A continuación presentamos un breve análisis de los momentos más álgidos de los conflictos de clases en Perú que se dieron en el transcurso del 2009. En nuestros análisis de las luchas no acostumbramos separar las diferentes determinaciones que las acompañan, sino que seguimos la evolución, a través del movimiento mismo, de la contradicción entre burguesía y proletariado, entre los intentos proletarios de ruptura con el orden existente y la recuperación de los mismos, afirmando las fuerzas y señalando los límites de las luchas proletarias. Es decir, centramos nuestro análisis en el desarrollo del antagonismo revolución y contrarrevolución, enfocando todo en función de las fuerzas actuantes que mejor representan la lucha por la destrucción revolucionaria del capitalismo.

Esta vez, por una razón de premura y facilidad, exponemos primero la cronología del movimiento y después el análisis del mismo. Sin embargo no se debe perder de vista que en ningún momento separamos la obra de la revolución y contrarrevolución del mismo movimiento, cada una de nuestras afirmaciones sobre la invarianza de sus determinaciones prácticas emergen orgánicamente del propio desarrollo de las luchas, de las mismas bases del enfrentamiento que presentamos en forma cronológica. 

Si hemos optado por comenzar por la cronología y luego por el análisis es porque fue lo que hicimos primero. Apenas nos llegaron las informaciones sobre los enfrentamientos de clase en  Perú, decidimos hacer una cronología para responder rápidamente a la actualidad (1) y contribuir, difundiendo la misma, a evitar el aislamiento y, si se podía, a extender la lucha. Durante la elaboración de esta cronología (que en realidad fue muy ardua pues en las fuentes consultadas se daba poca información, pero sí mucha ideología) constatamos que el punto central de esos enfrentamientos era la afirmación de los intereses revolucionarios que nuestra clase hacía por su misma práctica (por su acción y consignas, por lo que está haciendo y diciendo): estamos luchando contra nuestros enemigos directos y por ello contra la destrucción de la Tierra, somos humanidad inseparable de nuestros objetivos revolucionarios, somos comunidad de lucha internacional proletaria oponiéndonos al capital y su Estado… En la práctica se daba un golpe contundente a las ideologías pacifistas que niegan la necesidad de la violencia de clase en el enfrentamiento contra el Estado y de llevar ese enfrentamiento a niveles cualitativos (conatos de insurrección en este caso), así como a los eurocentristas que niegan el carácter proletario y revolucionario de esas luchas. Al mismo tiempo esa afirmación práctica del proletariado propina un golpe preciso tanto a las concepciones idealistas como a las materialistas vulgares (que en realidad son dos polos de una misma visión socialdemócrata) que por todos los medios intentan esconder el contenido proletario y universal de esas luchas.

Entonces, optamos por separar los diferentes componentes y niveles existentes en el enfrentamiento de clases, para subrayar que las determinaciones esenciales, que este proceso de lucha está asumiendo, son las mismas que históricamente el proletariado asumió (invarianza de las luchas proletarias) y el encarnizado combate que llevan todos los componentes de la contrarrevolución para negarlas/destruirlas también es el mismo de la burguesía (invarianza de la contrarrevolución). De la misma cronología, del movimiento mismo extraemos lo que nos están gritando nuestros hermanos de clase en la Amazonia peruana. Aunque la lucha sea local por su forma, pero mundial por su contenido, con su respuesta al capitalismo el proletariado en el Perú afirma los intereses del proletariado mundial. Esa misma lucha, contra la destrucción capitalista de la Tierra, es la que nuestros hermanos de clase nos exigen en todas partes. Es así que reafirmamos nuestra comunidad de lucha internacional, antinacional, internacionalista.

Para concluir esta breve introducción, recomendamos al lector referirse a los siguientes artículos, aparecidos en Comunismo, dado que tienen una relación directa con estas luchas:

-“¿Proletariado, yo? Contribución a la definición del proletariado”.  (Comunismo No 57).

- Lectura Crítica: “Des-colonización del poder: el horizonte alternativo”, Anibal Quijano,  - (Comunismo No. 59).

-“Catástrofe y luchas”, “El Capital o la Tierra” (Comunismo No. 59).

- Subrayamos: “América ¡Arriba los que luchan contra el capital y el Estado!  (“Comunismo No. 45”).

Perú: cronología de luchas proletarias


Desde hace ya varios años, el capitalismo busca insaciablemente integrar vastas zonas de la selva amazónica para la producción de petróleo, minerales, gas y madera. La escasez de esas materias brutas vuelve más desenfrenada la lucha por las mismas; la guerra de los capitales valorizándose, con la producción de las mercancías ligadas a esas materias, se ha vuelto más feroz, implacable y despiadada: entre capitales y contra la especie humana.
Ello implica: contaminación de los recursos naturales, deforestación… destrucción de lo que se llama el pulmón del planeta, desposesión de tierras y medios de subsistencia del proletariado en esas zonas… La catástrofe que esto conlleva para la misma existencia de nuestra Tierra, es claramente resentida por amplios sectores del proletariado que, amenazados en su existencia vital, entran (como lo hicieron sus ancestros hace 500 años) en lucha contra el capital, contraponiéndose así a la catástrofe destructora de nuestra Tierra.
Eso es lo que explica los enfrentamientos de clase en el Perú, que abarcaron no sólo la región amazónica de ese país, sino también la sierra y la costa, el campo y la ciudad, los centros productivos… Los protagonistas mismos de esa lucha declaran (con toda razón y consciencia) combatir por la vida.
Desde el 2008 los numerosos paros y huelgas, saqueos, bloqueos de carreteras estratégicas, puertos fluviales y actividades productivas petroleras y gasíferas, manifestaciones y concentraciones en numerosas ciudades,… se producen y se extienden con fuerza y decisión contraponiéndose a la brutal y catastrófica desposesión de la Tierra2. Por medio de la acción directa, el proletariado enfrenta los tratados firmados por el gobierno presidido por Alan García, líder del APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana), partido miembro de la Internacional Socialista. Dichos tratados contienen principalmente una serie de dispositivos para ceder terrenos e intensificar la explotación de la minería en la sierra y la extracción de hidrocarburos en la selva. Así, se había planificado la atribución, a grandes empresas capitalistas, de 63 millones de hectáreas de la Amazonía Peruana y la entrega de la propiedad del agua a grandes empresas, como las mineras. Según Alan García esas “(son) tierras ociosas porque el dueño no tiene formación ni recursos económicos, por tanto su propiedad es aparente” tienen que ser explotadas. “Hay millones de hectáreas para madera que están ociosas, otros millones de hectáreas que las comunidades y asociaciones no han cultivado ni cultivarán, además cientos de depósitos minerales que no se pueden trabajar y millones de hectáreas de mar a los que no entran jamás la maricultura y la producción. Los ríos que bajan a uno y otro lado de la cordillera, son una fortuna que se va al mar sin producir energía eléctrica”. Traducido: todo lo que no se transforma en mercancías rentables, que no sirve al capital es considerado ocioso. ¡Es lógico sólo sirve a la vida humana, a la subsistencia! ¡Hay que hacerlo rentable para el capital mundial arrasando la vida!
En abril del 2009 el movimiento da un salto cualitativo. Hartos de las diferentes delegaciones, que intentaban establecer un diálogo con el Presidente, y de los negociadores que buscaban una solución pacífica a los conflictos, y con la clara conciencia de luchar por la Tierra, los proletarios comprenden que no tienen otro camino que la violencia de clase: ¡da mucha alegría constatar la no separación que hacen los luchadores en sus diferentes volantes y manifiestos, entre lo regional y la totalidad, entre “su” tierra y la Tierra y la Vida! El parloteo usado para distraer, mientras el capital arrasa todo, no da para más, la clase elije su propio camino, la acción directa… “Hemos dicho basta y echado a andar” Los proletarios en lucha rompen las ataduras de las negociaciones, delegaciones… cortan y toman rutas, oleoductos (de gas y petróleo)… Desde diferentes puntos y por diferentes medios proletarios se suman a la lucha, esta vez con más decisión que en el pasado y sobretodo con mayor ruptura con respecto a sus falsos amigos.
La carretera Fernando Belaunde (lugar estratégico de circulación de mercancías) es bloqueada y más de 3.600 proletarios toman el estrecho, vital para la circulación, de Curva del Diablo (que une la selva con la costa norte y se encuentra cerca de la localidad de Bagua, entre la provincia del mismo nombre y la de Utucubamba). Bien organizados y dispuestos a no moverse hasta obtener solución a sus demandas, los luchadores sociales del proletariado logran ocupar lugares estratégicos, paralizando la producción y circulación del capital y poniendo en evidencia así, la vulnerabilidad del Estado. La estructura de base que se dan los proletarios son los comités de lucha.
Propietarios industriales, exportadores, y capitalistas en general, desesperados por sus pérdidas de beneficio, exigen al gobierno “aplicar ley” para liberar las carreteras y ductos de la Amazonia. Para la burguesía y su Estado, es imprescindible desalojar y pacificar las regiones selváticas (luego de 57 días de enfrentamientos) de los departamentos de Cusco, Loreto, San Martín y Ucayali, y evitar a todo precio la extensión del conflicto. Para ello hay que atacar aquella zona en donde el conflicto se radicaliza, aquella que constituye el corazón latiente de las luchas: la zona de Bagua, Jaén…, el noreste del Amazonas.
El 5 de junio, Día mundial del medio ambiente, el gobierno de Alán García despliega diversos contingentes policiales para desalojar a los proletarios de la carretera Fernando Belaunde Terry y tomar la estación petrolera 6 de Petroperú. Así a las seis de la mañana del viernes 5 de junio la DINOES (Dirección Nacional de Operaciones Especiales) entra en acción. Tres helicópteros MI-17 de la base de la Policía Nacional en El Milagro sobrevuelan la Curva del Diablo, totalmente ocupada y paralizada desde hacía diez días. Lanzan gases lacrimógenos (aunque otras versiones dicen que además dispararon con metralletas) mientras que simultáneamente un grupo de agentes arremete por tierra disparando con sus fusiles AKM. Así comienza el desalojo de Curva del Diablo, en donde se producen enfrentamientos sangrientos. Según ciertos testigos del desalojo, “los indígenas se enfrentan cuerpo a cuerpo con efectivos policiales logrando arrebatarles sus armas o hiriéndoles con machetes y lanzas”. Sin embargo los perros guardianes del capital hacen una verdadera masacre entre los luchadores.
Las informaciones llegan rápidamente a otros sectores del proletariado en lucha. El desalojo de la Curva del Diablo había significado asesinato de sus hermanos de clase. Al llamado “¡Hay que matarlos como ellos mataron a nuestros hermanos!” el proletariado en esa zona responde, desarmando a las fuerzas del orden que podían capturar, disparando y atacando con sus lanzas, flechas, y armas incautadas, saqueando y paralizando aún más la actividad productiva y de circulación… En la estación 6 de la empresa petrolera Petroperú, los luchadores toman como rehenes a un grupo de 38 policías y a un ingeniero e intentan incendiar el oleoducto petrolero. Cuando se confirman las masacres policiales, se da la orden de acabar con los efectivos policiales tomados como rehenes.
En Bagua, nuestra clase ataca locales de las instituciones estatales, incendiando el local del Partido Aprista Peruano, tomando el local de COFOPRI (Organismo de Formalización de la Propiedad Informal. Institución que se dedica a dar el titulo de propiedad y participar en la repartición de las tierras), el local del PRONAA (Programa Nacional de Asistencia Alimentaría, es una identidad del gobierno que muchas veces trabaja con ONGs), establecimientos policiales… organizándose contra los desalojos, aumentando los saqueos… Asimismo, muchos soldados (que hacían su servicio en los cuarteles de la región) desertan, aportando sus armas de fuego, para “ayudar a los suyos”.
“Los hermanos amazónicos se defendieron con lanzas y flechas; luego usaron las armas arrebatadas a los agresores. La ira hizo que tomaran una instalación petrolera en la que capturaron a un grupo de policías a quienes condujeron a la selva, ajusticiaron a algunos de ellos. La toma de una central hidroeléctrica, la paralización de estaciones del proyecto gasífero Camisea La población mestiza urbana de Bagua indignada por la masacre asaltó el local del APRA, el partido de gobierno y oficinas públicas, quemando sus vehículos. La policía asesinó a varios pobladores, entre ellos niños. El gobierno decretó suspensión de garantías y toque de queda a partir de las 3 p.m.” afirma un testigo.
Contra ello, el régimen impone la ley marcial y militariza toda la región amazónica. Pese a todo, a los llamados de serenidad, a seguir la lucha pero de forma pacífica… lo que se llamó “protesta irracional”, no se apacigua. Conviene subrayar que desde el punto de vista del capital la protesta es “irracional”, en la medida en que niega la racionalidad del Estado, de su democracia, de sus leyes, de su ciudadanismo, de sus delegaciones, de sus negociaciones parlamentaristas, pero no lo es desde el punto de vista humano, proletario. ¡qué más irracional puede haber para el capital que el ser humano pueda disfrutar de la tierra y que esos recursos no produzcan beneficio! No, sólo las protestas no disminuyen sino que se generalizaron y tomaron un cariz insurreccional.
El bloqueo de carreteras continúa, como la paralización de puertos fluviales y oleoductos.
El 7 de junio se toma el aeropuerto de Trompeteros (Provincia Taten del Marañón, en la zona nororiental de Perú) y el Lote 8, en la zona selvática, cuya concesión está a cargo de la firma argentina Pluspetrol.
En Puno se intenta tomar la Gobernación y se paraliza un puerto fluvial.
El puerto fluvial de La Ramada, uno de los más importantes de la Amazonia, es totalmente paralizado por la ocupación efectuada por los proletarios.
También se reportan marchas, bloqueos y plantones en edificios públicos en las localidades de Chimu de la vía Puno-Desaguadero, Ilave (también en la ruta binacional), Chejoña, Yanamayo, Juliaca, Melgar, Ayaviri, Sicuane y Huancané, todas en la zona del altiplano.
Se decreta un paro nacional indefinido, se paralizan múltiples ciudades y centros productivos… Las movilizaciones contra la represión, contra la expropiación de las tierras amazónicas, y por el castigo y sanción del presidente, Alan García, se masifican.
Se decreta Jornada Nacional de Solidaridad el jueves 11 de junio.
En Lima, se llama a una marcha de protesta. Pese a la presencia de casi 3 mil efectivos policiales, la participación de amplios sectores del proletariado es masiva. Cabe subrayar la participación de un contingente de la Federación Nacional de Policías del Perú, que enarbola su rechazo a participar en la represión. Los manifestantes responden a esta ruptura de los soldados con la institución gritando y reafirmando que “el pueblo uniformado también es explotado”.
La CGTP (Confederación General de Trabajadores del Perú), que también encabeza dicha marcha, quiere imponer los límites propios al diálogo y el buen orden capitalista, pero los manifestantes rompen esas limitaciones y deciden obedecer a sus propios objetivos de clase: llegar al Congreso y al Palacio de Gobierno. Y a los gritos de “la selva no se vende, la selva se defiende”, se dirigen a esas instituciones.
Cuando los perros sindicales no pueden contener la lucha proletaria se les reemplaza por los perros vestidos de uniforme, los cuerpos de choque de la burguesía se complementan como pueden: diferentes contingentes de la policía entran en acción, custodiando y protegiendo los lugares claves que el proletariado quiere atacar. Así se producen diversos enfrentamientos verbales y físicos. Las calles de la capital peruana son ocupadas por horas. Se ataca la sede del Ministerio Público, la manifestación logra alcanzar la plaza San Martín (uno de los centros urbanísticos claves, muy cercano a las instituciones centrales del Estado), la Plaza Francia, en donde se organizan mítines para coordinar las acciones, entre las cuales se decide dirigirse hacia el Ministerio de Defensa y al local del partido Aprista.
En Arequipa, se bloquea la carretera Panamericana, en Puno se paralizan las actividades productivas y se ataca la sede del partido Aprista.
En Tarapoto (San Martín), pese a las medidas represivas, al recorte de las garantías constitucionales, y a la imposición del Estado de Emergencia y el toque de queda, la manifestación de protesta es multitudinaria y se logra bloquear la carretera de Yurimaguas.
En, Iquitos (Loreto), la paralización de las actividades productivas es casi total y ningún negocio abre sus puertas.
En el departamento de Loreto extremo nororiental, y Pucallpa, en el oriental Ucayali se bloquean carreteras y puertos fluviales.
Un acceso del río Tamaya es ocupado, impidiendo así el paso de embarcaciones que navegan por el río Ucayali (encrucijada estratégica).
En Piura, Chiclayo, Tarapoto, Pucallpa, Cusco, Moquegua y muchas otras ciudades se dan manifestaciones que concentran a miles de proletarios. En Cusco se paralizan sectores ligados a la actividad turística. El local de Aduanas del distrito de Sicuani, departamento del Cusco, es incendiado y la carretera que conduce a la ciudad de Andahuaylas es bloqueada.
A nivel internacional, también se producen diversas acciones de protesta frente a las embajadas y consulados peruanos: Nueva York, los Ángeles, Madrid, Barcelona, Paris, Grecia, Montreal, Costa Rica, Bélgica…
Desde el Uruguay, en una concentración frente a la embajada peruana, los manifestantes afirman. “No son sólo ‘400.000 indígenas’ como Ud. ha dicho (se refieren a Alan García) quienes están en esta lucha por la defensa de sus territorios y bienes naturales; millones de personas en el continente y en todo el mundo apoyamos su lucha y decimos con ellos: “¡La selva no se vende (ni la tierra, ni el agua): la selva se defiende!”

NOTAS:

2 No debe olvidarse que esto es constatable en toda la región (dividida por los propios explotadores en países) Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador…, aunque este texto se centre en Perú.

 

Invarianza de las luchas proletarias

Como se subraya en la cronología, en junio de este año se produce un salto cualitativo en las luchas proletarias en Perú. El centro de ese salto cualitativo se da en Bagua, que se encuentra al noreste de Perú, en la Amazonia.

 

 A los enfrentamientos, ocupaciones, sabotajes, y otras formas de lucha que se desarrollan durante 2008 y principios de 2009, siguió una ola de luchas en el que el proletariado fue afirmándose para imponer, esta vez, masivamente, la acción directa, fuera y contra las expresiones socialdemócratas pacificadoras, negociadoras, democratizadoras, y demás. La generalización de la ruptura proletaria con las mediaciones propias a la democracia no solo fue cuantitativa sino que se transforma en  cualitativa y se concreta en la puesta en cuestión del mismo Estado burgués por parte del proletariado que llega hasta atacarlo de forma embrionariamente insurreccional. Dicho salto cualitativo, fue tan palpable para la clase que se generalizó a todo el territorio del país.

A continuación trazamos una breve reseña histórica de la proletarización, de las condiciones de vida que el capitalismo fue imponiendo a los trabajadores en ese espacio productivo que la sociedad burguesa llamó Perú. Si insistimos, de una manera general claro está, en este proceso histórico (las determinantes históricas que forjaron al proletariado en esa región) es:

1- Para combatir a las ideologías socialdemócratas que niegan protagonismo revolucionario a las luchas de amplios sectores del proletariado por no corresponder a su ideal del proletario, el obrero tal como lo describe la literatura política de izquierda, que en realidad no es otra cosa que el polo positivizado del capital. Dichas ideologías pretenden que esos proletarios no lo son en realidad. Teorizan que los mismos viven en modos de producción no capitalistas, que serían el producto de la falta de desarrollo capitalista y de modernidad. Una variante de dicha ideología es la sostenida por los “decadentistas” (4).

2- Para demostrar que esos sectores del proletariado han vivido y viven la misma realidad exacerbada que la de TODOS LOS PROLETARIOS DEL MUNDO: desposesión y privación de medios de vida, éxodos, aparcamiento en tierras marginales para los intereses de la valorización capitalista, exterminación productiva, ejército de reserva…

En realidad ni los indios, ni el resto de la humanidad, tenían, en sus orígenes, pequeña o gran propiedad de la tierra, porque sencillamente esta no existía y las tierras pertenecían a la comunidad, a la humanidad. La aparición de la sociedad de clases, la explotación del hombre por el hombre hasta el desarrollo del capital, fue posible porque esas relaciones sociales de explotación constituidas en fuerza estatal fueron privatizando siglo tras siglo las tierras y los medios de producción, separando al ser humano de su espacio vital, de su Tierra madre. Es un abc que la comunidad humana naturalmente ligada a la Tierra y no privada de medios de vida no necesita trabajar, no está sometida a las condiciones que hacen del ser humano carne a explotar; que para condenarnos al trabajo asalariado tuvieron que separarnos por la violencia de esas condiciones humanas. Indígenas, blancos, indios….toda la humanidad pasó por ese terrible proceso. Por ello toda separación de los indígenas del resto del proletariado, como si fueran producto de procesos diferentes y de ahí se pudiera deducir que tienen proyectos sociales diferentes, es un invento ideológico interesado propio de la ideología dominante. Considerar a los indígenas como menos proletarios es una invención totalmente falsa históricamente y sólo busca dividir a los explotados y marginados en sectores, para que no se unifiquen como lo que realmente son: una sola clase social, el proletariado, que se encuentra forzada a unificarse para destruir para siempre esta sociedad de explotación capitalista. Los “indios” (cómo los negros, los blancos o los mestizos) no son una categoría de oprimidos diferente como nos quieren hacer creer, sino el proletariado mismo que lucha contra la privatización de la Tierra y de la vida en general.

Al mismo tiempo, es una realidad que los indios, desde el inicio de la resistencia hasta el día  de hoy, han reivindicado directamente la necesidad de la Tierra. La burguesía y su ideología dominante ponen a esta reivindicación el adjetivo de “su” tierra, de “su pequeña propiedad”, cuando de lo que se trata es de la defensa indispensable de la Tierra para la vida y su reproducción. Es decir luchan por los medios de vida, por el eco sistema que abrita a la humanidad, por las relaciones directas, no separada, de las relaciones humanas con los elementos naturales.

Esta realidad, esta defensa de la Tierra frente al capitalismo que la arrasa, le da un contenido subversivo a la lucha contra el propio progreso del capital, que ha sido resentida de forma diferente por el proletariado urbano. El proceso de desposesión de los medios de vida ha sido tan bestial y potente que el proletariado urbano ya ha casi olvidado aquella relación humana con la Tierra (5). Sobre esa ilusión imbécil de superar la tierra, de considerarse lejos del mundo agrícola, de despreciar todo lo que tiene tierra (¡casi como sinónimo de sucio!) la ideología dominante construyó esa separación entre el proletariado rural y urbano. Pero la agudización de la catástrofe capitalista vuelve a poner en evidencia que esa ideología del progreso capitalista superando la tierra era sólo una ilusión, la destrucción del planeta deviene cada vez más palpable y la lucha por la defensa de la Tierra deja en evidencia la indispensable unificación del proletariado contra el capital.

Breve reseña histórica de la constitución del proletariado en Perú

La constitución del capitalismo como modo de producción mundial, durante el siglo XVI, fue un proceso que surgió directamente de la integración de todos los espacios productivos a un solo sistema mundial de producción. Durante ese proceso de integración, el capital fue subsumiendo, en el espacio geográfico hoy conocido como Perú,  a diferentes capas de seres humanos que vivían bajo diferentes modos de producción (desde aquellos que no contenían relaciones de explotación hasta los que presentaban formas desarrolladas de trabajo y explotación, del Estado, del Imperialismo…). El Incanato, modo de explotación en el que se despojaba a los trabajadores de sobretrabajo principalmente a través de la mita (6),  históricamente destruyo las sociedades primitivas y conquistó otras sociedades vecinas para imponer su Imperio. Así se fue imponiendo la separación entre la actividad productiva propia a las sociedades comunistas primitivas y el trabajo, para finalmente condenar a grandes masas de seres humanos a la explotación. Concomitantemente,  se desarrollaron múltiples instituciones que permitían producir y reproducir el sistema de extracción de trabajo excedentario de las diferentes comunidades que formaban el Imperio Inca. Entonces, durante los primeros albores de la colonización, el capital de origen europeo encontró una sociedad, el Incanato, en la que se sentaban las primeras bases de expropiación y explotación de los trabajadores directos. Porque ya existían clases sociales, Estado, explotación… en el Incanato, al capitalismo le resultó mucho más fácil: pudo utilizar los modos (inmediatos) de producción que encontró destruyendo sus bases propias productivas (el sobretrabajo ya no sería más apropiado por el Inca, y las demás clases expropiadoras), su carácter comunitario-colectivo. Así, el modo de producción del Incanato (que tenía como base la mita y el cacique), fue vaciado de su contenido original y subsumido en el capital mundial. La subsunción en el capital se produce vaciando las formas anteriores de su contenido pero manteniendo su estructura inmediata. O para ser más explicito, se mantienen las estructuras inmediatas de expropiación de sobretrabajo, las cosas, las cantidades…  pero la forma social ha cambiado totalmente: los productores ahora trabajan para el capital internacional y su vida está subsumida en la sociedad de producción de mercancías generalizada a nivel internacional. Llamar a dicho contenido “precapitalista”, cuando es esencial a la acumulación del capital mundial, es un sin sentido, que sin embargo fue sistemáticamente utilizado por la ideología dominante para combatir la unidad orgánica del proletariado internacional.

La mercancía por excelencia que se afirmó como equivalente general y moneda universal y que fue esencial en la revolución del mercado internacional, el oro (que el capitalismo requería para apoderarse de la producción material internacionalmente) fue producido en las minas del antiguo Incanato a partir de la movilización de trabajadores organizada y estructurada por los caciques (ello explica que, cuando se habla de relaciones de clase, de explotadores,  el término cacique designa todo el odio de clase de sectores amplios del proletariado en Perú y en otras regiones de América Latina).

«No son ciudadanos de primera clase», Alán García.“No son proletarios, solo pueden reivindicar y defender la propiedad”, GLP, CCI...

 

También se sometieron a grandes masas proletarias a la producción de mercancías agrícolas, industriales, extractivas y otras. Otras, que formaban un variado abanico de comunidades, fueron parqueadas en tierras “improductivas” (desde el punto de vista, claro está, del valor, del capital y no de la humanidad), con el objetivo de mantener un ejército de reserva de fuerza de trabajo necesaria para la acumulación capitalista.

Así el capitalismo fue sometiendo históricamente a amplias masas a un proceso de expropiación y alienación, que ya había comenzado el Imperio Inca, esta vez más brutal, más acabado.

A las afueras del Incanato, existieron otros modos de producción, dentro de los cuales muchos se reproducían sin que la actividad productiva esté sometida a la explotación y a la producción de sobretrabajo… La colonización, incapaz de subsumirlos en el capital e imponer directamente el trabajo productor de plusvalor, los fue expulsando y acantonándolos en territorios que no representaban, para el capital, interés en su valorización (Amazonia). 

Así proletarizadas, por el capital, por la producción de mercancías, estas masas humanas vivieron la desposesión, la separación forzada con la naturaleza… y en última instancia la dominación por medios militares, la marginalización y opresión racial capitalista. Es lógico que esta proletarización terrorista haya provocado luchas y resistencias contra el terrorismo capitalista civilizador en pleno progreso que tanto defienden los decadentistas (7). Esas resistencias, más allá de la consciencia de sus protagonistas, fueron y son parte de la resistencia del ser humano contra el capital y parte de la lucha del proletariado mundial (8).

Indudablemente, la fuerza de las luchas actuales en Perú, como también en todo el mundo, debe explicarse por esa misma concentración del desarrollo inhumano, catastrófico y por los antagonismos capitalistas que impone esta sociedad al proletariado. En pocas palabras esas luchas son parte de la revuelta de la humanidad contra la dictadura del valor, contra la valorización y extracción del plusvalor.

Al mismo tiempo no hay que perder de vista lo  que esas masas proletarias han podido condensar de particular en sus luchas históricas contra la explotación. Dicha lucha es incluso anterior al capitalismo, ella comenzó contra el Incanato y desde los últimos cinco siglos es una lucha contra la explotación elevada a nivel mundial, contra un modo de producción mundial, contra el capitalismo. Históricamente contra la colonización y el progreso internacional del capitalismo, contra la explotación en la producción del caucho, de los minerales… y luego del petróleo (y sus consecuencias catastróficas), contra la degradación cada vez más imponente de sus condiciones de vida. Sólo esas luchas impidieron la total  exterminación de esos seres humanos y sus rasgos esenciales de humanidad, ante los altares de la producción mercantil. Sólo esas luchas explican que, a pesar del terrorismo judeo cristiano e inquisitorial contra sus bases comunitarias, subsistan todavía algunos rasgos y conocimientos de una cultura anterior que les permita hoy contraponerse violentamente a la destrucción capitalista de la Tierra (9).

 

 

Con todo este bagaje, y como el mismo Marx afirma en sus escritos sobre la comuna rural en Rusia, estos sectores del proletariado, en su lucha, no pueden tener otra perspectiva que hacer parte esencial del movimiento revolucionario histórico de nuestra clase, el PROLETARIADO INTERNACIONALISTA, y reivindicar claramente su objetivo histórico: la dictadura por las necesidades humanas contra el valor, el comunismo.

Así, como antes de ayer, cuando los “salvajes” lucharon y se opusieron, hasta morir, contra el trabajo, como ayer, en el siglo XX (ejemplo la resistencia y lucha en Indonesia, Camboya, Vietnam), y como ahora, sectores amplios del proletariado en Canadá, en América Latina (se les llama indios), han tomado protagonismo importante en ese hermoso proceso de constituirse como clase a partir de sus luchas contra el capital. 

Intentos insurreccionales 

Como afirmamos en nuestra cronología, hoy en Perú  el capital precisa esos territorios de la Amazonia, hasta entonces marginalizados, para imponer su proceso de valorización. Al incluirlo en su sistema de producción de cosas y valores, el capital revoluciona las condiciones de vida de los seres humanos. En ese proceso de revolución permanente esencial al progreso del capital, éste succiona tierra, el agua, y todos los componentes de la Tierra, con toda las consecuencias, que ya bien conocemos, que esto comporta para la vida humana.

El apetito voraz capitalista se manifestó sin ningún tapujo cuando, a partir de reuniones, acuerdos, tratados, leyes y demás se dejaba claro que nada iba a impedir la masificación de la agricultura intensiva, la extracción de minerales, de petróleo, gas, la utilización del agua exclusivamente a esos fines… Como indefectiblemente sucede, ni los tratados, convenios y otras legislaciones internacionales y nacionales que “protegen” a las “comunidades locales”, eran obstáculos a sus designios, menos aún los acuerdos de “protección del medio ambiente”, y la desposesión brutal de los medios de vida de amplios sectores del proletariado.

Frente a estas embestidas del valor valorizándose, los sectores más tocados, las masas proletarias de la sierra y selva, se pusieron en pie de lucha y fueron forjando asociaciones y diferentes formas de enfrentamiento contra el capitalismo (desde la paralización productiva, hasta la paralización de la circulación, desde paros, huelgas, hasta grandes manifestaciones y concentraciones…) por todo el territorio peruano.

Como en otros casos, dicho movimiento no estuvo ni podía estar exento de ideologías ajenas y falsas perspectivas… La ilusión según la cual se podía obtener algo a partir de negociaciones, de exigir el respeto de la legislación, de demandas pacificas y respetuosas del cuadro democrático, es decir de todas las mediaciones del mundo de la mercancía, y de sus agentes (sindicatos, partidos, gobierno, gobernadores provinciales, acuerdos con las fuerzas policiales, ONGs), de las conciliaciones llevadas por la AIDESEP (Asociación Interétnica de la Selva Peruana) coexistían contradictoriamente con las rupturas que el proletariado iba asumiendo prácticamente. Pero en la medida que las luchas se afirmaban y desarrollaban, el encuadramiento burgués se cuestionaba y el asociacionismo proletario se fue forjando y desprendiendo de sus “falsos amigos” ganando autonomía de clase.

El punto más álgido de esta autonomía de clase se da en la respuesta al ataque burgués perpetrado en la zona de Bagua, el 5 de junio, bajo el estandarte del Día Mundial del Medio Ambiente (10). El enemigo es claramente designado: el Estado burgués. A las mediaciones democráticas se les contrapone la acción directa, a los llamados pacificadores el enfrentamiento contra el Estado.

Estas luchas determinaron a sectores de proletarios, enrolados en la policía, a desobedecer las órdenes de sus oficiales y desertar de las instituciones militares. Esta embrionaria descomposición de las fuerzas represivas (ruptura de proletarios con uniforme con respecto a su encuadre represivo) fortifico los primeros enfrentamientos que atacaban directamente al Estado y fue determinante para su extensión y desarrollo. Como vimos en nuestra cronología, esta situación llegó hasta, primero, provocar ciertos intentos insurreccionales en Bagua (ataque y destrucción de instituciones del Estado) y en menor escala también se intenta lo mismo en Puno, y segundo, a  contagiar la capital, Lima, adonde también se verificó la desmoralización y el desarrollo de incipientes rupturas en las propias fuerzas represivas de esa ciudad…

Es extremadamente importante subrayar que ese salto cualitativo se da con consignas y directivas que contienen niveles importantes de rupturas y autonomía de clase. No solamente la práctica directa rompía con el orden social, sino las mismas consignas, la misma conciencia de lo que se estaba haciendo era (sigue siendo) asumida como conciencia de clase.

“Debemos escuchar el grito de la Tierra que pide ayuda. La Tierra no tiene precio. No puede ser comprada, o vendida o cambiada. Es muy importante que los pueblos blanco, negro e indígena luchen juntos por salvar la vida de la selva y de la Tierra. Si no luchamos juntos, ¿cuál será nuestro futuro? Nuestros hijos necesitan la Tierra y la naturaleza viva y erguida… Es importante no sólo para los yanomami sino para el futuro de todo el mundo.” Portavoz de los indios yanomami, Davi Kopenawa Yanomami.

Estamos luchando por la vida”, es una consigna que se generaliza y que condensa en ella misma la consigna de siempre de los revolucionarios: contra la violencia de la sociedad, violencia revolucionaria por las necesidades humanas. Los más inmediatos intereses humanos se encuentran en contraposición con la dictadura del capital. “¡La selva no se vende, la selva se defiende!”, contra la mercancía, contra su propiedad, contra la democracia que le es propia, contra el reformismo… nuestra alternativa es la lucha. Cuando vemos afirmaciones programáticas en las que claramente se dice que cuando se lucha contra la desposesión y contaminación de la Tierra, como elementos necesarios a la supervivencia inmediata, se lucha por los intereses generales e históricos de la humanidad. ¡cómo no darse cuenta que esto responde a toda separación entre los intereses humanos en categorías que siempre hicieron nuestros enemigos (intereses económicos/políticos, inmediatos/históricos) ¡cómo no poner directamente en relación esa práctica con las afirmaciones programáticas de las revoluciones de siempre, que los comunistas (como Marx, en sus glosas marginales al rey del Prusia, Flores Magón o Pannekoek, a principios del siglo XX, entre tantos otros) delimitaron claramente. Este gran legado histórico fue, otra vez más, asumido con toda la fuerza que da esa humanidad en lucha contra el capital, por nuestros hermanos en el Amazonas y en Perú.

“No luchan para negociar, para obtener algún beneficio sectorial o alguna demanda disfrazada de derechos, sino para salvar la vida y evitar que la naturaleza sea convertida en mercancía” “Al defender la Amazonia están defendiendo la vida de toda la humanidad” Reivindicación tomada por Raúl Zibechi.

Y justamente, pese a todos las “diferencias” históricas  que contiene la integración, de nuestros hermanos de clase en esa región, a la explotación, pese a las “diferencias culturales”, y asumiendo la opresión que sufren como “indios”, pese a todo eso el enemigo que enfrentan es el mismo QUE ENFRENTAMOS  todos los proletarios en lucha, también lo son las herramientas de combate. Su afirmación como sujetos de la revolución, los intentos de explicitar claramente, con consignas directivas y reivindicaciones que contienen autonomía de clase, son también las de todos los proletarios en lucha, las nuestras. Por ello, el resto del proletariado en Perú no solamente sintió esa confrontación como la suya, sino también actuó en consecuencia. Los proletarios en Bagua  señalan el camino a seguir a los proletarios en todo el mundo. La cronología que hemos redactado, que simplemente da una idea general de la amplitud que tomaron los enfrentamientos en Perú luego de los sucesos en Bagua (11), atestigua ese salto importante que se dio en el movimiento, y la generalización que provocó, ya no sólo en el Estado peruano, sino también a nivel internacional. Diferentes manifestaciones, acciones y declaraciones de solidaridad, etc., se dieron en Uruguay, Chile, Bélgica, España…

Volantes repartidos en  Perú, contra la corriente, contra el orden establecido y las ideologías contrarrevolucionarias que niegan esas luchas, expresan claramente que se trata de una misma lucha internacional del proletariado: “Su lucha es la nuestra y nos solidarizamos con ella, pues forma parte de la comunidad de lucha mundial contra la bestia capitalista. Su resistencia a la sumisión es la nuestra y de todos los oprimidos del mundo”. “CAPITALISMO Y HUMANIDAD son antagónicos, y la historia de la lucha de nuestros compañeros contra nuestros enemigos de clase son ejemplos claros y actualmente vivos.” (12)

También desde Perú, compañeros que intentan sacar un balance de las luchas en Bagua, nos escriben concluyendo:

“… vía el combate, vía  la guerra de  clases (proletario/ burguesía) hacia  la revolución mundial, por  la verdadera comunidad humana mundial POR EL COMUNISMO...
 

LOS PROLETARIOS CAÍDOS SON ACCIÓN TRASGRESORA PARA LA GUERRA DECLARADA AL CAPITAL...

¡REVOLUCIÓN MUNDIAL,
POR EL COMUNISMO!”

Para el proletariado mundial, es indispensable reconocerse en estas luchas, comprenderlas como  su propia lucha, reapropiarse de sus fuerzas y tomarlas como suyas. Y en cierta forma, esto también se manifestó en los diferentes actos de solidaridad que surgieron por todo el mundo

Antes de concluir este capítulo, fuerza es de constatar el cachetazo que estas luchas asestaron a esas teorías materialistas vulgares, marxistas o no, según las cuales la falta de desarrollo capitalista, de modernidad, la falta de concentración proletaria, las malas condiciones geográficas (distancias enormes) acompañadas de deficientes medios de comunicación y otros, determinan límites infranqueables: incapacidad de generalizar las luchas, de tocar, desorganizar, los puntos neurálgicos productores de capital,… en pocas palabras de sacudir, atacar el sistema productivo capitalista y su Estado. Como en Madagascar (13), sectores claves de la producción fueron atacados, impidiéndoles la extracción de plusvalor (14) y la generalización de la lucha (y hasta sus intentos insurreccionales) recorrió distancias enormes (ver el mapa que reproducimos).

Invarianza de la contrarrevolucion

Hemos visto como el proletariado en  Perú se fue afirmando como sujeto revolucionario, con las mismas determinaciones históricas que acompañaron, acompañan y acompañarán todas las luchas proletarias. Ahora nos corresponde analizar la acción de la contrarrevolución, ella también conlleva las mismas determinaciones históricas para enfrentar a su enemigo de clase, y de sus diferentes expresiones. Desde los clásicos partidos que gestionan directamente la acumulación capitalista actuando en el interior del Estado, hasta aquellos cuya función principal es la de ser un partido burgués para los proletarios, la socialdemocracia y su ala centrista  (en tanto que organización “radical” de la socialdemocracia cuyo objetivo principal es recuperar y destruir las luchas proletarias contra el Estado), comparten los mismo objetivos: negar al proletariado, pacificar las luchas encuadrándolas en la reforma, en el progreso y por la purificación de su sistema de explotación, debilitar-destruir la solidaridad de clase que se forja a partir de las luchas,… gargarizándose con declaraciones  por una “humanidad” (utilizada así, es una categoría totalmente idealizada por haber sido alienada de la totalidad que la determina, es decir de su proyecto histórico)… Esa negación del proletariado como clase en lucha es un objetivo de clase característico de todos los componentes de la contrarrevolución.

Otrora abanderado con la ideología antiimperialista, a la salsa del socialismo latinoamericano, hoy y ayer miembro de la  Internacional Socialista,  el APRA asumió sucesivamente dos veces el gobierno en Perú bajo la presidencia de Alán García. Durante su primer mandato, en los años, 1985-90, no tuvo ningún problema en mostrarse, como sus pares (Noske y compañía), como el perro sangriento del proletariado (15). Otra vez, luego de su reelección en 2006, rememorando su triste calificativo, el perro sangriento no tuvo reparo alguno en enviar a sus fuerzas represoras para masacrar a los proletarios en lucha. Armado y blasonado, con el baluarte del progreso, y con la espada en la mano, declaró la guerra a los “ociosos, incivilizados y perezosos indios”, para así modernizar Perú y hacerlo más productivo. “Tiren y piensen después”,  dijo el perro sangriento Alán García a sus soldados y policías.

«Son ociosos que piensan llevarnos a la irracionalidad y al retraso primitivo», Alán García.

 

Con toda la arrogancia de un jefe de Estado, y por la misma impunidad con que quitó su primer gobierno (el proletariado no fue capaz de arreglarle cuentas con respecto a las masacres que perpetró), se creyó invulnerable y pensó que nada podía pararlo en su cruzada progresista. Pero finalmente el tiro le salió por la culata. Esos “indios” que tanto despreció, enfrentaron a sus perros especializados en guardar el orden social, paralizaron la actividad productiva, bloquearon la circulación de mercancías, la economía nacional y llegaron hasta atacar los propios establecimientos de su partido y del Estado. Por ello tuvo que renunciar a sus objetivos, esperando que la paz social se restaure, y sacar a uno que otro hombre de poder del gobierno, cosa de calmar los ánimos. Bueno, es lo que hace todo gobierno cuando el proletariado ataca.

Pero no olvidemos que la masacre que se perpetró en Bagua tiene también otros cómplices directos que, a nivel internacional, participaron y participan organizativa y directamente con los socialistas peruanos: la socialdemocracia oficial, su internacional, así como sus aliados ecologistas (como los Daniel Cohn Bendit, Fischer…) (16). Con respecto a los primeros, “la sorpresa” no es muy grande, salvo para aquellos que tienen la memoria corta, recordemos que sus pares alemanes crearon los escuadrones de la muerte que ahogaron en fuego y sangre la revolución en Alemania en 1919. Pero con respecto a los segundos, que se presentan como palomitas cándidas defendiendo el planeta con su basura clasificada, con sus biocombustibles, con sus centrales solares… y con sus representantes en diferentes Estados, en el Parlamento Europeo, parecería sorprender (17). ¿Cómo es posible que aquellos que dicen defender el planeta, que dicen defender ese pulmón que es la Amazonia, hayan caído tan bajo, hasta participar, con su silencio cómplice y con sus aliados socialistas, en la masacre del “Día del medio ambiente” contra los indios que luchan por la tierra, por la Amazonia…?, se preguntan algunos.

La ingenuidad y el cinismo del ecologismo es total. La mayor parte de los ciudadanos ecologistas, “defensores” varios de la “Tierra”, de las “prácticas ancestrales” y demás, no se preocupan por la prosaica realidad de la destrucción de nuestro ecosistema, y menos aún se interesan por los que, en vez de las lavadas de jeta verde de la producción capitalista, efectivamente luchan contra esa destrucción. Su mundo religioso es totalmente exterior a todo esto,  tienen sus narices bien enterradas en sus ritos angelicales “naturalistas”, en su culto a los ancestros, en sus oraciones a la tierra, en su “reciclaje ecologista”, en su gestión de la basura, en los “bio combustibles”, la “agricultura orgánica”,  o como se llamen para darse buena conciencia celestial, y no angustiarse con el mundo terrestre dirigido por la prosaica realidad del capital y su ganancia.  Es esta miseria que se expresa y da fuerza al ecologismo organizado, y como no podía ser de otra manera, fue ese mismo ecologismo mundial organizado en partidos y otras organizaciones (tanto en Perú como en otras partes del mundo), que no solamente permanecieron silenciosos con respecto a esas luchas sino que en los hechos son cómplices de la masacre perpetuada por el socialista Alán García. Miseria del ecologismo, cinismo de los jefes de Estado para confesar a viva voz (¡Día del medio ambiente!) lo que pasa en el mundo de la mercancía: para aquellos que efectivamente luchan contra la destrucción capitalista de la Tierra, palo y metralla.

Frente a ese desinterés real de los ciudadanos y de los que denominan grupos de izquierda, pero sobre todo frente al resurgimiento de luchas proletarias como las de Bagua, surgieron ideologías mucho más críticas que reivindican y galvanizan el ecologismo. Así ONGs y redes ambientales,  sociólogos, economistas… van a formar parte de una corriente (que recubre desde organismos de derechos humanos hasta formaciones marxistas, pasando por los ineluctables alter mundialistas), llamada “Ecologismo popular” o “Ambientalismo popular” (18). La ideología que acompaña al Ecologismo popular, que a diferencia de los primeros hará referencia y se interesará por los enfrentamientos, impide asumir el antagonismo existente entre el sistema capitalista y las luchas proletarias (19), entre los sindicatos ecólogistas y las ONG y el asociacionismo proletario, entre la lucha unificadora del proletariado y su parcialización (versión ecologista, en este caso)… y por ello, en tanto que fuerza social, en tanto que dirección política, se encuentra en las antípodas de la lucha por la autonomía revolucionaria de las luchas proletarias.

“El referéndum de Islay (20) es sin duda un mejor modelo de decisión de políticas públicas que el sangriento encuentro en Bagua el 5 de junio del 2009 entre organizaciones amazónicas y la policía peruana, cuya causa fue la repulsa a decretos-leyes del gobierno del presidente Alán García que facilitaban el acceso a tierras indígenas por empresas privadas”, Joan Martinez Lier

De manera general, todos los medios, alternativos o no, nos presentaron las luchas proletarias en Perú como la emanación de indios pacíficos que no fueron escuchados por el gobierno, que luchan para que se les respete sus derechos constitucionales, sus derechos de propiedad de la tierra en donde viven y que deberían ser asegurados por los diferentes Estados e Instituciones que firmaron estos derechos, y que pese a su “racionalidad”, a su respeto del orden democrático fueron, finalmente, salvajemente reprimidos. Reprimidos por “El corrupto y criminal Presidente, Alán García Pérez [que] no cumplió sus promesas electorales que le sirvieron para ganar las elecciones”. Alán Garcia – Gobierno Fascista y Corporativo (Redes Alternativas)

Tesis contra la parcialización de las luchas


En una época en la cual los efectos devastadores de la producción mercantil provoca muertes cada vez mas masivas por desertificación, deformaciones físicas irreversibles o enfermedades incurables por contaminación ambiental… la rebeldía proletaria contra el sistema se seguirá desarrollando y el desarrollo de la misma encontrará en los ecologistas de todo tipo, un obstáculo más, que deberá barrer para imponer su revolución.


GCI Tesis de Orientación Programática.

 

Es decir, hacen de todo para dividir la lucha proletaria (en categorías, etnias…) y encerrarla en el miserable horizonte ideológico de la propiedad privada y el derecho burgués. Frente a la contraposición violenta del proletariado contra el Estado, su democracia, sus derechos…, los ideólogos del capital se encarnizan, con toda su batería infecta, con sus análisis sociológicos y jurídicos (el compendio de derechos constitucionales peruanos e internacionales, sus diferentes decretos y leyes fueron materia central de la casi totalidad de artículos, textos…, no sólo de los medios oficiales sino también de los alternativos) en atribuirle intereses totalmente ajenos a sus luchas. Mientras el proletariado comprende prácticamente que no tiene nada que ganar con los derechos democráticos, que estos se encuentran en antagonismo con sus condiciones de vida, con sus intereses de clase, los ideólogos del capital, respetuosos de la propiedad privada y de los derechos que de ella emergen, hacen todo lo posible por darles credibilidad. ¡Cómo si los derechos pudiesen proteger la Tierra y a los indios! ¡Cómo si alguna vez en la historia del capitalismo esos derechos hubieran sido garantía de respeto de la vida, de no desposesión! ¡Cómo si el derecho, redactado por las grandes corporaciones internacionales, pudiese preservarnos de la adjudicación de los medios naturales a esas mismas grandes empresas capitalistas! ¡Cómo si fuese en el terreno del derecho, que siempre fue el derecho de la opresión y destrucción de los medios de vida, que se juega la garantía contra la deforestación, la destrucción de la biodiversidad y de los recursos naturale! Es ese paseo ideológico por el mundo del derecho, el que sirve como diversión para luego centrar el problema en los malos y corruptos gobiernos, en los “imperialistas” “los neoliberales” que no respetan esos derechos, que no comprenden o/y ignoran los daños que hacen al medio ambiente.

La gran mayoría de los medios, que denuncian los “excesos criminales” del gobierno o/y de Alán García y que se embanderan denunciando las masacres en la Amazonía, que condenan a los neoliberales o/y el gobierno peruano o/y Alan García ocultan la verdadera fuerza de esas lucha: que justamente no parten del derecho de un grupo étnico particular, sino bien por el contrario de una necesidad vital de toda la humanidad asumida, en este caso por el proletariado en Perú. Se ocultan los intentos de insurrección proletaria, que tiene una validez y una perspectiva internacional, detrás de las fotos de la represión y masacre, dando una perspectiva limitada, local, democrático burguesa. Otro objetivo crucial es, evidentemente, el canalizar la solidaridad internacional, que surge por varias partes del planeta, en una “solidaridad” únicamente contra la represión y encerrada en el horizonte de los derechos democráticos.

«No comprenden el progreso, ni la propiedad privada.»

 

La negación brutal de los objetivos revolucionarios de la lucha, y del sujeto que de ella surge, no se limita a los medios clásicos/alternativos. La socialdemocracia también lucha empedernidamente para negar la fuerza de la lucha de estos sectores del proletariado. En efecto, la catarata socialdemócrata, alimentada por la teología marxista leninista, que hace el culto idealizado del obrero (como único sujeto revolucionario, puro), “clase obrera” nos dicen,  el eurocentrismo, del culto del progreso (que comparten con el mismo Alan García), del desarrollo idealizado del capitalismo (que comparten con los alternativos, altermundialistas, etc.)…todo ese inmenso conglomerado de organizaciones que forman el Partido de la contrarrevolución, luchan encarecidamente para distorsionar lo que realmente está pasando, oculta que los fundamentos de las luchas, los antagonismos existentes y el sujeto que se afirma, son los mismos que los de toda lucha proletaria, que es el proletariado que se está constituyendo como clase, como potencia enterradora del capitalismo, que está desarrollando el antagonismo que llevará a la destrucción de esta sociedad, que lo está generalizando. Estas ideologías son particularmente dañinas , destructivas, del sentimiento internacional de comunidad de lucha, separan, dislocan, desorganizan, parcializan…, destruyen la solidaridad de clase, impiden la extensión-generalización del movimiento. Al atacar justamente la comunidad de la lucha, saboteando los lazos directos e indispensables que surgen del enfrentamiento a un mismo enemigo, impiden el desarrollo del movimiento revolucionario internacional.

El ocultamiento del proceso real de constitución del proletariado en clase es, sin duda, la tarea prioritaria de la socialdemocracia. Las ideologías obreristas, la vieja apología estalinista-nazista de los obreros (como si fuese un valor en si el ser obrero) son instrumento de ese ocultamiento. Lo principal para ellos es catalogar las luchas en el mundo como específicas, como diferente, como propias del atraso, impidiendo así que los proletarios del mundo se sientan identificados con esa contraposición real al capital. Es por eso que se habla de indios, de pequeños propietarios, de tal o cual etnia y a veces de tal o cual pertenencia sectaria o religiosa. Maniobras terminológicas, medios de producción de la información, ideologías… todo se pone al servicio de esconder que esos seres humanos son parte del proletariado mundial tanto por haber sido expropiados, explotados, humillados por el capital mundial desde hace siglos… como por la lucha que llevan adelante por la defensa del planeta Tierra, contra el Estado internacional. El proletariado no es una clasificación de este mundo de trabajo, sino la contraposición viviente y activa al mundo de la propiedad privada y la ganancia capitalista, es la acción práctica contra el capital y el Estado mundiales.

La determinación práctica que está asumiendo y expresando el movimiento de lucha de los “indios”, es decir, su carácter proletario e internacionalista, como lo afirman los compañeros Anarquistas de Lima (ver más arriba), es extremadamente peligrosa para el orden social burgués y por ello tiene que ser negada. Es contra ello que las fracciones socialdemócratas asumen la acción contrarrevolucionaria de esconder su carácter general: “pobres indios” (para negar a los  proletarios en lucha); “pacíficos” (para negar los intentos insurreccionales), que “solo aspiran a defender su propiedad” privada (para negar los objetivos clasistas que acompañaron a esas luchas, la lucha contra la propiedad privada), “sólo defienden sus derechos” (para encerrarlos en la prisión del derecho burgués y negar la acción directa)… Peor todavía, en vez de denunciar la lucha contra hermanos proletarios en lucha contra el Estado, se mete todo en una bolsa, incluso la liquidación de los represores y se habla en general de “las masacres” como producto de la putrefacción del Capital:

“¿Qué actitud debe adoptar el proletariado frente a las luchas de otras capas sociales no explotadoras pero cuya condición social no es proletaria?, CCI (Corriente “Comunista” “Internacionalista”).

¡Bagua es una muestra de la putrefación del capital! (Titulo de la toma de posición del GLP).

El centrismo socialdemócrata no tiene un programa diferente del resto de la socialdemocracia. Como ella, construye su concepto del proletariado a partir del ideal que quieren realizar, de la ilusión que se hacen de un sujeto totalmente depurado de su práctica real. Su punto de partida no es el desarrollo complejo de afirmación y negación del sujeto revolucionario, y menos aún la práctica, el enfrentamiento a partir de la cual el sujeto revolucionario va constituyéndose en clase y en Partido, sino conceptos estáticos, que parten de la imagen idílica que se hace el capital de sí mismo: el obrero, europeo, blanco, civilizado, y buen trabajador… en pocas palabras los trabajadores que corresponden a un polo del desarrollo capitalista. Según ellos, no es todo el conjunto de seres humanos que, por la misma desposesión de sus medios de vida, enfrentan al capital (relación en la que no se puede separar la acción de sus objetivos, el enfrentamiento inmediato del general e histórico, la comunidad que están forjando de la comunidad mundial de la lucha, verdadero y fundamental carácter del INTERNACIONALISMO …), no son los parados, los marginados, los indios, los trabajadores agrícolas… sino el obrero elevado a la categoría de ideal, es decir un polo del desarrollo del proletariado totalmente depurando de su práctica de contraposición real  y que solo emerge de sus estrechas cabezas.

Cuando esos que, los medios  llaman “indios”, afirman su verdadera esencia de clase, sus verdaderas determinaciones históricas, afirmándose contra sus explotadores directos, contra los opresores directos, como concreción de la lucha contra el capitalismo mundial, en solidaridad con todos los explotados del mundo; como los colonizadores de antaño, estos socialdemócratas infectados por la ideología judeocristiana del progreso y la civilización nos dicen: “no son obreros”, “no son proletarios”, sus costumbres y demás no corresponden materialmente a las del obrero, a la civilización, al progreso capitalista, y hasta a la raza blanca y su cultura.(21)

 De la misma manera que los participantes de la Controversia de Valladolid clasificaron la humanidad entre blancos, indios y negros, hoy estos curas marxistas leninistas, de la “izquierda comunista” o proclamados “anarquistas” dividen a los explotados según diversos criterios de humanidad. El concepto de humanidad es vaciado de su sentido más profundo, es decir, del comunismo (comunidad humana mundial, Gemeinwessen), es separado de su lucha por la dictadura del proletariado contra el valor, de la resistencia humana en lucha por sus necesidades. Como antes, los ideólogos del progreso, dividen a la humanidad entre blancos europeos civilizados, clase obrera, parados, marginados, negros, indios…; según ellos unos tienen proyecto social humano, los otros no, es decir unos serían más humanos que otros.

Así cuando son “indios”, “subproductos” históricos, no integrados al desarrollo mistificado del capitalismo, “no proletarizados”, “no civilizados”, y que por ello no son portadores de las “condiciones materiales” de la revolución…, los que se afirman como sujeto revolucionario, tienen que poner todo su accionar ideológico para negar la realidad, la vida de la clase, el contenido universal de la lucha.

Es muy triste constatar que el GLP (22), que expresara rupturas importantes, como la consigna revolucionaria: dictadura del proletariado por las necesidades humanas, este cayendo en ese marxismo-leninismo. El indio es visto como un ser menos humano, al que se le alienó la capacidad de luchar por otra cosa que no sea la propiedad de la tierra, como si no fuese capaz de extender sus luchas, de luchar por el comunismo enfrentando al capital y su Estado… Parecería, según estos ideólogos, que el indio llevase en sus propios genes todo lo que es antagónico, diferente, a toda la condición proletaria.

“¿Cual fue la razón de la lucha en Bagua por las comunidades indígenas?
El indignes [no sabemos lo que quiere decirse aquí NDR] principal de la lucha fue la defensa de la propiedad (indígena, campesina) lo cual sería un justa reivindicación para estos sectores explotados, condenados a la miseria y marginación. Si bien es cierto que el carácter proletario no esta presente en esta pelea […] No debemos mezclar la idea de que estos sectores podría ser protagonistas de una lucha similar a la del proletariado o que todos somos una masa igual de proletarios…” “El antagonismo entre pequeña y gran propiedad, se pone en relieve aqui en que se impone esta ultima para extraer a la salvaje los recursos naturales de la zona arrebatándole « sus » tierras a los selvicolas o campesinos. Para el proletariado no se trata de defender la propiedad, sino de abolirla para poner todos los medios de vida al servicio de las necesidades”, GLP.

Contra aquellos que dicen, que estos seres humanos no serían proletarios, (¡cómo si el concepto de explotación fuese determinado a nivel del individuo, o sectorialmente!), que no tendrían capacidad de luchar por objetivos revolucionarios, ni de extender y generalizar sus luchas (por no contener las condiciones materiales del desarrollo capitalista, por falta de proletarización…), los revolucionarios siempre los denunciaron por su teoría y consecuente práctica contrarrevolucionaria. Así, durante la primera década del siglo pasado, cuando la revolución en México estaba en pleno auge (que constituyó el primer gran ejemplo de lucha por la revolución proletaria en el siglo XX), Flores Magón tuvo que enfrentar a “anarquistas” del calibre de Grave que, en base al programa euroracista y de progreso capitalista,  denunciaban esas luchas como no revolucionarias, como simple contraposición entre caudillos políticos. También entonces, se decía que esas luchas no eran proletarias sino únicamente “campesinas” y que la revolución por la que peleaban era meramente política y no como sostenían los propios protagonistas por la revolución social mundial.

En Rusia, el mismo programa de desconocer el carácter revolucionario del proletariado agrícola sirvió al Estado capitalista, dirigido por los bolcheviques, para imponer, en nombre del obrero, el desarrollo y progresos del capital.(23) ¡La posición que niega así al proletariado, fue, es y será siempre un pilar fundamental de la opresión explotación y represión capitalista.

Claro que esos movimientos, digamos por ejemplo del campo, contienen límites, ideologías, como también los tienen las luchas de los obreros de fábrica (y que facilitan su recuperación en la autogestión, cogestión, nacionalización y demás). Los religiosos de la clase obrera se ensañan sea utilizando esos límites (como si los obreros no los comportaran también), y/o contraponiendo una clase obrera ideal (claro bien domesticada por la democratización, por sus parlamentos obreros, por el gradualismo pacifista, etc.). Nosotros, comunistas, nos reivindicamos de las fuerzas de ese movimiento, y a partir de ello criticamos las ideologías y límites que arrastran.


NOTAS:

1 Esta cronología, una vez terminada, la colgamos en nuestro blog de informaciones: http://gcinfos.canalblog.com/.


4 Evidentemente, los decadentistas no abandonan (por arte de magia) su concepción socialdemócrata y su sumisión al desarrollo del capitalismo, una vez que dicen que se pasó a la decadencia del capital. Es esa misma sumisión-apología que, por ejemplo, los determina a no ver como proletarios a esas fracciones de nuestra clase, pues les falta el desarrollo y la modernidad capitalista.


5 Así, por ejemplo, la gran mayoría de los niños de las escuelas urbanas han perdido completamente la dimensión Tierra en los mismos medios de su consumo cotidiano. La leche, los huevos, pollos, etc., que consumen diariamente, viene, para estos niños, exclusivamente de las fábricas y de los supermercados. Recordar aquella anécdota que le hacían dibujar pescados a niños de ciudad y hacían el rectángulo del bifecito congelado.


6 En el Imperio Inca, se movilizaba a los trabajadores para cultivar las tierras de las clases explotadoras (aristocracia, militares, sacerdotes…) a partir de la mita. Dos veces al año, durante las épocas de cultivo y de cosecha, los Incas organizaban expediciones, a partir de las diferentes comunidades que componían el Imperio Inca, para trabajar en las tierras del inca y de las demás clases explotadoras. El trabajo revestía aún formas colectivas: las masas de trabajadores eran alimentados colectivamente. El cacique y la institución que lleva su nombre, cacicazgo, fueron el eje central de la mita, ellos movilizaban a sus comunidades para trabajar en las tierras del Inca y de las demás clases explotadoras del Imperio.

7 Sería muy divertido imaginarse a un militante de la socialdemocracia histórica o de los actuales decadentistas explicándoles a los indios que deben sacrificar sus intereses inmediatos porque ese progreso que los tortura, los masacra, los hambrea, los explota… es una condición necesaria para la industria y ésta para la “revolución” que ellos imaginan.

8 Desgraciadamente, y por la misma opresión racial, por la ideología conquistadora capitalista (blancos judeocristianos) se desconocen estas luchas, sus fuerzas, su importancia (incluso la misma revuelta que se conoce bajo el nombre de Tupac Amarú, que tanto impacto movimientos de lucha contra el capital, hasta en Argentina el término tupacamaru era sinónimo de lucha contra el Estado, es poco conocida) y muy rápidamente fueron clasificadas como indigenistas. No queremos desmedrar el peso ideológico que esos movimientos, y sirva de paso decir que sucede lo mismo con cualquier movimiento que luchó contra el capital, arrastran como límites, pero de allí a negarlos como luchas humanas contra el capital, a negar la naturaleza esencial que los anima, ya es obra de la contrarrevolución racista, también muy bien vehiculada por la socialdemocracia.


9 Ver nuestro artículo: “Catástrofe y luchas: El Capital o la Tierra”.

10 Y ésa es la defensa del medio ambiente que hacen los ecologistas y sus seguidores, es decir complicidad total (véase más adelante), con las masacres de los proletarios que luchan por la Tierra.

11 Indudablemente, esta cronología elaborada desde lejos, con la poca información que circula, no es exhaustiva. Seguramente muchos elementos y luchas que manifestaron la fuerza de esta ola de luchas en Perú están ausentes.


12 Ver: “Siempre nos han destilado muerte: es la cara universal del capitalismo” Anarquistas de Lima, Jóvenes Proletarios.


13 Ver nuestro artículo: “El proletariado también grita “no va más” en otras latitudes- Madagascar la roja” en Comunismo No. 59.


14 Que si bien pueden tener un carácter momentáneo, todo depende de la capacidad internacional del proletariado de identificarse con las luchas y revertir las relaciones de clase a nivel mundial siguiendo el ejemplo de sus hermanos de clase hasta la destrucción del capital y su Estado.

15 Ver nuestro artículo “Imponente matanza de presos en el Perú”, Comunismo Nº 22, 1986.


16 El Partido Socialista Europeo, segunda fuerza política europea (desde las elecciones de 2004) reagrupa a los partidos socialistas, social demócratas y laboristas de Europa. Sus aliados tradicionales son los Verdes Europeos. El Partido verde europeo esta compuesto de 32 partidos ecologistas nacionales europeos. Oficialmente se les conoce como Federación europea de Partidos Verdes.


17 Claro está que también en este caso la memoria es corta, pues se olvida, por ejemplo, la participación activa del ecologista Fischer, ministro de relaciones exteriores en el gobierno de Schroeder en Alemania, en los bombardeos ecologistas (especialmente los que contenían uranio empobrecido) durante la guerra en Yugoslavia.

18 Ver: “El ecologismo de los pobres, veinte años después: India, México y Perú” Joan Martinez Lier, CEIICH-Puma, UNAM, México, 3 nov. 2009.


19 Un ejemplo que habla por si mismo, es la apología que hacen del CAOI (Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas) y sus propuestas de dar rango de Ley Orgánica a la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU, así como la ley propuesta de Consulta y Consentimiento Previo, libre e Informado a fin de prevenir y evitar conflictos provocados por la incursión de proyectos extractivos en territorios comunales, en el Perú. Así, se asume el verdadero papel socialdemócrata, transformar las luchas y reivindicaciones de las luchas de los indios en reformas institucionales.


20 Se refiere al referéndum que se hizo luego de las luchas en el sur de Perú que llevaron al bloqueo de la Panamericana Sur (carretera) contra el proyecto minero Tía María, con Campaña Nacional de firmas por el no a la minería química a cielo abierto y la minería nuclear en todas sus formas.

21 Ver nuestros artículos: La campaña racista del Partido Comunista” Francés (Comunismo No. 6), Contra la lucha del proletariado: el eterno pacifismo euroracista de la socialdemocracia (CCI también en versión Mexicana). En estos artículos vemos como ambas organizaciones comparten el mismo programa racista y la apología a la civilización blanca capitalista. (Comunismo No. 35)

22 GLP, Grupo de Lucha Proletaria. Ver su Toma de posición : “¡BAGUA ES UNA MUESTRA DE LA PUTREFACCIÓN DEL CAPITAL”.


23 Ver “La Contrarrevolución Rusa y el desarrollo del capitalismo” GCI, en Colección Pensamiento y Acción Socialista, Libros de Anarres, Buenos Aires 2009.





 

 


CO60.4 Imponente desarrollo de las luchas proletarias en Perú