El cambio: razones y promesas.

Las históricas y ejemplares luchas del proletariado en Bolivia no son lo suficientemente conocidas internacionalmente. La estructuración imperial del mundo capitalista hace que lo que pase en esa parte del mundo se subestime, desprecie, desconozca. Todas las ideologías eurocentristas y yanquicentristas juegan para el aislamiento del proletariado de la región, como juegan siempre para subestimar lo que pasa “en el centro”. “Lo que pasa en ese país es poco importante”, “es sólo una cuestión de indios” (¡aunque no se diga, es lo que se piensa hasta en Buenos Aires!), por lo que el proletariado en Europa, Estados Unidos, Asia e incluso en los otros países de América Latina, no tiene ni idea de lo que pasa. En cambio, uno no deja de sorprenderse de que el proletario en Bolivia sí, se preocupa por informarse de lo que pasa en otra parte: ya en la gran época de las radios mineras se conocía y discutía más, en esa zona del mundo que en ninguna otra, acerca de la lucha de clases internacional.

En esta revista, nos parecía imprescindible subrayar (a contra corriente) algo de lo que está sucediendo en Bolivia, por su importancia para el proletariado internacional, por ser el ejemplo mismo en donde la burguesía, respondiendo al movimiento social de los años 2000/2005, había tenido que anunciar CAMBIOS importantes (como ahora están haciendo algunos de los Estado del Mundo Árabe) y, como describimos sucintamente aquí, ya es evidente que los cambios fueron para dejar todo como antes y atacar salvajemente al proletariado. También queremos reafirmar la respuesta del proletariado hoy:“si eso esto es el cambio, el cambio es una mierda”

En aquel ciclo de luchas (2000/2005), el proletariado en Bolivia también había arrancado sus protestas en base a sus necesidades, luchando por mejores remuneraciones, pero también contra la explotación, expropiación y destrucción de los recursos naturales de la Tierra: gas, agua, minería... También ahí la democracia made in USA (¡el presidente era más gringo que boliviano!) respondió a tiro limpio. Contra las huelgas, ocupaciones, manifestaciones, bloqueos, saqueos..., el Estado reprimió terriblemente causando cientos de muertes y heridos en las filas proletarias (¡cómo las masacres del 12 y 13 febrero 2002!).  El proletariado no sólo no retrocedió sino que acentuó todas las medidas y bloqueó todo el país. Como en Egipto o Túnez, el proletariado generalizó su lucha contra el poder político hasta que el presidente salió disparando hacia “su país”... Estado Unidos!(1) ¡El gringo, el “autócrata” había sido destronado por la revuelta proletaria!

La crisis políticosocial fue tan grande, que la única forma de sacar a la gente de la calle y la pelea, fue hacer aparecer una alternativa de cambio que aparecía como radical. Luego de la tormenta y un período de calma chicha, en donde toda la tensión es contenida esperando lo que pasará, durante el cual Bolivia fue presidida por Carlos Mesa, se impone el gobierno de Evo Morales que aparece precisamente como el representante mismo del CAMBIO. Dicho gobierno no sólo prometió la democracia, no sólo prometió el socialismo, no sólo prometió contraponerse al capitalismo en defensa de la Madre Tierra, sino que incluso aseguró que se destruiría el Estado. Las promesas iban mucho más lejos que las de un Lula o un populista estilo Obama o estilo Kishner.  Evo Morales apareció como una carta tan radical que anunció no sólo que  terminaría con la estructura colonialista e imperialista propia del capitalismo en la región; sino que anunciaba y pretendía textualmente: constituir una alternativa mundial al capitalismo.

Sin embargo, de promesa en promesa, de discurso en discurso en aymara, con figuraciones y espectáculos nacionales e internacionales(2), Morales fue posponiendo durante los primeros años las realizaciones prometidas y en alguna medida también las medidas que el capital internacional le exigía para mejorar su rentabilidad. Durante ese período trata más que nada de liquidar algunas fracciones ultra nacionalistas y localistas que se oponen a sus “cambios”. En esa primera fase, las medidas de austeridad, siempre rechazadas por el proletariado, son relativas y se busca más que nada, crear y fomentar el consenso contra los opositores al cambio, para lo cual se agita permanentemente la bandera antiimperialista y nacionalista. Claro que ese enfrentamiento busca fortificar popularmente al gobierno para preparar la que se viene después.

Es recién en su segundo mandato que al fin Evo Morales empieza a concretar el cambio y anuncia triunfante: “el fin del Estado Colonial y el nacimiento de un Estado Plurinacional”. Así “el 22 de enero de 2010, el reelecto Evo Morales, luego de ser posesionado para su segundo mandato declaró el nacimiento del Estado Plurinacional. El remplazo de lo que entonces llamó: Estado colonial. Y es aquí donde la repetida lucha por la libertad adquiere otra dimensión, la de la integración de Bolivia que reconoce entre sus habitantes, la existencia de 36 naciones con igualdad de derecho...Tenemos la responsabilidad de salvar al mundo dijo Morales”(3)... Lo de aparecer como una alternativa mundial al capitalismo pasó a ser dominante en todos los discursos del poder:“Nuestra modernidad estatal, la que vamos a construir y la que estamos construyendo con el liderazgo popular es muy distinta a la modernidad capitalista. Hay que ponerle nombre: nuestro horizonte estatal, es un horizonte socialista” dijo el vicepresidente, Álvaro García Linera luego de imponerle la banda y las medallas  presidenciales a Evo Morales. La banda presidencial esta vez estuvo a tono con el estado plurinacional y tenía, además la bandera boliviana, la bandera de los indígenas, la wiphala... Âlvaro García Linera dijo que “murió el viejo Estado y nace el nuevo Estado. Exactamente así es, se entierra el Estado monocultural, uninacional, racista, excluyente, clasista, señoralista, patriarcal y adulto-céntrico, prebendista, corrupto que proviene de una herencia colonial. Y nace uno nuevo que tiene el fin esencial de lograr la descolonización del país...” ¡Y el Gobierno de Evo Morales, en reunión de gabinete, decretó el 22 de Enero como feriado nacional.

La realidad del “cambio”: la lógica del capital

¡Menudo programa! ¡Mucho, mucho más que los “cambios” prometidos hoy en Egipto, Túnez, Yemen...! ¡Se pretende nada menos que cambiar el modo de producción social y destruir el Estado capitalista y constituir una alternativa para el mundo entero! ¡Pero eso sí, sin destruir la mercancía, ni el dinero!

Por más radical que aparezca, eso es típico del “socialismo” de los burgueses, es decir de querer cambiar “todo” salvo lo esencial. Socializar se identifica a ciertas estatizaciones (y/o negociaciones interestatales) sin destruir ni el mercado capitalista, ni la propiedad privada de los medios de producción(4). Lo de destruir el Estado y cambiarlo por otro, en Bolivia fue identificado por el gobierno a un cambio de la Constitución haciendo participar más “al pueblo” y particularmente a las “nacionalidades” indígenas; el cambio fue hablar más en idiomas nativos y otros espectáculos, para lo que se convoca a los indígenas a participar; sin destruir ninguna función central del Estado capitalista.(5) Es decir ese discurso del “socialismo del siglo XXI” en la práctica no sólo no cambia nada esencial en el capitalismo, en el Estado, en la explotación del hombre por el hombre, ...sino que es una caricatura más de socialismo, como todo “socialismo” burgués.

 

Pero como es lógico desde el punto de vista burgués, ese Estado necesita mejorar la ganancia capitalista y para ello la tasa de explotación (tasa de plusvalía) en toda la sociedad. Por eso “el cambio” y sobretodo “el cambio radical”, con la careta indígena de Evo Morales, se transformó en la forma básica que la burguesía de la región utilizó para imponer las brutales medidas de austeridad que el capitalismo necesita para mejorar su rentabilidad. Cuanto más se recrudecieron los planes de desarrollo (Plan Estratégico 2010 – 2015), más claramente se confirmó que “el cambio” sería ¡más de lo mismo! El propio Morales confirmó que lo más importante de dicho plan y tarea central de su segundo mandato sería: “la industrialización de tantos recursos naturales que nos brinda la Madre Tierra” (textual del Presidente; léase: “prioridad total al desarrollo capitalista” NDR). Rimbombante discurso para anunciar que la concreción del cambio sería, en realidad, un ataque apenas disimulado del proletariado y sus reivindicaciones históricas. Muchos proletarios fueron conscientes que este discursito ya lo conocían, que era el mismísimo de Sanchez Lozada y que atacaría al proletariado, a sus comunidades indígenas y que  apropiaría los “tantos recursos naturales que nos brinda la Madre Tierra”. Desde el propio gobierno de Morales se empezó a confesar que ni se podía guardar la apariencia del cambio de Estado: varios integrantes de ese gobierno explicaron públicamente que la consulta previa de las comunidades indígenas era simple y llanamente una “perdida de tiempo”. La contraposición entre aquel Estado, que iba a ser el Estado plurinacional de las comunidades (¡presentado como un verdadero antiestado!) y la realidad del Estado burgués, que le da a las comunidades, sólo la participación que le viene bien, quedó al descubierto.

La centralidad del Estado y todo el conglomerado teórico (y práctico) surgido en la modernidad europea que lleva a sus espaldas el Socialismo del siglo XXI ha convertido su perfil supuestamente revolucionario en una práctica reformista que en absoluto está dirigida hacia un cambio verdaderamente estructural que suponga la superación del capitalismo... En lo que se refiere a su relación con la propuesta de poder antiestatal venida de los pueblos indígenas, esa misma acción del Estado está llevando a una nueva forma de indigenismo, que a través de la asimilación de su discurso por parte del poder, trata de neutralizarlo para dejar vía libre al que ha sido el proyecto de los Estado nación latinoamericanos...En los días finales de junio (2010), la confrontación entre el gobierno y el movimiento indígena boliviano se ha recrudecido. Así mientras, Morales celebraba multitudinariamente el nuevo año Aymara -convertido en fiesta nacional-, los indígenas del oriente comenzaban una marcha hacia La Paz en demanda de sus derechos territoriales y autonómicos. Mientras Morales acusaba a los indígenas de estar recibiendo fondos de la USAID, se hacía público que 22 proyectos del Plan Nacional de Desarrollo son financiados por esa misma organización estadounidense”(6)  

Ya en los últimos años del primer mandato y durante la primera parte del 2010 se fueron agudizando la contradicción de clases en base a ataques y respuestas, marchas y enfrentamientos, huelgas y bloqueos...hasta que el Gobierno adopta el famoso Decreto 0748. Dicho decreto, que casi duplicó el precio de los combustibles y que el poder justificó pretextando la lucha contra el contrabando y en nombre del desarrollo y la economía nacional (a quien beneficia en realidad son a las multinacionales petroleras), fue en realidad, un verdadero ataque al nivel de vida de todo el proletariado, que de inmediato, lo bautizó como “el gasolinazo”.

Respuesta proletaria

La respuesta proletaria al gasolinazo fue general: se llevaron a cabo marchas, protestas, bloqueos y sobretodo ataque y quemas de instalaciones e instituciones privadas y estatales. Como los precios de los alimentos y también del pan se dispararon, también se generalizaron los saqueos, así como los enfrentamientos violentos entre proletarios y todo tipo de fuerzas policiales a lo largo y ancho del país. Ningún discurso gubernamental pudo parar al proletariado peleando por lo que necesita. En muy poco tiempo, ambas clases de la sociedad volvieron a encontrarse en la misma polarización del período 2000/2005, en una guerra total. El cagazo del gobierno y la clase dominante ante ese recuerdo tuvo como resultado inmediato que la burguesía y el imperialismo (en particular la cadena internacional de hidrocarburos cuya plusvalía era la más beneficiada con el decreto de Morales) recularan en toda la línea: ¡el gobierno derogó el decreto sólo 5 días después de haberlo aprobado! ¡Hay que decir que ya los alteños y los mineros habían amenazado con hacer una marcha desde Oruro para sacar a Morales del Palacio Quemado como habían hecho al Goni en el 2003!

Pero ni así el capitalismo logró imponer una paz social relativa. Los efectos del gasolinazo sobre los precios no desaparecieron con la abrogación del decreto. El gobierno concedió algunos aumentos de sueldos y otras asignaciones sociales, pero fueron totalmente insuficientes para detener las protestas. En febrero se vuelven nuevamente a incentivar las luchas, miles de personas ocupan otra vez las calles protestando contra el aumento de los precios de la “canasta básica” y reclamando aumentos mucho más considerables de sueldos. La COB, que había sido aliada del poder del Estado, radicaliza su discurso y convoca a nuevas manifestaciones y bloqueos que se generalizaron nuevamente a las mayores ciudades de todo el país. Así la lucha proletaria contra el gasolinazo sigue, aunque el decretazo mismo haya sido abolido. En marzo y abril cuando cerramos este número, la lucha sigue su ritmo ascendente. En forma cada vez más explícita, el proletariado repudia el gobierno del “cambio” denunciando abiertamente que nada ha cambiado, que también Morales tendrá que irse porque entre el pueblo y las multinacionales petroleras prefirió a estas. El grito en el que convergen los manifestantes es: “si esto es el cambio el cambio es una mierda”

Así describe la situación los periódicos que están abiertamente contra el movimiento “ Ayer, los estallidos de dinamitas, destrozos al ornato público y el consiguiente caos vehicular causaron zozobra entre la población que nuevamente se vio afectada por estos hechos... Los manifestantes al cumplir su tercer día de huelga indefinida, mostraron una actitud totalmente violenta al destrozar banquetas de seguridad que utilizan los efectivos policiales para resguardar la plaza Murillo...Un día anterior, el Ministerio de Trabajo fue uno de los más afectados, pues los manifestantes echaron bombas de pintura en su fachada, rompieron vidrios y destrozaron la puerta de madera, además de manchar la Tricolor Nacional que se encontraba en ella, hecho que fue duramente cuestionado por la población(sic)...Las instalaciones del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) también registraron la rotura de vidrios de sus ventanas. En el Palacio de Comunicaciones, los manifestantes rompieron los vidrios de la caseta de seguridad con piedras y por explosión de cachorros de dinamita. En la puerta de la Corte Superior de Justicia también hay destrozos considerables causados por los dinamitazos...Por esta razón, todas las tiendas que venden todo tipo de accesorios y ropa de la calle Comercio permanecieron con sus puertas cerradas por temor a ser saqueadas” De El Diario - 8 abril 2011.

Otro periódico burgués da cuenta así de los hechos: “Con el arribo a la Sede de Gobierno, de más de ocho mil mineros, hoy todos los sectores sociales radicalizarán sus medidas de presión... Miles de trabajadores afiliados a la Central Obrera Boliviana protagonizaron ayer una violenta movilización, la más dura de los últimos cinco años de gobierno del presidente Evo Morales, tomando virtualmente la Sede de Gobierno y cercando Plaza Murillo en medio de fuertes detonaciones de cachorros de dinamita activados por mineros. El gobierno ratificó que no hay huelga, sí violencia. En la segunda jornada de protesta, el edificio más dañado fue el Ministerio de Trabajo cuyo frontis fue apedreado y su puerta principal dinamitada por los manifestantes...Las acciones violentas fueron reprimidas por las fuerzas policiales con el uso de agentes químicos y en respuesta, recibieron petardos y piedras de la turba de manifestantes que se apostaron a dos cuadras de Palacio de Gobierno, mientras otro continente trató de ingresar a la Plaza Murillo encontrando la resistencia policial que tendió un cordón de seguridad con caballetas de fierro.

La policía tuvo que utilizar nuevamente al carro antidisturbios...Mientras fuerzas policiales y manifestantes se enfrentaron en las calles, el centro de la ciudad quedó virtualmente tomado por la jornada de protesta... De Jornada - viernes 8 de abril.

Y no eran sólo mineros sino que muchos otros sectores del proletariado siguieron plegándose a la lucha: “Hasta las 21.00 de anoche, los maestros, trabajadores de la seguridad social y algunos mineros seguían intentando ingresar a la plaza Murillo. El enfrentamiento se agudizó en el túnel de la calle Potosí, a tres cuadras del centro paceño, donde inclusive un policía motorizado se prendió fuego intentando apagar la hoguera que los marchistas dejaron encendida”. De La Razón - 9 de abril.

 

Durante los días siguientes, cuando cerramos estos artículos, el movimiento se sigue generalizando, se paralizan y   bloquean rutas en todo el país. Los obreros rurales y los maestros asumen mayor protagonismo. Así el 16 de abril, la prensa informa: “Desde la madrugada de ayer, los maestros rurales radicalizaron las medidas de presión y procedieron a bloquear la carretera La Paz – Oruro, en los sectores de Senkata, tranca Achica Arriba, Ventilla y la Apacheta. El operativo dejó como saldo al menos siete heridos entre profesores y policías, sin embargo, durante los enfrentamientos, periodistas de diferentes medios de comunicación fueron agredidos tanto por la Policía como por los profesores rurales. El Comando Regional de la ciudad de El Alto, en coordinación con el Comando Departamental, con apoyo de efectivos policiales de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) Radio Patrullas 110 y el Patrullaje de Apoyo Ciudadano (PAC) mantuvieron el control de la carretera a Oruro, luego que al menos 5.000 profesores rurales bloquearon durante varias horas el sector... Por noveno día consecutivo maestros urbanos, rurales, mineros asalariados, trabajadores en salud y jubilados, afiliados a la Central Obrera Boliviana, mantienen el paro indefinido con movilizaciones, exigiendo al Gobierno la atención a un pliego de ocho puntos”. De El diario - 16 de abril:

Mientras más y más sectores proletarios generalizan la lucha y proclaman ya abiertamente que no pararán “hasta que echemos a Morales (¡que cada vez más llaman “fascista”!)”, el Gobierno sólo atina a negar los aumentos de sueldos exigidos en nombre de ¡la rentabilidad y las inversiones capitalistas!: “El ministro de la Presidencia, Óscar Coca, ratificó ayer que el Gobierno no puede conceder un incremento salarial mayor al 10% sin perjudicar la gestión de obras sociales y proyectos en gobernaciones y municipios... En resumen, señaló que, en criterio del Gobierno, 'no es justo que para incrementar el salario de cuatro sectores, o para destinar (el dinero) sólo al salario, se tengan que sacrificar inversiones en todo el país, puesto que se haría inviable la gestión de más de 200 municipios y siete de las nuevas gobernaciones'”Del periódico Cambio (sic) - 16 de abril 2011.

Las dos cosas que más preocupan a la contrarrevolución es evidentemente que el proletariado  muestre su potencia y su fuerza organizativa y el hecho de que todas las separaciones socialdémocratas entre reivindicaciones económicas y políticas sean fácilmente superadas en la práctica por el propio movimiento. ¡Y ello a pesar y contra los elementos ideológicos que los defensores de los “derechos del hombre” introducen para dividir a los proletarios y liquidar la unicidad revolucionaria del movimiento!“'Si no hay respuesta del Presidente, desde el lunes tomaremos el aeropuerto', fue una de las resoluciones del ampliado departamental realizado en la plaza 14 de Septiembre de Cochabamba luego de una jornada de bloqueos en puntos estratégicos de la ciudad, donde participaron más de una veintena de organizaciones del sector salud, gremiales, fabriles, maestros y otros afiliados...Las movilizaciones de las mil esquinas ayer, viernes, fueron acompañadas por la estrategia denominada ‘la viborita’: los grupos de protestantes se apostaban en esquinas estratégicas hasta obstaculizar el tráfico y luego se trasladaban a otro punto cercano. Así se cortaban accesos y se generaban espacios caóticos..... Sonia Brito, presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de La Paz:'Nos preocupa mucho que las consignas ya no son solamente consignas de reivindicación de los derechos de los trabajadores; estamos viendo que se encuentran mimetizados en las movilizaciones algunos sectores reaccionarios que están buscando prácticamente un derrocamiento del Presidente. Vemos que las consignas ya han pasado de una demanda de un derecho laboral prácticamente a pedir la caída del Presidente'”.Cambio - 16 abril. ¡Que horrible que los proletarios no se limiten “solamente consignas de reivindicación de los derechos de los trabajadores” y que, contra la izquierda burguesa, se atrevan a luchar hasta por el “derrocamiento del Presidente”!

Por eso se utiliza todo el arsenal de la izquierda burguesa contra el movimiento. Así al mismo tiempo que esa Asamblea Permanente de Derechos Humanos propone un aumento general de salarios de 15 por ciento, se dice que los mineros ganan mucho más que los campesinos, “que siempre traicionaron a los campesinos”, que “los dirigentes que llaman a la acción viven a costa de sus afiliados”, que hay infiltrados de derecha, que están manipulados por tal o tal fuerza.

Se podrá negociar o suspender las medidas de lucha, pero la agudización de la contraposición de clases es ya inevitable en Bolivia; grandes capas del proletariado ya han comprendido bien que “el cambio” seguirá siendo una mierda,  si no se destruyen las bases mismas del capitalismo y en general la producción de mercancías.

NOTAS:

1. El señor Gonzalo Sánchez Lozada es en realidad un burgués internacional propietario de empresas y tierras en muchos países del mundo, aunque vivió la mayor parte de su vida en Estados Unidos. Se hacía llamar Goni por los burgueses, pero los proletarios en Bolivia y el mundo le llamaban “el gringo” porque hablaba el castellano con un marcado acento yanqui y era un verdadero representante de Estados Unidos en tierra boliviana. También él había prometido una cantidad de cambios democráticos y de “participación popular”. Durante su mandato hizo aprobar un conjunto de leyes como la “Ley de Participación Popular, la Reforma Educativa y la Ley de Capitalización. Muy rápidamente el proletariado calificará esas leyes de las “Tres Leyes Malditas”.
2. ¡Qué otra cosa puede ser la aparición payasesca de Morales con poncho o chompas indígenas al lado de otros poderosos del planeta en traje y corbata, rodeados de milicos y guardaespaldas!
3. De “Los Tiempos.com” 25 de abril 2011.
4. En Bolivia, como en Venezuela, contrariamente al mito, ni siquiera se ha puesto en cuestión el clásico esquema histórico de capitalismo colonial extractivo en beneficio de las multinacionales con la consecuente destrucción de la Tierra y los medios de vida humanos. Lo que el poder del Estado en dichos países hace, con la contrapropaganda al respecto, es una verdadera renegociación de la renta del suelo con otras fracciones internacionales de la burguesía. Aunque no podemos desarrollar el tema aquí, afirmamos que el “socialismo” y el “antimperialismo” al respecto, sólo sirven para movilizar a las masas y hacerlas servir en ese reparto general de la plusvalía en beneficio de la fracción que actualmente controla el Estado contra las otras. De la misma manera el indigenismo del Estado lejos de defender la comunidad indígena y su relación con la tierra, continúa con el indigenismo colonialista que busca asimilar lo indígena a la lógica del capitalismo y el Estado. Es decir asimila lo indígena, en base a la folclorización de los símbolos y tradiciones indígenas convirtiéndolos en piezas de museo puestas al servicio de la acumulación capitalista como fuentes de beneficios económicos a través del turismo. Hasta los discursos oficiales en idiomas indígenas parten de dicha cooptación burguesa y estatal.
5. Nos recuerda inevitablemente aquello de que la historia se repite, primero como tragedia, después como comedia. Como cambio para mantener lo esencial, Bolivia ya ha conocido mucho de todo eso, con la famosa “revolución” de 1952 que resultó de recuperar/liquidar una potente revuelta insurreccional del proletariado. Por otra parte esta incorporación caricatural de lo indígena al Estado y en los discursos del Estado, nos hace pensar en el “peruanismo” y el particular papel de Velazco Alvarado.
6. Sergio de Castro Sanchez en “Socialismo e indigenismo en Bolivia, Aculturación, Estado y modernidad frente al buen vivir” en ALAI, América Latina en movimiento 2010.


CO61.2.2 Bolivia: si esto es el cambio el cambio es una mierda