El capitalismo no puede vivir sin guerra. No es por casualidad que la guerra existe en permanencia en alguna parte del globo y que cada tanto la misma se extiende y toma formas más o menos generales. Es que esta sociedad, no puede vivir sin la guerra.
En el desarrollo histórico del capital y la consiguiente agudización de todas las contradicciones, puede además verificarse que este sistema solo se desarrolla gracias a las guerras sucesivas, que el ciclo necesario es crisis, guerra reconstrucción, expansión, nueva crisis ... y así sucesivamente. En concreto, solo ha sido posible el desarrollo gracias a la barbarie de la guerra.
El cierre de fábricas, o la desutilización de otros capitales fijos que se opera diariamente por la aplicación "normal" de la ley del valor, no es nunca suficiente y por ello de tanto en tanto se produce una depresión generalizada que lleva inevitablemente a una desvalorización general de todo el capital existente que no encuentra posibilidades de rentabilidad y que debe "normalmente" conducir a la quiebra generalizada de los capitalistas menos rentables. Estos (como los otros) se organizan para resistir esta ley inexorable del capital, y por ejemplo se altera la rentabilidad en el sector en base al proteccionismo, lo que no hace más que trasmitir su propia condena hacia otros capitalistas. La organización de unos y otros a diferentes niveles de centralización para llevar adelante esta guerra en las mejores condiciones posibles (sociedades, carteles, Estados nacionales, bloques imperialistas...) hace efectiva periódicamente la guerra, que aparece así como una solución parcial a los problemas del capitalismo mundial. Más allá de que las guerras se desarrollen como lucha interimperialista para apropiarse de medios de producción y de mercados o que en la consciencia de los burgueses de los dos campos en presencia esa guerra aparezca como una guerra contra otros burgueses (y en este sentido lo sea), la misma al destruir una parte importante del capital mundial, mejora las condiciones generales de la valorización de todo el capital social internacional.
Cuanto más se desarrolla el capital, más se desarrollan todas sus contradicciones y atrocidades; cuanto más progreso y crecimiento, más fuertes son las depresiones, las crisis, las necesidades imperiosas de nuevas guerras. Resulta evidente el papel criminal de todo tipo de desarrollistas y progresistas.
EL PROLETARIADO Y LA REVOLUCIÓN COMUNISTA COMO ÚNICA ALTERNATIVA
La única negación total y radical de la guerra, es la negación total y radical de la sociedad burguesa mundial, es decir la revolución comunista internacional.
Pero de la misma manera en que la burguesía, no es más que la clase que representa el capital, es decir el agente histórico del capitalismo; el proletariado, es el agente histórico de la negación revolucionaria del capital, la clase histórica de esa revolución social.
Así, la burguesía es el ejecutante de todas las determinaciones del capital sin poder escapar a ninguna de ellas. La lucha por la ganancia máxima, la competencia, la guerra comercial y la guerra a secas, son tan esenciales a esa clase social como la respiración para el ser humano.
La revolución 
      comunista, no es pues una alternativa entre otras, sino la única alternativa 
      a esta sociedad de miseria y guerra permanente. Por ello la contradicción 
      guerra - revolución, no es más que una expresión de la contradicción capitalismo 
      - comunismo, burguesía - proletariado.
De ahí la posición invariante de nuestro Partido contra la guerra y por la revolución, que expresamos nosotros en nuestra tesis 26 (ver Tesis de Orientación Programática):
Cuanto más se ha desarrollado el capital, más se ha desarrollado su barbarie y el antagonismo histórico con la humanidad y por lo tanto con el agente histórico de los intereses de ésta: el proletariado. Cuánto más ha progresado la economía nacional, más se ha transformado en una economía de guerra, cuanto más crecimiento del famoso producto bruto nacional más producción militar, sin olvidar que paralelamente todos los grandes progresos se realizan primero en el sector militar. Ello ha implicado siempre más sacrificio para el ser humano (¡¿o acaso no es precisamente nuestra humanidad que nos piden sacrificar en nombre de la economía, el progreso y la nación?!), más negación de las necesidades humanas del proletariado.
La guerra misma, la declaración abierta de hostilidades, contrariamente a lo que dicen los pacifistas no constituye ningún cambio en la naturaleza misma de la sociedad burguesa, no constituye ninguna ruptura con su progreso, sino que es el resultado más natural del desarrollo económico, de la competencia, de la paz social e interburguesa.
Pero por otra parte, desde el punto de vista de la humanidad, la guerra constituye un salto de calidad en el antagonismo
- porque ello implica que la realización de los intereses burgueses pasa por la negación del proletariado como clase, que la afirmación del nacionalismo y el imperialismo económico implica la masacre de los proletarios.
- porque por todas estas razones, el proletariado es forzado más que nunca a pelear, a asumir y reconocer su antagonismo histórico con la sociedad burguesa, porque en épocas de guerra abierta, la más mínima defensa de los intereses del proletariado (aunque sea su pan, su propia vida, la de sus hijos, compañeras o compañeros) es considerado un atentado al Estado nacional (¡y en realidad lo es!) una traición a la patria (¡y también lo es!!), ... y porque la lucha contra su enemigo inmediato, "sus" reclutadores, "su" burguesía, "su" Estado tiene como única alternativa la revolución y se sitúa directamente en el terreno de la lucha universal del proletariado contra la guerra y por la revolución.
Muchas veces, se opone guerra imperialista a guerra contra el proletariado, incluso entre los militantes revolucionarios muchas veces se polemizar sobre si la guerra tiene por función la lucha entre burgueses, entre Estados nacionales o la lucha contra el comunismo.
No es que cada una de las fracciones de la burguesía mundial cuando entren en guerra busquen destruir al proletariado o provocar una desvalorización general del capital que logre mejorar las condiciones generales de valorización. Ellas entran en general en guerra para destruir a su adversario en la competencia, para apropiarse los medios de producción o/y los mercados de su competidora, para impedir la desvalorización de sus productos destruyendo o apropiandose de parte o de la totalidad de los medios de producción de su adversario. Pero al tener ese objetivo, y más allá de la consciencia de los que llevan adelante la guerra, realizan la tendencia inmanente de la producción capitalista de destruir fuerzas productivas del capital (medios de producción y fuerza de trabajo), provocando la desvalorización del capital que facilitará luego la reconstrucción y la valorización del resto del capital mundial, y al mismo tiempo destruyendo el sujeto mismo del comunismo.
La respuesta es que la esencia del capital es la competencia, la anarquía y la oposición de capitales, que el capital no es más que muchos capitales opuestos y en lucha y que la decisión económica no la toma "el capital en general", sino cada capitalista o cada fracción del capital. Y este/a sí está interesado/a en el progreso técnico, pues en base al mismo, obtiene una "plusvalía extraordinaria". En efecto, cada capitalista individual (o a lo que un cierto nivel de análisis es equivalente), cada fracción del capital, al aumentar la fuerza productiva del trabajo que explota, hace que las mercancías producidas en su empresa o sector cuesten menos tiempo de trabajo que la masa del mismo artículo producido en las condiciones sociales medias mundiales, o dicho de otra forma, que lo que erróneamente se llama el "valor individual" se halle por debajo de su valor social. Pero como el valor real de una mercancía, no es su valor individual, sino su valor social, esto es no se mide por el tiempo de trabajo que insume efectivamente al productor en cada caso individual, sino por el tiempo de trabajo requerido socialmente para su producción, la fracción del capital que implementó la mejora técnica (incluso aunque por el aumento de la producción tenga que vender por algo más de su "valor individual") obtiene los mismos productos y por lo tanto los mismos valores que sus competidores con menos trabajo de donde se deriva una plusvalía extraordinaria.
Es necesario distinguir siempre entre las tendencias generales y necesarias al capital, como la tendencia a la guerra de desvalorización y de destrucción de su enemigo histórico y las formas en que las mismas se manifiestan, es decir la forma en que las leyes coercitivas de la competencia se imponen y se le aparece como motivos impulsores en la conciencia de las diferentes fracciones del capital (constituidas en carteles, trust, Estados nacionales, constelaciones de Estados nacionales, etc.)
Es decir, es tan verdad que la guerra es interimperialista, como que es capitalista y contra el proletariado. Lo que sucede es que frente a esta realidad objetiva, cada clase tiene también objetivamente, su interés y su punto de vista subjetivo y de clase. Por eso mientras la burguesía (y la opinión pública que la misma fabrica) se sitúa en el terreno beligerante e interimperialista (de lo cual los discursos del Papa, de los otros pacifistas, o en general los acuerdos diplomáticos no son más que expresiones); el proletariado y con más razón aún los elementos más decididos y organizados de esa clase, es decir, los comunistas, se sitúan abiertamente en la lucha revolucionaria contra la guerra.
En la lucha histórica del proletariado contra la guerra, la vanguardia revolucionaria ha ido clarificando todos estos aspectos que en forma general y abstracta hemos esquematizado aquí. Desde el Manifiesto del Partido Comunista que afirma que el proletariado no tiene patria, o la consigna de Roig de San Martin a fines del siglo pasado de "ser patriota es ser asesino" pasando por la afirmación explícita del derrotismo revolucionario frente a las (llamadas) primera y segunda guerras mundiales, hasta todo el trabajo posterior de reapropiación programática realizado por las fracciones comunistas, se ha ido afirmando la teoría revolucionaria del proletariado en este sentido.
Reafirmamos aquí la coherencia general de los diversos materiales que hemos publicado en nuestras revistas centrales en este sentido, no solo porque nos parece que contribuyen a explicar la guerra en el Golfo, y lo que ahora (marzo de 1991) llaman paz en esa zona, sino porque siguen siendo esenciales para comprender el futuro.
2) Derrotismo 
      revolucionario y organización de la comunidad de lucha contra el capital 
      y la guerra.
3) Análisis 
      de fuerzas militares y tomas de posición particulares contra la guerra y 
      por la revolución.
1) Trabajos 
      de fondo sobre el capitalismo y las guerras:
- Liberación nacional: Cobertura de la Guerra Imperialista, publicado, en Comunismo Nº 2 y Nº 3
.
.
2) Derrotismo 
      revolucionario y organización de la comunidad de lucha contra el capital 
      y la guerra.
3) Análisis 
      de fuerzas militares y tomas de posición particulares contra la guerra y 
      por la revolución.
 
Es claro que, 
      la clasificación aquí efectuada es arbitraria y que más de un texto debería 
      encontrarse en dos o en todas las rúbricas. Por otra parte, debemos aclarar 
      que si bien consideramos la totalidad de estos materiales como de nuestro 
      Partido, del Partido histórico del proletariado, en algunos casos los materiales 
      no fueron redactados (o no exclusivamente) por nuestro pequeño grupo.
  
CUADRO DE NUESTRO 
      ANÁLISIS 
La reciente 
      guerra en el Golfo fue una demostración indiscutible de la validez del análisis 
      efectuado por el marxismo revolucionario. Contra todos los discursos burgueses 
      que afirmaban que en fin se había llegado a una época de paz eterna, el 
      capitalismo volvió a mostrar su verdadera naturaleza guerrera.
La guerra interimperialista, 
      se verificó una vez más como una guerra del capital por su conservación, 
      como guerra contra el proletariado. Es decir guerra simultáneamente de gran 
      negocio y de destrucción de fuerzas productivas; de vidriera internacional 
      de la industria de armamento y de masacre de proletarios. 
Para una comprensión 
      profunda de las determinantes más globales que explican la guerra del Golfo 
      una nueva lectura de la polémica histórica entre la tendencia de Hennaut 
      y la tendencia Jehan, sobre las "Causas de la guerras imperialistas" 
      así como nuestra explicación y toma de posición nos parecen fundamentales 
      (Comunismo Nº10). En continuidad con ello aconsejamos también como indispensables 
      la lectura de nuestro texto "Capital, totalidad y guerra imperialista" 
      en Comunismo Nº 14, así como "Nos hablan de paz" en Comunismo 
      Nº 24 así como los editoriales en los que denunciamos la guerra y llamamos 
      al derrotismo revolucionario contra la misma, como por ejemplo el de nuestro 
      último número (Comunismo nº 28).
En cuanto a 
      las grandes fuerzas capitalistas presentes en la guerra del Golfo resulta 
      decisivo el análisis de la potencia militar de USA y en particular de la 
      reorganización general del ejército operada en ese país para asumir el papel 
      de gran gendarme del orden burgués internacional, para lo que remitimos 
      al lector a nuestro texto "El ejército y la política militar de Estados 
      Unidos, en Comunismo Nº 8 y Comunismo Nº 9. En la guerra del Golfo vimos 
      como todo lo que en esos textos señalábamos como reorganización del ejército 
      y la política militar de los Estados Unidos, logró su más cabal confirmación 
      y aplicación. Lo único que desde esa fecha ha variado en la fuerza militar 
      más poderosa del mundo es la importancia creciente de la preparación militar 
      para los conflictos de "mediana intensidad" (como fue la guerra 
      del Golfo; una guerra convencional contra un ejército importante) en relación 
      a los de "alta intensidad" (riesgo que con las contradicciones 
      interimperialistas al interior mismo del Pacto de Varsovia, que determinaron 
      su desaparición, se considera menos probable) y a los de "baja intensidad" 
      (disminución de la importancia relativa de los grupos guerrilleros); pero 
      incluso esta adaptabilidad no es más que una aplicación de la flexibilidad 
      general que analizábamos en aquellos materiales. 
Entrando más 
      particularmente en el sujeto de la zona de la guerra, resulta imprescindible 
      releer un conjunto de artículos nuestros en el que contra la corriente, 
      nuestro Grupo insistía en la importancia enorme del desarrollo en la región 
      de la contradicción guerra y revolución; y en donde, ahí en donde nadie 
      veía más que guerra entre países, nosotros metíamos el acento en la guerra 
      capitalista contra el proletariado en Irán e Irak. Primero guerra contra 
      la acción revolucionaria del proletariado en la región (especialmente en 
      Irán, en donde la burguesía había presentado la carta radical del Ayatola 
      Khomeny contra una revuelta proletaria que había logrado desarmar a uno 
      de los ejércitos más importantes de la tierra), luego de afirmación de la 
      contrarrevolución. Invariantemente se presentaba también en esos textos 
      a la paz como parte de la guerra y por eso cuando se firmó la paz entre 
      Irak e Irán y toda la corriente consideró terminada la cuestión Irán - Irak, 
      nosotros tanto por nuestra concepción global (la paz y la guerra como expresiones 
      de una misma realidad capitalista contra el proletariado), como por la información 
      que teníamos de nuestros compañeros (la movilización militarista continuaba), 
      seguimos insistiendo y haciendo llamados a los revolucionarios para continuar 
      organizando el trabajo de la comunidad de lucha del proletariado contra 
      la guerra y la paz en Irán e Irak y realizamos una reunión internacional 
      a tales efectos. Al respecto, hoy que nuevamente se habla de paz en el Golfo, 
      resulta fundamental leer el Manifiesto hecho por compañeros de la región 
      en 1982 (Comunismo Nº 10), así como "Irán Irak: guerra de clases contra 
      guerra capitalista" (Comunismo Nº 19) "la masacre de Halabya" 
      porque basándose en informaciones directas de compañeros de la región se 
      pone en evidencia en las diferentes fases y momentos, que detrás de la contradicción 
      entre las fuerzas imperialistas que llevan adelante la guerra Irán e Irak, 
      la contradicción principal entre guerra (y paz) capitalista por un lado 
      y el proletariado por el otro, llega a niveles de exacerbación impresionantes.  
En consecuencia, 
      con este cuadro de análisis, nuestro grupo, consideró desde hace años la 
      región Irán - Irak, como una región clave en el desarrollo de la contradicción 
      proletariado -  burguesía, comunismo - capital. Por ello, consideró 
      como eje central del trabajo internacionalista la realización de una campaña 
      internacional contra la guerra capitalista y en particular contra la guerra 
      y la paz en Irán e Irak. Ver en particular Comunismo Nº 23 y Le Communiste 
      Nº 25, en especial el artículo "Invarianza de nuestro trabajo internacional 
      y algunos elementos para implementar la propuesta", así como el número  
      25 de Comunismo titulado: "Irán / Irak, "Contra la Guerra 
      y la Paz Capitalista; DERROTISMO REVOLUCIONARIO". 
A pesar de que 
      en cuanto a análisis mismo, no haya nada muy nuevo que agregar, el 
      desarrollo de esta guerra del Golfo, su brevedad, la continuación de las 
      guerras interburguesas internas en la zona, requiere, teniendo en cuenta 
      la gigantesca falsificación de todo lo sucedido operada por todos los medios 
      de difusión, al menos, una descripción consecuente, desde nuestro 
      punto de vista de clase.    
GUERRA ABIERTA 
      CONTRA EL PROLETARIADO
Lo primero que 
      queremos subrayar es que contrariamente a todo lo que se dijo, la guerra 
      del Golfo fue desde nuestro punto de vista, una guerra contra nosotros, 
      los proletarios.
Una vez más 
      en la historia del capitalismo, se envió a la carnicería y a la masacre 
      a decenas, centenas de miles de proletarios, en nombre de la patria, de 
      la paz, de la democracia, de la liberación contra el imperialismo o / y 
      la dictadura. Una vez más, lo que había detrás de los miles de proletarios 
      que se mataban entre ellos, no era ni más ni menos que un problema de dinero, 
      de mucho dinero, de valor luchando por valorizarse, de guerra capitalista, 
      de guerra de capitales.
Todo fue instrumentado 
      para que la masacre generalizada sea lo más impecable posible. En los campos 
      de batalla en Irak, en Kuwait, los proletarios (¿es necesario recordar que 
      los proletarios inmigrados fueron los primeros en ser reclutados por la 
      fuerza en el ejército de Irak y enviados al frente?) eran literalmente enterrados, 
      obligados con el fusil en la espalda a permanecer en las trincheras cavadas 
      en el desierto: adelante campos minados para intentar evitar fugas y rendiciones 
      y en la espalda las tropas de élite (guardia republicana), que garantizaba 
      la ejecución sumaria de cualquiera que reculaba, o defeccionaba.
Cuando, antes 
      de la ofensiva terrestre, las fuerzas de la Coalición gritan victoria, y 
      anuncian que ya han puesto fuera de combate a los 3/4 de las fuerzas regulares 
      del enemigo, aunque solo a un 10 por ciento de la guardia republicana, están, 
      desde nuestro punto de vista, confesando cínicamente que la masacre se ha 
      concentrado principalmente en los proletarios uniformados, que decenas de 
      miles de seres humanos, sin la más mínima posibilidad de defenderse fueron 
      conjuntamente sacrificados por el Estado Iraquí y por la Coalición. 
      Desde el punto de vista del Estado Iraquí, que no debemos olvidar ayer tiraba 
      contra sus propias tropas que desertaban en masa, había efectuado dicho 
      despliegue de fuerzas, para que esas decenas de miles de seres transformadas 
      en carne de cañón enlentezcan (tal vez de algún día) el irremediable avance 
      del enemigo. Desde el punto de vista de la coalición, dichas tropas inmóviles, 
      enterradas, sin ningún tipo de arma sofisticada, constituían un blanco fácil, 
      privilegiado, adonde se podía probar todos los medios de muerte, sin asumir 
      ningún riesgo grande.
Incluso antes, 
      del desencadenamiento oficial de los combates, toda la población civil de 
      Irak es tomada como rehén (en cuanto a los otros "rehenes", las 
      personalidades, se arreglaron entre ellos - los burgueses - y fueron "liberados") 
      (1) siendo sometida durante meses a una situación de penuria generalizada, 
      ... por medio del bloqueo total, incluido alimenticio y de todo lo necesario 
      a la salud, que fuera organizado y controlado, con el aval de las Naciones 
      Unidas, por el conjunto de los países de la coalición. Y también ahí, el 
      régimen de Irak, descargará todo el peso del bloqueo para someter el conjunto 
      de la vida a las exigencias de su guerra, es decir para imponer un nivel 
      aun peor de militarización del conjunto de la sociedad, es decir para someter 
      aun más proletarios e imponerles plenamente los intereses de la nación. 
      Digamos de pasada, que es esta impresionante situación de embargo y bloqueo 
      alimenticio, que reivindican una gran parte de los pacifistas y que comenzado 
      el bombardeo, en plena coherencia con el humanismo que los caracteriza, 
      proponían volver a aquella situación, y continuar el bloqueo hasta el final.
En cuanto a 
      los bombardeos en sí, no nos han ocultado las centenas de miles de toneladas 
      de bombas que sembrando la muerte y la destrucción fueron largadas en los 
      territorios de Irak y Kuwait. Pero lo que si, hicieron todo lo posible, 
      es para convencer al planeta entero de que solo se trataba de una "intervención 
      quirúrgica", que destruía únicamente blancos militares. Desde la misma 
      hipócrita distinción entre militar y civil (los enrolados por la fuerza 
      por ejemplo son "naturalmente" considerados, blanco militar), 
      toda la propaganda, tiende a que el proletariado del resto del mundo acepte 
      pasivamente el desarrollo de esa masacre "lejana".  
      Contra toda esa propaganda, nosotros sabemos que fueron nuestros 
      hermanos de clase, quienes son oprimidos al extremo por la guerra, quienes 
      soportaron toda la pesadilla, quienes caen bajo las toneladas de todos esos 
      medios de muerte que eran tirados día tras día.
Dada la debilidad 
      político - militar del bloque dirigido por Sadam Hussein, el proletariado 
      de los países de la Coalición, no sufrió directamente de los bombardeos 
      u otras atrocidades inherentes a la guerra (las pocas decenas de muertos, 
      concierne principalmente las tropas de élite), pero sin embargo experimentó 
      un mayor ataque a las condiciones de reproducción de la vida (y por ello 
      de la lucha), concretada tanto en un aumento de la tasa de explotación como 
      en un aumento generalizado de la represión. El aumento de la tasa de 
      explotación se operó principalmente vía un aumento excepcional de precios 
      -sin compensación salarial - pretextado en el aumento del petróleo (lo que 
      a su vez, como resultó evidente, se debió a cuestiones especulativas y no 
      a razones de merma de la producción o escasez), pero también en algunos 
      casos por la imposición directa de tasas o impuestos públicos para financiar 
      el esfuerzo nacional de guerra. El aumento generalizado de la represión 
      estuvo dirigido especialmente contra toda lucha contra la Unidad Nacional 
      y contra toda insumisión a la política de guerra, etc. Los discursos militaristas 
      de los diferentes gobiernos fueron acompañados, en Estados Unidos, en Turquía, 
      en los países del Norte de Africa, en Tailandia y en varios países Europeos, 
      por medidas draconianas de terrorismo estatal, de persecución de desertores, 
      de aprisionamiento de decenas de miles de proletarios que mostraban su 
      rechazo a la criminal política imperialista de "sus propios" patrones, 
      de "sus propios" Estados Nacionales. Enfin, durante ese breve 
      período se intensificaron las medidas de control policial de toda la población 
      en muchísimos países, al mismo tiempo que se intenta por todos los medios, 
      detectar, arrinconar, y terrorizar a todos los que luchan contra "su 
      propio Estado", a los militantes internacionalistas. 
¡Qué diabólico 
      engaño, que en el mismo momento en que el Estado Mundial concentra la más 
      increíble concentración de instrumentos de muerte y de terror en el Medio 
      Oriente, se proclame en otra parte el campeón del antiterrorismo en general 
      y persiga, con ese mismo pretexto, a los militantes revolucionarios!
En Turquía, 
      en Túnez, Marruecos, Argelia, ... la guerra permitió la represión directa 
      de las luchas proletarias que se habían desarrollado durante los últimos 
      meses.  En Turquía, el fin del 90 
      y el principio del 91, fueron marcados por una serie importante de huelgas 
      muy duras y radicales principalmente en el sector minero (Zanguldak), pero 
      también en la industria metalúrgica y en el sector automotriz. En Túnez, 
      las manifestaciones masivas y regulares del proletariado, que expresaban 
      el descontento generalizado, al mismo tiempo que el repudio a los gendarmes 
      del Estado mundial representados por la Coalición, fueron violentamente 
      reprimidas como manifestaciones proislamistas, tratando de paso de desviarlas 
      y canalizarlas y de credibilizar el movimiento Ennhadha, que sin embargo, 
      siempre fue extremadamente leal al Gobierno. En Argelia, prevalece una situación 
      similar, y el Gobierno, para evitar un segundo "octubre 88", ha 
      movilizado como para participar a la guerra, acantonando tropas y concentrándolas 
      en las grandes ciudades, llamando a los reservistas y obligando a los jóvenes 
      que terminaban su servicio militar a continuar sirviendo en el ejército. 
      En Marruecos el 14 de diciembre de 1990, se reprime violentamente y sanguinariamente 
      la revuelta proletaria que seguía en ascenso (40 muertos).
En Francia, 
      Inglaterra, Bélgica, ... la burguesía tampoco perdió el tiempo e intensificó 
      su política racista y xenofoba. Así por ejemplo al mismo tiempo que en Inglaterra, 
      se sometía a los refugiados Iraquis (¿es necesario recordar que la mayoría 
      son fugitivos de las garras del terrorismo estatal dirigido por Sadam Husseim?) 
      y se los encerraba en campos de retención (verdaderos campos de concentración) 
      y que toda persona proveniente del Medio Oriente era considerado, fichado 
      y perseguido como un terrorista en potencia, en Bélgica se amenaza a más 
      de 6000 marroquíes de expulsión.
Por otra parte 
      con la guerra, un conjunto de compañías de ya dudosa rentabilidad, ven disminuidos 
      su volumen de ventas y aprovechan para descargar dicha situación contra 
      el proletariado. Así por ejemplo sucede en el sector de las compañías aéreas. 
      Desde Pan Américan a Air France pasando por British Airways, anuncian miles 
      de despidos.
En Estados Unidos 
      mismo, el consenso generalizado entre la población con respecto a la política 
      guerrera de ese Estado, del que tanto nos hablaron en todos los medios de 
      difusión, no les impidió el reprimir violentamente muchas manifestaciones 
      contra la guerra (a pesar de estar dirigidas por pacifistas en la mayoría 
      de los casos) y arrestar a unas 15.000 personas, según medios de difusión 
      cubanos. Al mismo tiempo, que en los primeros días de la guerra aérea por 
      primera vez en años se constata un alarmante déficit, se reprime violentamente 
      a grupos que difunden volantes contra la guerra en los centros de reclutamiento 
      y a los soldados se los lleva a la guerra quieran o no. Así por ejemplo, 
      una asociación de defensa de los soldados en Estados Unidos denominada el 
      "Hórreo Courseling Network" denunció que "varias centenas 
      de militares norteamericanos que se encontraban en Alemania fueron embarcados 
      por la fuerza, cuando fue considerado necesario con las manos y los pies 
      atados, hacia el Golfo".
CUADRO DE NUESTRO 
      ANÁLISIS 
Si hemos dejado 
      reclaro, que el desarrollo de la guerra del Golfo o de otras a venir, en 
      cuanto que son guerras contra el proletariado, no constituyen ninguna sorpresa, 
      dado nuestro cuadro de análisis, veremos ahora que tampoco en lo que concierne 
      el desarrollo de las contradicciones interimperialistas que llevaron a la 
      guerra del Golfo, existen grandes sorpresas.
Al respecto, 
      los analistas de la política internacional (incluidos por supuesto grupos 
      que se autoproclaman revolucionarios), se han visto, casi sin excepción 
      totalmente desorientados por los cambios de alianza, por la desaparición 
      de tales o tales unidades, o bloques, y por la afirmación de la polarización 
      que llevó a la guerra del Golfo entre la Coalición dirigida por el Imperialismo 
      yanqui por un lado y Sadam Hussein y sus aliados por el otro.
Desde nuestro 
      punto de vista, por el contrario, el reacomodamiento de las fuerzas imperialistas, 
      que hizo pasar a segundo plano otras contradicciones y que hace posible 
      la guerra del Golfo durante los meses primeros dos meses de este año, no 
      constituyen ninguna sorpresa.
En efecto, esa 
      permanente puesta en cuestión de las alianzas de ayer, o de los repartos 
      imperialistas efectuados en cualquier otra paz, frente a la nueva agudización 
      de la crisis, están implícitos en la esencia misma del capital y el tipo 
      de unidad que este realiza. Tal como lo decimos en las "Tesis de Orientación 
      programática", la burguesía se encuentra también en contraposición 
      general con el proletariado por el tipo de unidad que es capaz de producir, 
      porque mientras en el proletariado la unidad es el producto de una comunidad 
      total de intereses, la unidad de burgueses es siempre una unidad 
      contra otros, una unidad de intereses opuestos unificados frente 
      a otros, que en esas circunstancias aparece como prioritario enfrentar.
Nuestra tésis 
      19 dice: 
"Así, el 
      carácter mundial del capitalismo engendra al proletariado como clase 
      mundial, sin ningún interés regional, sectorial, nacional, que defender. 
      Por el contrario, la burguesía no solo realizó su revolución afirmando sus 
      intereses particulares, sino que su propia esencia (la competencia) la empuja 
      permanentemente a oponerse entre sí, enfrentándose a todos los niveles en 
      el reparto de los medios de producción y los mercados. La unidad entre burgueses 
      (sociedades anónimas, acuerdos monopólicos, Estado nacional, constelación 
      de Estados... Estado mundial) se opera siempre para enfrentar en mejores 
      condiciones la guerra comercial o/y la guerra de clases, volviéndose a despedazar 
      en cada instante en sus diferentes fracciones particulares. De ahí que, 
      por más unificada que sea, la acción de la burguesía, contiene siempre la 
      división; que, toda paz es una fase de una guerra futura, mientras que en 
      el proletariado por el contrario, toda acción, por más parcial que sea, 
      contiene la universalidad..."
Y lo mismo podemos 
      agregar, de los sucesivos cambios de alianza en las distintas fuerzas del 
      Medio Oriente o en las Potencias Occidentales que invadieron el Golfo Pérsico, 
      que describimos y comentamos en el Editorial de Comunismo Nº 28, y por lo 
      cual, por ejemplo, el gran aliado de ayer, Sadamm Hussein, de los Estados 
      occidentales, pase de golpe a constituirse en el máximo cuco fascista, mientras 
      que simultáneamente se abrazan y besan con el régimen terrorista de Siria 
      o de Marruecos en nombre de una lucha "contra la dictadura"; o 
      dicho de otra forma que en nombre de lucha contra la violación del derecho 
      internacional, constituyan una coalición no solo los Estados de EEUU, Inglaterra, 
      Francia ... que dada su potencia terrorista son los que hacen dicho derecho 
      ( que no es más que la expresión ideológica de esa relación de fuerzas) 
      y por lo tanto toda violación la legitiman fácilmente también en nombre 
      del derecho, sino el Estado de Siria que mantiene su ocupación sobre el 
      Líbano, el Estado de Israel que mantiene desde hace décadas territorios 
      ocupados en violación abierta de ese mismo derecho, el Estado de Turquía 
      que asegura el terrorismo en Chipre, el Estado de Marruecos que hace lo 
      que se le antoja, contra todas las normas internacionales en el Sahara occidental; 
      es decir una coalición que ni siquiera puede presentarse con ninguna 
      legitimidad propia, sino que debe aparecer como lo que es en 
      realidad toda unidad burguesa, es decir una unidad circunstancial y sin 
      principios contra un enemigo también de circunstancial.                                                             
      
Al mismo tiempo, 
      es indudable que si esa contradicción circunstancial pasó al primer lugar 
      internacional es porque la vieja contradicción guerrera, (OTAN - Pacto de 
      Varsovia) consolidada en la otra guerra, o lo que es lo mismo, en 
      la otra paz (Pacto de Yalta), no era tan importante como muchos creían y 
      podía pasar a un segundo o tercer lugar. Nuestro cuadro de análisis, basado 
      invariantemente en la esencia del capital, se distinguió siempre de los 
      análisis de superficie, que solo podían ver la guerra como guerra entre 
      dos bloques fijos uno "capitalista", otro "socialista" 
      o uno "proyanqui" y otro "proruso"(2). Todos aquellos 
      que se manejaban con esta simplicidad periodística, se ven desarmados 
      para explicar, tanto las guerras interimperialistas que en el Este se están 
      gestando, como la polarización que hizo posible la guerra del Golfo y aquellos 
      para quien el mundo estaba efectivamente dividido en dos o en tres (nosotros 
      combatimos dichos prejuicios ideológicos en todas partes, ver en particular 
      Comunismo Nº 1 presentación 
Para nosotros, 
      por el contrario, este cambio de alianzas, de bloques intercapitalistas, 
      no tiene nada de extraordinario, es la consecuencia inevitable de las 
      determinaciones esenciales del capital y pueden verificarse durante 
      toda la historia de este régimen de producción. Es lo que explica, contra 
      todas esas ideologías por ejemplo que la misma potencia imperialista (aunque 
      se llamara socialista) le vendiera armas a los dos bandos de una guerra 
      imperialista local (como hacía por ejemplo Checoslovaquia hace más de 20 
      años en la confrontación Biafra - Nigeria), o los sucesivos cambios de alianza 
      en Etiopía, en donde por ejemplo la cuña de penetración imperialista constituida 
      por el Estado de Cuba, apoyara en un momento "la lucha de liberación 
      del pueblo de Eritrea" y poco después en base a sus acuerdos con el 
      Estado de Eritrea (determinados a su vez por el ascenso de un gobierno promoscovita) 
      y en nombre de la "defensa de la integridad territorial de Etiopía", 
      pasase a considerar a sus aliados de ayer como sus peores enemigos y a meterles 
      plomo y napalm. Podíamos multiplicar hasta el infinito este tipo de ejemplos 
      durante este siglo, pero para mostrar la invarianza de esta característica 
      del capitalismo nos parece más adecuado recordar un ejemplo del siglo pasado: 
      el capital de origen europeo en América termina autonomizandose y dando 
      lugar a guerras contra las fracciones que querían mantener el statu quo. 
      En todos los casos se da una ruptura del capital con sus orígenes nacionales, 
      así el capital de origen inglés (y europeo en general), consolidado como 
      capital norteamericano, se enfrenta a aquel en la guerra de independencia, 
      y los capitalistas criollos en América del Sur se aliarán con Inglaterra 
      para llevar adelante la guerra imperialista de independencia contra España.
LAS RAZONES 
      DEL DESENCADENAMIENTO 
Por supuesto, 
      que dado nuestro cuadro global de análisis, nos interesan muy poco, las 
      especulaciones sobre quien rompe la alianza, quien constituye otra, que 
      gobierno cambia de campo imperialista, etc. y menos aun sobre que bloque 
      imperialista agrede al otro, o toma la iniciativa en la guerra. O mejor 
      dicho, solo nos interesa en la medida de la fuerza de las diversas alianzas 
      para controlar y canalizar al proletariado, o en la medida de que las justificaciones 
      de las alianzas y las guerras son las formas ideológicas, que transformadas 
      en fuerza por partidos, sindicatos, medios de (des) información son capaces 
      de encuadrar al proletariado. Es, desde ese punto de vista que en plena 
      campaña de guerra generalizada, nosotros indicábamos ya los límites que 
      la polarización podía tener:
"No es 
      este el lugar para aportar nuestro granito de arena a la especulación generalizada, 
      sobre si la guerra sí, o la guerra no, ...todavía ...; simplemente nos parece 
      importante subrayar que la actual repolarización del mundo no nos parecen 
      madura
Es decir, que 
      al mismo tiempo que afirmábamos la necesidad del capital de generalizar 
      la guerra (y desde el punto de vista de la agudización de la crisis y la 
      necesidad de desvalorización dicha necesidad es cada vez más violenta), 
      afirmábamos los límites que la polarización interburguesa de la "guerra 
      del Golfo" tenía desde el punto de vista de su capacidad de encuadrar 
      al proletariado, sin lo cual la generalización de la guerra es imposible. 
      Teniendo en cuenta el desarrollo de los antagonismos durante la última década, 
      nosotros considerábamos, sumamente débil al bando de Saddam Hussein, por 
      lo quemado que estaba tanto dicho líder burgués, como su Partido, como para 
      crear una alternativa internacional frente a imperialismo judeo cristiano 
      como pretendía. Esto último quedó cabalmente demostrado, por la total falta 
      de apoyo que tuvo el régimen de Saddam Hussein, tanto internamente, como 
      a nivel internacional y sobretodo en la falta total de espíritu de combatividad 
      de "sus propias tropas".
Incluso la iniciativa 
      imperialista del Estado de Irak, de invadir Kuwait fue el producto, no de 
      una fuerza, sino de un conjunto de debilidades, lo que tampoco constituye 
      una sorpresa para nosotros, pues en general son las fracciones burguesas 
      con mayores problemas tanto de acumulación, como de control de su propia 
      población quienes se sienten obligadas a romper el cuadro de la paz imperialista 
      con tal o tal acción armada, lo que las lleva a aparecer como agresoras 
      y dar una ventaja a su adversario en el enfrentamiento militar (desde que 
      el viejo Clausewitz lo sistematizara en su tratado "De la Guerra" 
      cualquiera sabe que la defensiva es una posición estratégica superior a 
      la ofensiva). También en las grandes guerras europeas de este siglo, llamadas 
      primera y segunda guerras mundiales se verifica esto. Las potencias imperialistas 
      más perjudicadas por las paces anteriores y por lo tanto menos favorecidas 
      con el reparto de fuerzas productivas y mercados preexistentes, fueron las 
      que asumieron la iniciativa de las primeras invasiones lo que les implicó 
      conceder una ventaja estratégica que les fue fatal.
En el caso del 
      Estado de Irak, también la situación a nivel de la competencia interimperialista 
      era desastrosa y había sido agravada por una deteriorización de los términos 
      de intercambio que se objetivaba en una balanza comercial y de pagos cada 
      vez más desfavorable, así como en una enorme deuda externa calculada en 
      70 a 90 mil millones de dólares en agosto de 1990. En ese sentido, la ruptura 
      de los acuerdos de precios de la OPEP por parte de los Estados más serviles 
      a la política imperialista de las potencias occidentales, como era el caso 
      de Kuwait y de Arabia Saudita, era vista por la burguesía Iraquí como una 
      agresión a todo su ciclo de acumulación. Con la invasión y anexión de Kuwait 
      (y la imposición de nuevas condiciones a Arabia Saudita) se pretendía globalmente 
      cambiar esta situación, no solo reapropiarse de nuevas fuerzas productivas 
      (combustibles, materias primas y hasta la salida al mar) sino al aumentar 
      el porcentaje de la producción de petróleo controlada por la burguesía de 
      ese país, mejorar la relación de fuerzas dentro de la OPEP y de esta frente 
      al mundo, revalorizando así su fuente fundamental de divisas. Simultáneamente, 
      frente al proletariado, se pretendía encontrar nuevas razones que justificasen 
      su militarización permanente, consolidar una nueva oposición "contra 
      el imperialismo" buscando una adhesión a la nación que nunca se había 
      logrado, a pesar de que el régimen había destruido militarmente la gran 
      ola de derrotismo revolucionario que había azotado el país un poco antes 
      y de la que hablamos en todos nuestros textos sobre Irán - Irak.
Claro que desde 
      el punto de vista del ciclo del capital mundial, esta invasión era un cuestionamiento 
      demasiado generalizado para dejarlo pasar. La perdida de control, en una 
      parte tan importante de los medios de producción, como el porcentaje de 
      petróleo que hubiese quedado controlado por otros, implicaba un gigantesco 
      ataque al ciclo de acumulación de una parte también muy importante de la 
      burguesía mundial. Ello, sumado a los intereses geopolíticos de las grandes 
      potencias del capital, hacía que, cualquiera sean las diferentes negociaciones 
      particulares que había entre las diferentes fuerzas en presencia, (cfr. 
      el desmentido de las negociaciones previas entre Saddam Hussein y la potencia 
      militar de EEUU a través de la embajadora en Kwait, según las cuales ésta 
      se habría comprometido a que Estados Unidos no utilizaría la fuerza militar) 
      la invasión de Kuwait por el Estado de Irak, debía ser necesariamente considerada 
      como una gigantesca agresión a los intereses burgueses de las otras potencias 
      imperialistas.
Desde el punto 
      de vista del Estado de Estados Unidos, estos hechos, conforman un conjunto 
      de circunstancias ideales para enfrentar las grandes dificultades que tiene 
      ese Estado en la gestión del capital en ese espacio productivo, y para fortificar 
      su potencia imperialista. Al respecto merece la pena subrayar los siguientes 
      puntos:
 
- Geopolíticamente, 
      esta era la situación soñada para afirmar el papel de Estados Unidos como 
      gran gendarme internacional, apareciendo por un lado como el gran abanderado 
      del derecho internacional y conquistando en la práctica un lugar estratégico 
      de incuestionable valor geomilitar.
 
 
Esta corta enumeración 
      no es ni mucho menos exhaustiva, dado que no nos interesa entrar en un mayor 
      detalle, pero en la decisión misma del desencadenamiento de la acción militar 
      imperialista, hay que tener en cuenta, claro está, los intereses más particulares 
      de un conjunto de fracciones burguesas directamente interesadas, como aquellas 
      que políticamente se prestigiaban con el "restablecimiento del honor 
      norteamericano", el "lobby" militar que integran desde los 
      hombres claves del Pentágono a los directorios de las grandes empresas fabricantes 
      de armas (es decir de las grandes empresas a secas!), el "lobby" 
      judío, etc.
En cuanto a 
      las otras fracciones internacionales del capital y su alineamiento del lado 
      de Estados Unidos, no nos interesa entrar tampoco en mayores detalles. En 
      cuanto a las razones más generales, resulta evidente que la invasión de 
      Kuwait, de consolidarse, podía afectar muy seriamente el ciclo del capital 
      internacional, pues la imposición de otra relación de fuerzas en el precio 
      del petróleo, hubiese podido llegar a implicar una redistribución de la 
      plusvalía extraída internacionalmente, en favor de las burguesías que controlan 
      la materia bruta, tal vez frente a las que lo destilan y seguramente frente 
      a las que dependen industrialmente de ese producto. El hecho de que la 
      ONU, haya aparecido mucho más como una agencia de los Estados Unidos, que 
      como la bolsa de gatos habitual, en donde se expresan diplomáticamente los 
      antagonismos interimperialistas, se explica fundamentalmente por ese temor 
      general que a su vez determinaba a todas las fracciones a coincidir en el 
      restablecimiento del orden imperialista previo al 2 de agosto. Asimismo 
      resulta evidente que jugaron tanto las viejas alianzas vigentes, y fortificadas 
      en la ocasión (OTAN) como la unidad sin ningún principio contra un enemigo 
      común (como el hecho ya señalado de que se encontraban en el mismo bloque 
      militar contra Saddam por ejemplo el Estado de Siria y el de Israel).
Una gran potencia 
      petrolera como la URSS, hubiese resultado beneficiada en el mediano y largo 
      plazo, por la ocupación y por lo tanto, no tenía porqué alinearse contra 
      Saddam Hussein. Si, en tanto que Estado su posición fue al principio la 
      de legitimar la fuerza imperialista de la coalición, ello se debe principalmente 
      a la debilidad objetiva de su propia potencia imperialista para presentarse 
      como fuerza unificada por sus propias contradicciones internas y a que 
      la fracción gubernamental parece representar cada vez más los intereses 
      más dinámicos del capital mundial, incluso contra los intereses proteccionistas 
      del espacio productivo local. Sin embargo, en la medida en que la legitimación 
      fue verificándose como una objetiva sesión de derechos imperialistas, frente 
      a su tradicional rival, que por primera vez se consolidaba como gendarme 
      total (tendencia al pasaje de una hegemonía internacional compartida a un 
      cuasi monopolio de la misma), incluso al lado de sus fronteras, las críticas 
      de las fracciones militaristas (ligadas a la dirección del ejército, a 
      la seguridad interna y a la marina) y del "establishement" miltaro 
      industrial, comenzaron a arreciar y hasta la prensa se hizo eco de las 
      mismas. Así se habló públicamente de que la situación del Golfo atentaba 
      contra la seguridad de la URSS y la revista de las fuerzas armadas soviéticas 
      llegó a decir que la dirección de la política extranjera era "la menos 
      inteligente jamás desarrollada por ningún Ministerio de Relaciones Exteriores, 
      zaristas o soviéticos comprendidos". Ello obligó al gobierno a intentar 
      -sin éxito- recuperar en algo la imagen del Estado de la URSS, como gran 
      protagonista de las decisiones imperialistas en el reparto del mundo, lo 
      que explica ese espectáculo trágico-cómico, que jugó el Gobierno de la URSS, 
      de acumulación de sucesivas propuestas de paz y de cese de fuego. Pero ninguna 
      de estas tentativas, podía tener éxito, porque no había una fuerza militar 
      decidida, para lograr imponer un cese de fuego más acorde con esos intereses 
      contradictorios. ( 
      
      [4] 
      
      ) 
EL GRAN NEGOCIO 
      DE LA GUERRA
Para terminar 
      esta brevísima incursión en un terreno (el interburgués) que no es el nuestro 
      y que conocemos mal, digamos que no debe nunca olvidarse entre las razones 
      para el desencadenamiento de toda acción militar interimperialista, los 
      intereses del gran negocio que la guerra misma promueve y beneficia; 
      es decir de las fracciones burguesas de todo tipo y de todos los países 
      que objetivamente ganarán en la guerra y en la reconstrucción posterior.
En la guerra 
      capitalista gana, no solo, el capital en general por las razones 
      que vimos, no solo ganan las fracciones ganadoras en la contradicción 
      imperialista, sino que gana muy específicamente un conjunto de capitales 
      particulares que hacen grandes negocios en tiempos de guerra y de reconstrucción.
Cuando se hace 
      esta afirmación se piensa claro está en las fracciones ligadas directamente 
      a la cuestión militar, como los capitales destinados a la producción de 
      armamentos y los sectores militares propiamente dichos que se ven beneficiados 
      sin excepción por un aumento del presupuesto militar, pero raramente se 
      piensa en otro conjunto de fracciones que se benefician directamente de 
      la guerra. Así por ejemplo, incluso cuando por ejemplo se sabe que todos 
      los grandes fabricantes de vehículos del mundo, producen blindados, vehículos 
      para el transporte de tropas, aviones etc. y que resultan directamente beneficiados; 
      se olvida que estos productos finales para la guerra, requieren para su 
      producción de otras materias primas y que los capitales propietarios de 
      las fábricas de aquellas, resultan también directamente beneficiados. Siguiendo 
      con el ejemplo de los vehículos, estos insumen en su producción ruedas, 
      gomas, acero, plásticos, ordenadores, servicios bancarios o contables, etc 
      y en cada uno de estos innumerables sectores decenas y a veces centenas 
      de grandes y pequeñas empresas fabricantes o subcontratistas encargadas 
      de proporcionar piezas o partes de las mismas se disputan el mercado y muchas 
      aumentaron sus ventas y ganancias con la guerra. 
Por otra parte, 
      la guerra del Golfo, que movilizó y militarizó a muchas centenas de miles 
      de hombres y los mantuvo (y los mantiene aún, quien sabe hasta cuando!), 
      muy lejos de sus fuentes de aprovisionamiento, puso en evidencia la amplitud 
      gigantesca del problema logístico. Existen otra cantidad de capitales que 
      hicieron grandes negocios con la guerra porque aumentaron enormemente su 
      volumen de ventas en artículos o servicios tales como el transporte de agua 
      potable, alimentos en conserva, etc.
 Por eso, las noticias de la guerra fueron bien recibidas por diversas 
      fracciones burguesas. No sabemos si es o no una exageración la información 
      dada por algunos medios de difusión de que al día siguiente del 2 de agosto 
      en Huston, Texas, centro neurálgico del refinamiento del petróleo en USA, 
      se agotaron las botellas de champagne pues se festejaban la reactivación 
      de la actividad que se esperaba que el conflicto del golfo provocaría en 
      las empresas de esa ciudad. Lo que sí es seguro es que, unos meses después, 
      las bolsas de todo el mundo recibieron con eufórica esperanza el 
      comienzo de las hostilidades en el Golfo. Así Thomas Mc Carrol en un artículo 
      de El País del 27 de enero nos dice: 
" A la 
      mañana siguiente de que las fuerzas encabezadas por Estados Unidos lanzaron 
      su masivo ataque aéreo sobre Irak, los asistentes a la Bolsa de Nueva York 
      iniciaron el día con un minuto de silencio en honor de las tropas norteamericanas 
      en el Golfo. El momento de reflexión fue la única pausa del día. La campana 
      de apertura fue inmediatamente seguida de una oleada de gritos de ¡COMPRAR!, 
      ¡COMPRAR!, ¡COMPRAR!. Cuando se calmó la excitación, la Bolsa había tenido 
      uno de los días más activos de su historia. El promedio Dow Jones tuvo una 
      subida de más de 114 puntos, la segunda ganancia más alta de todos los tiempos 
      ...«Parece que se está presentando el mejor panorama posible» declaró James 
      Bellini, jefe de compra venta de valores de la firma Dain Bosworth. ... 
      Las bolsas de valores y mercancías de todo el mundo compartieron la euforia 
      de la Gran Bolsa ... En Alemania la Bolsa de Francfort registró el mayor 
      avance de un solo día de su historia y ganó en la semana más del 1,6 % en 
      tanto que el índice Nikkei de Tokio subió el 2,4%"
No se precisa 
      ser especialista en cifras de los negocios burgueses para comprender el 
      significado de estos records históricos, ligados al comienzo de la guerra.  
      Como tampoco se requiere serlo para saber que la famosa CNN y otros 
      canales de televisión era durante esos días de guerra y de masacre para 
      nuestra clase, una verdadera feria de muestras, un enorme bazar industrial 
      y electrónico, donde se exhibían por primera vez en la historia a un nivel 
      masivo, un gran número de armas, proyectiles, máquinas, medios de transporte 
      y equipos altamente sofisticados que repercutirían en miles de millones 
      de dólares de aumento de ventas para la industria norteamericana y por eso 
      también desde los primeros días de la guerra, los resultados fueron extraordinarios.(4) 
      Así nos lo 
"Los resultados 
      de los primeros días del conflicto bélico no pueden ser más optimistas para 
      el sectorsector de la defensa (sic). Prácticamente todos los valores relacionados 
      con la industria militar han subido en Wall Street, algunos con alzas del 
      37 % en los primeros días de la guerra, como es el caso de General Dynamics, 
      fabricante de los poderosos misiles de crucero Tomahawk, los cazabombarderos 
      F-111 o el tanque M1. Su rival la McDonnell Douglas, subió un 25 % gracias 
      a su escaparate, que incluye los cazas F-15, los-F18, el helicóptero Apache 
      y también los cruceros Tomahawk. Empresas fabricantes de bombas de impacto 
      múltiple, de equipos de orientación y guía electrónica o de antenas y sistemas 
      de navegación aérea han tenido igualmente una respuesta alcista en los mercados 
      de valores. Y se espera que cuando entren en acción el Ejército y la Marina, 
      las empresas fabricantes de sus nuevas armas se beneficiarán también de 
      ese auge bursátil (véase como cada sector del capital tiene a su vez intereses 
      particulares hasta en un tipo particular de guerra NDR). Los constuctores 
      de la estrella de la guerra, los misiles Patriots, están especialmente 
      contentos por el enorme impacto publicitario de su producto en todo el mundo. 
      Y las empresas que fabrican elementos de ese misil - Raytheon, como primer 
      constructor y Martín Marietta como secundario- han cotizado en alza en Wall 
      Street" 
No se precisa 
      tampoco ser un gran erudito para saber que si esas excelentes expectativas 
      no se colmaron, es porque la situación de la economía mundial es catastrófica 
      y que la guerra del Golfo no fue lo suficientemente importante para cambiar 
      el curso de las cosas. El nivel de guerra y de destrucción que el capital 
      requeriría para saciarse y erradicar en base a ello la actual depresión 
      es infinitamente mayor.
En cuanto al 
      gran negocio de la postguerra, merece la pena señalar que en plena 
      guerra, cuando se seguían produciendo cadáveres por miles y destruyendo, 
      no solo objetivos militares, sino toda la infraestructura industrial y 
      de comunicaciones así como toda la red de salubridad de la población, como 
      gigantescos cuervos que comen la carnaza y los desechos en los campos donde 
      han quedado los cuerpos, grandes empresas mundiales entraban en una competencia 
      desenfrenada para repartirse los contratos de reconstrucción. Se estiman 
      en unos 100 mil millones de dólares los contratos multinacionales que se 
      firmarán para la reconstrucción infraestructural de Kuwait y en más de 
      200 mil millones la del Irak. 
Ni un instante 
      esperaron, pues esos cuervos para repartirse la carroña, ni tampoco para 
      que los viejos aliados en el campo militar, se vuelvan enemigos a la hora 
      de repartirse los jugosos dividendos del mayor de todos los negocios 
      capitalistas, la guerra y la reconstrucción.
" ...Los 
      planes para reconstituir Kuwait y para reforzar la potencia militar saudita 
      se multiplican. En el centro del dispositivo militar-industrial, la enorme 
      empresa Bechel, cuyo pasado político financiero en la región es decisiva. 
      Pero también Motorola, McDonald Douglas, General Dynamics, ATT. Solo en 
      el emirato hay 45 mil millones de dólares a "recoger"; en Arabia, 
      las promesas son igualmente jugosas, pues Ryad pretende reforzar su aviación 
      y comprar algunas centenas de tanques suplementarios. Nadie habla todavía 
      de la reconstrucción del Irak, aunque ya todo el mundo piensa en eso. Solo 
      los liberales impenitentes, decididamente muy maltratados en este asunto, 
      podrían lamentar el hecho de que estos contratos no se realicen en el respeto 
      del derecho - el derecho de la competencia. Pues, en todos los casos, Washington 
      impone sus puntos de vista: la instalación de un sistema de protección 
      electrónica no será confiada, como era cuestión, a una firma francesa, 
      sino a la E-Systems de Dallas. ¿La modernización de los teléfonos? Franceses 
      y suecos se disputaban esa carrera, pero primero el secretario americano 
      del comercio y luego el propio Jorge Bush intervinieron: ATT y Motorola 
      tienen ahora sus posibilidades. El primer ministro británico habría manifestado 
      su descontento, a pesar de ser su fiel aliado. Hechas todas las cuentas, 
      y dejando de lado los muertos, la guerra puede resultar una operación blanca 
      para los Estados Unidos, además de que se la hacen pagar a los otros países,  
      beneficiarán de enormes beneficios privados que chuparán los gastos 
      públicos. Gracias a dios, queda la defensa del derecho, sin lo cual, a uno 
      se le ocurriría hacer simplistas reflexiones sacrílegas en estos tiempos 
      de unión sagrada internacional"
Es decir, la 
      unión sagrada internacional solo fue válida contra Saddam, 
      ahora como se queja Le Monde Diplomatique, la ley de la selva vuelve 
      a primar entre los capitalistas del mundo y los más fuertes militarmente, 
      los que más invirtieron en el gran negocio de la guerra, obtendrán los 
      mejores dividendos.
LOS MEDIOS DE 
      DIFUSIÓN COMO 
Si consideramos 
      que el papel de los medios de difusión merecen un pequeño capítulo aparte 
      no es porque hayan cumplido una función diferente a la que cumplen siempre 
      de instrumentos esenciales de dominación, imbecilización, y movilización 
      de los proletarios al servicio del capital; sino porque en términos relativos 
      a otros aparatos del Estado cumplen en la sociedad en general y en la guerra 
      del Golfo en particular un papel más importante que en el pasado, que merece 
      la pena destacar. 
En efecto, el 
      tipo de proceso de ciudadanización del proletariado que predomina hoy y 
      que describimos en números anteriores de Comunismo (5), que coincide con 
      una fase en la cual, la deserción masiva de los proletarios de los viejos 
      aparatos burgueses de encuadramiento como son los partidos y sindicatos 
      dismunuye su importancia relativa y que consiste en una tendencia creciente 
      a la vida cada vez más separada, más individual, más familiar, más encerrado 
      en cada casa, ... ha hecho que los medios de difusión y en particular la 
      televisión sean los aparatos decisivos -junto con el propio ejército- en 
      el encuadramiento, movilización y militarización del proletariado. 
Antes el intermediario principal entre el obrero y su movilización y militarización guerrera era el partido (si era "obrero" mejor), el sindicato, el "movimiento" (6) y la prensa o la radio eran apoyos para mejorar la efectividad de aquellos. Cuanto más se desarrolla el individualismo, el "cada uno en su casa" más la televisión y los otros instrumentos de fabricación de ideas se transforman en los intermediarios centrales para movilizarlo por la patria y para enviarlo al ejército y al matadero. Hay que tener en cuenta que la ciudadanización y el aislamiento general llegan a tales extremos, que para muchos proletarios que no tienen ningún centro de intercambio y de discusión sobre lo que sucede, la televisión (o secundariamente la radio o los diarios), aparece como la única (ficción de) relación ("humana") con el mundo exterior
    Globalmente las campañas realizadas por los 
      medios de comunicación tienden a disimular las causas reales y de fondo 
      de lo que sucede (ligadas siempre a la esencia de este sistema social) y 
      a buscar culpables y cucos en tal o tal individuo; a presentarnos en función 
      de los vaivenes de la política internacional de su Estado las acciones 
      del enemigo como bárbaras, criminales, dictatoriales, ... terroristas y 
      paralelamente a disculpar toda la barbarie asesina de su propio campo imperialista 
      como: acciones humanitarias, luchas contra la dictadura y por la democracia, 
      etc.
En la guerra 
      del Golfo, más aun que en guerras anteriores (Viet-Nam, Malvinas, Granada, 
      Panamá, Afganistán,...), los jefes del Estado y de los Estados Mayores de 
      las Fuerzas Armadas, prestaron una atención muy particular a los medios 
      de comunicación transformados en verdaderos instrumentos de lavado de cerebros, 
      movilización y militarización. 
Si cuando las 
      invasiones norteamericanas a Granada y Panamá el Pentágono había logrado 
      imponerle a los periodistas de su campo, que no se dijera "invasión" 
      sino "intervención"; en esta guerra los periodistas de la coalición 
      fueron mucho más lejos y sin tapujos hablaban de "nosotros" y 
      utilizaban el "nuestros" para referirse a las tropas de la Coalición 
      y distintos generales del Pentágono se suceden en los diferentes canales 
      de televisión, transformados para la ocasión, en verdaderas oficinas de 
      relaciones exteriores del mando imperialista. Poco a poco los periodistas 
      adoptan todo el lenguaje de los generales, así los bombardeos se denominan 
      "ataques quirúrgicos", los muertos civiles "perdidas colaterales", 
      las zonas no bombardeadas aun, objetivos "lucrativos". Ante la 
      imagen de la cara de un aviador norteamericano hecho prisionero y mostrado 
      en la televisión se habla de "crimen de guerra" (!!!), al mismo 
      tiempo que el bombardeo incesante de Bagdad no es más que el resultado de 
      múltiples "incursiones" de "los combatientes de la libertad"!!!.
Nada fue dejado 
      librado al azar, cada palabra, cada imagen, fue escrupulosamente analizada, 
      controlada, censurada, ... y hasta en algunos casos, cuando ninguna convenía 
      al mensaje que la jefatura político militar había decidido, hasta se fabricaba, 
      pieza por pieza, en laboratorio, la imagen que más convenía.
Los patrones 
      de los medios de difusión, los administradores y locutores, los periodistas 
      y otros cagatintas cumplieron fielmente con su cometido, de adaptar la presentación 
      de la realidad en función de las necesidades del mando militar. Se ha denunciado, 
      la falta de independencia, la hipocresía, la sumisión, el cinismo de los 
      hombres de la prensa, ... nosotros creemos que es más adecuado hablar de 
      militarización ( 
      
      [7] 
      
      ) total y completa de este aparato de dominación, 
      de integración acabada en el accionar militar del Estado imperialista y 
      que los periodistas cumplen cada vez más un verdadero papel de mandos intermedios 
      de la acción militar, de oficiales a la vez, serviles y obedientes de sus 
      mandos superiores y correas de trasmisión hacia el proletario para hacerlo 
      patriota, soldado, asesino.
Frente a esta 
      simbiosis cada vez más perfecta entre ejército y canales de televisión, 
      entre generales de las fuerzas armadas y hombres del espectáculo, entre 
      mandos militares y periodistas, cabe preguntarse si ¿el proletariado insurreccional 
      tendrá que tratar a los agentes de los medios de difusión como trató siempre 
      a los oficiales del ejército que lo enviaban al matadero, es decir apuntando 
      sus armas contra ellos?. Claro que la respuesta nos la dará la historia 
      futura de la guerra y de la lucha contra la guerra, pero para nosotros esa 
      respuesta está ya contenida en el presente.
Podríamos aquí 
      multiplicar los ejemplos a cada cual más impresionante, de lo que estos 
      artífices del espectáculo han hecho para "modelar" la información 
      en función de las necesidades de la patria y la guerra, pero nos contentaremos 
      solo de señalar algunos casos caricaturales. No nos detendremos en las mentiras 
      que dijeron cuando ellos mismos las creyeron, como por ejemplo cuando sus 
      jefes del Pentágono anunciaron la primera noche de comenzado los bombardeos 
      aéreos sobre Irak y Kuwait que el 90 % del potencial militar del enemigo 
      había sido puesto fuera de combate, y anunciaron esto en más del 90 % de 
      las televisiones del mundo. Ni tampoco en las lógicas loas, que todos los 
      hombres de la prensa, proferían en torno al "heroísmo y sacrificio 
      de los pilotos de la coalición" (¡vaya valentía que se requiere para 
      dejar caer bombas con un poder destructivo inigualado desde una altura de 
      10.000 metros!). Tampoco vale la pena, insistir en la parcialidad total 
      con la que se montó una propaganda sobre la utilización de armas químicas 
      por parte de Bagdad (lo que salvo, contra sus propias tropas y población, 
      nunca se llegó a hacer), mientras que se callaba el empleo de Napalm (¡¿o 
      acaso no es un arma química?!) por parte de los aliados; ni en cuando nos 
      atormentaban sobre el "horror que vive la población de Israel" 
      (de los judíos porque estaban en el bloque occidental, por supuesto, el 
      horror del lado de los palestinos no debía ser considerado horror, hasta 
      tal punto que decretaron que para ellos no había máscaras de gas!) al mismo 
      tiempo que se ocultaba sistemáticamente la barbarie desatada contra la 
      población de Irak.    
No, todo esto 
      constituye la normalidad de este gran cuerpo de élite del ejército occidental 
      y cristiano. Denunciemos más bien, algunos records batidos en esta manipulación 
      de toda la información. Sabíamos que creaban imágenes, que muchas de las 
      cosas que nos mostraron en televisión eran construcciones de laboratorios 
      informáticos como los proyectiles que daban milimetricamente en tal o tal 
      blanco militar, cuando en realidad se trataba de filmaciones efectuadas 
      hace varios años en Estados Unidos. Pero por ejemplo, batieron todos los 
      records cuando interesaba acusar al adversario no solo de diseminar el petróleo, 
      sino de querer exterminar la naturaleza (7) y nos montaron toda esa historia 
      del pajarraco lleno de un liquido negro que salía moribundo del mar. Y esa 
      visión del mundo que desean "los malos" de la guerra, representada 
      por el pajarraco moribundo, recorrió el mundo. No nos cabe duda que conmovieron 
      más a esa gran prostituta que es la opinión pública, con ese pajarraco, 
      que con cualquier muerto que filmaron (y por supuesto que de los muertos 
      reales ésta no se enteró!!). ¡Hasta que extremo puede llegar la manipulación, 
      la gigantesca imbecilización colectiva producida por el capital!. Y todo 
      marchó bien, ... hasta que un especialista confirmó que ese tipo de ave 
      no existía en la zona del Golfo, que era típico de costas europeas, ... 
      y quedó en evidencia que hasta eso, había sido una estratégica creación 
      de laboratorio con fines político-militares.
Otra cuestión 
      digna de la antología de esta guerra está constituida por el destape general 
      acerca de las matanzas que había realizado el régimen de Saddam Husseim, 
      es decir las matanzas que nosotros denunciamos durante años, contra toda 
      la corriente, que todos nos acusaban de inventar o de exagerar. Recordemos 
      que nosotros denunciamos durante años las decenas de miles de muertos provocadas 
      (durante la guerra y luego de firmada la paz Irán Irak), por el bombardeo 
      efectuado por el propio Estado Iraquí contra su población y denunciábamos 
      también la destrucción sistemática de decenas de ciudades y pequeños pueblos. 
      Hablar de decenas de miles de muertos, de centenas de ciudades destruidas, 
      era considerado, incluso cuando llamábamos a la reunión Internacional que 
      realizamos contra la guerra y la paz en la región como una enorme exageración. 
      En realidad nadie hablaba de ello. Durante la guerra la prensa burguesa 
      occidental, "descubrió" esas masacres que durante años 
      había ocultado. Nada menos que "Le Figaro" (acusando a 
      sus aliados de ayer y disculpando a los de hoy) dice en su edición del 
      8 de marzo de 1991:
"Ni en 
      Irán (sic), ni en Siria (sic), ni en Turquía (sic), los Kurdos conocieron 
      una represión tan brutal. que alcanzará el sumun del horror en 1988. En 
      marzo, Saddam, cuando obtiene victoria tras victoria contra las tropas de 
      Komeny, y se prepara a imponerles el cese del fuego, se siente, al fin con 
      las manos libres para limpiar el Kurdistan. ... Dos buenas razones para 
      aplastarlos, «Los rebeldes Kurdos son hormigas, nosotros los aplastaremos» 
      declaraba sin miramientos, un general iraquí. Y como contra las hormigas, 
      Saddam emplea el 
Este es un ejemplo 
      entre tantos otros, en realidad, toda la gran prensa del mundo occidental 
      y cristiano, movilizada en la cruzada guerrera descubrió de golpe, lo que 
      había ocultado durante años, al mismo tiempo que los jefes de oposiciones 
      nacionalistas Kurdas eran por primera vez bien recibidos en los centros 
      del poder imperial occidental y hasta en el propio Pentágono y sus declaraciones 
      encontraban eco en la televisión y otros medios de fabricación de la visión 
      de la realidad de la opinión pública.
RELACIÓN DE 
      FUERZAS ENTRE LOS BLOQUES 
El despliegue 
      de tropas militares de ambas partes, no deja dudas, de que se preveía un 
      enfrentamiento militar mucho más largo. Por otra parte, todos los análisis 
      de los expertos militares, concordaban en una previsión de una guerra, más 
      larga y en lo que concierne al lado occidental, más cruenta. Las decenas 
      de miles de bolsas de plástico, que los yanquis habían llevado al Golfo 
      para "volver a casa" adentro (como dice alguna de las canciones 
      de las tropas de élite) no dejan la más mínima duda al respecto. 
Si la guerra, 
      en su fase más general de enfrentamiento entre las tropas de la Coalición 
      y las del Estado de Irak, tuvo un límite (cuando escribimos este texto la 
      guerra entre diferentes fracciones burguesas dentro del Irak continúa), 
      ello se debió sin dudas, a la falta total de adhesión que tuvo la política 
      imperialista de Saddam Hussein y a la consecuente debilidad total de 
      su bloque, que le permitió, al adversario lograr sus objetivos, con muchísimo 
      menos desgaste de lo previsto.
Nosotros habíamos 
      anunciado y previsto, la debilidad del bloque imperialista dirigido por 
      el Estado de Irak, precisamente por lo quemado que estaba Saddam Hussein 
      frente a sus tropas y frente a la población (Ver el editorial del Número 
      anterior de Comunismo ya citado). Hoy no cabe duda de que este fue el freno 
      determinante a la continuidad de la guerra.  
      
Consideramos 
      innecesario, extendernos aquí sobre la importancia decisiva en la guerra 
      imperialista, de la adhesión del proletariado, sin la cual no hay guerra, 
      dado que desde el frente de batalla a la producción todo el peso de la guerra 
      burguesa reposa sobre los hombros del proletariado.                      
      
Y en Irak, una 
      decena de años de guerra y de lucha contra la guerra, no habían pasado en 
      vano. Los cientos de miles de obreros uniformados no aguantaban más y ni 
      a palos ni con el fusil en la espalda lograron imponerles, una entrega a 
      la causa nacional de la guerra. Desde los primeros combates, la única información 
      no oficial que nosotros recibimos de Irán e Irak, coincidían en afirmar 
      que a quienes se había enviado al frente obligados, luchaban por escaparse, 
      que había deserciones, fusilamientos, y mucho días antes, de que se hiciera 
      inocultable para ambas partes, que del lado Iraquí no había tropa dispuesta 
      a combatir y que se constatara publicamente la rendición en masa, compañeros 
      de la región, afirmaban que la masacre adoptaba características de exterminación, 
      que la tropa se encontraba entre los dos fuegos, el de la Coalición 
      y el de la Guardia Republicana.
En realidad, 
      desde el punto de vista del Estado de Irak, todo le salió mal desde el principio: 
      ninguna adhesión internacional decisiva en el terreno político militar 
      (las pocas que tuvo como la de la OLP, no tenían peso); fracaso de la tentativa 
      de hacer entrar al estado de Israel en la guerra y por lo tanto la de formar 
      un frente general contra el mismo; muy poca credibilidad en las masas internacionales 
      en el supuesto antiimperialismo de Saddam Husseim, que hasta se tradujo 
      en la falta total de respuesta positiva que tuvieron todos sus llamados, 
      incluidos los llamados a la realización de atentados, etc. Ni la propia 
      Guardia Republicana mostró verdadera disposición y actitud de combate; 
      también aquí la deserción fue mucho mayor que lo previsto en un primer momento.                                  
      
Dada la composición 
      misma de la Coalición, todos los grandes gendarmes internacionales del imperialismo, 
      (de USA a Francia, de Inglaterra a Bélgica y con la complicidad de URSS) 
      y el odio secular que el proletariado mundial siente contra los mismos (dado 
      que en general fueron esas grandes potencias que -cuando los propios Estados 
      Nacionales se encontraban superados por una situación insurreccional- intervinieron 
      e intervienen para reprimir las revueltas proletarias y apoyar la burguesía 
      local), que hasta el día de hoy forman a las policías y torturadores de 
      todos los países del mundo (es parte de 
Hubo si, manifestaciones 
      en varios países, desde el Norte de Africa a Europa, pasando por el Lejano 
      Oriente y América Latina, en donde los manifestantes, entre otras consignas 
      coreaban, a veces, algunas en favor de Saddam; pero sin mayor convicción 
      y más que nada, como en España, por provocación frente al servilismo del 
      Estado español hacia el bloque occidental y cristiano. Incluso en muchos 
      casos esas consignas en favor del Estado de Irak, eran el resultado, como 
      dijimos, de manipulaciones y maniobras de cada Estado Nacional, interesado 
      en descredibilizar toda manifestación contra la guerra, en presentar toda 
      lucha contra la burguesía y el Estado nacional como una manipulación del 
      enemigo exterior.
Incluso las 
      organizaciones burguesas de izquierda radical de cada país occidental, que 
      tienen un discurso antimperialista, y que desde Saddam a Yaser Arafat esperaban 
      ver alineadas en su campo, tuvieron, tal vez por la decadencia en la que 
      se encuentran sumergidas, muy poca autonomía con respecto a su Estado Nacional 
      y se contentaron de los clásicos discursos pacifistas, hasta tal extremo 
      que resultaba difícil diferenciar un discurso stalinista, castrista o trotskista 
      de esos días, de los discursos del Papa.
Sin embargo, 
      hubo algunas "honrosas" excepciones para la causa del trotskismo 
      internacional. Por ejemplo el MAS de la Argentina, no tuvo ningún prejuicio 
      en alinearse en el campo imperialista del carnicero de Bagdad. Los comunicados 
      y volantes de este grupo, defendiendo un campo imperialista contra el otro, 
      ocultando sistemáticamente toda referencia al pasado del régimen de Bagdad, 
      forman parte de la antología de esta guerra. Nos limitaremos a citar un 
      pequeñísimo extracto de un volante de ese grupo:
" Cuando 
      la guerra estalle habrá dos bandos militares claramente enfrentados. Uno 
      será el bando agresor, con los yanquis a la cabeza y apoyado por Gorgachov 
      y una larga lista de gobiernos lacayos. Ellos continuarán a un nivel mucho 
      mayor, mediante la guerra, la agresión que ya empezaron hace cinco meses 
      con el bloqueo militar y económico genocida, El otro bando será el de Irak. 
      En él estarán los palestinos de la Intifada, millones de habitantes de los 
      países árabes e islámicos y miles de luchadores obreros y populares que, 
      en todo el mundo, se oponen a la agresión. El Movimiento al Socialismo 
      llama a todos los trabajadores y al pueblo de Argentina a apoyar en esta 
      guerra el bando de Irak. Es la misma trinchera que ocupamos en las Malvinas 
      (¡¡CLARO QUE SI!!, la misma que ocuparon junto con jefes del 
      Estado terrorista argentino y culpables de la desaparición, y la tortura 
      de decenas de miles de nuestros compañeros!!! NDR), cuando fuimos apoyados 
      por la mayoría de los países de Latinoamérica y por gran parte de los pueblos 
      del Medio Oriente, incluido Irak" 
(extractado 
      de un volante titulado "Ayer Malvinas, hoy Irak; Fuera Yanquis del 
      Golfo" llamando a una "Jornada contra la Agresión Imperialista")  
 Volvamos a lo importante, a los límites efectivos que tuvo la guerra, 
      dada la indiscutible superioridad de la coalición. Por todos lados, nos 
      tratan de hacer creer, que el impresionante triunfo de la coalición se debe 
      al desarrollo tecnológico, a la efectividad deslumbrante de los equipos 
      militares, etc. 
Es evidente, 
      el interés que tiene la burguesía mundial, en hacernos creer que nada depende 
      de nosotros, que todo depende de la tecnología, que (a pesar de que es nuestro 
      producto), se opone a nosotros, en tanto que poder ajeno, que nos oprime 
      y nos controla. Con esa propaganda nos está diciendo: "soy todopoderosa", 
      "ustedes no pueden nada", "frente al Estado nadie tiene la 
      más mínima posibilidad".
Pero a poco 
      de reflexionar constatamos que se trata de una gran mentira. En la guerra 
      de Viet-Nam el Estado norteamericano tenía una total superioridad tecnológica 
      y fue incapaz de ganar la guerra; en Afganistán, al ejército ruso le sucedió 
      lo mismo. Más aun, esa misma tecnología que supuestamente habría derrotado 
      a uno de los ejércitos más armados de la tierra, no es capaz de acabar con 
      algunas centenas de guerrilleros en otras partes del mundo, como en el Perú, 
      por ejemplo.
Todo estratega 
      de la cuestión militar, desde Clausewitz hasta aquí, sabe que la clave 
      de la guerra está en el factor humano, en la adhesión a la política militar 
      por parte de la población, que determina la moral de las tropas, la eficacia 
      del frente de la producción, la  ( 
      
      [8] 
      
      ) ( 
      
      [9] 
      
      )ncapacidad logística, etc. Y en este aspecto, 
      como vimos, SI hubo una enorme diferencia entre ambos bloques. De 
      un lado un ejército bien disciplinado y con disponibilidad autónoma al 
      combate, del otro centenas de miles de hombres obligados a combatir con 
      el fusil en la espalda y en donde cada soldado es un desertor en potencia. 
      De un lado un ejército con gran movilidad, que podía desplegarse sin límites, 
      pues los soldados son - en su gran mayoría- ciudadanos libres que hicieron 
      un contrato para vender su capacidad de matar ("fuerza de trabajo") 
      (8) ; del otro un tipo de formación y distribución en el terreno, en el 
      cual los oficiales y las tropas de élite deben mantener siempre la presión 
      sobre los subordinados para impedir la deserción masiva.
Esto determinó 
      sin dudas, el tipo de guerra de frente y de posiciones, que favorecía aun 
      más, al campo de la Coalición. En efecto, el tipo de ejército y armamento 
      utilizado por la coalición es sumamente adecuado para destruir posiciones 
      fijas del adversario, pero otra cosa muy distinta es cuando un ejército 
      de este tipo debe transformarse en ejército de ocupación y de guardián del 
      orden y se enfrenta a un tipo de guerra popular, con grupos militares autónomos; 
      pues entonces toda aquella ventaja estratégica basada en la adhesión a 
      la guerra, se va haciendo añicos con el tiempo. Es lo que por ejemplo le 
      sucede al Estado de Israel, hoy carcomido por una guerra de ocupación sin 
      fin ni perspectivas, en contraposición a sus fulgurantes victorias militares 
      del pasado. Si el mando Norteamericano de la Coalición detuvo las acciones, 
      sin destruir todo el potencial militar de Saddam Hussein se debe, a que 
      saben que en el fondo Saddam es un buen guardián del orden burgués, y que 
      aunque para los Marines hubiese sido relativamente fácil llegar a Bagdad, 
      les sería mucho más difícil mantener el orden en esa región ante una Intifada 
      multiplicada por 100.
La superioridad 
      tecnológica de uno de los bandos imperialistas, y los bombardeos incesantes 
      durante días y días, sin que el adversario pudiera hacer nada efectivo, 
      jugaron precisamente a partir de esas dos condiciones fundamentales: la 
      falta de disposición al combate  y  el  
      tipo de guerra  de posiciones que ello determinaba (y también 
      la aceptación por parte de Saddam Hussein de la clásica diplomacia burguesa 
      y la consecuente liberación de todos los personajes importantes de su enemigo 
      detenidos al principio y sin lo cual los bombardeos hubiesen suscitado una 
      menor adhesión nacional e internacional). Luego de semanas de estos bombardeos, 
      que impusieron la carencia generalizada en las tropas de Saddam, el desfase 
      inicial en la moral de las tropas era aun mayor y el ejército imperialista 
      de Saddam se descompuso sin librar ninguna batalla importante (a pesar de 
      lo que diga la prensa y lo que hayan inflado la "batalla de Khafji"(9)). 
      Por otra parte los bombardeos lograron romper todo el sistema de control 
      político regional del Estado Iraquí, las órdenes de Bagdad no llegaban a 
      las tropas diseminadas, ni a los pequeños pueblos y las noticias de los 
      distintos puntos geográficos demoran días en llegar a Bagdad, lo que resulta 
      fatal en una situación de ausencia de Unidad Nacional y donde la única cohesión, 
      es dada por el terrorismo centralizado del Estado. A las decenas de miles 
      de desertores de la guerra Irán - Irak, a los que nunca se sometieron, 
      a los que desde que fueron movilizados se organizaron contra la guerra 
      y esperaron el primer descuido para desertar o/y rendirse, se le unieron 
      ahora decenas de miles de nuevos desertores. El hecho de que los propios 
      oficiales se escaparan, más el hambre generalizada hicieron que la deserción 
      fuera generalizada. No solo la Coalición obtuvo una victoria mucho más fácil 
      de lo esperaba, sino que se encontró sin saber lo que hacer, tanto porque 
      resultó inocultable que la cohesión del enemigo se había inflado por razones 
      publicitarias, como porque no estaba preparada para encuadrar a los desertores 
      en tanto que presos. Sin dudas, el mando de la coalición, que se encontró 
      embretado por la obligación de tomar a cargo a más de una centena de miles 
      de hombres con los que no sabía ni que hacer, hubiese preferido, para una 
      mejor justificación de los 500.000 hombres que se llevaron al Golfo, del 
      esfuerzo militar y logístico que se había efectuado, tanto frente al ciudadano 
      norteaméricano, como frente a la masa parlamentaria de la burguesía, que 
      la desersión hubiese sido menos masiva y que la guerra imperialista como 
      tal, hubiese durado un poco más de tiempo. 
Históricamente, el proletariado ha mostrado su enorme creatividad en la lucha contra la guerra: sabotajes a trenes militares, fusilamiento de oficiales, propaganda internacionalista derrotista revolucionaria, organización masiva de desertores, constitución de órganos unitarios de soldados y obreros, huelgas, manifestaciones .... Frente al nivel supremo de barbarie de la sociedad del capital, todo es válido y toda acción contra la unión sagrada se transforma en una acción de solidaridad internacionalista contra la guerra.
Para nosotros esta situación es lógica, dada la predominancia casi generalizada de la contrarrevolución y en esta situación, hasta puede alegrarnos que haya habido, al menos algunas manifestaciones violentas que contra la guerra. Pero la situación es sumamente trágica y toda apología de lo poco que hubo como si estuviéramos en pleno curso hacia la revolución, solo puede servir a la contrarrevolución. Tiene que partirse de esta verdad elemental, inocultable: hora tras hora, día tras día, semana tras semana fuimos incapaces de impedir uno de las mayores asesinatos masivos de la historia, comparable a Hiroshima, Nagasaki o Dresde durante la Segunda Guerra Mundial. La masacre de nuestros hermanos se hizo mientras la burguesía había sentado al proletariado mundial en su falda y le mostraba el espectáculo de su mundo en la televisión.
Debemos asumir pues, la amarga realidad actual en la que se sitúa el proletariado internacional, que no solo fue incapaz de parar la guerra (y recordemos que el límite más importante a la guerra de Viet Nam fue el propio proletariado Norteamericano), sino de realizar acciones realmente importantes de lucha contra la misma. No, no despreciamos para nada, las acciones de algunos proletarios que por ejemplo en algunos puertos se negaron a cargar armas para el Golfo, o las acciones violentas contra tal o tal centro de reclutamiento en Estados Unidos, sino que resulta trágico que no haya habido sublevamientos en las tropas enviadas al combate por parte de la Coalición, que los desertores se cuenten solo por decenas (cuando del otro lado se cuentan por decenas de miles!), que no haya habido ataques importantes contra los edificios oficiales de la coalición, que no se haya paralizado la producción militar, ni la producción en general para luchar contra la política criminal de "nuestros propios" Estados. En fin, resulta sumamente trágico, el lamentable estado en que se encontraba el proletariado reducido en general al de individuos atomizados o sentados frente a esa máquina infernal que es la Televisión o asistiendo a manifestaciones pacifistas que forman parte de la movilización nacional y el accionar militar del Estado imperialista.
Sin lugar a dudas, uno de los problemas de más difícil solución en el pasado y en el futuro para la revolución mundial, es ese desfase trágico entre el desarrollo de la lucha en uno u otro país, por el cual la burguesía puede darse el lujo de enviar las tropas de uno a reprimir la insurrección en los otros, como ha hecho tantas veces en la historia, haciendo cómplice al proletariado de un país de la represión del otro. No hay duda de que la trayectoria de los Estados de la Coalición y las actuales afirmaciones (tanto prácticas, militares como en declaraciones oficiales), en especial del Estado de USA como policías internacionales del Estado de "derecho internacional" les asegura ese papel de gendarmes contra las insurrecciones en otros países. En la lucha contra ello, la responsabilidad del proletariado de esos países, es evidente. Pero también plantea angustiosamente la necesidad de un estado mayor del proletariado internacional, la importancia de la centralización de la comunidad de lucha del proletariado en base a un programa comunista. Al respecto, la crítica del total fracaso, por oportunismo, centrismo, europeismo, federalismo, nacionalismo... de la Tercera Internacional (que desde su segundo congreso adoptaba la "táctica" de la liberación nacional que objetivamente dividía al proletariado y se hacía cómplice de la burguesía) resulta esencial. ( [10] )
Del lado Iraquí el derrotismo fue general, las decenas de miles de proletarios que se escapaban del frente, que se rendían y que se negaron a dar su sangre para la cruzada imperialista de Saddam fue por lo tanto, la causa primera del fin de la guerra entre la Coalición y el Estado de Irak. En los pocos días que la Guardia Republicana tuvo que asumir la guerra y se constataba que, su gran disponibilidad para combatir a los proletarios que se negaban a ir al frente, no fue tal cuando se enfrentaron con un enemigo realmente armado, decenas de miles de proletarios quedan totalmente "descontrolados" y al mismo tiempo que luchan por su supervivencia atacando a la propiedad privada, atacan a sus enemigos de siempre, a "su propio Estado" y los primeros días de este mes de marzo de 1991 la prensa de todo el mundo da cuenta de ataques e incendios de edificios públicos y del partido gubernamental.
De todas maneras, el terror general de la burguesía mundial, frente a la simple posibilidad de que ese derrotismo contra el Estado de Saddam Husseim se afirmase como derrotismo revolucionario, fue una de las razones que hizo que Bush, contra todas las demandas internacionales de que tenía para destruir el potencial militar de Saddam, parase la guerra solo algún día después de haber comenzado el combate contra la Guardia Republicana, tratando de asegurar la máxima integridad posible, de este sanguinario cuerpo represivo antiproletario. El general Kelly declaraba explicitamente: "Lo que vuelve al Irak, es un ejército derrotado. Un ejército vencido es siempre una amenaza política". Hasta en el Washington Post, se mezclan declaraciones de oposiciones burguesas iraquís, que
Si la Coalición hubiese destruido la Guardia Republicana, hubiese estado obligada a asegurar el orden burgués en Irak, lo que le hubiese implicado un costo político y a la larga militar muy elevado. Además ninguna de las otras fracciones burguesas con fuerza constituyen una alternativa que acepte el mayor sujeto de toda la guerra del golfo: el mastodonte imperialista norteamericano. El autonomismo nacionalista kurdo es considerado desestabilizante de los equilibrios de la región y por eso apenas resultó evidente el resultado de la guerra (el primer día de enfrentamientos terrestres), el Pentágono dejó de coquetear con los dirigentes nacionalistas burgueses kurdos. De la misma manera, la instauración de una república islámica del tipo de Komeny es considerada como una amenaza por Washington, pues se instauraría un eje imperialista con ideología islámica demasiado potente con respecto a los otros intereses imperialistas de la región. Por eso, en los días decisivos en que la caída de Saddam parecía eminente, los observadores quedaron otra vez sorprendidos ante un apoyo bastante inocultable, por parte de la Coalición, al que un día antes, era considerado el gran cuco del mundo: Saddam Husseim. Para nosotros es una verificación más de nuestro análisis del capital y sobre la fragilidad de toda alianza interimperialista. Claro que en el fondo prefieren que el orden burgués sea asegurado por el mismo partido Baas de Saddam Hussein, pero con otra figura menos quemada a su cabeza. Les resulta demasiado engorroso ahora explicar a sus poblaciones y tropa, que en el fondo Saddam Hussein es la menos mala de las soluciones, y por eso andan buscando desesperadamente un "sucesor más moderado" y ya han tratado de presentarnos en la gran prensa a uno u otro candidato como "hombre de negocios moderado del partido baas llama a la democracia".
LA GUERRA Y SU PERSPECTIVA
Sin embargo, desde el punto de vista de Estados Unidos y sus aliados, la operación resultó todo un éxito político y militar, en especial por la falta de autonomía y de lucha proletaria contra la guerra. Éxito burgués, no solo, en cuanto al negocio de la guerra como vimos (¿qué ejército del mundo comprará hoy tanques rusos?), sino especialmente en cuanto éxito en la movilización nacional e internacional y en la reconstitución y consolidación de la moral del ejército de la potencia militar más importante del mundo.
El capitalismo necesita mucho más guerra. Es por eso que insistimos tanto en los limites actuales a la guerra, porque la tendencia a una guerra mucho más general sigue presente y porque nadie nos garantiza que los límites actuales a una guerra más general sean los limites a su generalización mañana. La disparidad de bloques hoy, y la falta de adhesión total a uno de ellos no puede ser un freno permanente ante las guerras que vendrán. En efecto, dado el fulgurante cambio de alianzas interburguesas que la misma
NUESTRA ACCIÓN 
      CONTRA LA GUERRA, 
Nosotros no 
      somos inventores de partidos, ni de internacionales. Nuestro Grupo parte 
      de la realidad existente, de la cual es producto y, reapropiándose de todo 
      el programa histórico de nuestra clase y nuestro Partido, trata de transformarse 
      en actor, en actor organizado, consciente, disciplinado. 
La comunidad 
      de lucha contra el capitalismo y la guerra, es una realidad objetiva, 
      emergente de los intereses del proletariado contra los del capital, su 
      economía, su guerra. Con sus fuerzas y debilidades, la acción común del 
      proletariado va forjándolo como clase, como fuerza. El Grupo Comunista Internacionalista, 
      es una expresión de este proceso que al nivel más internacional posible, 
      pelea para centralizar esta fuerza, para conformar una dirección internacional 
      acorde con los intereses del proletariado y el programa histórico del comunismo.
Reiteramos hoy 
      cada uno de nuestros llamados al derrotismo revolucionario y a la organización 
      de la comunidad de lucha contra la guerra. Al respecto, a los lectores 
      que no han seguido nuestras publicaciones les aconsejamos leer muy especialmente 
      los siguientes números de la revista Comunismo: 4, 21, 23, 27, en que se 
      explicitan un conjunto de llamados, de propuestas organizativas.
En los términos 
      más concretos de la actividad nuestro grupo proponía en todos esos textos 
      y materiales:
 
 
- reforzar y 
      centralizar las distintas redes de supervivencia de los proletarios en lucha, 
      presos, perseguidos, exilados.
- hacer circular 
      los diferentes materiales y textos entre las diferentes regiones del mundo, 
      tanto con informaciones sobre las luchas y otras actividades internacionalistas, 
      como textos más históricos que trazan las perspectivas de siempre de los 
      comunistas.
Cualquiera sea 
      la evolución inmediata de la situación de guerra o postguerra en esa región, 
      la guerra del Golfo ha vuelto a poner en el tapete la contradicción de siempre, 
      guerra o revolución barbarie capitalista o comunismo y le da más 
      validez que nunca a nuestros planteos y propuestas.
Durante la guerra 
      misma, la debilidad general del proletariado la vivimos en todo lo que 
      de cerca o de lejos intentamos, organizar o impulsar. A pesar de nuestro 
      trabajo de años en ese sentido, cuando hubo que recoger y comunicar información, 
      cuando hubo que dar una mano aquí y allá a desertores o perseguidos, o para 
      asumir más en general una acción directa de propaganda y agitación contra 
      la guerra, nos hemos encontrado objetivamente muy solos. Las distintas coordinadoras 
      que intentamos impulsar, no funcionaron y algunas que se constituyeron sobre 
      la marcha en algunos lugares, resultaron sumamente efímeras o carcomidas 
      por innumerables contradicciones internas. 
No teniendo 
      estructuras más amplias de clase en las cuales participar para impulsar 
      a un derrotismo revolucionario consecuente y no existiendo formas de coordinación 
      de un accionar proletario contra la guerra, nos debimos cantonar a una acción 
      fundamentalmente de propaganda con nuestras solas fuerzas y algunos compañeros 
      próximos, con los que distribuimos volantes, revistas e hicimos y pegamos 
      afiches. Para nosotros, militantes comunistas, es una verdadera tragedia, 
      que el proletariado sea enviado a morir y a asesinar, sin ninguna resistencia 
      importante y masiva y que a la hora de la verdad, cuando hay que impedir 
      la partida de tropas o que asumir un accionar masivo y violento contra el 
      enemigo que tenemos "en nuestro propio país", nos encontremos 
      solos los compañeros del GCI, con algunos otros militantes y simpatizantes 
      próximos y con una correlación de fuerzas totalmente paralizante.
Negar esta tristísima 
      realidad, negar la impresionante fuerza de la contrarrevolución hoy, es 
      hacerse cómplice de la misma. Desde nuestro punto de vista, esta terrible 
      realidad, no nos desanima, sino que nos reafirma en nuestra línea invariante, 
      en la lucha de siempre contra la corriente y lejos de toda la popularidad.
Hoy el capitalismo 
      se encuentra más fuerte que nunca. Y sin embargo, no ha podido evitar, la 
      depresión, la crisis, y no evitará su bancarrota general, ni una nueva fase 
      de guerra comercial despiadada que se clausurará con nuevas guerras a secas. 
      Ha superado parcialmente una contradicción imperialista, pero continúa 
      exacerbando todas las contradicciones generales de su sistema.  
      Tarde o temprano la contradicción, guerra o revolución, 
      volverá a polarizar al mundo. Les guste o no les guste, y pese a quien pese, 
      todo lo que se hace para atenuar o postergar las contradicciones, solo hará 
      que demoren un poco más de tiempo en volver a estallar, en volver a estar 
      en el centro de toda la escena internacional y que estallen con más fuerza 
      todavía.
Tarde o temprano 
      también, junto con ese nuevo e inevitable estallido, el proletariado, tan 
      ausente como clase autónoma internacional, en las últimas convulsiones, 
      volverá a ocupar el centro de la escena histórica y todas las contradicciones 
      de la sociedad volverán a sintetizarse en la contradicción entre guerra 
      y revolución, entre capitalismo y comunismo. 
                                                        
      Fines de Marzo de 1991.
Notas:
      
       
      
      
(1) 
      Ver al respecto el editorial de Comunismo nº 28.
      
       
      
      
(2) 
      ¡De la misma manera que estas ideologías, les impedía también explicar las 
      contradicciones y guerras imperialistas que contrapusieron en el pasado 
      el Estado burgués ruso, con el chino, y a éste con el vietnamita, o a este 
      último con el de Camboya ...! Y en vez de comprender dichas contradicciones 
      como parte de las contradicciones generales imperialistas en la lucha por 
      materias primas y brutas, por mercados, por buenos negocios, ... nos servían 
      un ensopado insulso en lo cual lo dominante eran las ideologías de los distintos 
      caudillos burgueses (los seguidores de Stalin, contra los de Mao, los de 
      éste contra los de Ho Chi Min, los de éste último contra los polpotianos 
      ...). Esta sopa ideológica, pretendía sustituir la explicación materialista 
      de intereses económicos contrapuestos, cómo si hubiese una sola guerra en 
      la historia que pudiese explicarse por las ideas de los protagonistas!!!
      
       
      
      
(3) 
      Por increíble que pueda parecer desde el punto de vista marxista, no faltaron 
      quienes consideraron tan fijas y definitivas esas divisiones, que plasmaron 
      las mismas en los programas políticos de sus organizaciones. Así por ejemplo 
      una organización centrista como la CCI, no solo considera el capitalismo 
      de Estado como una característica nueva y "dominante de la vida social" 
      en la "fase de decadencia" , de lo cual los "países llamados 
      socialistas" sería la mejor de las demostraciones, no solo aceptó la 
      división ideológica burguesa del mundo en países desarrollados y subdesarrollados, 
      sino que estableció en su plataforma estas divisiones como fijas y durante 
      años, no solo, como toda la politología vulgar hablaba de los tres mundos, 
      sino que pretendía explicar todas las contradicciones y guerras imperialistas 
      por los famosos dos bloques (también como la gran prensa burguesa). Se comprende 
      entonces porque hoy, así como la burguesía y sus politologos pasan su tiempo 
      hablando del derrumbe del comunismo, la CCI pase el suyo, explicando el 
      derrumbe de los bloques. En realidad, lo que debería explicar es el derrumbe 
      de su visión del mundo. 
      
       
      
      
(4) 
      Antes del inicio de la ofensiva terrestre, un analista militar de Salomon 
      Brothers no tenía el menor escrúpulo en declarar que "... todo el sector 
      industrial de la defensa se está beneficiando ... y eso que solo ha entrado 
      en acción una parte muy reducida del potencial defensivo desplegado en la 
      península Arábiga ... cuando comience la exhibición televisada de los tanques 
      y equipos de tierra y la Marina y su material, los valores bursátiles de 
      las empresas fabricantes tendrán la misma respuesta alcista que hasta ahora".
      
       
      
      
(5) 
      Ver fundamentalmente "1984 ... 85 ... 87 ...89... peor que lo previsto 
      - la ciudadanización de la vida" en Comunismo nº 27.
      
       
      
      
(6) 
      Por supuesto que no negamos en absoluto que los partidos y sindicatos, en 
      tanto que verdaderos aparatos del Estado capitalista, sigan teniendo un 
      papel fundamental en la dominación del proletariado y en la capacidad del 
      capital para enviarlos a la guerra. Simplemente subrayamos el hecho de que 
      no son, como por ejemplo a fines del siglo pasado, hasta la Segunda Guerra 
      en algunos países, o hasta hace poco en otros, el centro fundamental de 
      la vida "colectiva" del obrero, el lugar de discusión, de reunión, 
      de referencia de todas las relaciones con el exterior. Actualmente casi 
      por todos lados, la forma que asume la contrarrevolución hace que ni siquiera 
      aquella ficción de colectividad exista, que el proletario haya sido individualizado 
      hasta un extremo inusitado. 
      
       
      
      
(7) Por supuesto que toda construcción 
      ideológica se basa en una realidad y la deformación de esa realidad. En 
      este caso, la realidad es, que al capital y por ello, a todos los bandos 
      imperialistas (porque en todos ellos existe como ley inmutable, la del capital, 
      la ley de la máxima tasa de ganancia posible que ejerce la dictadura sobre 
      todo el medio ambiente), les importa muy poco la famosa naturaleza. Por 
      eso mismo, la pobre naturaleza, con guerra o con paz, en los grandes polos 
      industriales o en el medio del desierto que avanza imperturbablemente, está 
      cada vez peor.
      
       
      
      
(8) 
      Como en cualquier otra venta de la mercancía fuerza de trabajo, la decisión 
      libre, está determinada por la libertad de morirse de hambre; en este caso 
      por la alternativa: de ir al ejército o reventar. En Estados Unidos, la 
      miseria de las capas más bajas del proletariado es tan violenta y las posibilidades 
      para ellas de encontrar otro trabajo son tan remotas que la solución de 
      ir al ejército aparece como la única. Esto afecta muy particularmente a 
      los negros, a los portorriqueños, o a los "sin reserva" de origen 
      mexicano, centroamericano, etc. por eso la proporción de estas capas en 
      el ejército norteamericano es muy superior a la que existe en la población. 
      Pero a pesar de eso, las contradicciones que ello implica y las enormes 
      posibilidades de revuelta existentes en dicho ejército, la coherencia de 
      un cuerpo militar es muy superior cuando está compuesta por asalariados, 
      que cuando se lo constituye con reclutamiento forzado (como se ha verificado 
      en toda la historia de las grandes guerras del pasado).
      
       
      
      
(9) 
      Al principio, frente a la ocupación de esta ciudad por parte de las tropas 
      de Irak, la televisión nortemericana decía que era como una "picadura 
      de mosquito en el cuerpo de un elefante"; al otro día cuando la Coalición 
      logra tomar dicha ciudad se trataba de un "gran victoria militar de 
      la Coalición"!
      
       
      
      
(10) 
      En el momento de escribir este artículo en marzo de 1991 tenemos poquísima 
      información sobre lo que está sucediendo en Irak, nos encontramos literalmente 
      incomunicados con respecto a toda información directa de esos países y la 
      única que disponemos es la que da la burguesía, interesada como siempre, 
      en presentarnos la situación actual, exclusivamente en base a las alternativas 
      y polarizaciones interburguesas.
      
       
      
      
(
        
        [2]
        
        )   ¡De la misma manera que estas ideologías, les impedía también explicar 
        las contradicciones y guerras imperialistas que contrapusieron en el pasado 
        el Estado burgués ruso, con el chino, y a éste con el vietnamita, o a 
        este último con el de Camboya ...! Y en vez de comprender dichas contradicciones 
        como parte de las contradicciones generales imperialistas en la lucha 
        por materias primas y brutas, por mercados, por buenos negocios, ... nos 
        servían un ensopado insulso en lo cual lo dominante eran las ideologías 
        de los distintos caudillos burgueses (los seguidores de Stalin, contra 
        los de Mao, los de éste contra los de Ho Chi Min, los de éste último contra 
        los polpotianos ...). Esta sopa ideológica, pretendía sustituir la explicación 
        materialista de intereses económicos contrapuestos, cómo si hubiese una 
        sola guerra en la historia que pudiese explicarse por las ideas de los 
        protagonistas!!!
(
        
        [3]
        
        )   
         Por increíble que pueda parecer desde el punto de vista marxista, 
        no faltaron quienes consideraron tan fijas y definitivas esas divisiones, 
        que plasmaron las mismas en los programas políticos de sus organizaciones. 
        Así por ejemplo una organización centrista como la CCI, no solo considera 
        el capitalismo de Estado como una característica nueva y "dominante 
        de la vida social" en la "fase de decadencia" , de lo cual 
        los "países llamados socialistas" sería la mejor de las demostraciones, 
        no solo aceptó la división ideológica burguesa del mundo en países desarrollados 
        y subdesarrollados, sino que estableció en su plataforma estas divisiones 
        como fijas y durante años, no solo, como toda la politología vulgar hablaba 
        de los tres mundos, sino que pretendía explicar todas las contradicciones 
        y guerras imperialistas por los famosos dos bloques (también como la gran 
        prensa burguesa). Se comprende entonces porque hoy, así como la burguesía 
        y sus politologos pasan su tiempo hablando del derrumbe del comunismo, 
        la CCI pase el suyo, explicando el derrumbe de los bloques. En realidad, 
        lo que debería explicar es el derrumbe de su visión del mundo. 
        
(
        
        [4]
        
        )   
         Antes del inicio de la ofensiva terrestre, un analista militar 
        de Salomon Brothers no tenía el menor escrúpulo en declarar que "... 
        todo el sector industrial de la defensa se está beneficiando ... y eso 
        que solo ha entrado en acción una parte muy reducida del potencial defensivo 
        desplegado en la península Arábiga ... cuando comience la exhibición televisada 
        de los tanques y equipos de tierra y la Marina y su material, los valores 
        bursátiles de las empresas fabricantes tendrán la misma respuesta alcista 
        que hasta ahora".
(
        
        [5]
        
        )   
         Ver fundamentalmente "1984 ... 85 ... 87 ...89... peor que 
        lo previsto - la ciudadanización de la vida" en Comunismo nº 27.
(
        
        [6]
        
        )   
         Por supuesto que no negamos en absoluto que los partidos y sindicatos, 
        en tanto que verdaderos aparatos del Estado capitalista, sigan teniendo 
        un papel fundamental en la dominación del proletariado y en la capacidad 
        del capital para enviarlos a la guerra. Simplemente subrayamos el hecho 
        de que no son, como por ejemplo a fines del siglo pasado, hasta la Segunda 
        Guerra en algunos países, o hasta hace poco en otros, el centro fundamental 
        de la vida "colectiva" del obrero, el lugar de discusión, de 
        reunión, de referencia de todas las relaciones con el exterior. Actualmente 
        casi por todos lados, la forma que asume la contrarrevolución hace que 
        ni siquiera aquella ficción de colectividad exista, que el proletario 
        haya sido individualizado hasta un extremo inusitado. 
(
        
        [7]
        
        )   
         Por supuesto que toda construcción ideológica se basa en una realidad 
        y la deformación de esa realidad. En este caso, la realidad es, que al 
        capital y por ello, a todos los bandos imperialistas (porque en todos 
        ellos existe como ley inmutable, la del capital, la ley de la máxima tasa 
        de ganancia posible que ejerce la dictadura sobre todo el medio ambiente), 
        les importa muy poco la famosa naturaleza. Por eso mismo, la pobre naturaleza, 
        con guerra o con paz, en los grandes polos industriales o en el medio 
        del desierto que avanza imperturbablemente, está cada vez peor.
(
        
        [8]
        
        )   
         Como en cualquier otra venta de la mercancía fuerza de trabajo, 
        la decisión libre, está determinada por la libertad de morirse de hambre; 
        en este caso por la alternativa: de ir al ejército o reventar. En Estados 
        Unidos, la miseria de las capas más bajas del proletariado es tan violenta 
        y las posibilidades para ellas de encontrar otro trabajo son tan remotas 
        que la solución de ir al ejército aparece como la única. Esto afecta muy 
        particularmente a los negros, a los portorriqueños, o a los "sin 
        reserva" de origen mexicano, centroamericano, etc. por eso la proporción 
        de estas capas en el ejército norteamericano es muy superior a la que 
        existe en la población. Pero a pesar de eso, las contradicciones que 
        ello implica y las enormes posibilidades de revuelta existentes en dicho 
        ejército, la coherencia de un cuerpo militar es muy superior cuando está 
        compuesta por asalariados, que cuando se lo constituye con reclutamiento 
        forzado (como se ha verificado en toda la historia de las grandes guerras 
        del pasado).
(
        
        [9]
        
        )   
         Al principio, frente a la ocupación de esta ciudad por parte de 
        las tropas de Irak, la televisión nortemericana decía que era como una 
        "picadura de mosquito en el cuerpo de un elefante"; al otro 
        día cuando la Coalición logra tomar dicha ciudad se trataba de un "gran 
        victoria militar de la Coalición"!
(
        
        [10]
        
        ) En el momento de escribir este 
        artículo en marzo de 1991 tenemos poquísima información sobre lo que está 
        sucediendo en Irak, nos encontramos literalmente incomunicados con respecto 
        a toda información directa de esos países y la única que disponemos es 
        la que da la burguesía, interesada como siempre, en presentarnos la situación 
        actual, exclusivamente en base a las alternativas y polarizaciones interburguesas.