Despedimos el años viejo con revuel­tas proletarias en la Argenti­na, así como lo comenzamos con revueltas proletarias en México. En ambas partes, como en todo el mundo, esa situación fue achacada a la pobreza acentua­da de las zonas donde estallaron, a las malas administraciones, a la corrupción o a la falta de democracia, nosotros subrayamos que las causas son las mismas y que nada tienen que ver con causas particulares, sino generales y que aunque no lo sepan la lucha de los proletarios en ambas partes tiene los mismos enemigos, más aun, que los objetivos del proletariado que estuvo al centro de esas revueltas en México, en la Argentina son los mismos por los que los proletarios luchamos en todas partes.

 

    En la Argentina el epicentro fue Santiago del Estero (ciudad de unos 700.000 habitantes que se encuentra a unos 1000 kms de Buenos Aires), capital de la provin­cia del mismo nombre, donde el proletaria­do transfor­mó una manifesta­ción de protesta, por el no pago del sueldo de los empleados públicos, y en repudio del ajuste, en lucha ofensiva, obligó a las fuerzas de represión regionales a retirarse y fue, fugazmente, dueño de la calle.

 

    Según las informaciones oficiales todo empezó así:

 

"El detonante que empujó a la multitud en su mayoría agentes de la administración provincial, hacia la violen­cia, con quemas, saqueos, muertos y heridos fue la confirmación oficial de que solo cobrarían sus sueldos de noviembre, pero no los impagos de los dos meses anteriores. La bronca y la amargura de los santiague­ños, hasta el momento de ese anuncio estaba contenida. Conocida la ingrata noticia, una improvisada asamblea popular aprobó por unanimidad salir a la calle "largar todo y jugarse el todo por el todo" fue la consigna... El punto de encuentro como en las manifestaciones de las jornadas anteriores, fue la Casa de Gobierno. Llegaron allí gastándose bromas y haciendo ruido. Pero se encon­traron con que no estaban solos: empleados públicos de otras reparticiones, médicos, enfermeras, obreros viales y de obras sanitarias se fueron concen­trando paulatina­mente frente a la sede gubernativa... ¿quién lanzó la primera piedra contra el despacho del subsecretario Zapata? Nadie lo sabe. la Bronca fue saliendo de a poco.... Un instante después volaron los primeros ladri­llos. La policía perdió la calma y estalló la batalla campal..." (Clarín 17/12)

 

    Por su elocuencia reproducimos algunos títulos, subtítulos y citas del gran diario burgués Clarín de Buenos Aires de esos días:

 

- "Estallido social en Santiago: 4 muertos y 100 heridos"

 

- "Son los incidentes más graves desde los saqueos de 1989"

 

- "Grupos de manifestantes enardecidos, algunos arma­dos, incendia­ron la Casa de Gobierno y la Legisla­tura"

 

- "También asaltaron y quemaron las casas de los ex gobernado­res peronistas Iturre y MUjica y del senador justicialista Carlos Juárez"

 

- "El radical José Zavalía defendió su residencia a balazos"

 

- "La Policía actuó solo al principio y después se reple­gó"

 

- "Los bomberos aparecieron cuando ya era tarde"

 

- "Menen dijo que esto pasó porque en la provincia no hubo una buena administración"

- "Alfonsín en cambio culpó al plan de ajuste"

 

- "El Congreso dispuso esta madrugada la intervención federal de los tres poderes"

 

- "Enviaron 1000 gendarmes y policías federales"

 

- "A medianoche comenzaron los saqueos"

 

- "Más saqueos y 55 detenidos"

 

- "Esta vez el foco de la violencia estuvo en La Banda, una ciudad cercana a la capital santiagueña".

 

- "... el epicentro de la ira popular ayer se trasladó de aquí a la vecina ciudad de La Banda, la segunda más grande de esta provincia"

 

- "Grupos aislados asaltaron las casas de dirigentes políticos. Las quemaron y las saquearon"

 

- "La capital santiagueña no pudo recuperar su habitual calma luego del violento estallido social del jueves. Las ruinas de la Casa de Gobierno, la Legislatura y los Tribunales fueron nuevamente objeto de la saña de los manifestantes"

 

 

    Más allá de la emoción que sentimos cuando vimos que circularon por el mundo imágenes de niños prole­tarios, notoria­mente mal alimentados, apoderándose de las poltronas de la Casa de Gobierno saqueada por los luchadores, subrayemos algunos aspectos de fuerza que nos parecen fundamentales del movimiento del proleta­riado:

 

- Se atacaron a los edificios representativos de todos los  poderes del Estado: la Casa de Gobierno, las comisa­rías, la Legislatura, pero también los Tribunales; es decir los famosos tres poderes clásicos: ejecutivo, legislativo y judicial. Es decir que contrariamente a otros movimien­tos similares el proletariado y contraria­mente a lo que se dice el proletariado no ve como únicos responsables a los actuales gobernantes, sino a todo el espectro político parlamentario, así como también a la justicia burguesa.

 

- Ello queda confirmado por el hecho de que el prole­tariado atacó las casas de todo el abanico político argentino y no solo los peronistas que se encuentran ahora en el gobierno. Es decir "hubo agresiones contra las casas de los dirigentes peronistas más conocidos y cuestionados -Juárez e Iturre pero también contra aquellos que venían surgiendo con ilusiones de renova­ción, como el radical José Zavalía" (Clarín 17/12/93). Se atacó además las casas de otros parlamentarios como al senador Cesar Iturre y Carlos Mujica, así como la del ex diputado nacional Hugo Crámero.

- La burguesía es consciente del riesgo del vacío político que ese cuestionamiento generalizado implica y llama a ubicarse de una manera creíble en la vereda de enfren­te para canalizar el movimiento: "La simbiosis mene­mis­ta-radical por la reforma acentuó esa impre­sión: nadie se ubicó creiblemente en la vereda de enfrente para conver­tirse en referencia de un camino diferente del que se propone desde el poder" (idem)

 

 - Y por si todo fuese poco a las tradicionales declara­ciones del obispo de Santiago del Estero llamando a "la paz, la tranquili­dad, y el diálogo constructivo", y atribu­yendo los sucesos a "la presencia de agitadores, gente extraña, que no es precisamente santiagueña", respon­die­ron las pintadas que decían clarito: "Qué dios me perdone, obispo, pero sos un hijo de puta". ¡Es decir tampoco se salvó la iglesia!

 

- Ni tampoco los representantes de ese cuarto poder que es la prensa, no solo los manifestantes se defendie­ron atacando a los periodistas que los filmaban (lo que se ha transformado en una forma elemental de autode­fensa contra la labor policial de los mismos) sino que ataca­ron las casas de algunos de ellos, como por ejemplo la de  Miguel Ángel Brevetta Rodríguez, ex vocero de prensa de Mujica.

 

- En cuanto a los sindicatos hicieron lo posible para controlar el movimiento, pero no pudieron. Así dos días después la prensa reconocía "La situación se vio agrava­da por el paro general de 24 horras dispuesto por la CGT local, que en realidad es más un manotazo de ahogado que una medida real porque no tiene poder de convocatoria. La gente se moviliza espontáneamente y prácticamen­te sin dirigentes que los organicen" (Clarín 18/12/93).

 

 

 

Por último queremos subrayar que cuando aun estaban ardiendo las cenizas de los edificios públicos incendia­dos por la furia proletaria en el Norte de la Argentina, en una gran parte de las cárceles del régimen estallaron importantes revueltas que abarcaron a todo el país, sin que nosotros podamos precisar si más allá de los intereses comunes de lucha contra el Estado de ambos movimientos, podamos estable­cer si hubo una relación directa y explícita en el desencadena­miento de los mismos. De toda formas vaya igualmente nuestro saludo combativo e interna­cionalis­tas para los proleta­rios presos que se sublevaron en toda la Argen­tina. Subrayemos también que ese movimiento tuvo una extensión sin precedentes. He aquí una lista incompleta de las cárceles ganadas a la ola de revueltas: Villa Devoto, La Plata, Batán, Mercedes, Lisandro Olmos, Bahía Blanca, Caseros...

 


CO34.5.2 Subrayamos: Revueltas proletarias en Argentina (Santiago del Estero, ...)