El capitalismo no puede vivir sin guerra. No es por casualidad que la guerra existe en permanencia en alguna parte del globo y que cada tanto la misma se extiende y toma formas más o menos generales. Es que esta sociedad, no puede vivir sin la guerra.
En el desarrollo histórico del capital y la consiguiente agudización de todas las contradicciones, puede además verificarse que este sistema solo se desarrolla gracias a las guerras sucesivas, que el ciclo necesario es crisis, guerra reconstrucción, expansión, nueva crisis ... y así sucesivamente. En concreto, solo ha sido posible el desarrollo gracias a la barbarie de la guerra.
El cierre de fábricas, o la desutilización de otros capitales fijos que se opera diariamente por la aplicación "normal" de la ley del valor, no es nunca suficiente y por ello de tanto en tanto se produce una depresión generalizada que lleva inevitablemente a una desvalorización general de todo el capital existente que no encuentra posibilidades de rentabilidad y que debe "normalmente" conducir a la quiebra generalizada de los capitalistas menos rentables. Estos (como los otros) se organizan para resistir esta ley inexorable del capital, y por ejemplo se altera la rentabilidad en el sector en base al proteccionismo, lo que no hace más que trasmitir su propia condena hacia otros capitalistas. La organización de unos y otros a diferentes niveles de centralización para llevar adelante esta guerra en las mejores condiciones posibles (sociedades, carteles, Estados nacionales, bloques imperialistas...) hace efectiva periódicamente la guerra, que aparece así como una solución parcial a los problemas del capitalismo mundial. Más allá de que las guerras se desarrollen como lucha interimperialista para apropiarse de medios de producción y de mercados o que en la consciencia de los burgueses de los dos campos en presencia esa guerra aparezca como una guerra contra otros burgueses (y en este sentido lo sea), la misma al destruir una parte importante del capital mundial, mejora las condiciones generales de la valorización de todo el capital social internacional.
Cuanto más se desarrolla el capital, más se desarrollan todas sus contradicciones y atrocidades; cuanto más progreso y crecimiento, más fuertes son las depresiones, las crisis, las necesidades imperiosas de nuevas guerras. Resulta evidente el papel criminal de todo tipo de desarrollistas y progresistas.
EL PROLETARIADO Y LA REVOLUCIÓN COMUNISTA COMO ÚNICA ALTERNATIVA
La única negación total y radical de la guerra, es la negación total y radical de la sociedad burguesa mundial, es decir la revolución comunista internacional.
Pero de la misma manera en que la burguesía, no es más que la clase que representa el capital, es decir el agente histórico del capitalismo; el proletariado, es el agente histórico de la negación revolucionaria del capital, la clase histórica de esa revolución social.
Así, la burguesía es el ejecutante de todas las determinaciones del capital sin poder escapar a ninguna de ellas. La lucha por la ganancia máxima, la competencia, la guerra comercial y la guerra a secas, son tan esenciales a esa clase social como la respiración para el ser humano.
La revolución
comunista, no es pues una alternativa entre otras, sino la única alternativa
a esta sociedad de miseria y guerra permanente. Por ello la contradicción
guerra - revolución, no es más que una expresión de la contradicción capitalismo
- comunismo, burguesía - proletariado.
De ahí la posición invariante de nuestro Partido contra la guerra y por la revolución, que expresamos nosotros en nuestra tesis 26 (ver Tesis de Orientación Programática):
Cuanto más se ha desarrollado el capital, más se ha desarrollado su barbarie y el antagonismo histórico con la humanidad y por lo tanto con el agente histórico de los intereses de ésta: el proletariado. Cuánto más ha progresado la economía nacional, más se ha transformado en una economía de guerra, cuanto más crecimiento del famoso producto bruto nacional más producción militar, sin olvidar que paralelamente todos los grandes progresos se realizan primero en el sector militar. Ello ha implicado siempre más sacrificio para el ser humano (¡¿o acaso no es precisamente nuestra humanidad que nos piden sacrificar en nombre de la economía, el progreso y la nación?!), más negación de las necesidades humanas del proletariado.
La guerra misma, la declaración abierta de hostilidades, contrariamente a lo que dicen los pacifistas no constituye ningún cambio en la naturaleza misma de la sociedad burguesa, no constituye ninguna ruptura con su progreso, sino que es el resultado más natural del desarrollo económico, de la competencia, de la paz social e interburguesa.
Pero por otra parte, desde el punto de vista de la humanidad, la guerra constituye un salto de calidad en el antagonismo
- porque ello implica que la realización de los intereses burgueses pasa por la negación del proletariado como clase, que la afirmación del nacionalismo y el imperialismo económico implica la masacre de los proletarios.
- porque por todas estas razones, el proletariado es forzado más que nunca a pelear, a asumir y reconocer su antagonismo histórico con la sociedad burguesa, porque en épocas de guerra abierta, la más mínima defensa de los intereses del proletariado (aunque sea su pan, su propia vida, la de sus hijos, compañeras o compañeros) es considerado un atentado al Estado nacional (¡y en realidad lo es!) una traición a la patria (¡y también lo es!!), ... y porque la lucha contra su enemigo inmediato, "sus" reclutadores, "su" burguesía, "su" Estado tiene como única alternativa la revolución y se sitúa directamente en el terreno de la lucha universal del proletariado contra la guerra y por la revolución.
Muchas veces, se opone guerra imperialista a guerra contra el proletariado, incluso entre los militantes revolucionarios muchas veces se polemizar sobre si la guerra tiene por función la lucha entre burgueses, entre Estados nacionales o la lucha contra el comunismo.
No es que cada una de las fracciones de la burguesía mundial cuando entren en guerra busquen destruir al proletariado o provocar una desvalorización general del capital que logre mejorar las condiciones generales de valorización. Ellas entran en general en guerra para destruir a su adversario en la competencia, para apropiarse los medios de producción o/y los mercados de su competidora, para impedir la desvalorización de sus productos destruyendo o apropiandose de parte o de la totalidad de los medios de producción de su adversario. Pero al tener ese objetivo, y más allá de la consciencia de los que llevan adelante la guerra, realizan la tendencia inmanente de la producción capitalista de destruir fuerzas productivas del capital (medios de producción y fuerza de trabajo), provocando la desvalorización del capital que facilitará luego la reconstrucción y la valorización del resto del capital mundial, y al mismo tiempo destruyendo el sujeto mismo del comunismo.
La respuesta es que la esencia del capital es la competencia, la anarquía y la oposición de capitales, que el capital no es más que muchos capitales opuestos y en lucha y que la decisión económica no la toma "el capital en general", sino cada capitalista o cada fracción del capital. Y este/a sí está interesado/a en el progreso técnico, pues en base al mismo, obtiene una "plusvalía extraordinaria". En efecto, cada capitalista individual (o a lo que un cierto nivel de análisis es equivalente), cada fracción del capital, al aumentar la fuerza productiva del trabajo que explota, hace que las mercancías producidas en su empresa o sector cuesten menos tiempo de trabajo que la masa del mismo artículo producido en las condiciones sociales medias mundiales, o dicho de otra forma, que lo que erróneamente se llama el "valor individual" se halle por debajo de su valor social. Pero como el valor real de una mercancía, no es su valor individual, sino su valor social, esto es no se mide por el tiempo de trabajo que insume efectivamente al productor en cada caso individual, sino por el tiempo de trabajo requerido socialmente para su producción, la fracción del capital que implementó la mejora técnica (incluso aunque por el aumento de la producción tenga que vender por algo más de su "valor individual") obtiene los mismos productos y por lo tanto los mismos valores que sus competidores con menos trabajo de donde se deriva una plusvalía extraordinaria.
Es necesario distinguir siempre entre las tendencias generales y necesarias al capital, como la tendencia a la guerra de desvalorización y de destrucción de su enemigo histórico y las formas en que las mismas se manifiestan, es decir la forma en que las leyes coercitivas de la competencia se imponen y se le aparece como motivos impulsores en la conciencia de las diferentes fracciones del capital (constituidas en carteles, trust, Estados nacionales, constelaciones de Estados nacionales, etc.)
Es decir, es tan verdad que la guerra es interimperialista, como que es capitalista y contra el proletariado. Lo que sucede es que frente a esta realidad objetiva, cada clase tiene también objetivamente, su interés y su punto de vista subjetivo y de clase. Por eso mientras la burguesía (y la opinión pública que la misma fabrica) se sitúa en el terreno beligerante e interimperialista (de lo cual los discursos del Papa, de los otros pacifistas, o en general los acuerdos diplomáticos no son más que expresiones); el proletariado y con más razón aún los elementos más decididos y organizados de esa clase, es decir, los comunistas, se sitúan abiertamente en la lucha revolucionaria contra la guerra.
En la lucha histórica del proletariado contra la guerra, la vanguardia revolucionaria ha ido clarificando todos estos aspectos que en forma general y abstracta hemos esquematizado aquí. Desde el Manifiesto del Partido Comunista que afirma que el proletariado no tiene patria, o la consigna de Roig de San Martin a fines del siglo pasado de "ser patriota es ser asesino" pasando por la afirmación explícita del derrotismo revolucionario frente a las (llamadas) primera y segunda guerras mundiales, hasta todo el trabajo posterior de reapropiación programática realizado por las fracciones comunistas, se ha ido afirmando la teoría revolucionaria del proletariado en este sentido.
Reafirmamos aquí la coherencia general de los diversos materiales que hemos publicado en nuestras revistas centrales en este sentido, no solo porque nos parece que contribuyen a explicar la guerra en el Golfo, y lo que ahora (marzo de 1991) llaman paz en esa zona, sino porque siguen siendo esenciales para comprender el futuro.
2) Derrotismo
revolucionario y organización de la comunidad de lucha contra el capital
y la guerra.
3) Análisis
de fuerzas militares y tomas de posición particulares contra la guerra y
por la revolución.
1) Trabajos
de fondo sobre el capitalismo y las guerras:
- Liberación nacional: Cobertura de la Guerra Imperialista, publicado, en Comunismo Nº 2 y Nº 3
.
.
2) Derrotismo
revolucionario y organización de la comunidad de lucha contra el capital
y la guerra.
3) Análisis
de fuerzas militares y tomas de posición particulares contra la guerra y
por la revolución.
Es claro que,
la clasificación aquí efectuada es arbitraria y que más de un texto debería
encontrarse en dos o en todas las rúbricas. Por otra parte, debemos aclarar
que si bien consideramos la totalidad de estos materiales como de nuestro
Partido, del Partido histórico del proletariado, en algunos casos los materiales
no fueron redactados (o no exclusivamente) por nuestro pequeño grupo.
CUADRO DE NUESTRO
ANÁLISIS
La reciente
guerra en el Golfo fue una demostración indiscutible de la validez del análisis
efectuado por el marxismo revolucionario. Contra todos los discursos burgueses
que afirmaban que en fin se había llegado a una época de paz eterna, el
capitalismo volvió a mostrar su verdadera naturaleza guerrera.
La guerra interimperialista,
se verificó una vez más como una guerra del capital por su conservación,
como guerra contra el proletariado. Es decir guerra simultáneamente de gran
negocio y de destrucción de fuerzas productivas; de vidriera internacional
de la industria de armamento y de masacre de proletarios.
Para una comprensión
profunda de las determinantes más globales que explican la guerra del Golfo
una nueva lectura de la polémica histórica entre la tendencia de Hennaut
y la tendencia Jehan, sobre las "Causas de la guerras imperialistas"
así como nuestra explicación y toma de posición nos parecen fundamentales
(Comunismo Nº10). En continuidad con ello aconsejamos también como indispensables
la lectura de nuestro texto "Capital, totalidad y guerra imperialista"
en Comunismo Nº 14, así como "Nos hablan de paz" en Comunismo
Nº 24 así como los editoriales en los que denunciamos la guerra y llamamos
al derrotismo revolucionario contra la misma, como por ejemplo el de nuestro
último número (Comunismo nº 28).
En cuanto a
las grandes fuerzas capitalistas presentes en la guerra del Golfo resulta
decisivo el análisis de la potencia militar de USA y en particular de la
reorganización general del ejército operada en ese país para asumir el papel
de gran gendarme del orden burgués internacional, para lo que remitimos
al lector a nuestro texto "El ejército y la política militar de Estados
Unidos, en Comunismo Nº 8 y Comunismo Nº 9. En la guerra del Golfo vimos
como todo lo que en esos textos señalábamos como reorganización del ejército
y la política militar de los Estados Unidos, logró su más cabal confirmación
y aplicación. Lo único que desde esa fecha ha variado en la fuerza militar
más poderosa del mundo es la importancia creciente de la preparación militar
para los conflictos de "mediana intensidad" (como fue la guerra
del Golfo; una guerra convencional contra un ejército importante) en relación
a los de "alta intensidad" (riesgo que con las contradicciones
interimperialistas al interior mismo del Pacto de Varsovia, que determinaron
su desaparición, se considera menos probable) y a los de "baja intensidad"
(disminución de la importancia relativa de los grupos guerrilleros); pero
incluso esta adaptabilidad no es más que una aplicación de la flexibilidad
general que analizábamos en aquellos materiales.
Entrando más
particularmente en el sujeto de la zona de la guerra, resulta imprescindible
releer un conjunto de artículos nuestros en el que contra la corriente,
nuestro Grupo insistía en la importancia enorme del desarrollo en la región
de la contradicción guerra y revolución; y en donde, ahí en donde nadie
veía más que guerra entre países, nosotros metíamos el acento en la guerra
capitalista contra el proletariado en Irán e Irak. Primero guerra contra
la acción revolucionaria del proletariado en la región (especialmente en
Irán, en donde la burguesía había presentado la carta radical del Ayatola
Khomeny contra una revuelta proletaria que había logrado desarmar a uno
de los ejércitos más importantes de la tierra), luego de afirmación de la
contrarrevolución. Invariantemente se presentaba también en esos textos
a la paz como parte de la guerra y por eso cuando se firmó la paz entre
Irak e Irán y toda la corriente consideró terminada la cuestión Irán - Irak,
nosotros tanto por nuestra concepción global (la paz y la guerra como expresiones
de una misma realidad capitalista contra el proletariado), como por la información
que teníamos de nuestros compañeros (la movilización militarista continuaba),
seguimos insistiendo y haciendo llamados a los revolucionarios para continuar
organizando el trabajo de la comunidad de lucha del proletariado contra
la guerra y la paz en Irán e Irak y realizamos una reunión internacional
a tales efectos. Al respecto, hoy que nuevamente se habla de paz en el Golfo,
resulta fundamental leer el Manifiesto hecho por compañeros de la región
en 1982 (Comunismo Nº 10), así como "Irán Irak: guerra de clases contra
guerra capitalista" (Comunismo Nº 19) "la masacre de Halabya"
porque basándose en informaciones directas de compañeros de la región se
pone en evidencia en las diferentes fases y momentos, que detrás de la contradicción
entre las fuerzas imperialistas que llevan adelante la guerra Irán e Irak,
la contradicción principal entre guerra (y paz) capitalista por un lado
y el proletariado por el otro, llega a niveles de exacerbación impresionantes.
En consecuencia,
con este cuadro de análisis, nuestro grupo, consideró desde hace años la
región Irán - Irak, como una región clave en el desarrollo de la contradicción
proletariado - burguesía, comunismo - capital. Por ello, consideró
como eje central del trabajo internacionalista la realización de una campaña
internacional contra la guerra capitalista y en particular contra la guerra
y la paz en Irán e Irak. Ver en particular Comunismo Nº 23 y Le Communiste
Nº 25, en especial el artículo "Invarianza de nuestro trabajo internacional
y algunos elementos para implementar la propuesta", así como el número
25 de Comunismo titulado: "Irán / Irak, "Contra la Guerra
y la Paz Capitalista; DERROTISMO REVOLUCIONARIO".
A pesar de que
en cuanto a análisis mismo, no haya nada muy nuevo que agregar, el
desarrollo de esta guerra del Golfo, su brevedad, la continuación de las
guerras interburguesas internas en la zona, requiere, teniendo en cuenta
la gigantesca falsificación de todo lo sucedido operada por todos los medios
de difusión, al menos, una descripción consecuente, desde nuestro
punto de vista de clase.
GUERRA ABIERTA
CONTRA EL PROLETARIADO
Lo primero que
queremos subrayar es que contrariamente a todo lo que se dijo, la guerra
del Golfo fue desde nuestro punto de vista, una guerra contra nosotros,
los proletarios.
Una vez más
en la historia del capitalismo, se envió a la carnicería y a la masacre
a decenas, centenas de miles de proletarios, en nombre de la patria, de
la paz, de la democracia, de la liberación contra el imperialismo o / y
la dictadura. Una vez más, lo que había detrás de los miles de proletarios
que se mataban entre ellos, no era ni más ni menos que un problema de dinero,
de mucho dinero, de valor luchando por valorizarse, de guerra capitalista,
de guerra de capitales.
Todo fue instrumentado
para que la masacre generalizada sea lo más impecable posible. En los campos
de batalla en Irak, en Kuwait, los proletarios (¿es necesario recordar que
los proletarios inmigrados fueron los primeros en ser reclutados por la
fuerza en el ejército de Irak y enviados al frente?) eran literalmente enterrados,
obligados con el fusil en la espalda a permanecer en las trincheras cavadas
en el desierto: adelante campos minados para intentar evitar fugas y rendiciones
y en la espalda las tropas de élite (guardia republicana), que garantizaba
la ejecución sumaria de cualquiera que reculaba, o defeccionaba.
Cuando, antes
de la ofensiva terrestre, las fuerzas de la Coalición gritan victoria, y
anuncian que ya han puesto fuera de combate a los 3/4 de las fuerzas regulares
del enemigo, aunque solo a un 10 por ciento de la guardia republicana, están,
desde nuestro punto de vista, confesando cínicamente que la masacre se ha
concentrado principalmente en los proletarios uniformados, que decenas de
miles de seres humanos, sin la más mínima posibilidad de defenderse fueron
conjuntamente sacrificados por el Estado Iraquí y por la Coalición.
Desde el punto de vista del Estado Iraquí, que no debemos olvidar ayer tiraba
contra sus propias tropas que desertaban en masa, había efectuado dicho
despliegue de fuerzas, para que esas decenas de miles de seres transformadas
en carne de cañón enlentezcan (tal vez de algún día) el irremediable avance
del enemigo. Desde el punto de vista de la coalición, dichas tropas inmóviles,
enterradas, sin ningún tipo de arma sofisticada, constituían un blanco fácil,
privilegiado, adonde se podía probar todos los medios de muerte, sin asumir
ningún riesgo grande.
Incluso antes,
del desencadenamiento oficial de los combates, toda la población civil de
Irak es tomada como rehén (en cuanto a los otros "rehenes", las
personalidades, se arreglaron entre ellos - los burgueses - y fueron "liberados")
(1) siendo sometida durante meses a una situación de penuria generalizada,
... por medio del bloqueo total, incluido alimenticio y de todo lo necesario
a la salud, que fuera organizado y controlado, con el aval de las Naciones
Unidas, por el conjunto de los países de la coalición. Y también ahí, el
régimen de Irak, descargará todo el peso del bloqueo para someter el conjunto
de la vida a las exigencias de su guerra, es decir para imponer un nivel
aun peor de militarización del conjunto de la sociedad, es decir para someter
aun más proletarios e imponerles plenamente los intereses de la nación.
Digamos de pasada, que es esta impresionante situación de embargo y bloqueo
alimenticio, que reivindican una gran parte de los pacifistas y que comenzado
el bombardeo, en plena coherencia con el humanismo que los caracteriza,
proponían volver a aquella situación, y continuar el bloqueo hasta el final.
En cuanto a
los bombardeos en sí, no nos han ocultado las centenas de miles de toneladas
de bombas que sembrando la muerte y la destrucción fueron largadas en los
territorios de Irak y Kuwait. Pero lo que si, hicieron todo lo posible,
es para convencer al planeta entero de que solo se trataba de una "intervención
quirúrgica", que destruía únicamente blancos militares. Desde la misma
hipócrita distinción entre militar y civil (los enrolados por la fuerza
por ejemplo son "naturalmente" considerados, blanco militar),
toda la propaganda, tiende a que el proletariado del resto del mundo acepte
pasivamente el desarrollo de esa masacre "lejana".
Contra toda esa propaganda, nosotros sabemos que fueron nuestros
hermanos de clase, quienes son oprimidos al extremo por la guerra, quienes
soportaron toda la pesadilla, quienes caen bajo las toneladas de todos esos
medios de muerte que eran tirados día tras día.
Dada la debilidad
político - militar del bloque dirigido por Sadam Hussein, el proletariado
de los países de la Coalición, no sufrió directamente de los bombardeos
u otras atrocidades inherentes a la guerra (las pocas decenas de muertos,
concierne principalmente las tropas de élite), pero sin embargo experimentó
un mayor ataque a las condiciones de reproducción de la vida (y por ello
de la lucha), concretada tanto en un aumento de la tasa de explotación como
en un aumento generalizado de la represión. El aumento de la tasa de
explotación se operó principalmente vía un aumento excepcional de precios
-sin compensación salarial - pretextado en el aumento del petróleo (lo que
a su vez, como resultó evidente, se debió a cuestiones especulativas y no
a razones de merma de la producción o escasez), pero también en algunos
casos por la imposición directa de tasas o impuestos públicos para financiar
el esfuerzo nacional de guerra. El aumento generalizado de la represión
estuvo dirigido especialmente contra toda lucha contra la Unidad Nacional
y contra toda insumisión a la política de guerra, etc. Los discursos militaristas
de los diferentes gobiernos fueron acompañados, en Estados Unidos, en Turquía,
en los países del Norte de Africa, en Tailandia y en varios países Europeos,
por medidas draconianas de terrorismo estatal, de persecución de desertores,
de aprisionamiento de decenas de miles de proletarios que mostraban su
rechazo a la criminal política imperialista de "sus propios" patrones,
de "sus propios" Estados Nacionales. Enfin, durante ese breve
período se intensificaron las medidas de control policial de toda la población
en muchísimos países, al mismo tiempo que se intenta por todos los medios,
detectar, arrinconar, y terrorizar a todos los que luchan contra "su
propio Estado", a los militantes internacionalistas.
¡Qué diabólico
engaño, que en el mismo momento en que el Estado Mundial concentra la más
increíble concentración de instrumentos de muerte y de terror en el Medio
Oriente, se proclame en otra parte el campeón del antiterrorismo en general
y persiga, con ese mismo pretexto, a los militantes revolucionarios!
En Turquía,
en Túnez, Marruecos, Argelia, ... la guerra permitió la represión directa
de las luchas proletarias que se habían desarrollado durante los últimos
meses. En Turquía, el fin del 90
y el principio del 91, fueron marcados por una serie importante de huelgas
muy duras y radicales principalmente en el sector minero (Zanguldak), pero
también en la industria metalúrgica y en el sector automotriz. En Túnez,
las manifestaciones masivas y regulares del proletariado, que expresaban
el descontento generalizado, al mismo tiempo que el repudio a los gendarmes
del Estado mundial representados por la Coalición, fueron violentamente
reprimidas como manifestaciones proislamistas, tratando de paso de desviarlas
y canalizarlas y de credibilizar el movimiento Ennhadha, que sin embargo,
siempre fue extremadamente leal al Gobierno. En Argelia, prevalece una situación
similar, y el Gobierno, para evitar un segundo "octubre 88", ha
movilizado como para participar a la guerra, acantonando tropas y concentrándolas
en las grandes ciudades, llamando a los reservistas y obligando a los jóvenes
que terminaban su servicio militar a continuar sirviendo en el ejército.
En Marruecos el 14 de diciembre de 1990, se reprime violentamente y sanguinariamente
la revuelta proletaria que seguía en ascenso (40 muertos).
En Francia,
Inglaterra, Bélgica, ... la burguesía tampoco perdió el tiempo e intensificó
su política racista y xenofoba. Así por ejemplo al mismo tiempo que en Inglaterra,
se sometía a los refugiados Iraquis (¿es necesario recordar que la mayoría
son fugitivos de las garras del terrorismo estatal dirigido por Sadam Husseim?)
y se los encerraba en campos de retención (verdaderos campos de concentración)
y que toda persona proveniente del Medio Oriente era considerado, fichado
y perseguido como un terrorista en potencia, en Bélgica se amenaza a más
de 6000 marroquíes de expulsión.
Por otra parte
con la guerra, un conjunto de compañías de ya dudosa rentabilidad, ven disminuidos
su volumen de ventas y aprovechan para descargar dicha situación contra
el proletariado. Así por ejemplo sucede en el sector de las compañías aéreas.
Desde Pan Américan a Air France pasando por British Airways, anuncian miles
de despidos.
En Estados Unidos
mismo, el consenso generalizado entre la población con respecto a la política
guerrera de ese Estado, del que tanto nos hablaron en todos los medios de
difusión, no les impidió el reprimir violentamente muchas manifestaciones
contra la guerra (a pesar de estar dirigidas por pacifistas en la mayoría
de los casos) y arrestar a unas 15.000 personas, según medios de difusión
cubanos. Al mismo tiempo, que en los primeros días de la guerra aérea por
primera vez en años se constata un alarmante déficit, se reprime violentamente
a grupos que difunden volantes contra la guerra en los centros de reclutamiento
y a los soldados se los lleva a la guerra quieran o no. Así por ejemplo,
una asociación de defensa de los soldados en Estados Unidos denominada el
"Hórreo Courseling Network" denunció que "varias centenas
de militares norteamericanos que se encontraban en Alemania fueron embarcados
por la fuerza, cuando fue considerado necesario con las manos y los pies
atados, hacia el Golfo".
CUADRO DE NUESTRO
ANÁLISIS
Si hemos dejado
reclaro, que el desarrollo de la guerra del Golfo o de otras a venir, en
cuanto que son guerras contra el proletariado, no constituyen ninguna sorpresa,
dado nuestro cuadro de análisis, veremos ahora que tampoco en lo que concierne
el desarrollo de las contradicciones interimperialistas que llevaron a la
guerra del Golfo, existen grandes sorpresas.
Al respecto,
los analistas de la política internacional (incluidos por supuesto grupos
que se autoproclaman revolucionarios), se han visto, casi sin excepción
totalmente desorientados por los cambios de alianza, por la desaparición
de tales o tales unidades, o bloques, y por la afirmación de la polarización
que llevó a la guerra del Golfo entre la Coalición dirigida por el Imperialismo
yanqui por un lado y Sadam Hussein y sus aliados por el otro.
Desde nuestro
punto de vista, por el contrario, el reacomodamiento de las fuerzas imperialistas,
que hizo pasar a segundo plano otras contradicciones y que hace posible
la guerra del Golfo durante los meses primeros dos meses de este año, no
constituyen ninguna sorpresa.
En efecto, esa
permanente puesta en cuestión de las alianzas de ayer, o de los repartos
imperialistas efectuados en cualquier otra paz, frente a la nueva agudización
de la crisis, están implícitos en la esencia misma del capital y el tipo
de unidad que este realiza. Tal como lo decimos en las "Tesis de Orientación
programática", la burguesía se encuentra también en contraposición
general con el proletariado por el tipo de unidad que es capaz de producir,
porque mientras en el proletariado la unidad es el producto de una comunidad
total de intereses, la unidad de burgueses es siempre una unidad
contra otros, una unidad de intereses opuestos unificados frente
a otros, que en esas circunstancias aparece como prioritario enfrentar.
Nuestra tésis
19 dice:
"Así, el
carácter mundial del capitalismo engendra al proletariado como clase
mundial, sin ningún interés regional, sectorial, nacional, que defender.
Por el contrario, la burguesía no solo realizó su revolución afirmando sus
intereses particulares, sino que su propia esencia (la competencia) la empuja
permanentemente a oponerse entre sí, enfrentándose a todos los niveles en
el reparto de los medios de producción y los mercados. La unidad entre burgueses
(sociedades anónimas, acuerdos monopólicos, Estado nacional, constelación
de Estados... Estado mundial) se opera siempre para enfrentar en mejores
condiciones la guerra comercial o/y la guerra de clases, volviéndose a despedazar
en cada instante en sus diferentes fracciones particulares. De ahí que,
por más unificada que sea, la acción de la burguesía, contiene siempre la
división; que, toda paz es una fase de una guerra futura, mientras que en
el proletariado por el contrario, toda acción, por más parcial que sea,
contiene la universalidad..."
Y lo mismo podemos
agregar, de los sucesivos cambios de alianza en las distintas fuerzas del
Medio Oriente o en las Potencias Occidentales que invadieron el Golfo Pérsico,
que describimos y comentamos en el Editorial de Comunismo Nº 28, y por lo
cual, por ejemplo, el gran aliado de ayer, Sadamm Hussein, de los Estados
occidentales, pase de golpe a constituirse en el máximo cuco fascista, mientras
que simultáneamente se abrazan y besan con el régimen terrorista de Siria
o de Marruecos en nombre de una lucha "contra la dictadura"; o
dicho de otra forma que en nombre de lucha contra la violación del derecho
internacional, constituyan una coalición no solo los Estados de EEUU, Inglaterra,
Francia ... que dada su potencia terrorista son los que hacen dicho derecho
( que no es más que la expresión ideológica de esa relación de fuerzas)
y por lo tanto toda violación la legitiman fácilmente también en nombre
del derecho, sino el Estado de Siria que mantiene su ocupación sobre el
Líbano, el Estado de Israel que mantiene desde hace décadas territorios
ocupados en violación abierta de ese mismo derecho, el Estado de Turquía
que asegura el terrorismo en Chipre, el Estado de Marruecos que hace lo
que se le antoja, contra todas las normas internacionales en el Sahara occidental;
es decir una coalición que ni siquiera puede presentarse con ninguna
legitimidad propia, sino que debe aparecer como lo que es en
realidad toda unidad burguesa, es decir una unidad circunstancial y sin
principios contra un enemigo también de circunstancial.
Al mismo tiempo,
es indudable que si esa contradicción circunstancial pasó al primer lugar
internacional es porque la vieja contradicción guerrera, (OTAN - Pacto de
Varsovia) consolidada en la otra guerra, o lo que es lo mismo, en
la otra paz (Pacto de Yalta), no era tan importante como muchos creían y
podía pasar a un segundo o tercer lugar. Nuestro cuadro de análisis, basado
invariantemente en la esencia del capital, se distinguió siempre de los
análisis de superficie, que solo podían ver la guerra como guerra entre
dos bloques fijos uno "capitalista", otro "socialista"
o uno "proyanqui" y otro "proruso"(2). Todos aquellos
que se manejaban con esta simplicidad periodística, se ven desarmados
para explicar, tanto las guerras interimperialistas que en el Este se están
gestando, como la polarización que hizo posible la guerra del Golfo y aquellos
para quien el mundo estaba efectivamente dividido en dos o en tres (nosotros
combatimos dichos prejuicios ideológicos en todas partes, ver en particular
Comunismo Nº 1 presentación
Para nosotros,
por el contrario, este cambio de alianzas, de bloques intercapitalistas,
no tiene nada de extraordinario, es la consecuencia inevitable de las
determinaciones esenciales del capital y pueden verificarse durante
toda la historia de este régimen de producción. Es lo que explica, contra
todas esas ideologías por ejemplo que la misma potencia imperialista (aunque
se llamara socialista) le vendiera armas a los dos bandos de una guerra
imperialista local (como hacía por ejemplo Checoslovaquia hace más de 20
años en la confrontación Biafra - Nigeria), o los sucesivos cambios de alianza
en Etiopía, en donde por ejemplo la cuña de penetración imperialista constituida
por el Estado de Cuba, apoyara en un momento "la lucha de liberación
del pueblo de Eritrea" y poco después en base a sus acuerdos con el
Estado de Eritrea (determinados a su vez por el ascenso de un gobierno promoscovita)
y en nombre de la "defensa de la integridad territorial de Etiopía",
pasase a considerar a sus aliados de ayer como sus peores enemigos y a meterles
plomo y napalm. Podíamos multiplicar hasta el infinito este tipo de ejemplos
durante este siglo, pero para mostrar la invarianza de esta característica
del capitalismo nos parece más adecuado recordar un ejemplo del siglo pasado:
el capital de origen europeo en América termina autonomizandose y dando
lugar a guerras contra las fracciones que querían mantener el statu quo.
En todos los casos se da una ruptura del capital con sus orígenes nacionales,
así el capital de origen inglés (y europeo en general), consolidado como
capital norteamericano, se enfrenta a aquel en la guerra de independencia,
y los capitalistas criollos en América del Sur se aliarán con Inglaterra
para llevar adelante la guerra imperialista de independencia contra España.
LAS RAZONES
DEL DESENCADENAMIENTO
Por supuesto,
que dado nuestro cuadro global de análisis, nos interesan muy poco, las
especulaciones sobre quien rompe la alianza, quien constituye otra, que
gobierno cambia de campo imperialista, etc. y menos aun sobre que bloque
imperialista agrede al otro, o toma la iniciativa en la guerra. O mejor
dicho, solo nos interesa en la medida de la fuerza de las diversas alianzas
para controlar y canalizar al proletariado, o en la medida de que las justificaciones
de las alianzas y las guerras son las formas ideológicas, que transformadas
en fuerza por partidos, sindicatos, medios de (des) información son capaces
de encuadrar al proletariado. Es, desde ese punto de vista que en plena
campaña de guerra generalizada, nosotros indicábamos ya los límites que
la polarización podía tener:
"No es
este el lugar para aportar nuestro granito de arena a la especulación generalizada,
sobre si la guerra sí, o la guerra no, ...todavía ...; simplemente nos parece
importante subrayar que la actual repolarización del mundo no nos parecen
madura
Es decir, que
al mismo tiempo que afirmábamos la necesidad del capital de generalizar
la guerra (y desde el punto de vista de la agudización de la crisis y la
necesidad de desvalorización dicha necesidad es cada vez más violenta),
afirmábamos los límites que la polarización interburguesa de la "guerra
del Golfo" tenía desde el punto de vista de su capacidad de encuadrar
al proletariado, sin lo cual la generalización de la guerra es imposible.
Teniendo en cuenta el desarrollo de los antagonismos durante la última década,
nosotros considerábamos, sumamente débil al bando de Saddam Hussein, por
lo quemado que estaba tanto dicho líder burgués, como su Partido, como para
crear una alternativa internacional frente a imperialismo judeo cristiano
como pretendía. Esto último quedó cabalmente demostrado, por la total falta
de apoyo que tuvo el régimen de Saddam Hussein, tanto internamente, como
a nivel internacional y sobretodo en la falta total de espíritu de combatividad
de "sus propias tropas".
Incluso la iniciativa
imperialista del Estado de Irak, de invadir Kuwait fue el producto, no de
una fuerza, sino de un conjunto de debilidades, lo que tampoco constituye
una sorpresa para nosotros, pues en general son las fracciones burguesas
con mayores problemas tanto de acumulación, como de control de su propia
población quienes se sienten obligadas a romper el cuadro de la paz imperialista
con tal o tal acción armada, lo que las lleva a aparecer como agresoras
y dar una ventaja a su adversario en el enfrentamiento militar (desde que
el viejo Clausewitz lo sistematizara en su tratado "De la Guerra"
cualquiera sabe que la defensiva es una posición estratégica superior a
la ofensiva). También en las grandes guerras europeas de este siglo, llamadas
primera y segunda guerras mundiales se verifica esto. Las potencias imperialistas
más perjudicadas por las paces anteriores y por lo tanto menos favorecidas
con el reparto de fuerzas productivas y mercados preexistentes, fueron las
que asumieron la iniciativa de las primeras invasiones lo que les implicó
conceder una ventaja estratégica que les fue fatal.
En el caso del
Estado de Irak, también la situación a nivel de la competencia interimperialista
era desastrosa y había sido agravada por una deteriorización de los términos
de intercambio que se objetivaba en una balanza comercial y de pagos cada
vez más desfavorable, así como en una enorme deuda externa calculada en
70 a 90 mil millones de dólares en agosto de 1990. En ese sentido, la ruptura
de los acuerdos de precios de la OPEP por parte de los Estados más serviles
a la política imperialista de las potencias occidentales, como era el caso
de Kuwait y de Arabia Saudita, era vista por la burguesía Iraquí como una
agresión a todo su ciclo de acumulación. Con la invasión y anexión de Kuwait
(y la imposición de nuevas condiciones a Arabia Saudita) se pretendía globalmente
cambiar esta situación, no solo reapropiarse de nuevas fuerzas productivas
(combustibles, materias primas y hasta la salida al mar) sino al aumentar
el porcentaje de la producción de petróleo controlada por la burguesía de
ese país, mejorar la relación de fuerzas dentro de la OPEP y de esta frente
al mundo, revalorizando así su fuente fundamental de divisas. Simultáneamente,
frente al proletariado, se pretendía encontrar nuevas razones que justificasen
su militarización permanente, consolidar una nueva oposición "contra
el imperialismo" buscando una adhesión a la nación que nunca se había
logrado, a pesar de que el régimen había destruido militarmente la gran
ola de derrotismo revolucionario que había azotado el país un poco antes
y de la que hablamos en todos nuestros textos sobre Irán - Irak.
Claro que desde
el punto de vista del ciclo del capital mundial, esta invasión era un cuestionamiento
demasiado generalizado para dejarlo pasar. La perdida de control, en una
parte tan importante de los medios de producción, como el porcentaje de
petróleo que hubiese quedado controlado por otros, implicaba un gigantesco
ataque al ciclo de acumulación de una parte también muy importante de la
burguesía mundial. Ello, sumado a los intereses geopolíticos de las grandes
potencias del capital, hacía que, cualquiera sean las diferentes negociaciones
particulares que había entre las diferentes fuerzas en presencia, (cfr.
el desmentido de las negociaciones previas entre Saddam Hussein y la potencia
militar de EEUU a través de la embajadora en Kwait, según las cuales ésta
se habría comprometido a que Estados Unidos no utilizaría la fuerza militar)
la invasión de Kuwait por el Estado de Irak, debía ser necesariamente considerada
como una gigantesca agresión a los intereses burgueses de las otras potencias
imperialistas.
Desde el punto
de vista del Estado de Estados Unidos, estos hechos, conforman un conjunto
de circunstancias ideales para enfrentar las grandes dificultades que tiene
ese Estado en la gestión del capital en ese espacio productivo, y para fortificar
su potencia imperialista. Al respecto merece la pena subrayar los siguientes
puntos:
- Geopolíticamente,
esta era la situación soñada para afirmar el papel de Estados Unidos como
gran gendarme internacional, apareciendo por un lado como el gran abanderado
del derecho internacional y conquistando en la práctica un lugar estratégico
de incuestionable valor geomilitar.
Esta corta enumeración
no es ni mucho menos exhaustiva, dado que no nos interesa entrar en un mayor
detalle, pero en la decisión misma del desencadenamiento de la acción militar
imperialista, hay que tener en cuenta, claro está, los intereses más particulares
de un conjunto de fracciones burguesas directamente interesadas, como aquellas
que políticamente se prestigiaban con el "restablecimiento del honor
norteamericano", el "lobby" militar que integran desde los
hombres claves del Pentágono a los directorios de las grandes empresas fabricantes
de armas (es decir de las grandes empresas a secas!), el "lobby"
judío, etc.
En cuanto a
las otras fracciones internacionales del capital y su alineamiento del lado
de Estados Unidos, no nos interesa entrar tampoco en mayores detalles. En
cuanto a las razones más generales, resulta evidente que la invasión de
Kuwait, de consolidarse, podía afectar muy seriamente el ciclo del capital
internacional, pues la imposición de otra relación de fuerzas en el precio
del petróleo, hubiese podido llegar a implicar una redistribución de la
plusvalía extraída internacionalmente, en favor de las burguesías que controlan
la materia bruta, tal vez frente a las que lo destilan y seguramente frente
a las que dependen industrialmente de ese producto. El hecho de que la
ONU, haya aparecido mucho más como una agencia de los Estados Unidos, que
como la bolsa de gatos habitual, en donde se expresan diplomáticamente los
antagonismos interimperialistas, se explica fundamentalmente por ese temor
general que a su vez determinaba a todas las fracciones a coincidir en el
restablecimiento del orden imperialista previo al 2 de agosto. Asimismo
resulta evidente que jugaron tanto las viejas alianzas vigentes, y fortificadas
en la ocasión (OTAN) como la unidad sin ningún principio contra un enemigo
común (como el hecho ya señalado de que se encontraban en el mismo bloque
militar contra Saddam por ejemplo el Estado de Siria y el de Israel).
Una gran potencia
petrolera como la URSS, hubiese resultado beneficiada en el mediano y largo
plazo, por la ocupación y por lo tanto, no tenía porqué alinearse contra
Saddam Hussein. Si, en tanto que Estado su posición fue al principio la
de legitimar la fuerza imperialista de la coalición, ello se debe principalmente
a la debilidad objetiva de su propia potencia imperialista para presentarse
como fuerza unificada por sus propias contradicciones internas y a que
la fracción gubernamental parece representar cada vez más los intereses
más dinámicos del capital mundial, incluso contra los intereses proteccionistas
del espacio productivo local. Sin embargo, en la medida en que la legitimación
fue verificándose como una objetiva sesión de derechos imperialistas, frente
a su tradicional rival, que por primera vez se consolidaba como gendarme
total (tendencia al pasaje de una hegemonía internacional compartida a un
cuasi monopolio de la misma), incluso al lado de sus fronteras, las críticas
de las fracciones militaristas (ligadas a la dirección del ejército, a
la seguridad interna y a la marina) y del "establishement" miltaro
industrial, comenzaron a arreciar y hasta la prensa se hizo eco de las
mismas. Así se habló públicamente de que la situación del Golfo atentaba
contra la seguridad de la URSS y la revista de las fuerzas armadas soviéticas
llegó a decir que la dirección de la política extranjera era "la menos
inteligente jamás desarrollada por ningún Ministerio de Relaciones Exteriores,
zaristas o soviéticos comprendidos". Ello obligó al gobierno a intentar
-sin éxito- recuperar en algo la imagen del Estado de la URSS, como gran
protagonista de las decisiones imperialistas en el reparto del mundo, lo
que explica ese espectáculo trágico-cómico, que jugó el Gobierno de la URSS,
de acumulación de sucesivas propuestas de paz y de cese de fuego. Pero ninguna
de estas tentativas, podía tener éxito, porque no había una fuerza militar
decidida, para lograr imponer un cese de fuego más acorde con esos intereses
contradictorios. (
[4]
)
EL GRAN NEGOCIO
DE LA GUERRA
Para terminar
esta brevísima incursión en un terreno (el interburgués) que no es el nuestro
y que conocemos mal, digamos que no debe nunca olvidarse entre las razones
para el desencadenamiento de toda acción militar interimperialista, los
intereses del gran negocio que la guerra misma promueve y beneficia;
es decir de las fracciones burguesas de todo tipo y de todos los países
que objetivamente ganarán en la guerra y en la reconstrucción posterior.
En la guerra
capitalista gana, no solo, el capital en general por las razones
que vimos, no solo ganan las fracciones ganadoras en la contradicción
imperialista, sino que gana muy específicamente un conjunto de capitales
particulares que hacen grandes negocios en tiempos de guerra y de reconstrucción.
Cuando se hace
esta afirmación se piensa claro está en las fracciones ligadas directamente
a la cuestión militar, como los capitales destinados a la producción de
armamentos y los sectores militares propiamente dichos que se ven beneficiados
sin excepción por un aumento del presupuesto militar, pero raramente se
piensa en otro conjunto de fracciones que se benefician directamente de
la guerra. Así por ejemplo, incluso cuando por ejemplo se sabe que todos
los grandes fabricantes de vehículos del mundo, producen blindados, vehículos
para el transporte de tropas, aviones etc. y que resultan directamente beneficiados;
se olvida que estos productos finales para la guerra, requieren para su
producción de otras materias primas y que los capitales propietarios de
las fábricas de aquellas, resultan también directamente beneficiados. Siguiendo
con el ejemplo de los vehículos, estos insumen en su producción ruedas,
gomas, acero, plásticos, ordenadores, servicios bancarios o contables, etc
y en cada uno de estos innumerables sectores decenas y a veces centenas
de grandes y pequeñas empresas fabricantes o subcontratistas encargadas
de proporcionar piezas o partes de las mismas se disputan el mercado y muchas
aumentaron sus ventas y ganancias con la guerra.
Por otra parte,
la guerra del Golfo, que movilizó y militarizó a muchas centenas de miles
de hombres y los mantuvo (y los mantiene aún, quien sabe hasta cuando!),
muy lejos de sus fuentes de aprovisionamiento, puso en evidencia la amplitud
gigantesca del problema logístico. Existen otra cantidad de capitales que
hicieron grandes negocios con la guerra porque aumentaron enormemente su
volumen de ventas en artículos o servicios tales como el transporte de agua
potable, alimentos en conserva, etc.
Por eso, las noticias de la guerra fueron bien recibidas por diversas
fracciones burguesas. No sabemos si es o no una exageración la información
dada por algunos medios de difusión de que al día siguiente del 2 de agosto
en Huston, Texas, centro neurálgico del refinamiento del petróleo en USA,
se agotaron las botellas de champagne pues se festejaban la reactivación
de la actividad que se esperaba que el conflicto del golfo provocaría en
las empresas de esa ciudad. Lo que sí es seguro es que, unos meses después,
las bolsas de todo el mundo recibieron con eufórica esperanza el
comienzo de las hostilidades en el Golfo. Así Thomas Mc Carrol en un artículo
de El País del 27 de enero nos dice:
" A la
mañana siguiente de que las fuerzas encabezadas por Estados Unidos lanzaron
su masivo ataque aéreo sobre Irak, los asistentes a la Bolsa de Nueva York
iniciaron el día con un minuto de silencio en honor de las tropas norteamericanas
en el Golfo. El momento de reflexión fue la única pausa del día. La campana
de apertura fue inmediatamente seguida de una oleada de gritos de ¡COMPRAR!,
¡COMPRAR!, ¡COMPRAR!. Cuando se calmó la excitación, la Bolsa había tenido
uno de los días más activos de su historia. El promedio Dow Jones tuvo una
subida de más de 114 puntos, la segunda ganancia más alta de todos los tiempos
...«Parece que se está presentando el mejor panorama posible» declaró James
Bellini, jefe de compra venta de valores de la firma Dain Bosworth. ...
Las bolsas de valores y mercancías de todo el mundo compartieron la euforia
de la Gran Bolsa ... En Alemania la Bolsa de Francfort registró el mayor
avance de un solo día de su historia y ganó en la semana más del 1,6 % en
tanto que el índice Nikkei de Tokio subió el 2,4%"
No se precisa
ser especialista en cifras de los negocios burgueses para comprender el
significado de estos records históricos, ligados al comienzo de la guerra.
Como tampoco se requiere serlo para saber que la famosa CNN y otros
canales de televisión era durante esos días de guerra y de masacre para
nuestra clase, una verdadera feria de muestras, un enorme bazar industrial
y electrónico, donde se exhibían por primera vez en la historia a un nivel
masivo, un gran número de armas, proyectiles, máquinas, medios de transporte
y equipos altamente sofisticados que repercutirían en miles de millones
de dólares de aumento de ventas para la industria norteamericana y por eso
también desde los primeros días de la guerra, los resultados fueron extraordinarios.(4)
Así nos lo
"Los resultados
de los primeros días del conflicto bélico no pueden ser más optimistas para
el sectorsector de la defensa (sic). Prácticamente todos los valores relacionados
con la industria militar han subido en Wall Street, algunos con alzas del
37 % en los primeros días de la guerra, como es el caso de General Dynamics,
fabricante de los poderosos misiles de crucero Tomahawk, los cazabombarderos
F-111 o el tanque M1. Su rival la McDonnell Douglas, subió un 25 % gracias
a su escaparate, que incluye los cazas F-15, los-F18, el helicóptero Apache
y también los cruceros Tomahawk. Empresas fabricantes de bombas de impacto
múltiple, de equipos de orientación y guía electrónica o de antenas y sistemas
de navegación aérea han tenido igualmente una respuesta alcista en los mercados
de valores. Y se espera que cuando entren en acción el Ejército y la Marina,
las empresas fabricantes de sus nuevas armas se beneficiarán también de
ese auge bursátil (véase como cada sector del capital tiene a su vez intereses
particulares hasta en un tipo particular de guerra NDR). Los constuctores
de la estrella de la guerra, los misiles Patriots, están especialmente
contentos por el enorme impacto publicitario de su producto en todo el mundo.
Y las empresas que fabrican elementos de ese misil - Raytheon, como primer
constructor y Martín Marietta como secundario- han cotizado en alza en Wall
Street"
No se precisa
tampoco ser un gran erudito para saber que si esas excelentes expectativas
no se colmaron, es porque la situación de la economía mundial es catastrófica
y que la guerra del Golfo no fue lo suficientemente importante para cambiar
el curso de las cosas. El nivel de guerra y de destrucción que el capital
requeriría para saciarse y erradicar en base a ello la actual depresión
es infinitamente mayor.
En cuanto al
gran negocio de la postguerra, merece la pena señalar que en plena
guerra, cuando se seguían produciendo cadáveres por miles y destruyendo,
no solo objetivos militares, sino toda la infraestructura industrial y
de comunicaciones así como toda la red de salubridad de la población, como
gigantescos cuervos que comen la carnaza y los desechos en los campos donde
han quedado los cuerpos, grandes empresas mundiales entraban en una competencia
desenfrenada para repartirse los contratos de reconstrucción. Se estiman
en unos 100 mil millones de dólares los contratos multinacionales que se
firmarán para la reconstrucción infraestructural de Kuwait y en más de
200 mil millones la del Irak.
Ni un instante
esperaron, pues esos cuervos para repartirse la carroña, ni tampoco para
que los viejos aliados en el campo militar, se vuelvan enemigos a la hora
de repartirse los jugosos dividendos del mayor de todos los negocios
capitalistas, la guerra y la reconstrucción.
" ...Los
planes para reconstituir Kuwait y para reforzar la potencia militar saudita
se multiplican. En el centro del dispositivo militar-industrial, la enorme
empresa Bechel, cuyo pasado político financiero en la región es decisiva.
Pero también Motorola, McDonald Douglas, General Dynamics, ATT. Solo en
el emirato hay 45 mil millones de dólares a "recoger"; en Arabia,
las promesas son igualmente jugosas, pues Ryad pretende reforzar su aviación
y comprar algunas centenas de tanques suplementarios. Nadie habla todavía
de la reconstrucción del Irak, aunque ya todo el mundo piensa en eso. Solo
los liberales impenitentes, decididamente muy maltratados en este asunto,
podrían lamentar el hecho de que estos contratos no se realicen en el respeto
del derecho - el derecho de la competencia. Pues, en todos los casos, Washington
impone sus puntos de vista: la instalación de un sistema de protección
electrónica no será confiada, como era cuestión, a una firma francesa,
sino a la E-Systems de Dallas. ¿La modernización de los teléfonos? Franceses
y suecos se disputaban esa carrera, pero primero el secretario americano
del comercio y luego el propio Jorge Bush intervinieron: ATT y Motorola
tienen ahora sus posibilidades. El primer ministro británico habría manifestado
su descontento, a pesar de ser su fiel aliado. Hechas todas las cuentas,
y dejando de lado los muertos, la guerra puede resultar una operación blanca
para los Estados Unidos, además de que se la hacen pagar a los otros países,
beneficiarán de enormes beneficios privados que chuparán los gastos
públicos. Gracias a dios, queda la defensa del derecho, sin lo cual, a uno
se le ocurriría hacer simplistas reflexiones sacrílegas en estos tiempos
de unión sagrada internacional"
Es decir, la
unión sagrada internacional solo fue válida contra Saddam,
ahora como se queja Le Monde Diplomatique, la ley de la selva vuelve
a primar entre los capitalistas del mundo y los más fuertes militarmente,
los que más invirtieron en el gran negocio de la guerra, obtendrán los
mejores dividendos.
LOS MEDIOS DE
DIFUSIÓN COMO
Si consideramos
que el papel de los medios de difusión merecen un pequeño capítulo aparte
no es porque hayan cumplido una función diferente a la que cumplen siempre
de instrumentos esenciales de dominación, imbecilización, y movilización
de los proletarios al servicio del capital; sino porque en términos relativos
a otros aparatos del Estado cumplen en la sociedad en general y en la guerra
del Golfo en particular un papel más importante que en el pasado, que merece
la pena destacar.
En efecto, el
tipo de proceso de ciudadanización del proletariado que predomina hoy y
que describimos en números anteriores de Comunismo (5), que coincide con
una fase en la cual, la deserción masiva de los proletarios de los viejos
aparatos burgueses de encuadramiento como son los partidos y sindicatos
dismunuye su importancia relativa y que consiste en una tendencia creciente
a la vida cada vez más separada, más individual, más familiar, más encerrado
en cada casa, ... ha hecho que los medios de difusión y en particular la
televisión sean los aparatos decisivos -junto con el propio ejército- en
el encuadramiento, movilización y militarización del proletariado.
Antes el intermediario principal entre el obrero y su movilización y militarización guerrera era el partido (si era "obrero" mejor), el sindicato, el "movimiento" (6) y la prensa o la radio eran apoyos para mejorar la efectividad de aquellos. Cuanto más se desarrolla el individualismo, el "cada uno en su casa" más la televisión y los otros instrumentos de fabricación de ideas se transforman en los intermediarios centrales para movilizarlo por la patria y para enviarlo al ejército y al matadero. Hay que tener en cuenta que la ciudadanización y el aislamiento general llegan a tales extremos, que para muchos proletarios que no tienen ningún centro de intercambio y de discusión sobre lo que sucede, la televisión (o secundariamente la radio o los diarios), aparece como la única (ficción de) relación ("humana") con el mundo exterior
Globalmente las campañas realizadas por los
medios de comunicación tienden a disimular las causas reales y de fondo
de lo que sucede (ligadas siempre a la esencia de este sistema social) y
a buscar culpables y cucos en tal o tal individuo; a presentarnos en función
de los vaivenes de la política internacional de su Estado las acciones
del enemigo como bárbaras, criminales, dictatoriales, ... terroristas y
paralelamente a disculpar toda la barbarie asesina de su propio campo imperialista
como: acciones humanitarias, luchas contra la dictadura y por la democracia,
etc.
En la guerra
del Golfo, más aun que en guerras anteriores (Viet-Nam, Malvinas, Granada,
Panamá, Afganistán,...), los jefes del Estado y de los Estados Mayores de
las Fuerzas Armadas, prestaron una atención muy particular a los medios
de comunicación transformados en verdaderos instrumentos de lavado de cerebros,
movilización y militarización.
Si cuando las
invasiones norteamericanas a Granada y Panamá el Pentágono había logrado
imponerle a los periodistas de su campo, que no se dijera "invasión"
sino "intervención"; en esta guerra los periodistas de la coalición
fueron mucho más lejos y sin tapujos hablaban de "nosotros" y
utilizaban el "nuestros" para referirse a las tropas de la Coalición
y distintos generales del Pentágono se suceden en los diferentes canales
de televisión, transformados para la ocasión, en verdaderas oficinas de
relaciones exteriores del mando imperialista. Poco a poco los periodistas
adoptan todo el lenguaje de los generales, así los bombardeos se denominan
"ataques quirúrgicos", los muertos civiles "perdidas colaterales",
las zonas no bombardeadas aun, objetivos "lucrativos". Ante la
imagen de la cara de un aviador norteamericano hecho prisionero y mostrado
en la televisión se habla de "crimen de guerra" (!!!), al mismo
tiempo que el bombardeo incesante de Bagdad no es más que el resultado de
múltiples "incursiones" de "los combatientes de la libertad"!!!.
Nada fue dejado
librado al azar, cada palabra, cada imagen, fue escrupulosamente analizada,
controlada, censurada, ... y hasta en algunos casos, cuando ninguna convenía
al mensaje que la jefatura político militar había decidido, hasta se fabricaba,
pieza por pieza, en laboratorio, la imagen que más convenía.
Los patrones
de los medios de difusión, los administradores y locutores, los periodistas
y otros cagatintas cumplieron fielmente con su cometido, de adaptar la presentación
de la realidad en función de las necesidades del mando militar. Se ha denunciado,
la falta de independencia, la hipocresía, la sumisión, el cinismo de los
hombres de la prensa, ... nosotros creemos que es más adecuado hablar de
militarización (
[7]
) total y completa de este aparato de dominación,
de integración acabada en el accionar militar del Estado imperialista y
que los periodistas cumplen cada vez más un verdadero papel de mandos intermedios
de la acción militar, de oficiales a la vez, serviles y obedientes de sus
mandos superiores y correas de trasmisión hacia el proletario para hacerlo
patriota, soldado, asesino.
Frente a esta
simbiosis cada vez más perfecta entre ejército y canales de televisión,
entre generales de las fuerzas armadas y hombres del espectáculo, entre
mandos militares y periodistas, cabe preguntarse si ¿el proletariado insurreccional
tendrá que tratar a los agentes de los medios de difusión como trató siempre
a los oficiales del ejército que lo enviaban al matadero, es decir apuntando
sus armas contra ellos?. Claro que la respuesta nos la dará la historia
futura de la guerra y de la lucha contra la guerra, pero para nosotros esa
respuesta está ya contenida en el presente.
Podríamos aquí
multiplicar los ejemplos a cada cual más impresionante, de lo que estos
artífices del espectáculo han hecho para "modelar" la información
en función de las necesidades de la patria y la guerra, pero nos contentaremos
solo de señalar algunos casos caricaturales. No nos detendremos en las mentiras
que dijeron cuando ellos mismos las creyeron, como por ejemplo cuando sus
jefes del Pentágono anunciaron la primera noche de comenzado los bombardeos
aéreos sobre Irak y Kuwait que el 90 % del potencial militar del enemigo
había sido puesto fuera de combate, y anunciaron esto en más del 90 % de
las televisiones del mundo. Ni tampoco en las lógicas loas, que todos los
hombres de la prensa, proferían en torno al "heroísmo y sacrificio
de los pilotos de la coalición" (¡vaya valentía que se requiere para
dejar caer bombas con un poder destructivo inigualado desde una altura de
10.000 metros!). Tampoco vale la pena, insistir en la parcialidad total
con la que se montó una propaganda sobre la utilización de armas químicas
por parte de Bagdad (lo que salvo, contra sus propias tropas y población,
nunca se llegó a hacer), mientras que se callaba el empleo de Napalm (¡¿o
acaso no es un arma química?!) por parte de los aliados; ni en cuando nos
atormentaban sobre el "horror que vive la población de Israel"
(de los judíos porque estaban en el bloque occidental, por supuesto, el
horror del lado de los palestinos no debía ser considerado horror, hasta
tal punto que decretaron que para ellos no había máscaras de gas!) al mismo
tiempo que se ocultaba sistemáticamente la barbarie desatada contra la
población de Irak.
No, todo esto
constituye la normalidad de este gran cuerpo de élite del ejército occidental
y cristiano. Denunciemos más bien, algunos records batidos en esta manipulación
de toda la información. Sabíamos que creaban imágenes, que muchas de las
cosas que nos mostraron en televisión eran construcciones de laboratorios
informáticos como los proyectiles que daban milimetricamente en tal o tal
blanco militar, cuando en realidad se trataba de filmaciones efectuadas
hace varios años en Estados Unidos. Pero por ejemplo, batieron todos los
records cuando interesaba acusar al adversario no solo de diseminar el petróleo,
sino de querer exterminar la naturaleza (7) y nos montaron toda esa historia
del pajarraco lleno de un liquido negro que salía moribundo del mar. Y esa
visión del mundo que desean "los malos" de la guerra, representada
por el pajarraco moribundo, recorrió el mundo. No nos cabe duda que conmovieron
más a esa gran prostituta que es la opinión pública, con ese pajarraco,
que con cualquier muerto que filmaron (y por supuesto que de los muertos
reales ésta no se enteró!!). ¡Hasta que extremo puede llegar la manipulación,
la gigantesca imbecilización colectiva producida por el capital!. Y todo
marchó bien, ... hasta que un especialista confirmó que ese tipo de ave
no existía en la zona del Golfo, que era típico de costas europeas, ...
y quedó en evidencia que hasta eso, había sido una estratégica creación
de laboratorio con fines político-militares.
Otra cuestión
digna de la antología de esta guerra está constituida por el destape general
acerca de las matanzas que había realizado el régimen de Saddam Husseim,
es decir las matanzas que nosotros denunciamos durante años, contra toda
la corriente, que todos nos acusaban de inventar o de exagerar. Recordemos
que nosotros denunciamos durante años las decenas de miles de muertos provocadas
(durante la guerra y luego de firmada la paz Irán Irak), por el bombardeo
efectuado por el propio Estado Iraquí contra su población y denunciábamos
también la destrucción sistemática de decenas de ciudades y pequeños pueblos.
Hablar de decenas de miles de muertos, de centenas de ciudades destruidas,
era considerado, incluso cuando llamábamos a la reunión Internacional que
realizamos contra la guerra y la paz en la región como una enorme exageración.
En realidad nadie hablaba de ello. Durante la guerra la prensa burguesa
occidental, "descubrió" esas masacres que durante años
había ocultado. Nada menos que "Le Figaro" (acusando a
sus aliados de ayer y disculpando a los de hoy) dice en su edición del
8 de marzo de 1991:
"Ni en
Irán (sic), ni en Siria (sic), ni en Turquía (sic), los Kurdos conocieron
una represión tan brutal. que alcanzará el sumun del horror en 1988. En
marzo, Saddam, cuando obtiene victoria tras victoria contra las tropas de
Komeny, y se prepara a imponerles el cese del fuego, se siente, al fin con
las manos libres para limpiar el Kurdistan. ... Dos buenas razones para
aplastarlos, «Los rebeldes Kurdos son hormigas, nosotros los aplastaremos»
declaraba sin miramientos, un general iraquí. Y como contra las hormigas,
Saddam emplea el
Este es un ejemplo
entre tantos otros, en realidad, toda la gran prensa del mundo occidental
y cristiano, movilizada en la cruzada guerrera descubrió de golpe, lo que
había ocultado durante años, al mismo tiempo que los jefes de oposiciones
nacionalistas Kurdas eran por primera vez bien recibidos en los centros
del poder imperial occidental y hasta en el propio Pentágono y sus declaraciones
encontraban eco en la televisión y otros medios de fabricación de la visión
de la realidad de la opinión pública.
RELACIÓN DE
FUERZAS ENTRE LOS BLOQUES
El despliegue
de tropas militares de ambas partes, no deja dudas, de que se preveía un
enfrentamiento militar mucho más largo. Por otra parte, todos los análisis
de los expertos militares, concordaban en una previsión de una guerra, más
larga y en lo que concierne al lado occidental, más cruenta. Las decenas
de miles de bolsas de plástico, que los yanquis habían llevado al Golfo
para "volver a casa" adentro (como dice alguna de las canciones
de las tropas de élite) no dejan la más mínima duda al respecto.
Si la guerra,
en su fase más general de enfrentamiento entre las tropas de la Coalición
y las del Estado de Irak, tuvo un límite (cuando escribimos este texto la
guerra entre diferentes fracciones burguesas dentro del Irak continúa),
ello se debió sin dudas, a la falta total de adhesión que tuvo la política
imperialista de Saddam Hussein y a la consecuente debilidad total de
su bloque, que le permitió, al adversario lograr sus objetivos, con muchísimo
menos desgaste de lo previsto.
Nosotros habíamos
anunciado y previsto, la debilidad del bloque imperialista dirigido por
el Estado de Irak, precisamente por lo quemado que estaba Saddam Hussein
frente a sus tropas y frente a la población (Ver el editorial del Número
anterior de Comunismo ya citado). Hoy no cabe duda de que este fue el freno
determinante a la continuidad de la guerra.
Consideramos
innecesario, extendernos aquí sobre la importancia decisiva en la guerra
imperialista, de la adhesión del proletariado, sin la cual no hay guerra,
dado que desde el frente de batalla a la producción todo el peso de la guerra
burguesa reposa sobre los hombros del proletariado.
Y en Irak, una
decena de años de guerra y de lucha contra la guerra, no habían pasado en
vano. Los cientos de miles de obreros uniformados no aguantaban más y ni
a palos ni con el fusil en la espalda lograron imponerles, una entrega a
la causa nacional de la guerra. Desde los primeros combates, la única información
no oficial que nosotros recibimos de Irán e Irak, coincidían en afirmar
que a quienes se había enviado al frente obligados, luchaban por escaparse,
que había deserciones, fusilamientos, y mucho días antes, de que se hiciera
inocultable para ambas partes, que del lado Iraquí no había tropa dispuesta
a combatir y que se constatara publicamente la rendición en masa, compañeros
de la región, afirmaban que la masacre adoptaba características de exterminación,
que la tropa se encontraba entre los dos fuegos, el de la Coalición
y el de la Guardia Republicana.
En realidad,
desde el punto de vista del Estado de Irak, todo le salió mal desde el principio:
ninguna adhesión internacional decisiva en el terreno político militar
(las pocas que tuvo como la de la OLP, no tenían peso); fracaso de la tentativa
de hacer entrar al estado de Israel en la guerra y por lo tanto la de formar
un frente general contra el mismo; muy poca credibilidad en las masas internacionales
en el supuesto antiimperialismo de Saddam Husseim, que hasta se tradujo
en la falta total de respuesta positiva que tuvieron todos sus llamados,
incluidos los llamados a la realización de atentados, etc. Ni la propia
Guardia Republicana mostró verdadera disposición y actitud de combate;
también aquí la deserción fue mucho mayor que lo previsto en un primer momento.
Dada la composición
misma de la Coalición, todos los grandes gendarmes internacionales del imperialismo,
(de USA a Francia, de Inglaterra a Bélgica y con la complicidad de URSS)
y el odio secular que el proletariado mundial siente contra los mismos (dado
que en general fueron esas grandes potencias que -cuando los propios Estados
Nacionales se encontraban superados por una situación insurreccional- intervinieron
e intervienen para reprimir las revueltas proletarias y apoyar la burguesía
local), que hasta el día de hoy forman a las policías y torturadores de
todos los países del mundo (es parte de
Hubo si, manifestaciones
en varios países, desde el Norte de Africa a Europa, pasando por el Lejano
Oriente y América Latina, en donde los manifestantes, entre otras consignas
coreaban, a veces, algunas en favor de Saddam; pero sin mayor convicción
y más que nada, como en España, por provocación frente al servilismo del
Estado español hacia el bloque occidental y cristiano. Incluso en muchos
casos esas consignas en favor del Estado de Irak, eran el resultado, como
dijimos, de manipulaciones y maniobras de cada Estado Nacional, interesado
en descredibilizar toda manifestación contra la guerra, en presentar toda
lucha contra la burguesía y el Estado nacional como una manipulación del
enemigo exterior.
Incluso las
organizaciones burguesas de izquierda radical de cada país occidental, que
tienen un discurso antimperialista, y que desde Saddam a Yaser Arafat esperaban
ver alineadas en su campo, tuvieron, tal vez por la decadencia en la que
se encuentran sumergidas, muy poca autonomía con respecto a su Estado Nacional
y se contentaron de los clásicos discursos pacifistas, hasta tal extremo
que resultaba difícil diferenciar un discurso stalinista, castrista o trotskista
de esos días, de los discursos del Papa.
Sin embargo,
hubo algunas "honrosas" excepciones para la causa del trotskismo
internacional. Por ejemplo el MAS de la Argentina, no tuvo ningún prejuicio
en alinearse en el campo imperialista del carnicero de Bagdad. Los comunicados
y volantes de este grupo, defendiendo un campo imperialista contra el otro,
ocultando sistemáticamente toda referencia al pasado del régimen de Bagdad,
forman parte de la antología de esta guerra. Nos limitaremos a citar un
pequeñísimo extracto de un volante de ese grupo:
" Cuando
la guerra estalle habrá dos bandos militares claramente enfrentados. Uno
será el bando agresor, con los yanquis a la cabeza y apoyado por Gorgachov
y una larga lista de gobiernos lacayos. Ellos continuarán a un nivel mucho
mayor, mediante la guerra, la agresión que ya empezaron hace cinco meses
con el bloqueo militar y económico genocida, El otro bando será el de Irak.
En él estarán los palestinos de la Intifada, millones de habitantes de los
países árabes e islámicos y miles de luchadores obreros y populares que,
en todo el mundo, se oponen a la agresión. El Movimiento al Socialismo
llama a todos los trabajadores y al pueblo de Argentina a apoyar en esta
guerra el bando de Irak. Es la misma trinchera que ocupamos en las Malvinas
(¡¡CLARO QUE SI!!, la misma que ocuparon junto con jefes del
Estado terrorista argentino y culpables de la desaparición, y la tortura
de decenas de miles de nuestros compañeros!!! NDR), cuando fuimos apoyados
por la mayoría de los países de Latinoamérica y por gran parte de los pueblos
del Medio Oriente, incluido Irak"
(extractado
de un volante titulado "Ayer Malvinas, hoy Irak; Fuera Yanquis del
Golfo" llamando a una "Jornada contra la Agresión Imperialista")
Volvamos a lo importante, a los límites efectivos que tuvo la guerra,
dada la indiscutible superioridad de la coalición. Por todos lados, nos
tratan de hacer creer, que el impresionante triunfo de la coalición se debe
al desarrollo tecnológico, a la efectividad deslumbrante de los equipos
militares, etc.
Es evidente,
el interés que tiene la burguesía mundial, en hacernos creer que nada depende
de nosotros, que todo depende de la tecnología, que (a pesar de que es nuestro
producto), se opone a nosotros, en tanto que poder ajeno, que nos oprime
y nos controla. Con esa propaganda nos está diciendo: "soy todopoderosa",
"ustedes no pueden nada", "frente al Estado nadie tiene la
más mínima posibilidad".
Pero a poco
de reflexionar constatamos que se trata de una gran mentira. En la guerra
de Viet-Nam el Estado norteamericano tenía una total superioridad tecnológica
y fue incapaz de ganar la guerra; en Afganistán, al ejército ruso le sucedió
lo mismo. Más aun, esa misma tecnología que supuestamente habría derrotado
a uno de los ejércitos más armados de la tierra, no es capaz de acabar con
algunas centenas de guerrilleros en otras partes del mundo, como en el Perú,
por ejemplo.
Todo estratega
de la cuestión militar, desde Clausewitz hasta aquí, sabe que la clave
de la guerra está en el factor humano, en la adhesión a la política militar
por parte de la población, que determina la moral de las tropas, la eficacia
del frente de la producción, la (
[8]
) (
[9]
)ncapacidad logística, etc. Y en este aspecto,
como vimos, SI hubo una enorme diferencia entre ambos bloques. De
un lado un ejército bien disciplinado y con disponibilidad autónoma al
combate, del otro centenas de miles de hombres obligados a combatir con
el fusil en la espalda y en donde cada soldado es un desertor en potencia.
De un lado un ejército con gran movilidad, que podía desplegarse sin límites,
pues los soldados son - en su gran mayoría- ciudadanos libres que hicieron
un contrato para vender su capacidad de matar ("fuerza de trabajo")
(8) ; del otro un tipo de formación y distribución en el terreno, en el
cual los oficiales y las tropas de élite deben mantener siempre la presión
sobre los subordinados para impedir la deserción masiva.
Esto determinó
sin dudas, el tipo de guerra de frente y de posiciones, que favorecía aun
más, al campo de la Coalición. En efecto, el tipo de ejército y armamento
utilizado por la coalición es sumamente adecuado para destruir posiciones
fijas del adversario, pero otra cosa muy distinta es cuando un ejército
de este tipo debe transformarse en ejército de ocupación y de guardián del
orden y se enfrenta a un tipo de guerra popular, con grupos militares autónomos;
pues entonces toda aquella ventaja estratégica basada en la adhesión a
la guerra, se va haciendo añicos con el tiempo. Es lo que por ejemplo le
sucede al Estado de Israel, hoy carcomido por una guerra de ocupación sin
fin ni perspectivas, en contraposición a sus fulgurantes victorias militares
del pasado. Si el mando Norteamericano de la Coalición detuvo las acciones,
sin destruir todo el potencial militar de Saddam Hussein se debe, a que
saben que en el fondo Saddam es un buen guardián del orden burgués, y que
aunque para los Marines hubiese sido relativamente fácil llegar a Bagdad,
les sería mucho más difícil mantener el orden en esa región ante una Intifada
multiplicada por 100.
La superioridad
tecnológica de uno de los bandos imperialistas, y los bombardeos incesantes
durante días y días, sin que el adversario pudiera hacer nada efectivo,
jugaron precisamente a partir de esas dos condiciones fundamentales: la
falta de disposición al combate y el
tipo de guerra de posiciones que ello determinaba (y también
la aceptación por parte de Saddam Hussein de la clásica diplomacia burguesa
y la consecuente liberación de todos los personajes importantes de su enemigo
detenidos al principio y sin lo cual los bombardeos hubiesen suscitado una
menor adhesión nacional e internacional). Luego de semanas de estos bombardeos,
que impusieron la carencia generalizada en las tropas de Saddam, el desfase
inicial en la moral de las tropas era aun mayor y el ejército imperialista
de Saddam se descompuso sin librar ninguna batalla importante (a pesar de
lo que diga la prensa y lo que hayan inflado la "batalla de Khafji"(9)).
Por otra parte los bombardeos lograron romper todo el sistema de control
político regional del Estado Iraquí, las órdenes de Bagdad no llegaban a
las tropas diseminadas, ni a los pequeños pueblos y las noticias de los
distintos puntos geográficos demoran días en llegar a Bagdad, lo que resulta
fatal en una situación de ausencia de Unidad Nacional y donde la única cohesión,
es dada por el terrorismo centralizado del Estado. A las decenas de miles
de desertores de la guerra Irán - Irak, a los que nunca se sometieron,
a los que desde que fueron movilizados se organizaron contra la guerra
y esperaron el primer descuido para desertar o/y rendirse, se le unieron
ahora decenas de miles de nuevos desertores. El hecho de que los propios
oficiales se escaparan, más el hambre generalizada hicieron que la deserción
fuera generalizada. No solo la Coalición obtuvo una victoria mucho más fácil
de lo esperaba, sino que se encontró sin saber lo que hacer, tanto porque
resultó inocultable que la cohesión del enemigo se había inflado por razones
publicitarias, como porque no estaba preparada para encuadrar a los desertores
en tanto que presos. Sin dudas, el mando de la coalición, que se encontró
embretado por la obligación de tomar a cargo a más de una centena de miles
de hombres con los que no sabía ni que hacer, hubiese preferido, para una
mejor justificación de los 500.000 hombres que se llevaron al Golfo, del
esfuerzo militar y logístico que se había efectuado, tanto frente al ciudadano
norteaméricano, como frente a la masa parlamentaria de la burguesía, que
la desersión hubiese sido menos masiva y que la guerra imperialista como
tal, hubiese durado un poco más de tiempo.
Históricamente, el proletariado ha mostrado su enorme creatividad en la lucha contra la guerra: sabotajes a trenes militares, fusilamiento de oficiales, propaganda internacionalista derrotista revolucionaria, organización masiva de desertores, constitución de órganos unitarios de soldados y obreros, huelgas, manifestaciones .... Frente al nivel supremo de barbarie de la sociedad del capital, todo es válido y toda acción contra la unión sagrada se transforma en una acción de solidaridad internacionalista contra la guerra.
Para nosotros esta situación es lógica, dada la predominancia casi generalizada de la contrarrevolución y en esta situación, hasta puede alegrarnos que haya habido, al menos algunas manifestaciones violentas que contra la guerra. Pero la situación es sumamente trágica y toda apología de lo poco que hubo como si estuviéramos en pleno curso hacia la revolución, solo puede servir a la contrarrevolución. Tiene que partirse de esta verdad elemental, inocultable: hora tras hora, día tras día, semana tras semana fuimos incapaces de impedir uno de las mayores asesinatos masivos de la historia, comparable a Hiroshima, Nagasaki o Dresde durante la Segunda Guerra Mundial. La masacre de nuestros hermanos se hizo mientras la burguesía había sentado al proletariado mundial en su falda y le mostraba el espectáculo de su mundo en la televisión.
Debemos asumir pues, la amarga realidad actual en la que se sitúa el proletariado internacional, que no solo fue incapaz de parar la guerra (y recordemos que el límite más importante a la guerra de Viet Nam fue el propio proletariado Norteamericano), sino de realizar acciones realmente importantes de lucha contra la misma. No, no despreciamos para nada, las acciones de algunos proletarios que por ejemplo en algunos puertos se negaron a cargar armas para el Golfo, o las acciones violentas contra tal o tal centro de reclutamiento en Estados Unidos, sino que resulta trágico que no haya habido sublevamientos en las tropas enviadas al combate por parte de la Coalición, que los desertores se cuenten solo por decenas (cuando del otro lado se cuentan por decenas de miles!), que no haya habido ataques importantes contra los edificios oficiales de la coalición, que no se haya paralizado la producción militar, ni la producción en general para luchar contra la política criminal de "nuestros propios" Estados. En fin, resulta sumamente trágico, el lamentable estado en que se encontraba el proletariado reducido en general al de individuos atomizados o sentados frente a esa máquina infernal que es la Televisión o asistiendo a manifestaciones pacifistas que forman parte de la movilización nacional y el accionar militar del Estado imperialista.
Sin lugar a dudas, uno de los problemas de más difícil solución en el pasado y en el futuro para la revolución mundial, es ese desfase trágico entre el desarrollo de la lucha en uno u otro país, por el cual la burguesía puede darse el lujo de enviar las tropas de uno a reprimir la insurrección en los otros, como ha hecho tantas veces en la historia, haciendo cómplice al proletariado de un país de la represión del otro. No hay duda de que la trayectoria de los Estados de la Coalición y las actuales afirmaciones (tanto prácticas, militares como en declaraciones oficiales), en especial del Estado de USA como policías internacionales del Estado de "derecho internacional" les asegura ese papel de gendarmes contra las insurrecciones en otros países. En la lucha contra ello, la responsabilidad del proletariado de esos países, es evidente. Pero también plantea angustiosamente la necesidad de un estado mayor del proletariado internacional, la importancia de la centralización de la comunidad de lucha del proletariado en base a un programa comunista. Al respecto, la crítica del total fracaso, por oportunismo, centrismo, europeismo, federalismo, nacionalismo... de la Tercera Internacional (que desde su segundo congreso adoptaba la "táctica" de la liberación nacional que objetivamente dividía al proletariado y se hacía cómplice de la burguesía) resulta esencial. ( [10] )
Del lado Iraquí el derrotismo fue general, las decenas de miles de proletarios que se escapaban del frente, que se rendían y que se negaron a dar su sangre para la cruzada imperialista de Saddam fue por lo tanto, la causa primera del fin de la guerra entre la Coalición y el Estado de Irak. En los pocos días que la Guardia Republicana tuvo que asumir la guerra y se constataba que, su gran disponibilidad para combatir a los proletarios que se negaban a ir al frente, no fue tal cuando se enfrentaron con un enemigo realmente armado, decenas de miles de proletarios quedan totalmente "descontrolados" y al mismo tiempo que luchan por su supervivencia atacando a la propiedad privada, atacan a sus enemigos de siempre, a "su propio Estado" y los primeros días de este mes de marzo de 1991 la prensa de todo el mundo da cuenta de ataques e incendios de edificios públicos y del partido gubernamental.
De todas maneras, el terror general de la burguesía mundial, frente a la simple posibilidad de que ese derrotismo contra el Estado de Saddam Husseim se afirmase como derrotismo revolucionario, fue una de las razones que hizo que Bush, contra todas las demandas internacionales de que tenía para destruir el potencial militar de Saddam, parase la guerra solo algún día después de haber comenzado el combate contra la Guardia Republicana, tratando de asegurar la máxima integridad posible, de este sanguinario cuerpo represivo antiproletario. El general Kelly declaraba explicitamente: "Lo que vuelve al Irak, es un ejército derrotado. Un ejército vencido es siempre una amenaza política". Hasta en el Washington Post, se mezclan declaraciones de oposiciones burguesas iraquís, que
Si la Coalición hubiese destruido la Guardia Republicana, hubiese estado obligada a asegurar el orden burgués en Irak, lo que le hubiese implicado un costo político y a la larga militar muy elevado. Además ninguna de las otras fracciones burguesas con fuerza constituyen una alternativa que acepte el mayor sujeto de toda la guerra del golfo: el mastodonte imperialista norteamericano. El autonomismo nacionalista kurdo es considerado desestabilizante de los equilibrios de la región y por eso apenas resultó evidente el resultado de la guerra (el primer día de enfrentamientos terrestres), el Pentágono dejó de coquetear con los dirigentes nacionalistas burgueses kurdos. De la misma manera, la instauración de una república islámica del tipo de Komeny es considerada como una amenaza por Washington, pues se instauraría un eje imperialista con ideología islámica demasiado potente con respecto a los otros intereses imperialistas de la región. Por eso, en los días decisivos en que la caída de Saddam parecía eminente, los observadores quedaron otra vez sorprendidos ante un apoyo bastante inocultable, por parte de la Coalición, al que un día antes, era considerado el gran cuco del mundo: Saddam Husseim. Para nosotros es una verificación más de nuestro análisis del capital y sobre la fragilidad de toda alianza interimperialista. Claro que en el fondo prefieren que el orden burgués sea asegurado por el mismo partido Baas de Saddam Hussein, pero con otra figura menos quemada a su cabeza. Les resulta demasiado engorroso ahora explicar a sus poblaciones y tropa, que en el fondo Saddam Hussein es la menos mala de las soluciones, y por eso andan buscando desesperadamente un "sucesor más moderado" y ya han tratado de presentarnos en la gran prensa a uno u otro candidato como "hombre de negocios moderado del partido baas llama a la democracia".
LA GUERRA Y SU PERSPECTIVA
Sin embargo, desde el punto de vista de Estados Unidos y sus aliados, la operación resultó todo un éxito político y militar, en especial por la falta de autonomía y de lucha proletaria contra la guerra. Éxito burgués, no solo, en cuanto al negocio de la guerra como vimos (¿qué ejército del mundo comprará hoy tanques rusos?), sino especialmente en cuanto éxito en la movilización nacional e internacional y en la reconstitución y consolidación de la moral del ejército de la potencia militar más importante del mundo.
El capitalismo necesita mucho más guerra. Es por eso que insistimos tanto en los limites actuales a la guerra, porque la tendencia a una guerra mucho más general sigue presente y porque nadie nos garantiza que los límites actuales a una guerra más general sean los limites a su generalización mañana. La disparidad de bloques hoy, y la falta de adhesión total a uno de ellos no puede ser un freno permanente ante las guerras que vendrán. En efecto, dado el fulgurante cambio de alianzas interburguesas que la misma
NUESTRA ACCIÓN
CONTRA LA GUERRA,
Nosotros no
somos inventores de partidos, ni de internacionales. Nuestro Grupo parte
de la realidad existente, de la cual es producto y, reapropiándose de todo
el programa histórico de nuestra clase y nuestro Partido, trata de transformarse
en actor, en actor organizado, consciente, disciplinado.
La comunidad
de lucha contra el capitalismo y la guerra, es una realidad objetiva,
emergente de los intereses del proletariado contra los del capital, su
economía, su guerra. Con sus fuerzas y debilidades, la acción común del
proletariado va forjándolo como clase, como fuerza. El Grupo Comunista Internacionalista,
es una expresión de este proceso que al nivel más internacional posible,
pelea para centralizar esta fuerza, para conformar una dirección internacional
acorde con los intereses del proletariado y el programa histórico del comunismo.
Reiteramos hoy
cada uno de nuestros llamados al derrotismo revolucionario y a la organización
de la comunidad de lucha contra la guerra. Al respecto, a los lectores
que no han seguido nuestras publicaciones les aconsejamos leer muy especialmente
los siguientes números de la revista Comunismo: 4, 21, 23, 27, en que se
explicitan un conjunto de llamados, de propuestas organizativas.
En los términos
más concretos de la actividad nuestro grupo proponía en todos esos textos
y materiales:
- reforzar y
centralizar las distintas redes de supervivencia de los proletarios en lucha,
presos, perseguidos, exilados.
- hacer circular
los diferentes materiales y textos entre las diferentes regiones del mundo,
tanto con informaciones sobre las luchas y otras actividades internacionalistas,
como textos más históricos que trazan las perspectivas de siempre de los
comunistas.
Cualquiera sea
la evolución inmediata de la situación de guerra o postguerra en esa región,
la guerra del Golfo ha vuelto a poner en el tapete la contradicción de siempre,
guerra o revolución barbarie capitalista o comunismo y le da más
validez que nunca a nuestros planteos y propuestas.
Durante la guerra
misma, la debilidad general del proletariado la vivimos en todo lo que
de cerca o de lejos intentamos, organizar o impulsar. A pesar de nuestro
trabajo de años en ese sentido, cuando hubo que recoger y comunicar información,
cuando hubo que dar una mano aquí y allá a desertores o perseguidos, o para
asumir más en general una acción directa de propaganda y agitación contra
la guerra, nos hemos encontrado objetivamente muy solos. Las distintas coordinadoras
que intentamos impulsar, no funcionaron y algunas que se constituyeron sobre
la marcha en algunos lugares, resultaron sumamente efímeras o carcomidas
por innumerables contradicciones internas.
No teniendo
estructuras más amplias de clase en las cuales participar para impulsar
a un derrotismo revolucionario consecuente y no existiendo formas de coordinación
de un accionar proletario contra la guerra, nos debimos cantonar a una acción
fundamentalmente de propaganda con nuestras solas fuerzas y algunos compañeros
próximos, con los que distribuimos volantes, revistas e hicimos y pegamos
afiches. Para nosotros, militantes comunistas, es una verdadera tragedia,
que el proletariado sea enviado a morir y a asesinar, sin ninguna resistencia
importante y masiva y que a la hora de la verdad, cuando hay que impedir
la partida de tropas o que asumir un accionar masivo y violento contra el
enemigo que tenemos "en nuestro propio país", nos encontremos
solos los compañeros del GCI, con algunos otros militantes y simpatizantes
próximos y con una correlación de fuerzas totalmente paralizante.
Negar esta tristísima
realidad, negar la impresionante fuerza de la contrarrevolución hoy, es
hacerse cómplice de la misma. Desde nuestro punto de vista, esta terrible
realidad, no nos desanima, sino que nos reafirma en nuestra línea invariante,
en la lucha de siempre contra la corriente y lejos de toda la popularidad.
Hoy el capitalismo
se encuentra más fuerte que nunca. Y sin embargo, no ha podido evitar, la
depresión, la crisis, y no evitará su bancarrota general, ni una nueva fase
de guerra comercial despiadada que se clausurará con nuevas guerras a secas.
Ha superado parcialmente una contradicción imperialista, pero continúa
exacerbando todas las contradicciones generales de su sistema.
Tarde o temprano la contradicción, guerra o revolución,
volverá a polarizar al mundo. Les guste o no les guste, y pese a quien pese,
todo lo que se hace para atenuar o postergar las contradicciones, solo hará
que demoren un poco más de tiempo en volver a estallar, en volver a estar
en el centro de toda la escena internacional y que estallen con más fuerza
todavía.
Tarde o temprano
también, junto con ese nuevo e inevitable estallido, el proletariado, tan
ausente como clase autónoma internacional, en las últimas convulsiones,
volverá a ocupar el centro de la escena histórica y todas las contradicciones
de la sociedad volverán a sintetizarse en la contradicción entre guerra
y revolución, entre capitalismo y comunismo.
Fines de Marzo de 1991.
Notas:
(1)
Ver al respecto el editorial de Comunismo nº 28.
(2)
¡De la misma manera que estas ideologías, les impedía también explicar las
contradicciones y guerras imperialistas que contrapusieron en el pasado
el Estado burgués ruso, con el chino, y a éste con el vietnamita, o a este
último con el de Camboya ...! Y en vez de comprender dichas contradicciones
como parte de las contradicciones generales imperialistas en la lucha por
materias primas y brutas, por mercados, por buenos negocios, ... nos servían
un ensopado insulso en lo cual lo dominante eran las ideologías de los distintos
caudillos burgueses (los seguidores de Stalin, contra los de Mao, los de
éste contra los de Ho Chi Min, los de éste último contra los polpotianos
...). Esta sopa ideológica, pretendía sustituir la explicación materialista
de intereses económicos contrapuestos, cómo si hubiese una sola guerra en
la historia que pudiese explicarse por las ideas de los protagonistas!!!
(3)
Por increíble que pueda parecer desde el punto de vista marxista, no faltaron
quienes consideraron tan fijas y definitivas esas divisiones, que plasmaron
las mismas en los programas políticos de sus organizaciones. Así por ejemplo
una organización centrista como la CCI, no solo considera el capitalismo
de Estado como una característica nueva y "dominante de la vida social"
en la "fase de decadencia" , de lo cual los "países llamados
socialistas" sería la mejor de las demostraciones, no solo aceptó la
división ideológica burguesa del mundo en países desarrollados y subdesarrollados,
sino que estableció en su plataforma estas divisiones como fijas y durante
años, no solo, como toda la politología vulgar hablaba de los tres mundos,
sino que pretendía explicar todas las contradicciones y guerras imperialistas
por los famosos dos bloques (también como la gran prensa burguesa). Se comprende
entonces porque hoy, así como la burguesía y sus politologos pasan su tiempo
hablando del derrumbe del comunismo, la CCI pase el suyo, explicando el
derrumbe de los bloques. En realidad, lo que debería explicar es el derrumbe
de su visión del mundo.
(4)
Antes del inicio de la ofensiva terrestre, un analista militar de Salomon
Brothers no tenía el menor escrúpulo en declarar que "... todo el sector
industrial de la defensa se está beneficiando ... y eso que solo ha entrado
en acción una parte muy reducida del potencial defensivo desplegado en la
península Arábiga ... cuando comience la exhibición televisada de los tanques
y equipos de tierra y la Marina y su material, los valores bursátiles de
las empresas fabricantes tendrán la misma respuesta alcista que hasta ahora".
(5)
Ver fundamentalmente "1984 ... 85 ... 87 ...89... peor que lo previsto
- la ciudadanización de la vida" en Comunismo nº 27.
(6)
Por supuesto que no negamos en absoluto que los partidos y sindicatos, en
tanto que verdaderos aparatos del Estado capitalista, sigan teniendo un
papel fundamental en la dominación del proletariado y en la capacidad del
capital para enviarlos a la guerra. Simplemente subrayamos el hecho de que
no son, como por ejemplo a fines del siglo pasado, hasta la Segunda Guerra
en algunos países, o hasta hace poco en otros, el centro fundamental de
la vida "colectiva" del obrero, el lugar de discusión, de reunión,
de referencia de todas las relaciones con el exterior. Actualmente casi
por todos lados, la forma que asume la contrarrevolución hace que ni siquiera
aquella ficción de colectividad exista, que el proletario haya sido individualizado
hasta un extremo inusitado.
(7) Por supuesto que toda construcción
ideológica se basa en una realidad y la deformación de esa realidad. En
este caso, la realidad es, que al capital y por ello, a todos los bandos
imperialistas (porque en todos ellos existe como ley inmutable, la del capital,
la ley de la máxima tasa de ganancia posible que ejerce la dictadura sobre
todo el medio ambiente), les importa muy poco la famosa naturaleza. Por
eso mismo, la pobre naturaleza, con guerra o con paz, en los grandes polos
industriales o en el medio del desierto que avanza imperturbablemente, está
cada vez peor.
(8)
Como en cualquier otra venta de la mercancía fuerza de trabajo, la decisión
libre, está determinada por la libertad de morirse de hambre; en este caso
por la alternativa: de ir al ejército o reventar. En Estados Unidos, la
miseria de las capas más bajas del proletariado es tan violenta y las posibilidades
para ellas de encontrar otro trabajo son tan remotas que la solución de
ir al ejército aparece como la única. Esto afecta muy particularmente a
los negros, a los portorriqueños, o a los "sin reserva" de origen
mexicano, centroamericano, etc. por eso la proporción de estas capas en
el ejército norteamericano es muy superior a la que existe en la población.
Pero a pesar de eso, las contradicciones que ello implica y las enormes
posibilidades de revuelta existentes en dicho ejército, la coherencia de
un cuerpo militar es muy superior cuando está compuesta por asalariados,
que cuando se lo constituye con reclutamiento forzado (como se ha verificado
en toda la historia de las grandes guerras del pasado).
(9)
Al principio, frente a la ocupación de esta ciudad por parte de las tropas
de Irak, la televisión nortemericana decía que era como una "picadura
de mosquito en el cuerpo de un elefante"; al otro día cuando la Coalición
logra tomar dicha ciudad se trataba de un "gran victoria militar de
la Coalición"!
(10)
En el momento de escribir este artículo en marzo de 1991 tenemos poquísima
información sobre lo que está sucediendo en Irak, nos encontramos literalmente
incomunicados con respecto a toda información directa de esos países y la
única que disponemos es la que da la burguesía, interesada como siempre,
en presentarnos la situación actual, exclusivamente en base a las alternativas
y polarizaciones interburguesas.
(
[2]
) ¡De la misma manera que estas ideologías, les impedía también explicar
las contradicciones y guerras imperialistas que contrapusieron en el pasado
el Estado burgués ruso, con el chino, y a éste con el vietnamita, o a
este último con el de Camboya ...! Y en vez de comprender dichas contradicciones
como parte de las contradicciones generales imperialistas en la lucha
por materias primas y brutas, por mercados, por buenos negocios, ... nos
servían un ensopado insulso en lo cual lo dominante eran las ideologías
de los distintos caudillos burgueses (los seguidores de Stalin, contra
los de Mao, los de éste contra los de Ho Chi Min, los de éste último contra
los polpotianos ...). Esta sopa ideológica, pretendía sustituir la explicación
materialista de intereses económicos contrapuestos, cómo si hubiese una
sola guerra en la historia que pudiese explicarse por las ideas de los
protagonistas!!!
(
[3]
)
Por increíble que pueda parecer desde el punto de vista marxista,
no faltaron quienes consideraron tan fijas y definitivas esas divisiones,
que plasmaron las mismas en los programas políticos de sus organizaciones.
Así por ejemplo una organización centrista como la CCI, no solo considera
el capitalismo de Estado como una característica nueva y "dominante
de la vida social" en la "fase de decadencia" , de lo cual
los "países llamados socialistas" sería la mejor de las demostraciones,
no solo aceptó la división ideológica burguesa del mundo en países desarrollados
y subdesarrollados, sino que estableció en su plataforma estas divisiones
como fijas y durante años, no solo, como toda la politología vulgar hablaba
de los tres mundos, sino que pretendía explicar todas las contradicciones
y guerras imperialistas por los famosos dos bloques (también como la gran
prensa burguesa). Se comprende entonces porque hoy, así como la burguesía
y sus politologos pasan su tiempo hablando del derrumbe del comunismo,
la CCI pase el suyo, explicando el derrumbe de los bloques. En realidad,
lo que debería explicar es el derrumbe de su visión del mundo.
(
[4]
)
Antes del inicio de la ofensiva terrestre, un analista militar
de Salomon Brothers no tenía el menor escrúpulo en declarar que "...
todo el sector industrial de la defensa se está beneficiando ... y eso
que solo ha entrado en acción una parte muy reducida del potencial defensivo
desplegado en la península Arábiga ... cuando comience la exhibición televisada
de los tanques y equipos de tierra y la Marina y su material, los valores
bursátiles de las empresas fabricantes tendrán la misma respuesta alcista
que hasta ahora".
(
[5]
)
Ver fundamentalmente "1984 ... 85 ... 87 ...89... peor que
lo previsto - la ciudadanización de la vida" en Comunismo nº 27.
(
[6]
)
Por supuesto que no negamos en absoluto que los partidos y sindicatos,
en tanto que verdaderos aparatos del Estado capitalista, sigan teniendo
un papel fundamental en la dominación del proletariado y en la capacidad
del capital para enviarlos a la guerra. Simplemente subrayamos el hecho
de que no son, como por ejemplo a fines del siglo pasado, hasta la Segunda
Guerra en algunos países, o hasta hace poco en otros, el centro fundamental
de la vida "colectiva" del obrero, el lugar de discusión, de
reunión, de referencia de todas las relaciones con el exterior. Actualmente
casi por todos lados, la forma que asume la contrarrevolución hace que
ni siquiera aquella ficción de colectividad exista, que el proletario
haya sido individualizado hasta un extremo inusitado.
(
[7]
)
Por supuesto que toda construcción ideológica se basa en una realidad
y la deformación de esa realidad. En este caso, la realidad es, que al
capital y por ello, a todos los bandos imperialistas (porque en todos
ellos existe como ley inmutable, la del capital, la ley de la máxima tasa
de ganancia posible que ejerce la dictadura sobre todo el medio ambiente),
les importa muy poco la famosa naturaleza. Por eso mismo, la pobre naturaleza,
con guerra o con paz, en los grandes polos industriales o en el medio
del desierto que avanza imperturbablemente, está cada vez peor.
(
[8]
)
Como en cualquier otra venta de la mercancía fuerza de trabajo,
la decisión libre, está determinada por la libertad de morirse de hambre;
en este caso por la alternativa: de ir al ejército o reventar. En Estados
Unidos, la miseria de las capas más bajas del proletariado es tan violenta
y las posibilidades para ellas de encontrar otro trabajo son tan remotas
que la solución de ir al ejército aparece como la única. Esto afecta muy
particularmente a los negros, a los portorriqueños, o a los "sin
reserva" de origen mexicano, centroamericano, etc. por eso la proporción
de estas capas en el ejército norteamericano es muy superior a la que
existe en la población. Pero a pesar de eso, las contradicciones que
ello implica y las enormes posibilidades de revuelta existentes en dicho
ejército, la coherencia de un cuerpo militar es muy superior cuando está
compuesta por asalariados, que cuando se lo constituye con reclutamiento
forzado (como se ha verificado en toda la historia de las grandes guerras
del pasado).
(
[9]
)
Al principio, frente a la ocupación de esta ciudad por parte de
las tropas de Irak, la televisión nortemericana decía que era como una
"picadura de mosquito en el cuerpo de un elefante"; al otro
día cuando la Coalición logra tomar dicha ciudad se trataba de un "gran
victoria militar de la Coalición"!
(
[10]
) En el momento de escribir este
artículo en marzo de 1991 tenemos poquísima información sobre lo que está
sucediendo en Irak, nos encontramos literalmente incomunicados con respecto
a toda información directa de esos países y la única que disponemos es
la que da la burguesía, interesada como siempre, en presentarnos la situación
actual, exclusivamente en base a las alternativas y polarizaciones interburguesas.