planeta y la humanidad no podrían sobrevivir si Nueva York (y las otras grandes ciudades) en vez de tener 20 millones de habitantes, tienen 50! (27).
La destrucción de la capa de ozono, la contaminación generalizada de la atmósfera, el efecto invernadero, el avance de la sequía y del desierto, la destrucción de los bosques que permiten la renovación de la atmósfera, el dramático y creciente problema del agua potable,... con todas las consecuencias nefastas contra la especie humana, son aspectos aislados de una gigantesca catástrofe planetaria que le están diciendo a gritos a aquella que no tiene nada bueno que esperar, ni siquiera de la tan anunciada salida de la crisis y de más crecimiento económico capitalista.
Por todas partes que se lo vea, el capitalismo llega al límite histórico de su existencia posible y la gran tragedia para la especie humana es que siga perdurando a costa de ella, porque no somos capaces de destruirlo.
Este es el gran problema de la humanidad, la catástrofe, como dijimos al principio de este texto no es futura, sino actual, viviente, horripilante.
Por eso, el problema de la revolución, no es el problema de tal o tal "partido", de tal o tal secta, de tal o tal grupo social, es el problema del conjunto del proletariado, de la humanidad toda.
Frente a la barbarie de este mundo capitalista, frente a la agudización de la crisis, frente a los ataques cada vez más sistemáticos contra la clase obrera y sus condiciones de vida y de lucha, frente a la guerra, el proletariado se ha levantado siempre y no podemos dudarlo que lo hará aun más en el futuro inmediato.
No se puede decir que en los últimos años no han habido luchas proletarias. Sí las ha habido y muchas. En algunos casos, como en Irak, Argelia, Venezuela, Los Angeles, etc. han sido muy radicales, pues atacan todos los centros del poder del capital y su Estado y no se dejan encuadrar por sindicalistas, ni partidos del orden. Pero los grandes problemas actuales son que dichas rebeliones, protestas, manifestaciones, huelgas, etc. no tienen continuidad, no tienen dirección, no se ligan internacionalmente.
No se puede decir que no hayan habido grandes explosiones de rabia proletaria y bienvenidas sean, lo que debemos afirmar es que han carecido de organización, que por eso en muchos casos son fácilmente derrotadas y que unos días después de la misma el terror del Estado se reimplanta fácilmente.
No se puede decir que tales revueltas proletarias no conozcan sus intereses, pues por ejemplo han sabido contraponerse a la guerra imperialista, desertar, insubordinarse, matar oficiales que los enviaban a la guerra y ejecutar centenas de policías y otros agentes del orden, como en Irak; pero por falta de estructura y directivas internacionales e internacionalistas pudieron ser aislados y parcialmente encuadrados por fuerzas burguesas nacionalistas, lo que supuso una derrota de los compañeros internacionalistas.
No se puede decir que no sepan a quienes atacan porque en general a través de esas revueltas, los proletarios atacan a la propiedad privada y sus defensores y se apropian de lo que necesitan; el gran problema es que dos días después, cuando se pierde la calle, se vuelve a la triste supervivencia cotidiana en donde cada uno se las arregla como puede y el modo de vida del capital vuelve a predominar.
No se puede decir que no hayan enfrentado a los agentes del Estado, a los policías, a los curas y otros religiosos, a los dirigentes de la izquierda y de la derecha del capital, a los sindicalistas y periodistas, porque es contra quien primero se descarga la rabia proletaria; lo que se puede asegurar es que la mayoría de esta fauna duerme aún tranquila y que nuestros compañeros siguen dejando los huesos en los campos de batalla o durmiendo en los calabozos.
No hay dudas de que la desproporción es enorme entre la catástrofe de la sociedad, el potencial de explosión proletario y la ausencia de las estructuras elementales de éste que lo conduzcan no a una o mil rebeliones, sino a una revolución social internacional.
Falta asociacionismo obrero, estructuras internacionales de contacto, organizaciones, directivas, conciencia clasista de los objetivos, capacidad de coordinar, de decidir en función de los intereses del conjunto del movimiento, de transformar los intereses internacionales comunes en acciones convergentes y coincidentes en el tiempo...; en síntesis está faltando más que nunca la estructuración de la comunidad de lucha real, su constitución en fuerza organizada, en Partido comunista internacionalista.
¡El capital mismo no deja otra opción al proletariado, a la humanidad!
"El orden capitalista no puede ni responder,
ni solucionar las cuestiones del proletariado, y ellas no pueden ser postergadas.
Hoy el reformismo es considerado una utopía y ha caído en
el ridículo. La supervivencia del sistema exige el aniquilamiento
de millones. Por el contrario, la salvación de millones significaría
el suicidio de los explotadores capitalistas. Así, pues, para los
revolucionarios esta crisis debe ser la crisis mortal del sistema, puesto
que están dadas todas las condiciones que impulsan la lucha de clases
desde el reformismo hacia la revolución."
Paul Mattick "La crisis mortal del capitalismo" 1933 |
"Los gigantescos problemas que enfrenta
hoy la humanidad, explotación, miseria, guerras, hambrunas, trabajo
enajenado, desocupación masiva,... solo pueden ser enfrentados y
comprendidos, si en vez de aislárselos se los asume en su dinámica
de conjunto, como inherentes y necesarios a la sociedad mundial del capital,
y a ésta como la última sociedad de clases de la historia;
es decir si se asume a ésta sociedad transitoria como parte del
arco histórico que va desde las comunidades primitivas al comunismo,
como interna al proceso que engendra las condiciones materiales de instauración
de la sociedad comunista mundial. El comunismo, no será el fin de
la historia humana, sino por el contrario el comienzo, al fin, de una historia
verdaderamente humana resultante de la abolición de la propiedad
privada, las clases sociales, el Estado,... y constituida en comunidad
universal."
Tesis programáticas del GCI, Nº1 |
Hay miles de millones de dólares invertidos en la campaña por las celebraciones y festejos con lo cual fabricarán la opinión pública que necesitan y atormentarán a los explotados de los cinco continentes, pero muy especialmente a los de América.
Contra ello llamamos a los proletarios de vanguardia, al desarrollo de todo tipo de acción contra tal campaña, a transformar cada fábrica, mina, escuela, oficina, liceo... en una trinchera de denuncia de los partidos, sindicatos, gobiernos, medios de difusión que participan en la misma, en un campo de acción contra los capitalistas de hoy y de ayer, que sin excepción tienen sangre india, mulata, negra, blanca... en sus manos.
Las modalidades concretas que la acción directa puede adoptar dependerán claro está de las posibilidades y de la corelación de fuerzas en cada lugar y en un momento en el cual la debilidad internacional del proletariado frente a su enemigo histórico resulta notoria, toda receta general no puede ser más que una mera declaración platónica. No llamamos al sabotaje generalizado o a la huelga insurreccional revolucionaria porque no estemos de acuerdo; sino porque en primer lugar, dicho llamado no puede ser, en la actual situación del proletariado, sin ninguna dirección internacional revolucionaria, sin ninguna acción conjunta consciente, más que un lindo deseo. Y en segundo lugar porque a tirar algún huevo podrido o alguna molotov en un acto de conmemoración de dicho aniversario, o hacer una huelga aquí, una manifestación o una ocupación allá, no merece aun el nombre de sabotaje y tampoco implica la existencia de ninguna dirección general, sino que será la más modesta expresión del movimiento de repudio existente, que precisamente luchamos por radicalizar y generalizar.
Decimos radicalizar en el sentido más profundo de esta palabra, es decir el de ir a la raíz. Y la raíz de este problema es, nuestro viejo enemigo, el capital que ha sometido a la especie humana, la sociedad burguesa en su conjunto, y por ello radicalizar el movimiento contra dichas celebraciones y festejos no puede ser otra cosa que luchar contra la totalidad del capitalismo. Decimos además generalizar tanto en el sentido de la extensión cuantitativa y cualitativa de la participación proletaria en esa lucha, como en el de enfrentar a la totalidad de las fuerzas del capital y asimismo, en el de la relación histórica entre aquella lucha de resistencia contra el capital que llevaron adelante los explotados y oprimidos de los cinco continentes cuando la colonización y la lucha del proletariado hoy, la lucha de todos los días contra la austeridad, contra la explotación capitalista y por la destrucción de este sistema criminal. Por ello, la denuncia y el enfrentamiento contra la campaña de festejos, no es una lucha diferente, sino un aspecto más de la guerra social entre los explotados y los explotadores.
Toda parcialización de la lucha, toda desviación de su contenido contra el capitalismo, en una lucha por la coexistencia pacífica entre las clases, se haga esta en nombre del encuentro de los dos mundos, o de la unidad latinoamericana contra el imperialismo yanqui, constituye una barrera reaccionaria. Por ello en la lucha contra la campaña acerca de los festejos, llamamos a enfrentar y denunciar todas las fuerzas de la derecha o la izquierda burguesa que tratan de transformar esta guerra histórica contra el capital, en una mera contradicción entre sus fracciones, entre los "imperialistas" y "los otros", o peor aun entre naciones: entre europeos y americanos o entre habitantes del Sur y el Norte del continente americano."
"Viva la acción directa
del proletariado contra todas las fuerzas del capital que son las únicas
que tienen verdaderas razones para conmemorar cinco siglos de explotación
y opresión."
Comunismo Nº29 |
Hoy, cuando luego de que se les cayera abajo el modelo del capitalismo controlado, el modelo USA se presenta como el único modelo, la revuelta proletaria de Los Angeles, que como reguero de pólvora se extendiera por decenas de ciudades de América del Norte (hasta Canadá!), constituye un llamado internacional al proletariado mundial para luchar contra el capital y el Estado.
Los proletarios que viven en ese país, que por todas partes nos presentan como modelo de desarrollo, de igualdad, de libertad, de democracia, de sociedad del bienestar... nos están gritando que bajo el capitalismo toda mejora para el proletariado es una quimera, que el desarrollo es desarrollo de la miseria, que la igualdad mercantil es la que afirma ese mundo de seres desposeídos de toda propiedad, que la libertad es la libertad de morirse de hambre, que la democracia es la dictadura de los explotadores, enfin que de la sociedad del bienestar que nos promenten en donde habrá muchos Disneyword, Mac Donald, automóviles y Cocacola, pero nada para satisfacer las necesidades más elementales del ser humano (ni aire puro, ni agua potable, ni amor entre seres de la misma especie...) no quieren saber nada; que no quieren este mundo ni tampoco el que el capital quiere contruir para mañna. No solo están atacando el mundo de la propiedad privada y el Estado y llamándonos a asumir el mismo enfrentamiento; sino diciéndonos que hasta la tierra que nos prometen es pura mierda.
¿Negros contra los milicos racistas de Los Angeles? No, la lucha del proletariado más allá del pretexto inmediato y las tentativas que todos los medios de difusión del mundo realizan de cantonar la revuelta a tal o tal exceso de tal o tal milico, es una lucha general contra todo el sistema capitalista, la propiedad privada y su Estado. Racista no es tal o tal policía o matón, sino todo el sistema social burgués; el racismo nunca podrá combatirse en base al antiracismo político reformista, sino que solo puede ser abolido con la destrucción del sistema capitalista que lo reproduce en forma ampliada. Simbólicamente, ni las promesas de sanción de los milicos, ni los reconocimientos de que se trataba de un exceso, ni las lavadas de mano de los diferentes políticos, ni las condenas de los antiracistas burgueses, ni los llamados a la calma del apaleado pudieron detener la magnífica expresión de la la rabia proletaria y si hoy hay algo que lamentar es el saldo sumamente alto de los muertos proletarios en dicha revuelta (1).
No, no es una lucha de los negros contra los blancos, es una lucha del proletariado y en particular de esos destacamaentos del proletariado mundial constituido por aquellos explotados contra los que más se expresa el racismo, el sexismo, el egoismo generalizado de toda esta sociedad: desocupados, negros, latinos, pardos, niños, mujeres, immigrados, ilegales, parias... Justamente la heterogeneidad de la composición del proletariado de Los Angeles y la homogeneidad de su lucha, sus intereses y objetivos, representa la heterogeneidad del proletariado internacional y está mostrando que el mismo solo puede constituirse en fuerza en contraposición a todo el orden establecido.
Como siempre se ha hecho todo para que, tu, proletario nacido o/y explotado en otros países, de otro color de la piel, no te sientas concernido, compenetrado con las luchas de tus hermanos de Los Angeles, de Las Vegas, de San Francisco, de Atlanta, de Nueva York, de Panamá, de Toronto... diciendo que se trataba de una revuelta contra tal o tal exceso, o por las carácterísticas propias de Estados Unidos, de la misma manera que ayer cuando el proleteriado de Argelia se sublevó se te decía que era en nombre de la religión, o anteayer cuando tus hermanos de Irak enfrentaban a la guardia republicana de Saddam Hussein se te decía que lo hacían en nombre de la nación Kurda, o cuando los saqueos en Venezuela, Marruecos, Brasil, Francia, Rumania, Argentina,... se te decía que se debían cada vez a razones y con objetivos diferentes.
El capitalismo es único y mundial, la explotación más allá de las formas que reviste tiene siempre el mismo objetivo, la extorcación de la plusvalía, la afirmación del mundo antihumano de la ganancia. Contra ello, el proletariado del mundo es uno solo, cualquiera sea el color de su piel o la nacionalidad con la que el capital lo encierra y separa. Los medios de difusión no pudieron ocultar la participación masiva de "jovenes" proletarios blancos, junto a los negros y chicanos en Los Angeles y hasta se admitió publicamente que por primera vez las "comunidades negra y latina aparecían unidas contra la policía y que hasta las bandas rivales hicieron las paces". Esta unificación de proletarios con distinto color de piel, con diferentes edades, sexos, estatutos, formas de pensar, ideologías... contra todo el mundo de la propiedad privada, está precisamente indicando que los intereses que se oponen al capital unifican a los proletarios, que la perspectiva es una sola, la constitución del proletariado en clase revolucionaria, en una sola fuerza mundial, en un solo Partido mundial, para destruir todo el sistema social mercantil y salarial.
Asumamos pues el llamado internacionalista y revolucionario del proletariado de Los Angeles, combatiendo aquí y ahora contra los mismos enemigos que el proletariado de Los Angeles enfrentó. Contra el Estado y todos sus representantes, contra el mundo de la propiedad privada.
"A partir de un cierto punto el desarrollo de las fuerzas productivas se convierte en un obstáculo para el capital; en consecuencia, la relación de capital se convierte en un obstáculo para el desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo. Llegado a este punto, el capital, es decir el trabajo asalariado entra en la misma relación con el desarrollo de la riqueza social y de las fuerzas productivas que el sistema corporativo, la servidumbre de la gleba, la esclavitud, y en la medida en que representaba una traba es necesariamente eliminado. La última forma servil que adopta la actividad humana, la del trabajo asalariado por un lado y la del capital por el otro, es transformada con esto radicalmente, y esta misma transformación radical es el resultado del modo de producción correspondiente al capital; las condiciones materiales y espirituales de la negación de formas anteriores de la producción social no libre, son el resultado de su proceso de producción. En las agudas contradicciones, crisis, convulsiones, se expresa la creciente inadecuación del desarrollo productivo de la sociedad respecto a las relaciones de producción vigentes hasta ahora. La violenta destrucción del capital, no por circunstancias que le sean externas, sino como condición de su autoconservación, es la forma más decisiva en que se le comunica al capital que su tiempo ha pasado y que ha de dejar el campo a un estadio superior de la producción social".
Marx - "Grundrisse"
En el paraíso ideológico de la burguesía, todo es cuestión de honor nacional, de defensa de la república, de lucha contra la autocracia..., las clases sociales no existen. ¡Y claro está!, que para envíar al proletariado a la masacre, es necesario, antes que nada, el negar su existencia como explotado, inyectarle el sentimiento de pertenencia, de formar parte, de la sociedad civil. El proletariado, transformado así en ciudadano, participa, al lado de la clase que le hace sudar todos los días para extraerle trabajo excedentario, en la defensa de la "nación". La posibilidad que tiene el burgués de llevar adelante una guerra contra un competidor depende esencialmente de su capacidad para imponer esta monstruosa disolución de los intereses del proletariado en el patriotismo, de romper la autonomía clasista del proletariado y subordinarlo a los intereses de la "nación", es decir a sus propios interéses.
En estos momentos, en que la guerra encuentra cada día nuevos desarrollos y en los que el proletariado es negado más que nunca, el recordar que el proletariado es el centro de la guerra resulta de más actualidad que nunca.
Primero, veremos como, sobre el telón de foro de la ola de luchas internacional en 1905, el antimilitarismo fue la respuesta burguesa a la lucha del proletariado contra la guerra. Veremos luego, como las fracciones más de izquierda de la Socialdemocracia (1), desviaron toda veleidad de acción directa encerrándola en el marco de una sumisión a la disciplina democrática de sus sindicatos y de sus partidos.
Asimismo, describiremos brevemente la violencia de la adhesión del proletariado a la Unión Nacional y Sagrada, desde que los primeros cañonazos fueron tirados en 1914. Para ilustrar esta repugnante fusión entre las clases presentaremos las declaraciones oficiales de las corrientes llamadas "anarquistas", "anarco-sindicalistas" o "socialistas"; corrientes que un poco antes juraban a sus grandes dioses que nunca las veríamos empuñando el fusil para defender su patria.
Finalmente, presentaremos algunos textos significativos de minorías que, a contra-corriente, mantendrán firmemente levantada la bandera de la lucha contra toda guerra, anunciando, así, la violencia revolucionaria del proletariado, que surgirá en los campos de batalla, a partir de 1915, y que obligará, poco a poco, a la burguesía mundial, a parar la masacre.
Para presentar estos extractos de texto no vamos a entrar en el detalle y en desarrollos de los diferentes momentos de revolución y contrarrevolución que hizo surgir este período de la historia. El lector tendrá que dirigirse a los diferentes artículos de nuestras revistas que tratan este período (2) para conocer los argumentos "defensistas" de las distintas fracciones burguesas en presencia, lo que le permitirá ver al Estado Alemán convenciendo a sus "socialistas" (¡los más poderosos del mundo!) de votar los créditos de una guerra democrática, "para terminar definitivamente con el monstruo imperialista y autocrático ruso", y al Estado Francés, aliado al Ruso, argumentando, por la misma democracia, para cooptar "socialistas" y "anarquistas" y realizar la Unión Sagrada y poder así "partir en cruzada contra una Alemania eternamente guerrera".
En este artículo sobre la guerra y la revolución, publicamos frente a frente, ejemplos de ruptura y no ruptura, de diferentes "familias sagradas" políticas, para mostrar una vez más, que más allá de la apelación de tal o cual grupo u organización, lo que es esencial, es la práctica social que recubre la actividad militante de estos grupos.
El "anarquismo" y el "marxismo", como ideologías, se remiten mutuamente la imagen de una "sagrada familia", que toma más consistencia aun por la competencia que entre las mismas se libran, atacándose y defendiéndose en todo momento, como si efectivamente fueran familias. La ideología deviene materia.
Y como Marx explicó para la "Santa Trinidad" cristiana, que encuentra su secreto y devela su mentira en la "familia terrestre" (al no ser aquella más que la imágen idealizada de ésta); el secreto de las "sagradas familias" "marxistas" y "anarquistas", encuentran su respuesta y su negación práctica, en la contraposición histórica y violenta, entre revolución y contrarrevolución. Dicha contraposición práctica se concretó tanto entre los "comunistas", como entre los "anarquistas". La oposición práctica total, entre un Miasnikov y un Stalin, puede ejemplificar el caso de los "comunistas"; mientras que la lucha de Severino Di Giovanni contra Abad de Santillan es un exelente ejemplo de la contraposición entre los "anarquistas" comunistas, los revolucionarios y los "anarquistas" socialdemócratas, o de salón como se les conocía en la época!!!
Recordemos al lector poco advertido que Stalin fue, desde el centro del Estado capitalista vestido rojo, el asesino de nuestro compañero Miasnikov, y que Severino di Giovanni, fue el compañero que acribilló a balazos al secretario general de "La Protesta", Lopez Arango, periódico que bajo la dirección de Abad de Santillán (3) en los años 20cae en el reformismo, y el pacifismo burgués y que trata a Di Giovanni de "policía" porque llevaba adelante la acción directa contra el Estado.
Las "sagradas familias" "marxistas" y "anarquistas" no existen... hay que destruirlas (4)!!!
La unidad del "marxismo" o del "anarquismo" no existen como comunidad programática, (es decir como comunidad de práctica militante y proyecto histórico) sino solo como ideologías que se han materializado, como comunidades ficticias y en este sentido hay que destruirlas.
En antagonismo al triste formalismo y al imbécil "espíritu de familia" que reina alrededor de la reivindicación de la revolución, queremos contribuir a demoler estos mitos demostrando, en esta breve zambullida histórica, que el nombre que tome una organización de la revolución (o de la contrarrevolución) no constituye nunca el elemento determinante para evaluar la práctica militante que la misma implica, ni el proyecto social que contiene.
Esta pequeña indicación podría parecer elemental, superflua; sin embargo, esa es la metodología que utiliza el reformismo, para explicar que una corriente es revolucionaria o no. Es así que muchos grpos de la izquierda burguesa, que se reclaman formalmente del "comunismo", explican la quiebra del "anarquismo" tomando como base las declaraciones ultra belicistas efectuadas por ese contrarrevolucionario que fue Kropotkin; para luego, en base a la amalgama formal, invalidar toda expresión clasista, que pueda surgir en el futuro, por el hecho de levantar la bandera de "la anarquía". Lo que equivaldría, más o menos, a que los "socialistas-revolucionarios" hubiesen argumentado en 1914 el carácter contrarrevolucionario de todo "partido comunista" so pretexto de la quiebra del partido Bolchevique, dado que la mayoría de su sección en Francia, (bajo la dirección de Antonov-Ovséenko), se enrolaba en 1914 en el primer regimiento republicano ruso, para defender la República francesa!!
Los términos "socialista", "anarquista" o "comunista" no garantizan, en un ápice, el carácter clasista de aquellos que se endosan la etiqueta: bajo todas estas autodenominaciones hemos encontrado los más asérrimos defensores del Estado. Los grandes teóricos del reformismo, los Lassalle, Bersntein, Proudhon, Kautsky, Abad de Santillan..., todos estos defensores de un orden burgués, depurado de sus contradicciones, se llamaron "socialistas", "anarquistas"...
Estos ideólogos socialdemócratas, durante los momentos claves de la lucha entre las clases, justificaron la acción de los hombres decisivos en la defensa del Capital y del Estado burgués: Noske y Scheidemann en 1919 en Alemania, los ministros "anarquistas" en 1936-37 en España, Stalin en Rusia,... Incluso, en el transcurso de este período, fue en nombre del "socialismo" y del "anarquismo" que tanto Plekhanov como Kropotkin llamaron a defender la patria y a morir por ella.
La revolución, en antagonismo con todos estos contrarrevolucionarios que acabamos de citar, fue llevada adelante y desarrollada por compañeros que se llamaron "comunistas", pero también "anarquistas", "socialistas", "socialistas revolucionarios", "comunistas anarquistas"... y hasta "liberales" (!!) como fue el caso de la organización revolucionaria de Ricardo Flores Magon, Praxedis Guerrero y Librado Rivera, durante la revolución proletaria en Mexico... (5)
Digamos simplemente, sin hacer la historia de estas tres corrientes, que el Partido Socialista Francés no fue más que un representante típico de la Segunda Internacional contrarrevolucionaria; que la Confederación General de Trabajadores, como sindicato, no fue más que una realización reformista empapada de ideología anarquista, organizada, subsidiada, apoyada por el Estado para encuadrar a los obreros en negociaciones "responsables" de su fuerza de trabajo. A los "anarquistas" se los encontrará tanto al interior del Partido Socialista (Hervé y Almareyda nunca ocultaron su simpatía por el "anarquismo"), como al interior de la CGT, u otros grupos como "Les Temps Nouveaux" (Los Nuevos Tiempos) que jamás tuvieron algo de revolucionario.
Fue, en base a rupturas profundas, a propósito del apoyo o no de la patria, que surgirán, de estas diferentes corrientes u organizaciones, las rupturas clasistas e internacionalistas contra la guerra.
Desde el punto de vista del desarrollo contrarrevolucionario de sus autores, la simple lectura de estos textos no es suficiente, pues los mismos expresan también, aunque de manera confusa, la poderosa corriente anti-guerra que se manifestó un poco después de los movimientos revolucionarios de 1905. En esa entonces, la lucha revolucionaria se expresaba tras el apogeo de las contradicciones entre las diferentes potencias capitalistas. En el antimilitarismo hay que ver, antes que nada, el rechazo proletario de la guerra, que se expresó tanto en Alemania, (así, por ejemplo, Karl Liebknecht publica "Militarismus und Antimilitarismus") (6) como en Austria-Hungría, en donde se crea el "Círculo Galileo", etc.
La lucha contra el militarismo manifiesta la resistencia del proletariado a dejarse enrolar bajo las banderas patrióticas de la burguesía. Como lucha internacional, condujo a una importante fracción del proletariado a reafirmar la esencia antipatriótica de su programa, y por ello a rupturas con la dictadura de la Socialdemocracia. Cuando la guerra se puso al orden del día, la denuncia del nacionalismo y del patriotismo, fueron aspectos concretos de singunlar importancia, de la lucha contra el programa de destrucción que la burguesía edificó contra el proletariado. Es en este sentido, que la insurrección, como única alternativa real a la guerra, fue planteada, en la acción, por las minorías proletarias.
Evidentemente, a toda ruptura proletaria corresponde una tentativa de respuesta de la parte de la burguesía. En aquellos lugares en donde el proletariado oponía la insurrección a la guerra, la burguesía formuló sus propias alternativas: lucha por la paz, frente con las organizaciones burguesas, unidad nacional, sindicalismo, electoralismo, etc. Los textos que citamos a continuación son manifestaciones de un antimilitarismo pintado de radical que tuvieron como objetivo el ahogar el proyecto proletario en las aguas de un "abajo la guerra", formulada sin perspectiva, a la imagen del famoso cuadro de Munsh "El Grito" en donde solo los sentimientos de angustia y terror sin perspectiva aparecen como reacción frente al abismo guerrero.
Estos textos se caracterizan, entonces, e independientemente de la corriente
política, "socialista", "anarco sindicalista" o
"anarquista",
a la que se refieren, por tener un mismo discurso antimilitarista radical,
por medio del cual los autores, tratan de reintegrar las veleidades revolucionarios
del proletariado en el cuadro de las organizaciones reformistas que estos
defienden (la CGT para Jouhaux, el PSF para Hervé), o de conducirlas
al más llano pacifismo civil (Jean Grave).
"El congreso considerando que:
poco importa a los proletarios la etiqueta nacional y gubernamental de
los capitalistas que lo explotan, que el interés de los trabajadores
no tiene posibilidad de diversión, la lucha contra el capitalismo
internacional repudia el patriotismo burgués y gubernamental que
afirma mentirosamente la existencia de una comunidad de intereses entre
los habitantes de un mismo país; afirma que el deber de los socialistas
de todos los países, es el de luchar por instaurar el régimen
colectivista o comunista y el de defenderlo, cuando hayan logrado establecerlo;
y con respecto a los incidentes diplomáticos que amenazan la paz
de Europa, invita a todos los ciudadanos a responder a toda declaración
de guerra, de cualquier lado que venga, a través de la huelga militar
y la insurrección."
Moción presentada por Gustave Hervé al Congreso de Nancy del Partido Socialista Francés en 1907 Un "socialista" |
"Estas querellas intestinas jamás
disminuirán nuestros sentimientos internacionalistas. Jamás
nos opondrán a nuestros hermanos de Alemania o Inglaterra; entonces,
¿quien osará pretender esto? Nosotros aplicamos los dos principios
que fueron la base de la primera internacional obrera: los trabajadores
no tienen patria y trabajadores de todos los países, unios... Los
que no poseemos absolutamente nada, los que estamos obligados a luchar
para defender nuestros derechos a la existencia, ¿cómo podríamos
concebir la idea de una patria?... Trabajadores alemanes y trabajadores
francéses respondamos a los gritos lúgubres de las hienas
de la finanza, a los gritos feroces de los tigres del patriotismo, con
el grito cada vez más vibrante ¡ABAJO LA GUERRA!
León Jouhaux dirigente de la Confederación General de Trabajadores, 1907. Un "anarco-sindicalista" |
"Hace tiempo que se dice: el
sistema de la paz armada es un sistema que no puede eternizarse, que conduce
a las naciones al fracaso o a la guerra! Sin embargo hace más de
cuarenta años que esto dura y que se sigue estirando la cuerda.
Pero cuando le pedimos a la cuerda que levante más que lo que comporta su fuerza de tracción la misma se rompe. Y cuanto más estiramos, cuanto más pedimos de tirar, más rápido se acerca el momento en que ella se romperá. Solamente los tiburones que viven de la paz armada no tienen miedo a que se rompa la cuerda, puesto que encontrarán, en el conflicto que podría ocasionar esta locura armamentista, medios para ganar aún más y más rápido. ... ¡Ah! si aun quedase alguna energía en los trabajadores, si tuvieran conciencia de los cataclismos hacia los cuales los encaminan, tendríamos que haber visto levantarse, desde que fue cuestión de la ley de tres años, por todos lados las indignadas protestas de todos aquellos que están hartos de pagar con su libertad, sangre y sudor, las vergonzosas maniobras que deben asegurar algunos millones de beneficio a los mercaderes de la finanza, de la política, de la industria,... Los gritos de reprobación tendrían que haber sido tales que debieran haber ahogado los alaridos del militarismo, hecho callar la boca a los lobos cervales del patriotismo." Jean Grave en "Temps Nouveaux" (diario "anarquista") No.63, 1913 Un "anarquista" |
Estas tomas de posición del "anarco sindicalista" Jouhaux y del "anarquista" Grave son el ejemplo eminente del grito pacifista y del llamado inconsecuente.
Lo mismo sucede con el texto del "socialista" Hervé, pero en este caso, el radicalismo es aún más fuerte. Lo que limita la posición defendida por Hervé a propósito de la guerra (y que la transformará luego en una posición abiertamente patriótica) no es el viraje que su autor llevó adelante cuando la guerra se desata, ni tampoco es, evidentemente, el hecho de formular una resolución oponiendo la insurrección a la guerra en el Congreso de Nancy de 1907. Lo que por el contrario, hace de sus posiciones "insurreccionalistas", un momento de una práctica que llevará a su autor a los brazos de la contrarrevolución, es el hecho de que a pesar del rechazo, por parte del Partido Socialdemócrata, de sus resoluciones de oponer la insurrección a la guerra, Hervé jamás llamó a la ruptura con la Social Democracia. Por el contrario, cuando Hervé y su periódico "La Guerra Social" (7) ordenan enrolarse en el Partido Socialista Francés, manteniendo algunas consignas en ruptura con este partido, hicieron oficio de anzuelo de extrema izquierda de la Socialdemocracia. El llamado a la insurrección, al anti-patriotismo, no fueron más que caretas que terminaron de desorganizar las últimas fracciones del proletariado que todavía no habían sucumbido a las seducciones reformistas de la Socialdemocracia.
Hemos visto algunos ejemplos de declaraciones anti-militarista durante los años que anteceden al conflicto mundial; veamos ahora estos discursos algunos días antes del desencadenamiento de la guerra.
El 27 de julio de 1914, solamente seis días antes de la movilización, una enorme masa de manifestantes expresa violentamente su oposición, en las avenidas de París, al llamado de la CGT. La carga de los milicos no impidió que, desde Opera a República, se escuchase un solo grito: "¡Abajo la guerra!"
Al día siguiente la CGT en su periódico "La Bataille Syndicaliste", reproduce la consigna "¡Guerra a la guerra!" y llama a realizar actos contra la guerra. Un orador prepara una intervención particularmente violenta bajo el título "La hora de la crápula, de la locura y del crimen no sonará":
"¡Ella no sonará! pese a lo que digan los cretinos y los aulladores del nacionalismo trasijado.
La comedia representada por los dirigentes de la Internacional capitalista hoy parece transformarse en tragedia de una barbarie insensata, inaudita; una tragedia que en su último acto sorprenderá, pues pondrá frente a frente, por el combate final, no a las naciones sino a la clase obrera contra la clase capitalista, al Pueblo y a los parásitos, a los que viven de su trabajo y a los que viven del trabajo de otros.
... Gritando: ¡Abajo la guerra! ¡Viva la revolución obrera! impediremos que suene la hora de la crápula, de la locura y del crimen." (8)En Bruselas, el 29 de julio, se organizó un gran acto internacional en el que participaron las vacas sagradas de la Socialdemocracia internacional: Troelstra, Morgari, Luxemburgo, Vandelverde, Roubanovitch, Haase, Jaures,... en el que, como les corresponde, solo hablaron de paz. Mientras tanto en Paris, los obreros, realizan una manifestación masiva que fue reprimida por la policía.
El 1º de agosto "La Bataille Sydicaliste", órgano de la CGT, se insurge, todavía, contra la guerra. Pero desde que la movilización es decretada, al día siguiente, un artículo de lamentación de este periódico, concluye afirmando:
"¡Y que el nombre del viejo emperador François-Joseph sea maldito!"Todo parece cambiar. El 4 de Agosto el editorial del mismo periódico dice:
"Es Austria que ha provocado la crisis; es Alemania que primero por su duplicidad, y luego por sus agresiones ha hecho surgir la chispa que coloca a Europa en el fuego... Evidentemente también es nuestro papel: contra el derecho del puño, contra el militarismo germánico, hay que salvar la tradición democrática y revolucionaria de Francia."El 6 de agosto, sin ninguna sutilidad, el mismo periódico afirma:
"... La cuestión étnica tiene su importancia en el conflicto actual. Los Germánicos, de sangre más pesada, partiendo de un espíritu más sumiso y resignado, no tienen nuestro espíritu de independencia."Para el proletariado la guerra no es inevitable. La capacidad burguesa de hacer partir el proletariado para hacer la guerra depende de la resistencia de éste, de su capacidad de luchar o de dejarse conducir al matadero. Los proletarios cuando aprueban y aceptan las justificaciones legalistas de las diferentes corrientes ("anarquistas", "anarco-sindicalistas", "socialistas") de la Socialdemocracia, cuando aceptan organizar su lucha en base a consignas reformistas, se preparan a aceptar las explicaciones burguesas que lo conducen de la mano hacia la guerra.
Es así que el "anarquista" Jean Grave, una vez terminada la guerra, a la imagen de todas las explicaciones dadas por los pacifistas patriotas que llevaron al proletariado a la guerra, y como síntesis de todas las justificaciones defensistas, expuestas por todos los que llamaron a la participación en el conflicto (tanto de extrema derecha como de extrema izquierda y desde Maurice Barres a la sección Bolchevique en París), declaró que:
"Hemos intentado hacer que la guerra sea imposible. No hemos sido escuchados. Regiones enteras fueron libradas al invasor que fusilaba, robaba, maltrataba a las poblaciones. Hubiese querido ver, a esos partidarios de la no-resistencia, persistiendo en afirmar que si actuaron así, lo hacían como anarquistas, revolucionarios; yo les hubiese respondido que actúan como Juan Carajo."¡Ahí tenemos la justificación suprema! Francia debe defenderse frente al ataque (9) y luchar por su supervivencia; el deber patriótico obliga. Deber patriótico, deber "socialista", deber "anarquista", deber republicano, no son más que uno. Los intereses principales de todos estos patriotas socialdemócratas disfrazados de sindicalistas, socialistas, anarquistas,... fueron y son siempre: nacionales!!! Hay que realizar la Unión Nacional.
El "anarquista" Almareyda, lugarteniente de Hervé, va a visitar al Ministro del Interior Malvy para solicitarle la no aplicación del decreto que le permite encarcelar a los millares de militantes fichados en su famosa "Libreta B", donde se encontraban los nombres de los militantes más "peligrosos". Malvy acepta no ponerlos presos, a excepción de aquellos que alinea en la categoría de "anarquistas individualistas". Almareyda se decide, entonces, a ir a discutir con estos para hacerlos comprometerse a no llevar adelante ninguna acción contra la guerra. Malvy también acepta y Almareyda sirve, así, de intermediario entre el Ministerio del Interior y ciertos "anarquistas", los más irreductibles. Es así que participa en la solidificación de los últimos lazos, realizando la Unión Sagrada total. Y como premio por su obra de reconciliación, Malvy le otorga un subsidio su periódico "La Bonnet rouge".
Jouhaux, jefe de la CGT, jura que defenderá la patria contra el invasor ante la tumba de Jaures y, animado por el fuego más ardiente del puro patriotismo, grita, suficientemente alto para que toda Francia lo escuche:
"En nombre de todos aquellos que partimos, yo declaro que no es el odio al pueblo alemán que nos empuja a los campos de batalla, sino el odio del imperialismo alemán."Este crápula, de quien ya presentamos ariba algunas muestras de su antimilitarismo, escribirá toda una serie de artículos a propósito de la guerra y de los problemas que ella plantea (especialmente ocio, trabajo, economía; un buen programa edificador); citemos un pasaje de uno de sus artículos del 14 de Agosto que se titula "¡Aprovechemos!":
"¡Aprovechemos! Aprovechemos la guerra, aprovechemosnos del bloqueo de Alemania, de que no puede comunicarse más con sus clientes en el exterior, para tomarle el mercado."¡Aterrador!
Hay, de hecho, continuidad en la práctica. Socialdemocracia y patriotismo son inseparables; lo que los determina, antes que nada, es la defensa de la nación, de la república. Para refrescar la memoria solo es suficiente recordar la resolución de la 2º Internacional a propósito de la guerra y del anti-militarismo:
"La paz es la condición primera e indispensable de toda emancipación obrera."La "traducción" es clara: los obreros deben luchar, al lado de "sus" explotadores, para imponer la paz, la paz social, la paz de las tumbas; en otras palabras se tiene que reclamar las condiciones que permitan el desarrolla de su explotación. Estas posiciones social-chovinistas ("participar, si pero...") tienen como única función el hacer participar a los proletarios en las masacres en defensa de intereses que no son, ni serán jamás, los suyos. Hervé, el que en 1901 llamaba, espectacularmente, a quemar la bandera tricolor, afirma así:
"Socialismo, si, pero antes tenemos que luchar contra los opresores, contra la avalancha prusiana que arruina la Francia. El partido socialista, animado por el ardor patriótico, republicano y socialista, va a luchar, hasta con el pico y las uñas, por la defensa de la patria en peligro."Vaillant, exblanquista y luego jefe del Partido Socialista, refiriéndose a la Carta de la 2º Internacional, justificará, el envío del ejército contra los proletarios de Alemania, en estos términos:
"La guerra debe ser llevada contra el imperialismo alemán y no contra el pueblo alemán al que queremos liberar."El 2 agosto termina, durante el meeting de la sala Wagram, su discurso proclamando:
"Los socialistas ejercerán tanto su deber patriótico como su deber socialista. Frente a la agresión los socialistas cumplirán todos sus deberes, por la patria, por la república, por la revolución."Entre los dos momentos (antes de la guerra: defensa de la paz contra los horrores de la guerra, y durante la guerra: defensa de la patria contra el enemigo que nos invade) no hay viraje, ni traición, sino continuidad; dado que la guerra y la paz no son más que dos manifestaciones de la evolución del capital mundial, dos momentos de la contradicción valorización y devalorización y que la defensa de uno implica la del otro.
El reconocimiento de la patria y de la nación forman parte de esos dos momentos del capital: antes de la movilización se lucha por la paz puesto que la guerra desencadena catástrofes y monstruosidades; y durante la guerra, se lucha por la seguridad del territorio y de los ciudadanos.
Vaillant le dará unos garrotazos más al proletariado para convencerlo de ir al frente:
"La preocupación de asegurar la seguridad de la nación francesa es también enorme para nosotros, socialistas, como lo es para todos los otros ciudadanos, porque tenemos en vista, más que cualquier persona, la defensa de la república, la única que permitirá la realización de la transformación social necesaria, al advenimiento de la república socialista."A continuación, reproducimos algunos extractos que hemos escogido para ilustrar lo que se presentó como una traición, como el fracaso de la Socialdemocracia y que no es más que la manifestación más clara del carácter intrínsicamente contrarrevolucionario de una fuerza que siempre tomó como referencia el legalismo, el parlamentarismo, la democracia, la nación, así como también, el asambleismo y el sindicalismo; en una palabra el programa de reformas del Capital, independientemente de las apelaciones formalmente adoptadas. He aquí algunas manifestaciones literarias de las flores envenenadas que los "socialistas", "anarquistas" y "anarcosindicaistas" depositaron sobre los fusiles de los proletarios que enviaban al frente!!!!!
"La derrota de Alemania y Austria
será fatalmente un triunfo y una consolidación de la democracia,
un golpe mortal al militarismo y a los sobrevivientes del absolutismo feudal
en los estados alemanes. (...) La Internacional socialista, considerando
la guerra como un hecho consumado que no pudo impedir, se interesa profundamente
en tales resultados de la guerra. Es por ello, que es deber de los socialistas
de todos los países, el influir activamente en la marcha de la guerra
hacia esta dirección y el ahogar todas las tentativas posibles de
la reacción de todos los países interesados en transformar
la victoria sobre Alemania en una victoria de la reacción y del
chovinismo sobre la democracia, en particular sobre la democracia alemana
y rusa.
Nuestros camaradas franceses participan activamente en la guerra para realizar este deber, para alcanzar estos objetivos. Tomando todo esto en consideración, nosotros, socialistas rusos, estamos profundamente convencidos de que serviremos fielmente los intereses del proletariado internacional permaneciendo enemigos de la autocracia rusa, y que manifestamos, enfin, un máximo de voluntad de acción socialista consciente enrolándonos en el ejército de la República francesa, con las consignas: ¡Viva la República!
Declaración de socialistas rusos enrolados como voluntarios en el ejército francés, 21 agosto 1914 Un "socialista" |
"Inmensas esperanzas, incalculables
esperanzas, se levantan sobre el mundo... Partid sin amarguras, sin arrepentimientos,
camaradas obreros, que se llama a las fronteras para defender la tierra
francesa.
... Partid sin amarguras, sin otras intenciones, camaradas obreros. Es por la revolución que vosotros vais a combatir. Y si tuvierais que caer, todos los que queden vivos, jóvenes y viejos a quienes todavía no les ha llegado la hora, pero que les llegará, todos os hacen. el sermento solemne, y al mismo tiempo el beso de adiós: soldados avanzados de la Revolución, no es en vano que caeréis." "Partid sin amarguras" de Charles Albert, en "La Bataille Syndicaliste", 8 agosto 1914 Un "anarco-sindicalista" |
"En lo profundo de nuestra conciencia,
la agresión alemana es una amenaza, puesta en ejecución,
no solamente contra nuestras esperanzas de emancipación, sino contra
toda la evolución humana. Es por ello que nosotros, anarquistas,
antimilitaristas, enemigos de la guerra, partidarios apasionados de la
paz y de la fraternidad entre los pueblos, nos hemos enrolado del lado
de la resistencia, y no hemos creído que nuestro deber sea separarnos
del resto de la población. No creemos necesario insistir en que
hubiésemos preferido ver a esta población tomar, en sus propias
manos, su defensa. Frente a la imposibilidad de esta perspectiva, no hay
más que soportar lo que no se puede cambiar. Nosotros estimamos,
con aquellos que luchan, que, a no ser que la población alemana,
retomando las más sanas nociones de la justicia y del derecho, renuncie
finalmente a servir mucho más tiempo de instrumento a los proyectos
de dominación política pangermánicos, no puede aceptarse
la paz. Sin lugar a dudas, a pesar de la guerra, a pesar de los muertos,
no olvidamos que somos internacionalistas, que queremos la unión
de los pueblos, la desaparición de las fronteras; y es por que queremos
la reconciliación de los pueblos, y también la del pueblo
alemán, que pensamos que hay que resistir a un agresor que representa
el aniquilamiento de todas nuestras esperanzas de liberación."
Extracto del "Manifiesto de los Dieciséis", 28 febrero 1916 Un "anarquista" |
Para ilustrar el belicismo, bajo los colores del "socialismo", hemos escogido algunos extractos de la declaración de los voluntarios rusos, declaración que fue hecha a iniciativa de una serie de miembros de la Sección Bolchevique en París, para justificar su enrolamiento en el Primer regimiento republicano ruso, que partía a defender los colores de la República Francesa. Esta posición no es más que la consecuencia lógica de la no ruptura, tanto teórica como organizacional de esta organización, con la Segunda internacional.
Estos extractos también tienen el mérito de destruir toda la leyenda que históricamente se hizo dominante en torno a la pretendida intransigencia del partido Bolchevique, único portador de posiciones internacionalistas a pesar del estallido de la guerra y la histeria nacionalista; ¡Completamente falso!. La confusión fue enorme en toda la inmigración rusa, tanto en los Bolcheviques, como en los Mencheviques o los Socialistas-revolucionario, en 1914, y si algunos partidarios del internacionalismo se mantuvieron en estos grupos, la mayoría no planteó la más mínima oposición con respecto al enrolamiento voluntario en el ejército francés.
Aline, en su libro de recuerdos intitulado "Lenin en París", relata:
"La cuestión del enrolamiento voluntario se planteó con agudeza... En la Place des Invalides, donde se inscribían los voluntarios, aparecieron los primeros grupos Rusos. En ese entonces solo eran individualidades, pero algunos días después, el movimiento tomó un carácter más organizado.
... En el miserable local del Club obrero, cuyo secretario era Antonov-Ovséenko, empezó, bajo su dirección, la inscripción de emigrantes voluntarios. Se inscribían bolcheviques, mencheviques, socialistas-revolucionarios, anarquistas.
Y pasados algunos días, el primer regimiento republicano ruso fue constituido en el que entraron los siguientes miembros del grupo bolchevique: Sapojkov, Antonov-Popov, Mikhail Davidov, Moisseev y otros. Bajo la iniciativa de estos últimos fue elaborada, en la primera reunión, una declaración... (de la que hemos reproducido arriba algunos extractos - NDR)."
(Citado por Alfred Rosmer en "El Movimiento obrero durante la guerra" Tomo 1).El extracto de "La Bataille Syndicaliste" del 8 de agosto de 1914 que apareció bajo la bandera del anarcosindicalismo, firmado Charles Albert e intitulado "Partid sin amarguras", no requiere ningún comentario!!!
Y para ilustrar la versión "anarquista" del programa socialdemócrata, hemos reproducido el párrafo final de la declaración de 15 "anarquistas" que toman posición a favor de la guerra en un texto que hoy en día es conocido bajo el nombre de "Manifiesto de los Dieciseis". Esta profesión de fe patriótica fue saludada por toda la burguesía. El texto fue publicado en diferentes periódicos burgueses y las felicitaciones llovieron sobre estos respetables "anarquistas" de la misma forma que se saludaban a los "socialistas" de la Unión Sagrada.
Jean Grave, del que citamos sus posiciones pacifistas para demostrar su antimiitarismo, se encontraba entre los que firmaron el Manifiesto de los Dieciséis. También encontramos, en tanto que representantes típicos del anarquismo ideológico, a Charles Malato, Christian Cornelissen y Pierre Kropotkin.
Podríamos francamente hablar de continuidad, en lo concerniente al belicismo de este último, hasta en la forma de sus declaraciones. Kropotkin, nunca ocultó sus posiciones contrarrevolucionarias detrás del anti-militarismo que sirvió de fachada a más de uno. Ya en 1906 Kropotkin tuvo una violenta reacción en la sesión plenaria del Congreso Anarquista ruso en Londres, cuando escuchó los argumentos antimilitaristas de sus compañeros: se levantó y gritó que en el caso de que una guerra enfrentase a Rusia y Alemania, el deber de los anarquistas era el de participar, armas en mano, lo que él haría personalmente!!!
Messimy resume claramente las necesidades terroristas de la burguesía cuando envía al proletariado al frente. Este parlamentario se dirige en estos terminos al Consejo de Ministros a propósito de aquellos que se oponían a la guerra:
"Déjenme la guillotina y yo les garantizo la victoria. Que estas gentes no se imaginen que simplemente se les encarcelará. Tienen que saber que los enviaremos a las primeras líneas: y si no marchan, ¡bueno! ¡recibirán las balas por delante y por detrás; y así nos deshaceremos de ellos!"Esta crápula patriota francesa no hace más que describir, muy precisamente, las condiciones reales bajo la cuales el Estado capitalista somete a millones de proletarios en tiempo de guerra: reducidos a carne de cañón se les empuja, con las balas de sus propios gendarmes, a descubrir el fuego de las minas y de los obuses del ejército adverso. ¡Vayan por donde vayan, se los acribilla a balazos!.
Estos burgueses expresan muy clara, fría y francamente, los objetivos profundos que quiere alcanzar su clase; y es precisamente por esto, que son necesarios los reformistas, los jefes sindicales, los "socialistas", los "anarquistas, para proponer, en tanto que fuerzas "obreras", defendiendo el programa del capital, explicaciones mucho más creíbles para los proletarios. Su papel principal es el presentarnos las necesidades guerreras del Estado como una ventaja para el futuro del obrero. La Socialdemocracia pretende conservar el objetivo final de los obreros (la sociedad sin clases) y presenta la lucha "contra el militarismo", "contra el fascismo", "contra el imperialismo",... como una primera etapa que, una vez realizada, nos permitirá consagrarnos a las otras tareas. Es así, que la burguesía logra organizar su frente con los obreros, ahogando a estos en la defensa de sus propios interéses, alistándolos en sus estandartes,... y finalmente conduciéndolos a aceptar la prosaica realidad del infierno de los campos de batalla.
A pesar de los golpes asestados conjuntamente por todas las fuerzas burguesas para someter al proletariado a la guerra, algunos focos aislados de resistencia, anunciaron rápidamente la ola revolucionaria que se preparaba a surgir mundialmente.
Proponemos, para ilustrar las rupturas con el programa contrarrevolucionario de la Segunda Internacional, un extracto de consignas derrotistas revolucionarias propuestas por Lenin. Este, en contra corriente de todas las posiciones oportunistas tomadas tanto en los congresos de la 2º Internacional como las tomadas en Zimmerwald (10) y contra el programa contrarrevolucionario del mismo partido Bolchevique (y también en antagonismo al papel de reconstructor del Estado burgués en Rusia que tomó luego de la insurrección!!), formula, bajo consignas precisas, la perspectivas revolucionarias: Dar vuelta a los fusiles contra los oficiales, organizar la deserción, lucha con su propia burguesía, fraternizar con los proletarios de los ejércitos enemigos,... transformar la guerra civil en guerra revolucionaria internacional.
Para ilustrar las rupturas que se produjeron al interior de la corriente "anarcosindicalista", hemos reproducido un extracto de la conclusión que Rosmer hizo en su libro "El movimiento obrero durante la guerra. De la unión sagrada a Zimmerwald", escrito en 1935, poco antes de la segunda guerra mundial.
Alfred Rosmer fue, con algunos otros militantes en Francia en 1914, uno de los únicos revolucionarios que intentó organizar, en este país y desde los comienzos del conflicto, una resistencia a la guerra. Su periódico "Vie Ouvrière", próximo a la CGT, a pesar de tener un análisis obrerista de la lucha, en el período que precedió la guerra, se transformó en uno de los polos de la organización de la resistencia a la guerra. Luego Rosmer trabajó con Trotsky en el Comité para la Renaudación de las Relaciones Internacionales; más allá de todas las perspectivas muy confusas que este comite adoptó (11), se constituyó en un momento de centralización de lasuerzas que rechazaban la adhesión a la Unión Sagrada.
Hemos escogida un extracto escrito por Rosmer en 1936 por que es particularmente interesante de constatar las posiciones en las que este militante de nuestra clase, a pesar de tales o cuales ilusiones sindicalistas o límites a propósito de la cuestión del derrotismo revolucionario (12) mantiene claramente el instinto de clase, la ruptura; lo que le permite rechazar el antifacismo en tanto que respuesta democrática que conduce a la guerra. Las lecciones que este militante saca del fuego de las experiencias de la guerra y de la revolución que se dieron a principios de siglo, le permitieron guardar la misma posición contra todo conflicto capitalista. Así cuando se plantea el resurgimiento de la guerra, guerra aún más desvastadora, y en la que la polarización entre fascismo y antifacismo constituyeron las mandíbulas de la boca, aún más traidora, que desgarraría y engullería al proletariado, Rosmer mantiene la posición invariante de la revolución: la crítica a las polarizaciones burguesas, en este caso, fascismo-antifascismo.
Finalizamos reproduciendo un extracto que materializa las rupturas comunistas, con respecto al programa socialdemócrata, enarboladas bajo las banderas del anarquismo. Se trata del párrafo de conclusión de una "Declaración Anarquista" firmada por el "Grupo Internacional Anarquista de Londres" que quiere negar violentamente el "Manifiesto de los Dieciséis" (el que hemos reproducido, ver infra). Estos negadores del "Manifiesto de los Dieciséis" se preguntan: "¿Qué encontramos?"
"Todas las estupideces nacionalistas que leemos, desde hace casi dos años, en una publicación prostituida, todas las ingenuidades patrióticas de las que antes se burlaban, todos los clisés de política exterior con los cuales los gobiernos adormecían a los pueblos. Mírenlos denunciando un imperialismo que ahora solo descubren en sus adversarios... Si consideramos sintéticamente las ideas que expresa su Declaración, constataremos que no existe ninguna diferencia entre la tesis que ellos sostienen y el tema habitual de los partidos de autoridad reagrupados, en cada nación beligerante, en 'Unión Sagrada'. También ellos, estos anarquistas arrepentidos, han entrado en la 'Unión Sagrada' para defender las famosas 'libertades adquiridas', y no encuentran nada mejor, para preservar esta pretendida libertad de los pueblos, de la que se hacen los campeones, que obligar al individuo a convertirse en asesino y en hacerse asesinar por cuenta y en beneficio del Estado."
Este mito, reforzado por las "familias sagradas", tanto "marxistas" como "anarquistas", no resiste a la lectura de la historia real en la que la frontera entre revolución y contrarrevolución se dibuja profundamente, al interior mismo de las organizaciones obreras que, sometidas a la importante crisis política que provoca la emergencia de la revolución y de la contrarrevolución, ven surgir polarizaciones al interior mismo de los grupos formales acerca de cuestiones cruciales que plantea el futuro del movimiento: ¿el proletariado tiene patria? ¿existe la posibilidad de hacer alianza con una fracción de la burguesía? ¿apoyamos o no la guerra? ¿hay que asumir prácticamente nuestro rechazo de la guerra, organizando la acción derrotista revolucionaria?
Las respuestas a estas diferentes cuestiones, las polarizaciones
que ellas plantearán, sitúa los militantes a un lado de la
barricada: sea en el campo de la revolución o sea en el otro, el
de la contrarrevolución. Al mismo tiempo, conduce a saltos de calidad
en la centralización de sus diferentes expresiones militantes comunistas
a otro nivel de organización. Estos ejes fundamentales fueron, también,
los que determinaron la riqueza de las rupturas que proponemos en conclusión.
"Una propaganda universal, extendida
hasta el ejército y sobre el terreno de las operaciones militares,
por la revolución socialista y por la necesidad de voltear las armas,
no contra sus hermanos esclavos de los otros países, sino contra
los gobiernos reaccionarios y burgueses de todos los países. La
necesidad incondicional de organizar células y grupos clandestinos,
al interior de los ejércitos de todos los países, para propagar
estas posturas en todos los idiomas. Una lucha despiadada contra el chovinismo
y el patriotismo de la burguesía de todos los países, sin
excepción alguna."
Lenin, Obras Completas Un "socialista" |
"Las lecciones prácticas
que hay que sacar de toda esta experiencia pueden resumirse así:
... Los hechos han demostrado que es una ilusión absoluta el creer que podemos entrar en la guerra con otros objetivos que los de los rapaces imperialistas - con la idea de luchar contra el militarismo, por la defensa de la democracia - purificar, eliminar su tara original, imprimirle otro carácter: es un error en el que han caído los socialistas rusos que se han enrolado en el ejército francés. ... Toda guerra calificada de antifascista, toda guerra llevada supuestamente para destruir el fascismo repetirá la ilusión de 1914, ilusión de aquellos que creyeron sinceramente que la victoria de la Triple Entende traería la destrucción del militarismo. Ni el militarismo, ni el fascismo, jamás serán destruidos por la guerra; la guerra solamente puede reforzarlos, extenderlos a través del mundo. Fascismo y militarismo solo son y pueden ser destruidos por la clase obrera". Alfred Rosmer, en "El movimiento obrero durante la guerra - De la Unión Sagrada a Zimmerwald" -1935- Un "anarco-sindicalista" |
"Productores de la riqueza social,
proletarios manuales e intelectuales, hombres de mentalidad emancipada,
somos de hecho y de voluntad los 'sin patria'. La patria no es más
que el nombre poético del Estado. No teniendo nada que defender,
ni siquiera 'libertades adquiridas' que solamente el Estado nos las podría
otorgar, repudiamos la hipócrita distinción entre guerras
ofensivas y guerras defensivas. Solamente experimentamos guerras entre
gobiernos, entre capitalistas, al precio de la vida, del dolor y de la
miseria de sus sujetos. La actual guerra es un ejemplo chocante de ello.
Mientras que el pueblo no proceda a la instauración de una sociedad
libertaria y comunista, la paz solamente será la tregua empleada
para preparar la guerra siguiente, la guerra entre los pueblos bajo los
principios de autoridad y propiedad. El único medio de terminar
con la guerra, de prevenir cualquier guerra, es la revolución expropiadora,
la guerra social, la única por la que, nosotros anarquistas, podremos
dar nuestra vida. Y lo que no pudieron afirmar los Dieciséis en
su Declaración, nosotros lo gritaremos: ¡Viva la Anarquía!"
Declaración del Grupo Anarquista, Internacional de Londres, en respuesta al Manifiesto de los Diciséis -Abril 1916- Un "anarquista" |
El grupo que publicara Invariance, debe ser considerado, a nivel mundial, como uno de los eslabones cruciales en la reapropiación teórica y la afirmación programática comunista. En efecto, dicho grupo y su principal animador - J. Camatte - fueron durante varios años, en especial durante la ola de luchas de fines de la década del 60 y principios de la del 70, uno de los pocos núcleos comunistas que continuaron el balance de la revolución y la contrarrevolución y que reafirmaron y profundizaron aspectos fundamentales de nuestra concepción.
Conviene subrayar que esto fue posible, gracias a una profunda ruptura con la contrarrevolución centrista, bajo la forma de leninismo radical, de bordiguismo. Dicha ruptura se afirmó, se concretó en una ruptura organizativa que situó a dicho núcleo, fuera y contra la organización denominada "Partido Comunista Internacional" ("PCI","Programa Comunista" y "Le Proletaire") (1).
Merece también señalarse que gracias a los compañeros de Invariance, pudimos conocer (no solo nosotros, sino nuestra generación de proletarios!) un conjunto de documentos históricos de nuestra clase que de otra manera hubiesen permanecido ocultos o/e inéditos. En efecto, Invariance publicó en su Serie I y en su Serie II, un conjunto de textos de las diferentes fracciones que rompieron con la Tercera Internacional en putrefacción, que se conocen con el nombre de "Fracciones Comunistas de Izquierda". Textos de Bordiga, de Pannekoek, del KAPD, de Gorter. de Sylvia Pankhurst, del "Communist Labour Party", del "Bureau de Amsterdam de la Internacional Comunista", de la "Internacional Obrera Comunista", etc. que permanecían inéditos o totalmente indisponibles, circularon gracias a Camatte y los otros compañeros de ese núcleo revolucionario. El "PCI", para mantener el oscurantismo, en particular con respecto a la obra de Bordiga, llego al extremo de recurrir, en nombre de la propiedad privada, a la justicia burguesa para impedir, contra Camate, su publicación.
Claro que esta reivindicación que hacemos de la obra de Invariance, tanto por la republicación de documentos históricos de nuestro Partido, como por sus propios aportes en la afirmación de nuestro programa, no implican apoyar el acelerado degeneramiento que sufrió dicho grupo luego de derrotada la ola revolucionaria (66-73) y que se concretó en el viraje hacia la metafísica burguesa y el abandono del marxismo revolucionario operado en la Serie Numero 2 de dicha publicación y que se fue agudizando luego en las series siguientes que continuaron publicándose en forma intermitente. Al contrario, el apoyar las rupturas clasistas, permite definir mejor cuando ese mismo grupo renuncia a las mismas y es subsumido por la ideología dominante. Como en todos los casos en que publicamos materiales de nuestra clase, dicha publicación, (incluida la obra de Marx y Engels), no implica en absoluto una reivindicación acrítica de los mismos, de los militantes que los escribieron y de las organizaciones en que militaron, El programa histórico del comunismo se va afirmando por rupturas y negaciones y constituiría el más puro idealismo el pretender que un individuo en un momento dado haya afirmado todo el programa de la revolución y que en plena sociedad capitalista pueda no estar influenciado por la ideología burguesa. Efectivamente, Invariance, mantiene posiciones que nosotros consideramos contrarrevolucionarias y que sin excepción son una no ruptura con el bordiguismo y en general con el programa histórico de la socialdemocracia: concepción no mundial del capitalismo, participación en las guerras imperialistas a partir de la concepción leninista de la liberación nacional, sindicalismo, etc.
El texto que publicamos hoy es un importantísimo eslabón en la crítica histórica que nuestro partido hace de la democracia. En efecto entre las posiciones actuales de los comunistas, de contraposición global a la democracia, considerada como el mecanismo de (atomización individual y unificación de la comunidad ficticia del capital) reproducción de la sociedad mercantil y las primeras afirmaciones programáticas de Marx y Engels en este sentido (2) había aun muchos pasos a dar y un conjunto de tesis, como las que presentamos hoy, constituye uno de ellos.
La presentación que hacemos es una presentación crítica, hemos reproducido cada tesis de Invariance (letra itálica) y a continuación hemos hecho un comentario crítico (letra normal). Para no perder la unidad del trabajo de Invariance aconsejamos al lector proceder a una doble lectura:
El asalto del proletariado a las ciudadelas del capital no podrá hacerse con ninguna posibilidad de éxito, sin que el movimiento revolucionario del proletariado termine, de una vez por todas, con la democracia. Esta es el último refugio de todos los renegamientos, de todas las traiciones, porque ella es la primera esperanza de aquellos que creen sanear, revigorizar el movimiento actual que está podrido hasta sus propios fundamentos.Hoy, a un cuarto de siglo de escritas estas tesis, debemos ratificar la importancia total de esta afirmación, el movimiento revolucionario del proletariado no puede triunfar sin asumir abiertamente la contraposición del proletariado con la democracia en todas sus formas (3); todas los intentos de salvar el presente mundo encuentran en la reivindicación democrática su último refugio.
"La vida social es esencialmente práctica. Todos los misterios que desvían la teoría hacia el misticismo encuentra su solución racional en la práctica humana y en la comprensión de esta práctica." (Marx 8º Tesis sobre Feuerbach)
De una forma general, podemos definir la democracia como el comportamiento del hombre, la organización de éste cuando ha perdido su unidad orgánica original con la comunidad. Existe, entonces, durante todo el período que separa el comunismo primitivo del comunismo científico.El ciclo histórico de la democracia coincide con él de la mercancía, existe cuando no existe la unidad orgánica y por lo tanto es indispensable organizar la separación, la oposición. Punto crucial de ruptura programática con la izquierda burguesa.
La democracia nace a partir del momento en que existe división entre los hombres y repartición del haber. Lo que quiere decir que nace con la propiedad privada, los individuos y la división de la sociedad en clases, con la formación del Estado. Por ello se hace cada vez más pura en la medida en que la propiedad privada se generaliza y que las clases aparecen con mayor claridad en la sociedad.Extraordinariamente explícita; es también una afirmación programática muy importante en contraposición con todas las ideologías dominantes. Así, por ejemplo, todas las argumentaciones contra nuestras posiciones (desde el liberalismo burgués, hasta la ideología anarquista individualista) parten del individuo como de un dato, como algo que hubiese existido siempre y especulan sobre que el mismo es tal o tal cosa ("egoísta", "busca el poder"...) y olvidan que el individuo mismo (como las clases, el Estado, la propiedad privada...) es también un producto histórico. En realidad todas estas concepciones parten de lo que quieren probar. Quieren demostrar que el hombre siempre es egoísta, que siempre hubo competencia, etc. y no se dan cuenta que cuando estudian el pasado proyectan hacia atrás el miserable hombre burgués y leen la historia a partir de él. Incapaces de comprender las formas primitivas de comunismo, de comunidad, aceptan como presupuesto dogmático el individuo, como si este fuese sinónimo de ser humano y no un producto de las relaciones sociales de producción muy posterior.
La democracia supone un bien común, a repartir. En la sociedad antigua la democracia limitada presuponía la existencia del ager publicus y los esclavos no eran hombres. En la sociedad moderna, este bien es más universal (comprende un número mayor de hombres), más abstracta e ilusoria: la patria.Nosotros pensamos que la unidad histórica (y lógica) democracia-mercancíaes aun más potente; son dos aspectos de una misma realidad. La democracia no surge de la esclavitud, sino del comercio. En efecto, en esas sociedades antiguas en donde la mercancía se encontraba en la periferia de la sociedad, la democracia también ocupaba ese lugar periférico, y solo adquiría una importancia interna en los centros comerciales como por ejemplo en Atenas. En la sociedad mercantil generalizada, en el capitalismo, la democracia se generaliza, un conjunto de comunidades ficticias (no solo la patria, sino la raza, el partido, la religión, el frente, la región, el club de fútbol...) reproducen la ilusión de una comunidad como condición de la reproducción de la atomización del individuo.
La democracia no excluye de ninguna manera la autoridad, la dictadura, el Estado. Por el contrario, ella lo necesita como fundamento. Sino, ¿quién podría garantizar el reparto, quien podría regular las relaciones entre los individuos y entre éstos y el bien común, sino existiera el Estado?
En la sociedad capitalista plenamente desarrollada, el Estado se presenta también como el guardián de la repartición desde un punto de vista doble: impedir que la plusvalía sea roída por el proletariado; garantizar que sea repartida bajo la forma de ganancia industrial, ganancia comercial, interés, renta, etc... entre las diferentes esferas capitalistas.Era esencial el subrayar el terrorismo estatal como fundamento de la democracia; al respecto nos parece crucial insistir en que más allá de la repartición del producto, lo esencial en el terrorismo democrático es la reproducción de la separación entre el productor y sus medios de vida, la propiedad privada. Ese terrorismo es el presupuesto histórico y la condición lógica para que la mayor parte de la humanidad pierda la mayor parte de su vida tratando de "ganarse" la vida. Si por el terror no se hubiese desposeído al productor, si el terror no existiese permanentemente monopolizado por el Estado, todo el que necesitara se apropiaría de lo que requiere y no habría tantos idiotas útiles para reproducir el capital.
La democracia implica, por lo tanto, la existencia de individuos, de clases y del Estado; por ello la democracia es a la vez un modo de gobierno, un modo de dominación de una clase y el mecanismo de unión y de conciliación.
En efecto, los procesos económicos, en su origen, dividen a los hombres (proceso de expropiación) que estaban unidos en la comunidad primitiva. Las antiguas relaciones sociales son así destruidas. El oro se transforma en una fuerza real que reemplaza la autoridad de la Comunidad. Los antagonismos materiales hacen enfrentar a los hombres de tal forma que podrían hacer reventar la sociedad, hacerla inviable. La democracia aparece como un medio de conciliar los contrarios, como la forma política, más apta, para unir lo que ha sido dividido. Representa la conciliación entre la vieja comunidad y la nueva sociedad. La forma mistificadora reside en la aparente reconstrucción de una unidad perdida. La mistificación era progresista.
En el polo opuesto de la historia, en nuestros días, el proceso económico ha conducido a la socialización de la producción y de los hombres. La política, por el contrario, tiende a dividirlos, a mantenerlos, como simples superficies de intercambio para el capital. La forma comunista se vuelve cada vez más poderosa en el seno del viejo mundo capitalista. La democracia aparece como una conciliación entre el pasado que aún actúa en nuestro presente y el futuro: la sociedad comunista. La mistificación es reaccionaria.Es sumamente importante esta globalización del concepto de democracia para que la misma no se confunda con una simple forma de gobierno, que como cree la opinión pública se opondría a la dictadura. En nuestros trabajos, justamente por considerar que la democracia no es ninguna forma de gobierno, sino la esencia misma de la reproducción de la dominación del valor en proceso, es decir el modo de vida propio del capital, nosotros preferimos no utilizar nunca democracia como hace la ideología dominante como sinónimo de una forma de gobierno o una simple forma política. En las Tesis que comentamos por el contrario, se mantienen, como viene de decirse explícitamente, todas las acepciones, lo que genera muchas dificultades de comprensión y algunas confusiones.
Contra la oposición vulgar: terrorismo de Estado - conciliación; dominación de clase - unión, es importante insistir en que la democracia es precisamente la unidad de esos polos. Contra cualquier política democrática de conciliación de clases, lo importante no es repetir la antítesis vulgar de la conciliación explicando que existe oposición, sino el enfrentar la conciliación como una práctica realmente existente, producto de la oposición; no es proclamar teóricamente que la conciliación es imposible, sino enfrentarla como la clave de la dominación de clase: sin conciliación no se puede reproducir la oposición de clases, ni tampoco la sociedad capitalista, por eso mismo la conciliación se encuentra del otro lado de la barricada.
Por otra parte, no estamos de acuerdo en la oposición progresista y reaccionaria que se hace en el conjunto de las Tesis y más en general en las posiciones de Invariance. Nosotros vemos en esta oposición una no ruptura al clásico apoyo crítico del capital hecho históricamente por la socialdemocracia y la reproducción del concepto aclasista del progreso. Para nosotros, desde el punto de vista del explotado, del sometido a la mistificación, una mistificación progresista, es un sin sentido, el explotado tiene objetivamente interés en la lucha contra la explotación y por lo tanto la mistificación se contrapone a sus intereses. Desde el punto de vista del capitalismo, por el contrario, toda mistificación que mantiene el mito de la falsa comunidad con el explotado, como la de patria, la del frente popular o la de la unidad imperialista, es tan progresista hoy como ayer (4). ¡Solo que el comunismo se encuentra en contraposición absoluta con ese progreso! Precisamente, el concepto socialdemócrata, de que el capitalismo es progresista para toda la humanidad y que en cierta época histórica deja de serlo es un producto de la comunidad ficticia del capital, de la democracia, es el ejemplo mismo de mistificación democrática.
Tampoco nos parece justa la oposición entre un proceso económico que socializaría (ni la afirmación "la forma comunista es cada vez más potente en el seno del viejo mundo") y "la política que tiende a dividirlos". La socialización de la producción homogeniza al proletariado, pero también, cuanto más se desarrolla el capitalismo, más se desarrollen todas las oposiciones individuales, sectoriales, regionales, nacionales, imperiales,... ¡Y ello tanto en lo económico como en lo político!.
Frecuentemente se ha afirmado que en los orígenes de la vida de nuestra especie, en el comunismo primitivo, había gérmenes de democracia, algunos afirman que incluso habían formas de ella. Lo que existe es la incomprensión de que en la forma inferior podemos encontrar gérmenes de la forma superior, manifestándose esporádicamente. Esta "democracia" aparece en circunstancias bien definidas, que una vez cumplidas se vuelve al antiguo modo de organización; ejemplo: la democracia militar en sus orígenes. La elección del jefe se efectuaba en un momento preciso y en vista de ciertas operaciones. Una vez terminadas las mismas, el jefe era reabsorbido en la comunidad. La democracia que se manifestaba temporalmente era reabsorbida. Lo mismo se produjo con las formas de capital que Marx llamó pre-diluvianas. La usura es la forma arcaica del capital dinero que podía manifestarse en las viejas sociedades. Pero su existencia fue precaria porque la sociedad se defendía contra su poder disolvente y la desterraba. Es solo cuando el hombre es transformado en mercancía que el capital puede desarrollarse sobre una base sólida y sin poder ser reabsorbido. La democracia solo pudo manifestarse realmente a partir del momento en que los hombres fueron totalmente divididos y que ha sido cortado el cordón umbilical que los unía a la comunidad; es decir cuando lo que existe son individuos.
El comunismo puede manifestarse a veces en esta sociedad, pero es siempre reabsorbido. Solo podrá desarrollarse verdaderamente a partir del momento en que la comunidad material sea destruida.La contraposición entre el hombre como comunidad y la democracia queda así clarificada: se requiere la oposición entre los hombres, la misma oposición que existe en la compra y venta, entre propietarios de mercancías opuestas, entre individuos atomizados para que exista la democracia.
El concepto de "comunidad material" debe ser interpretado como sinónimo de comunidad del capital y no debe olvidarse de que a pesar de su existencia material, real, esta comunidad es siempre una ficción (porque no hay comunidad ni de vida, ni de intereses entre las clases). Esta comunidad material ficticia concreta su existencia práctica en realidades tales como el "pueblo", la "patria", etc. cuyo cemento ideológico es sin excepción la ficción de que no existen las clases con intereses antagónicos. Si hacemos esta aclaración del ABC, es porque precisamente a partir de la afirmación de esta comunidad material y del olvido de que es una ficción, Camate renunciará a aspectos centrales de la teoría revolucionaria, llegando hasta la negación de la existencia de clases sociales antagónicas.
El fenómeno democrático aparece con claridad en el transcurso de dos períodos históricos: en el momento de la disolución de la comunidad primitiva en Grecia y en el de la disolución de la sociedad feudal en Europa Occidental. Es incontestablemente en el transcurso de este segundo período que el fenómeno aparece en su más gran amplitud porque los hombres fueron reducidos realmente al Estado de individuos y porque las relaciones sociales anteriores no podían mantenerlos más unidos. La revolución burguesa aparece siempre como una movilización de masas. De allí el dilema burgués: como unificar las masas, mantenerlas y fijarlas en las nuevas formas sociales. De allí, la enfermedad institucional y el desencadenamiento del derecho en la sociedad burguesa. La revolución burgués es social con alma política.
En la revolución comunista, las masas ya fueron organizadas por la sociedad capitalista. No buscarán nuevas formas de organización sino que estructurarán un nuevo ser colectivo, la comunidad humana. Esto aparece netamente cuando la clase actúa como ser histórico, cuando se constituye en Partido.
Muchas veces, al interior del movimiento comunista, se ha afirmado que la revolución no es un problema de formas de organización. Para la sociedad capitalista, por el contrario, todo es problema organizativo. En los orígenes de su desarrollo, esto se refleja en la búsqueda de buenas instituciones, al final en la búsqueda de las estructuras más aptas para encerrar a los hombres en las prisiones del capital: el fascismo. En los dos extremos, la democracia está en el corazón de la búsqueda: democracia política, primero, social después.Aquí hace su primera aparición el principal desacuerdo que nosotros tenemos con estas tesis y en general con los trabajos de Invarianza. Se trata de la visión restringida del capitalismo que se reafirma brutalmente por ejemplo en la tesis 18. Para nosotros se trata de una grave desviación nacionalista y europeista de este grupo que fuera común a la Socialdemocracia (no solo Europea sino mundial!!) que lo hace ver al capitalismo, y por lo tanto a la democracia, restringido a un área geográfica.
Contrariamente a esta visión que hace derivar el capitalismo de la sociedad feudal de Europa Occidental y que lo imagina avanzando área por área, nosotros consideramos que el presupuesto histórico del capital fue el mercado mundial (5) y que el mismo no se desarrolla en el feudalismo, sino fuera y contra el mismo.
A pesar de ello la tesis contiene afirmaciones decisivas como la problemática de la organización: solo en una sociedad en la que todos se oponen a todos (el hombre lobo del hombre), todo depende de la unificación de lo separado, la organización de lo opuesto resulta imprescindible; en una comunidad humana, en el comunismo (hasta el primitivo y más aun el superior!) la problemática misma de la organización es superada.
Subrayamos que para Invariance, como para nosotros el fascismo no es la no democracia, sino su realización social (ver más adelante); no se explica por la ausencia de capital, sino por sus necesidades. Por el contrario no vemos demasiado sentido a llamarle fascismo al punto de llegada del desarrollo del capital (ver Tesis 13).
La mistificación no es un fenómeno deseado por los hombres de la clase dominante, no es un engaño inventado por ellos. Si fuese así sería suficiente una simple propaganda adecuada para extirparla del cerebro de los hombres. En realidad ella surge y se alberga en lo más profundo de la estructura social, en las relaciones sociales.
"Es necesario que una relación social de producción se presente bajo la forma de un objeto que existe fuera de los individuos y que las relaciones determinadas por las cuales éstos entran en el proceso de producción de su vida social, se presenten como propiedades específicas de ese objeto. Es esta inversión, esta mistificación no imaginaria, sino de la prosaica realidad, que caracteriza todas las formas sociales del trabajo creador de valor de cambio." (Marx, Contribución a la Crítica de la Economía Política)
Es entonces necesario explicar en que la realidad es mistificadora y como esta mistificación, que era simple al principio, se va acrecentando hasta alcanzar su clímax en el capitalismo.Se reafirma aquí el ABC acerca del proceso de producción ideológico como producto de la reproducción material y social y como parte de ella. Es sumamente importante el mostrar que la mistificación no es imaginaria, que no es el producto de tal o tal complot de la clase dominante. Sin embargo como dijimos al principio (en el comentario del título), ni aun así la democracia puede ser reducida a una mistificación. O dicho de otra manera es una condición necesaria que el individuo viva en la mistificación democrática para que la misma funcione, pero solo puede ser así porque la sociedad mercantil, la democracia producen en permanencia el individuo atomizado, su unión ficticia, así como todas sus creencias.
En su origen la comunidad humana está sometida a la dictadura de la naturaleza. Aquella debía luchar contra ésta para sobrevivir. La dictadura es directa, y somete a la comunidad en su totalidad.
Con el desarrollo de la sociedad de clases, el Estado se plantea como el representante de la comunidad, pretendiendo encarnar la lucha del hombre contra la naturaleza. Pero, dado el débil desarrollo de las fuerzas productivas, la dictadura de ésta es siempre operante. Dicha dictadura es indirecta, mediada por el Estado y pesa sobretodo sobre las capas más desfavorecidas. Cuando el Estado define al hombre, toma, de hecho, como substrato de su definición al hombre de la clase dominante. La mistificación es total.Históricamente este proceso se da por ejemplo en el modo de producción tributario o "asiático", en donde el Estado proviene de la constitución de (la degeneración histórica de) una unidad superior de varias comunidades primitivas asociadas para desarrollar obras necesarias al desarrollo de la agricultura, como la irrigación (6). Es en estos casos se da claramente el hecho de que el Estado asume el papel de mediador de la lucha del hombre con la naturaleza, gracias al hecho de aparecer como representante de la lucha de la comunidad contra la naturaleza.
En el capitalismo, tenemos un primer período donde, aunque la burguesía haya tomado el poder, el capital no alcanza a ejercer más que una dominación formal. Muchos resabios de las formaciones sociales precedentes persisten, obstaculizando su dominación sobre el conjunto de la sociedad. Es la época de la democracia política donde se efectúa la apología de la libertad individual y de la libre competencia. La burguesía las presenta como medios de liberación del hombre. Esto es una mistificación porque "la competencia no emancipa a los individuos sino al capital" (Marx "Grundrisse").
Debemos dejar claro aquí que nosotros consideramos como totalmente falsa una periodización del capital mundial basada en la subsumsión formal y la subsumsión real (7) porque en una misma época (y hasta en un mismo país) coexisten ambas. Más aun, esa falsa periodización llega a separar también pretendiendo periodizar la plusvalía absoluta y la plusvalía relativa; cuando en realidad ambas no solo coexisten, sino que una y otra se impulsan mutuamente y en términos internacionales lo que en una región es plusvalía absoluta permite en la otra una nueva plusvalía relativa y viceversa. Y paralelamente con esto, tampoco se puede aceptar esa periodización para la democracia, la apología de la libertad individual y de la libre competencia son esenciales en el capital y no solo la característica de un época histórica determinada. Aquí los compañeros de Invariance toman como tendencia fundamental del capital, lo que no es más que una tentativa (en el largo plazo, necesariamente infructuosa) de impedir los efectos más nefastos de la anarquía capitalista (estatizaciones, planificaciones, etc.) o/y hacen una concesión importante a la teoría del imperialismo o el capitalismo monopólico, según la cual, a partir de un cierto momento el capitalismo competitivo es superado y se pasa al capitalismo monopólico. En realidad competencia y monopolio son esenciales al capitalismo, las unidades monopólicas son formas de unificación determinadas por la competencia y que no solo no logran abolirla sino que la exacerban. Competencia y monopolio coexisten desde el origen del capital, hasta su muerte y su oposición es falaciosa (como se dice correctamente en la tesis 16)."Se ve así cuán inepto resulta presentar la libre competencia como el desarrollo postrero de la libertad humana, y la negación de la libre competencia como la negación de la libertad individual y de la producción social basada en la libertad individual, puesto que se trata simplemente del libre desarrollo sobre una base limitada - aquella de la dominación del capital. Por este motivo, esta especie de libertad individual es a la vez la abolición de toda libertad individual y el sometimiento del individuo a las condiciones sociales que revisten la forma de potencias materiales, e incluso objetos superiores e independientes de las relaciones de los individuos. Este desarrollo de la libre competencia proporciona la única respuesta racional que se puede dar a los profetas de la clase burguesa que la ponen por las nubes, o a los socialistas que la cubren de oprobio." (Marx, Ibíd)
"Después de su victoria por las armas y por el terror, la democracia y el parlamentarismo le son indispensables a la burguesía para dominar una sociedad dividida en clases." (Battaglia Comunista Nº18, 1951)
Había necesidad de una conciliación para poder dominar, puesto que era imposible que la dominación perdurase únicamente a través del terror. Después de la toma del poder, por la violencia y el terror, el proletariado no tiene necesidad de la democracia, no porque las clases vayan a desaparecer de un día para el otro, sino porque el proletariado no es detentor de máscaras, ni de mistificaciones. La dictadura es necesaria para impedir cualquier posibilidad de reconstitución de la clase adversa. Además la accesión del proletariado al Estado es su propia negación como clase, así como la negación de otras clases. Es el comienzo de la unificación de la especie, de la formación de la comunidad. Reclamar la democracia, implicaría la exigencia de una conciliación entre las clases, lo cual significaría dudar que el comunismo es la solución de todos los antagonismos, que es la reconciliación del hombre consigo mismo.En esta tesis y en particular en la cita de Battaglia Comunista, se deja la impresión de oponer, (como si fuesen fases diferentes) las armas y el terror a la democracia y el parlamentarismo y que se asimilasen estas a la conciliación. No es pues cierto que primero hubo las armas y el terror (como se pretende en la frase "Después de su victoria...") y luego la democracia y la conciliación; sino que las armas y el terror tanto del pasado como del presente, conformaron y conforman parte esencial de la democracia. La conciliación misma tiene como fundamento y como parte constitutiva al terrorismo de Estado.
En cuanto al proletariado consideramos incorrecto hablar de la "accesión del proletariado al Estado" porque se da por entendido que es el Estado tal cual es. Tanto Marx como nosotros sostenemos que el proletariado no "toma el Estado", ni "accede al Estado" (8) sino que lo destruye; que el "Estado" del proletariado es esencialmente un antiestado (porque su esencia no es la conservación y reproducción de la sociedad, sino su revolución total) (9) y que el término Estado solo se refiere a la necesidad de ejercer el despotismo contra el capital y contra la tiranía de la tasa de ganancia.
De la misma forma, debemos señalar que cuando se dice que "el proletariado no tiene necesidad de democracia... porque no es detentor de máscaras, ni de mistificaciones", se vuelve a asimilar el contenido social a la simple mistificación. En realidad esto es una realidad, pero un aspecto parcial. El proletariado no necesita democracia porque no necesita mercancía, o mejor dicho, la democracia será abolida con la sociedad mercantil de la cual emerge y a la cual reproduce. Precisamente porque la democracia no es solo la conciliación o la mistificación democrática (ver nuestra crítica del título), sino la organización misma de esa sociedad mercantil, el modo de vida del valor en proceso, la regulación generalizada de la guerra de todos contra todos, la afirmación del individuo atomizado y reunificado como ciudadano, que la revolución proletaria no solo destruirá la mistificación democrática, sino la democracia misma.
Con el capital el movimiento económico deja de estar separado del movimiento social. Con la compra y venta de la fuerza de trabajo, la unión se opera, pero en base a la sumisión de los hombres al capital. Este se constituye en comunidad material y no hay más política, puesto que es el mismo capital que organiza a los hombres esclavos.
Hasta este estadio histórico, existía una separación más o menos neta entre producción y distribución. En esa fecha la democracia política podía ser considerada como un medio para repartir más equitablemente los productos. Pero cuando la comunidad material es realizada, la producción y la distribución están indisolublemente ligadas; los imperativos de la circulación condicionan a la distribución. Ahora bien, la primera no es más algo exterior a la producción, sino que por el contrario es, para el capital un momento esencial de su proceso total. Es entonces el mismo Capital que condiciona la distribución.
Todos los hombres cumplen una función para el capital que, en el fondo, presupone su existencia misma. En relación a la ejecución de esta función, los hombres reciben una cierta distribución de productos por intermedio de un salario. Tenemos una democracia social. La política de ingresos es un medio para llegar a esta.El marxismo oficial ha vivido exagerando y extrayendo conclusiones contrarrevolucionarias de las autonomías (muy relativas) entre lo económico, lo social, lo político (hasta los frentes populares encontraron su justificación "marxista" en esta ideología). Aunque sea cierto que con el capital y su desarrollo todas estas autonomías dejan de ser autonomías (como que la producción determina más la distribución), consideramos que los compañeros de Invariance hacen concesiones a aquellas visiones del marxismo oficial en todo este tema. Primero que nada porque históricamente no es solo en el capital que la producción determina la distribución, como lo expone Marx en la Introducción a la Crítica de la Economía Política, sino en todas las formaciones sociales. Segundo, porque es también una exageración sin sentido la primera frase de esta tesis que implica decir que hasta el capital el movimiento económico estaba separado del movimiento social. Tercero es también un absurdo, un sin sentido, el decir que "no hay más política puesto que es el mismo capital que organiza a los hombres en esclavos". Se olvida que toda esta lucha de clases del capital, es una lucha política y que además al capital le resulta imprescindible incluso la esfera política, en el sentido estricto de la palabra, como gestión de lo social.
Por último no estamos de acuerdo tampoco con el último párrafo de la tesis que implícitamente pone a todos los hombres en un pie de igualdad sometidos al capital. Como dijimos esta concepción llevará a Camate al abandono total de las posiciones proletarias. En esta tesis Camate demuestra estar sometido a la mistificación misma de lo que denomina "política de ingresos" al aceptar el mito de que "todos los hombres reciben... un salario". No, cualquiera sea la denominación bajo la cual se esconda, los propietarios privados de medios de producción, los que compran la fuerza de trabajo, no reciben un salario sino que se apropian del plusvalor.
Durante el período de dominación formal del capital (democracia política) la democracia no es una forma de organización que se opone como tal al capital, sino un mecanismo utilizado por la clase capitalista para llegar a dominar la sociedad. Es el período en el cual todas las fuerzas al interior de la sociedad, luchan para llegar a ese mismo resultado. Es por esto que, durante un cierto tiempo, el proletariado puede también intervenir en este terreno. Por otro lado, las oposiciones se desarrollan también al interior de una misma clase, entre burguesía industrial y burguesía financiera por ejemplo. El parlamento es entonces una arena donde se enfrentan los intereses diversos. El proletariado puede utilizar la tribuna parlamentaria para denunciar la mistificación democrática y utilizar el sufragio universal como medio de organizar la clase.
Cuando el capital ha llegado a su dominación real y se ha constituido en comunidad material, el problema se resuelve: él se ha apoderado del Estado. Las conquista del Estado desde su interior no se plantea más pues no es más "que una formalidad la alta predilección de la vida popular, una ceremonia. El elemento constituyente es la mentira sancionada, legal de los Estados Constitucionales, que dice que el Estado es el interés del pueblo o que el pueblo es el interés del Estado" - Marx.Aquí vemos las consecuencias prácticas de una falsa periodización según la cual el capitalismo sería diferente "antes que después" (concesión evidente a la concepción socialdemocrática del cambio de naturaleza del capitalismo a fines del siglo pasado o principios de éste). En base a la misma se llega a fundamentar hasta el parlamentarismo y el sufragio universal (en un período dado, claro está!). Contrariamente a lo que dice esta vieja posición burguesa, el proletariado no se organizó gracias a ello, sino fuera y contra la democracia. Solo quien considera a los partidos de la socialdemocracia como la organización en clase del proletariado, puede sostener que el "proletariado puede utilizar la tribuna parlamentaria y... utilizar el sufragio universal como medio de organizar la clase". Este es un límite general del grupo Invariance, una clara no ruptura con el bordiguismo, una posición clásica del partido histórico de la contrarrevolución, la socialdemocracia.
Para nosotros, la teoría según la cual el capital se apoderaría del Estado en una fase posterior, que sería la dominación real, es una teoría totalmente reaccionaria, que supone a aquel, como sinónimo de un aparato o instrumento (neutro!) que cada clase lucharía por apropiarse y que está indicando al mismo tiempo que el proletariado pudiera también apropiarse de dicho instrumento en lugar de destruirlo (10). En realidad, el capital, desde que se impone a la humanidad, lo hace concentrando su fuerza en fuerza estatal, más aun, el Estado capitalista, no es otra cosa, que el capital organizado en fuerza para reproducir en forma ampliada su dominación de clase. Lo que Invariance dice para una fase o que reduce a un área geográfica, de que no se plantea "la conquista del Estado desde su interior" para nosotros no tiene una validez parcial, sino general. Es decir que durante toda la era capitalista y en todo el mundo, el Estado es siempre el Estado del capital y el proletariado solo puede llevar adelante su revolución destruyéndolo. Consideramos tan reaccionaria la teoría según la cual el capital se apoderaría del Estado a partir de una fecha dada, como la de que la revolución proletaria consistiría en apoderarse del Estado para luego hacer una política de reformas, y como es obvio ambas teorías tienen el mismo fundamento.
El Estado democrático materializa la ilusión de que el hombre conduce la sociedad (de que este pueda dirigir el fenómeno económico). El proclama al hombre soberano. El estado fascista es la realización de la mistificación (en este sentido puede aparecer como su negación), porque el hombre no es soberano. Al mismo tiempo, el Estado fascista es por esto la forma real, declarada, del Estado capitalista: dominación absoluta del capital. El conjunto social podía vivir sobre un divorcio entre la teoría y la práctica. La teoría decía: el hombre es soberano; la práctica afirmaba es el capital. Solo mientras que este último no llegó a dominar de forma absoluta la sociedad, había posibilidad de distorsión. En el Estado fascista la realidad somete a la idea para hacerla una idea real. En el Estado democrático la idea somete a la realidad para hacerla una realidad imaginaria. La democracia de los esclavos del capital suprime la mistificación para realizarla mejor. Los demócratas quieren ponerla en evidencia cuando creen poder conciliar al proletariado con el capital.
La sociedad ha encontrado al ser de su opresión (el que elimina la dualidad, la distorsión realidad-pensada) es necesario oponerle el ser libertador que representa la comunidad humana: el partido comunista.Una primera dificultad de comprensión de esta tesis estriba en que por un lado se presenta como opuesto lo que no es (Estado democrático y Estado fascista), se parte aparentemente de las formas políticas (democracia política) y no de lo esencial (democracia social), pero en el fondo se está afirmando la tesis de que el desarrollo del capital lo conduce a la democracia social que se corresponde con el fascismo. Es decir que en el fondo se llega a percibir que el fascismo aunque aparezca como negación de la democracia es una de las formas en que la misma se realiza, porque al liquidar en base al terrorismo de Estado toda contraposición global al Estado realiza el objetivo democrático de transformar a cada ser humano en un átomo de la reproducción del capital, en un ciudadano, en un patriota (11).
Pero nuestro desacuerdo con la tesis sigue siendo importante. La propia reproducción de la sociedad del capital es la reproducción de los antagonismos de clase y ese mundo idílico de la democracia social que Camate llama (para nosotros arbitrariamente como dijimos en la tesis 7) Estado fascista se hace añicos nuevamente y tarde o temprano, se vuelve a una nueva polarización de clases. De lo contrario, no podría entenderse de donde sale lo que habría que "oponerle el ser libertador que representa la comunidad humana: el partido comunista". O dicho de otra manera, si el proletariado no continuase siendo el enemigo irreconciliable del orden establecido que necesariamente resurgirá, no podría hablarse de partido comunista, ni tampoco de comunidad humana.
Esto explica por qué la mayoría de los teóricos del siglo XIX eran estatistas. Pensaban resolver los problemas sociales al nivel del Estado. Eran mediatistas. No comprendían que el proletariado debía no solamente destruir la vieja máquina estatal, sino que debía poner otra en su lugar. Muchos socialistas creyeron que era posible conquistar el Estado desde el interior, los anarquistas creyeron poder abolirlo de un día para el otro.
Los teóricos del siglo XX son corporativistas porque piensan que se trata solamente de organizar la producción, de humanizarla para resolver todos los problemas. Son inmediatistas. Es una confesión indirecta de la validez de la teoría del proletariado. Afirmar que sería necesario conciliar al proletariado con el movimiento económico, es reconocer que solo en este terreno puede surgir la solución. Este inmediatismo viene del hecho de que la sociedad comunista es cada vez más poderosa al interior del mismo capitalismo. No se trata de hacer una conciliación entre los dos sino de destruir el poder del capital, su fuerza organizada, el Estado capitalista, que mantiene el monopolio privado cuando todos los mecanismos económicos tienden a hacerlo desaparecer. La solución comunista es mediata. La realidad parece escamotear al Estado, hay que ponerlo en evidencia y, al mismo tiempo, indicar la necesidad de otro Estado transitorio: la dictadura del proletariado.La tesis es neta y potente, lo único que nos parece incorrecto es la oposición entre los teóricos de ambos siglos que parece olvidar que la esencial del capital sigue siendo la misma y que la gran receta para el Estado sigue siendo: el gran garrote.
Claro que también aquí existen formulaciones que prefiguran la posterior evolución burguesa de Camate. Es obvio que no estamos de acuerdo con la formulación de que "la sociedad comunista es cada vez más poderosa al interior del mismo capitalismo".
Para evitar toda confusión digamos claramente que el comunismo no puede coexistir en tanto que sociedad con el capitalismo; que el comunismo hoy solo puede existir en tanto que pelea contra el capital, en tanto que movimiento social de abolición del orden establecido, en tanto que teoría y práctica clasista, en tanto que Partido revolucionario.
El devenir hacia la democracia social está marcado, desde el principio.
"Mientras que el poder del dinero no era el vínculo de las cosas y de los hombres las relaciones sociales debían ser organizadas política y religiosamente." (Marx)
Marx denunció siempre la superchería política y puso al desnudo las relaciones reales:
"Son, pues, la necesidad natural, las cualidades humanas esenciales (por enajenadas entre sí que puedan parecer), el interés, los que mantienen ligados a los miembros de la sociedad burguesa; la vida burguesa y no la vida política, constituye su nexo real." (La Sagrada Familia)
"En apariencia, precisamente, el sistema esclavista de la sociedad burguesa es la mayor libertad, por ser la independencia aparentemente consumada del individuo; éste toma el movimiento desbocado de sus elementos vitales enajenados (como la propiedad, la industria, la religión, etc., movimiento al que no ligan ya vínculos generales ni el hombre), por su propia libertad, cuando en realidad es su servidumbre e inhumanidad consumadas. El derecho ha sustituido al privilegio." (ídem)
La problemática de la democracia no hace más que replantear, bajo otra forma, la oposición falaciosa entre competencia y monopolio. La comunidad material integra las dos. Con el fascismo = democracia social, democracia y dictadura se integran también. Por eso mismo es un medio de superar la anarquía.
Resulta decisivo el poner al desnudo la realidad social de la democracia, independientemente de las formas políticas. Más allá de la identificación fascismo = democracia social, que ya criticamos, constituye un eslabón importantísimo en la crítica revolucionaria de la democracia, el denunciar su contenido independientemente de todas las formas políticas. Asimismo es clave el poner en evidencia que lo que es la mayor esclavitud y avasallamiento aparece necesariamente en el capital como si fuera la mayor libertad."La anarquía es la ley de la sociedad burguesa emancipada de los privilegios que dividen, y la anarquía de la sociedad burguesa es el fundamento del estado de cosas público moderno, así como éste, a su vez es lo que garantiza esa anarquía. Por mucho que ambos se contrapongan, se condicionan recíprocamente." (ídem)
No podemos sin embargo dejar pasar la frase de Invariance como que la democracia y el desarrollo de la comunidad material puedan ser "un medio para superar la anarquía", pues aunque sea en una frasesita inconsistente dicha al pasar (e incoherente con el resto), se le está haciendo una enorme concesión a la pretensión del capitalismo de controlarse a si mismo, a la ilusión según la cual el fascismo, o cualquier otra tentativa de centralizar estatalmente el capital (el stalinismo, el trotskismo, el maoismo...) de superar la anarquía. Para el capital, la anarquía es insuperable. Como se dice en la citación de la Sagrada Familia, la "anarquía es la ley de la sociedad burguesa".
Ahora que la clase burguesa, aquella que dirigiera la revolución, que permitió el desarrollo del capital, ha desaparecido, reemplazada por la clase capitalista que vive del capital y de su proceso de valorización, que la dominación de éste está asegurada (fascismo) y que por esto no es más necesario la conciliación política, pues es superficial, sino la conciliación económica (corporativismo, doctrina de las necesidades, etc) son las clases medias que se hacen las adeptas de la democracia. Solo que cuanto más se refuerza el capitalismo, más se desvanece la ilusión de poder compartir la dirección con el capital. No queda más que la reivindicación de una democracia social a pretensión política: planificación democrática, pleno empleo, etc. No obstante, creando la asistencia social, tratando de mantener el pleno empleo, la sociedad capitalista realiza la democracia social en cuestión: la de los esclavos del capital.
Con el desarrollo de las nuevas clases medias, la reivindicación de la democracia se pinta solamente de comunismo.Estamos en total desacuerdo con esta tesis, por considerarla totalmente revisionista. En efecto, la distinción entre clase burguesa y clase capitalista es totalmente absurda y parte de una visión etapista del capitalismo, como si la esencia de éste fuese cambiante. El capital, hoy como ayer no es otra cosa que valor valorizándose, la burguesía siempre vivió del capital y de su proceso de valorización!!. La conciliación política, marcha junto a la conciliación económica y ambas (incluyendo lógicamente el terror contra quienes no aceptan ese funcionamiento) constituyen esa totalidad denominada democracia social.
Discrepamos también con la importancia que los compañeros de Invariance - como los teóricos de la izquierda burguesa - le atribuyen a las "clases medias" y nos parece aun peor su innovación modernista de "nuevas clases medias". Las clases del capitalismo siguen siendo fundamentalmente dos (hace mucho tiempo que nuestra tendencia histórica considera que "los terratenientes" no son otra cosa que capitalistas, es decir burgueses propietarios de la tierra): burguesía y proletariado y si fueran solo las clases medias las que erigen la democracia en reivindicación, si a la burguesía no le sirviera para destruir, desorganizar, separar, atomizar, ciudadanizar, al proletariado y si este no fuese sometido a la mistificación democrática, hace tiempo que esta sociedad infernal hubiese sido destruida!
Lo precedente concierne el área euro-norteamericana, no es válida para todos los países donde por largo tiempo lo que predominó fue el modo de producción asiático (Asia, Africa) y donde dicho modo de producción predomina aún (India por ejemplo). En estos países, el individuo no ha sido producido. La propiedad privada ha podido aparecer, pero no se ha autonomizado, lo mismo sucede con el individuo. Esto está ligado a las condiciones geo-sociales de estos países y explica la imposibilidad en la que se encuentra el capitalismo de desarrollarse, mientras que no se haya constituido en comunidad. Dicho de otra manera, solo cuando se haya llegado a dicho estadio el capitalismo podrá reemplazar la antigua comunidad y conquistar zonas inmensas. En esos países, los hombres no pueden tener el mismo comportamiento que los occidentales; la democracia política es obligatoriamente escamoteada. No tendremos otra cosa que la democracia social.
Es por esto que tenemos, en los países más trabajados por la implantación capitalista, un doble fenómeno: una conciliación entre el movimiento real y la comunidad primitiva y otra con la comunidad futura: el comunismo. De allí la dificultad para comprender estas sociedades.
Dicho de otra manera, una gran proporción de la humanidad no conoce la mistificación democrática tal como la ha conocido el occidente. Es un hecho positivo para la futura revolución.
En lo que concierne a Rusia, tenemos un caso intermediario. Aquí el capitalismo tuvo enormes dificultades para implantarse. Para ello fue necesario una revolución proletaria. Allí tampoco la democracia política occidental tuvo terreno para desarrollarse y podemos constatar que ella no ha podido florecer. Tenemos, como en el occidente actual, la democracia social. Desgraciadamente allí también, la contrarrevolución ha aportado el veneno bajo la forma de la democracia proletaria y, para muchos, la involución de la revolución debería buscarse en la no realización de ésta.
El movimiento comunista retomará su marcha reconociendo estos hechos y acordándoles toda su importancia. El proletariado se reconstituirá en clase y por lo tanto en partido, dejando atrás el margen estrecho de todas las sociedades de clase. La especie humana podrá finalmente unificarse y formar un solo ser.Como dijimos anteriormente, esta tesis que destruye ideológicamente la unidad (la mundialidad) del capital y por lo tanto de su enemigo histórico, refleja en su totalidad una no ruptura programática con la contrarrevolución, es decir con la visión bordiguista correspondiente a la izquierda de la socialdemocracia.
Hasta la separación de Norteamérica del resto de América y su unidad con Europa, es una concesión a la socialdemocracia histórica que en su idealización del capitalismo solo podía considerar como parte del mismo a su polo positivo (en este caso basado en el alto grado de desarrollo industrial). En cuanto a Asia y Africa, de más está decir que Invariance se imagina el campo de estos países y hace abstracción también de los polos históricos del desarrollo capitalista, como por ejemplo el Japón o de polos industriales como El Cairo.
Pero más allá de cada una de estas abstracciones, e idealizaciones del capital (nada puede ser más apologético para el capitalismo que imaginarse a sí mismo igual a los polos industriales de Estados Unidos), se dicen una serie de disparates insostenibles. Entre ellos la afirmación de que el modo de producción asiático pueda ser aun predominante, que el individuo no ha sido aun producido en esos continentes o que en ellos la propiedad privada no se ha autonomizado aun o que una parte de la humanidad no haya conocido la mistificación democrática a la occidental!!!.
Como sabe el lector, en lo que concierne Rusia, nosotros rechazamos la teoría aquí esbozada de la revolución doble, de que el proletariado habría hecho en Rusia una revolución política para desarrollar el capitalismo. Contrariamente a esto nosotros afirmamos que en Rusia, como en el mundo, el capitalismo preexistía lo que se conoce como revolución rusa; que ésta fue parte esencial de la lucha revolucionaria internacional del proletariado contra el capitalismo mundial, y que como en todo el mundo, la contrarrevolución triunfó (en Rusia, gracias a la contrarrevolución dirigida por los bolcheviques).
Solo el último párrafo de esta tesis de Invarianza contiene afirmaciones clásicas de nuestro programa: la reconstitución del proletariado en clase y por lo tanto en partido para destruir todas las sociedades de clase y la unificación de la especie humana en un solo ser: la comunidad humana mundial.
Todas las formas históricas de democracia corresponden a estadios de desarrollo donde la producción era limitada. Las diferentes revoluciones que se sucedieron fueron revoluciones parciales. Era imposible que el desarrollo económico pudiera realizarse, progresar, sin que se produjese la explotación de una clase. Podemos constatar que desde la antigüedad estas revoluciones contribuyeron a emancipar una masa siempre mayor de hombres. De allí la idea de que vamos hacia la democracia perfecta, es decir una democracia que reagruparía a todos los hombres. Por eso muchos se apresuran a afirmar la igualdad: socialismo = democracia. Es cierto que se puede decir que con la revolución comunista y la dictadura del proletariado, hay una masa más importante, que antes, de hombres que entran en el campo de esta democracia ideal; que generalizando su condición de proletario al conjunto de la sociedad, el proletariado elimina las clases y realiza la democracia (el manifiesto dice que la revolución es la conquista de la democracia). Sin embargo es indispensable agregar que este pasaje al límite, esta generalización, es al mismo tiempo la destrucción de la democracia. Pues paralelamente, la masa humana no queda reducida a una simple suma de individuos todos iguales en derecho, sino en hecho. Esto no puede ser más que la realidad de un momento breve de la historia debido a una igualación forzada. La humanidad se constituirá en un ser colectivo, la Gemeinwesen. Esta nace al margen del fenómeno democrático y es el proletariado constituido en partido que la transmitirá a la sociedad. Cuando pasemos a la sociedad futura, habrá no solamente un cambio cuantitativo sino que será un cambio cualitativo. La democracia "es el reino antimarxista de esta cantidad eternamente impotente, de transformarse en calidad". Reivindicar la democracia para la sociedad post-revolucionaria es reivindicar la impotencia. Por otra parte, la revolución comunista no es más una revolución parcial. Con ella se termina la emancipación progresiva y se realiza la emancipación radical. Esto implica también un salto cualitativo.Consideramos excelente el contenido de esta tesis, sobretodo en la medida que explícita la ruptura con el reformismo y el socialismo burgués en general. Mientras el reformismo siempre considera "el socialismo" como un progreso dentro del capital, como un paso más de todos sus valores; la revolución se afirma como una ruptura con todo el avance del capital. Mientras toda la contrarrevolución se afirma programáticamente identificando el socialismo a la extensión de la democracia (Bernstein, Kautsky,...) la revolución será la negación, la ruptura con toda democracia. No se trata de una emancipación progresiva, sino de una violenta ruptura emancipadora; no se trata de generalizar la democracia y la mercancía a todos los hombres (esa es la obra del capital) sino de destruir la mercancía y (su modo de estructuración social) la democracia. La constitución del proletariado en Partido centralizado orgánicamente es la condición imprescindible para la afirmación de la tendencia histórica de la humanidad a constituirse en un ser colectivo: la Gemeinwesen.
La democracia se apoya sobre un dualismo y constituye el medio para sobremontarlo. La democracia resuelve el dualismo entre espíritu y materia equivalente a aquel entre grandes hombres y masas, por la delegación de poderes; aquel entre ciudadano y hombre, a través del boletín de voto, el sufragio universal. En los hechos, so pretexto de acceder a la realidad del ser total, hay una delegación de la soberanía del hombre al Estado. El hombre se desprende de su poder humano.
La separación de poderes necesita su unidad y esto se consigue siempre por la violación de una constitución. Esta encuentra su fundamento en el divorcio entre situación de hecho y situación de derecho. El pasaje de uno al otro es asegurado por la violencia.
El principio democrático no es en realidad más que la aceptación de un hecho: la escisión de la realidad, el dualismo ligado a la sociedad de clases.Resulta fundamental para comprender porqué la abolición de la democracia es posible y necesaria, el poner en evidencia que la democracia es el producto de todas estas separaciones a las que el "hombre" (12) de la sociedad mercantil (comprador-vendedor, ciudadano, separación decisión-ejecución, etc.) está sometido y que desaparecerá con ese "hombre" limitado.
Se pretende muy frecuentemente oponer la democracia en general que sería un concepto vacío, a una forma de democracia que sería la llave de la emancipación humana. Pero ¿qué puede ser algo cuya particularidad está no solamente en contradicción con su concepto general, sino que debe ser su negación? De hecho teorizar una democracia particular (proletaria por ejemplo) implica escamotear el salto cualitativo. En efecto, o bien esta forma democrática en cuestión está realmente en contradicción con el concepto general, y entonces se trata verdaderamente de otra cosa (¿porqué, entonces, democracia?) o bien es compatible con este concepto y no puede tener más que una contradicción de orden cuantitativo (abarcar un número mayor de hombres, por ejemplo), y, en este caso no sale de los limites aún si tiende a rechazarlos.
Esta tesis aparece frecuentemente sobre la forma: la democracia proletaria no es la democracia burguesa, y se habla de democracia directa para demostrar que si la segunda necesita un corte, de una dualidad (delegación del poder), la primera la niega. Se define, entonces, la sociedad futura como la realización de la democracia directa.
Esto no es más que la negación negativa de la sociedad burguesa y no una negación positiva. Se pretende también definir al comunismo a través de un modo de organización que sería más adecuado a las diferentes manifestaciones humanas. Pero el comunismo es la afirmación de un ser, del verdadero Gemeinwesen del hombre. La democracia directa aparecería como un medio para realizar el comunismo. Pero éste no necesita de tal mediación. El comunismo no es una cuestión de tener, ni de hacer, sino una cuestión de ser.Implícitamente se critica aquí la clásica posición idealista y reformista que quiere la sociedad actual sin los males inherentes a la misma, el capitalismo sin la miseria, la libertad de cambio sin la explotación, la democracia sin el terrorismo de Estado... y que elabora así sus conceptos (depurando en la cabeza lo que se encuentra podrido de mierda en el mundo real). El prudhonianismo, el stalinismo, el trotskismo... y en general todo lo que nosotros definimos como el partido histórico de la socialdemocracia, construye sus categorías y programas con esta metodología.
La reivindicación de la democracia "directa", "proletaria" o "verdadera" son expresiones de esta tendencia, que desconoce lo que la democracia es objetivamente a través de la historia (su determinación histórica como esencial a la reproducción de la sociedad mercantil) y construye esas categorías a través de los "buenos deseos" de esos reformadores del mundo. La ilusión de la democracia directa, sin mediaciones, se corresponde históricamente con la ilusión de mantener la sociedad mercantil y abolir la mediación indispensable, el dinero; sin comprender que éste es parte del desarrollo indispensable de aquella. Si la sociedad mercantil persiste, todas las dualidades y mediaciones que ella engendra persistirán y todos los adjetivos que se le puedan agregar a la democracia ("proletaria", "directa", "verdadera") no servirán para otra cosa que para engañar y para destruir la energía revolucionaria de los proletarios. Por el contrario, la negación práctica, revolucionaria, de la sociedad mercantil, hace no solo innecesaria sino absurda la democracia. Con la abolición de las separaciones en la que se fundamenta, y la consiguiente afirmación del ser colectivo de los hombres, la democracia es condenada junto con el dinero a las latas de basura de la historia.
Por ello, como dicen los compañeros de Invariance, estas teorías que pretenden una democracia depurada de sus aspectos negativos son una negación negativa de la sociedad burguesa, que reducen el problema de la revolución a un problema de formas organizativas, cuando en realidad la verdadera negación histórica de la sociedad burguesa, no es fundamentalmente un problema organizativo (13), sino que consiste en la afirmación histórica de un ser, del verdadero Gemeinwesen del hombre.
"En cualquier caso, nuestro único enemigo, el día de la crisis y después, será el conjunto de la reacción reagrupada en torno de la democracia pura, y esto, me parece, no debe ser perdido de vista."
Engels 1884