SUBRAYAMOS:

ARGENTINA.

MONTONEROS COMPLICES DE LA DEMOCRATICA CONSOLIDACION DE LA IMPUNIDAD DE LOS TORTURADORES Y ASESINOS.

“Ni olvido ni perdón…”  “PAREDÓN”… eran  las  consignas elementales de los luchadores sociales y en general del proletariado combativo ante la masacre perpetuada por la democrática República Argentina. No está demás recordar que la desaparición y exterminación de los militantes combativos del proletariado, como método de gobierno, fue sistematizado bajo un gobierno peronista y luego continuado por sus sucesores militares.

Los Montoneros, así como otras organizaciones naciona­listas burguesas de encuadramiento de los obreros, se aban­deraban con esas mismas con­signas surgidas de la lucha contra el sistema. Más aun, a quien quisiera escucharlos le decían que ellos eran las prin­cipales víctimas y prometían comerse crudos a los responsables de  la  masacre. "La mayoría   de los muertos son nuestros, Montoneros, peronistas"  repetían tratando de utilizar la lucha proletaria   para la obtención de sus propios fines. Víctimas y Robin Hoods modernos, arrinconaban, con   su curriculum y su supuesta intransigencia, a los revolucionarios que denunciaban esa     política como parte más global de una política burguesa para los proletarios, que tiene por   objetivo el hacerlos renunciar a sus intereses de clase y arrodillarse frente al naciona­lismo     que los Montoneros en particular y el peronismo en general representan. En nombre de sus muertos y desaparecidos y de los que  ajusticiaban y ajusticiarían, de que ellos estaban presentes en el frente de batalla y los otros no, arrinconaban a quienes desde posiciones   clasistas,  revolucionarias, comunistas, denunciábamos esta política burguesa para los obreros. Para ello, no solo utilizaban el terrorismo verbal de sus hazañas, sus aparatos (¡ya se veían en el gobierno y los miembros de su aparato se re­partían los cargos desde las jefaturas militares hasta las embajadas!) y sus pedantes pre­tensiones; no solo utilizaban todos sus vínculos con el resto de sus pares (en especial la socialdemocracia internacional a quien pidieron adhesión), sus amistades en puestos claves en los Estados (desde México hasta Europa), para arrinconar a los revolucionarios sino que no dudaron en recurrir a la agre­sión físico represiva frente a quienes los denunciaban.

Hoy, a un poco más de una década de tanto alarate, esos mismos Montoneros que ayer se comían a los niños crudos, son los alcahutes y chupamedias del gobierno de Menem, que se ha propuesto terminar la obra con­trarrevolucionaria del de Alfonsín, indultando a todos los tor­turadores, los asesinos, los responsables directos de la desaparición de decenas de miles de militantes proletarios. No solo aplauden al gobierno en sí, que inició sus funciones repri­miendo a los "saqueadores", sino que se hacen cómplices abiertos, de la amnistía, Y DE LA IMPU­NIDAD.

Fernando Vaca Narvaja y Roberto Cirilo Perdía declararon que "el indulto aplicado por el presidente Carlos Menen confi­gura un acto de grandeza y valentía que cierra heridas que liquidan el drama argentino"

"Una medida valiente la del presidente Menem" insistía Ciri­lo Perdía agregando luego:"debe ser acompañada por la actitud nuestra que ha sido manifestada y acompañada por hechos en los últimos años de llevar a la práctica la corrección de aque­llos errores que se cometieron en el pasado y lo que planteamos es que todo el país comprenda la necesidad de reconocer los mutuos errores y avanzar así primero hacia la reconciliación y luego hacia la meta decisiva que es  la unidad nacional"

¡Lo que estos mierdas ofrecen al proletariado no es ni más ni menos que la reconci­liación nacional, ¡la unidad nacional; ¡cómo si los proble­mas de la explotación y la mise­ria, fueran a desaparecer por arte de magia!. Y a los que nos negamos a olvidar, a perdonar, nos dicen que todo fue un error. Óigalo bien usted madre a quien le violaron y le mataron a su hija que luchó peleando por la revolución social, los jefes montoneros dicen que fue un error; óigalo bien compañero a usted que le secuestraron a su padre que siempre fue un mili­tante obrero, los jefes Monto­neros dicen que se trató de un error; escucha bien pibe a tu madre que siempre luchó por destruir el Estado la mataron en la tortura y hoy los jefes Montoneros dicen que fueron errores mutuos y que de lo que se trata es que todos los argentinos se unan. ¡COMO SI LA LUCHA DE CLASES LA FUESEN A ABOLIR ESTOS PODRIDOS! Para ellos solo fueron errores, para nosotros esa lucha NO TERMINO Y NO TERMINARA HASTA EL TRIUNFO DE LA  REVOLUCIÓN  SOCIAL.

Todo, todo lo que sale de esas bocas muertas, de esos personajes, que ayer jugaban al izquierdismo, pero que nunca dejaron de ser profundamente reaccionarios, sale en nombre del nacionalismo, del invariante mito contrarrevolucionario de la gran patria argentina. "Argen­tina debe ingresar al año 2000 como lo soñó Perón: engrandecida y con dignidad".Declaró Vaca Narvaja, agregando a continua­ción: "...reafirmamos la volun­tad terminante de luchar, dentro de la democracia con todos los medios disponibles que brinda la acción política, para colaborar en la recuperación argentina". ¡COMO SI EL VERSO FUESE NUEVO! ¡COMO SI EL ENGRANDECIMIENTO DE LA PATRIA NO SIGNIFICASE PRÁCTI­CAMENTE MAS EXPLOTACIÓN, MAS MISERIA!

Por si tuviésemos alguna duda de a que intereses responde esta unidad de la nación en base al indulto oigamos al propio Ministro de Defensa ítalo Luder: "El gobierno argentino, perdo­nará a militares rebeldes y acusados de violar los derechos humanos, como parte de una estrategia para aumentar las inversiones extranjeras....el inversor no es filantrópico, asume un riesgo; (solo) si ... tiene reglas claras en el campo económico y solución del conflicto militar entre otros aspectos"

El capital argentino, considera haber cumplido su ciclo, decenas de miles de proletarios combativos yacen bajo tierra, muchos otros viven cotidianamente la tragedia de la derrota, de los compañeros que ya no están, la impunidad se consolida aplaudida incluso por sectores de la burguesía que ayer juraban que nunca perdo­narían. Forman parte de ese mismo circo quienes desde la izquierda burguesa, y de la organización de los derechos humanos, llaman a juntar firmas para anular el indulto. No solo porque los protagonistas de estas campañas de juntadas de firmas, como el propio Patricio Etchegaray secretario general del Partido Comunista, son viejos baluartes del Estado burgués argentino y porque esos Partidos fueron cómplices de la matanza (i cómo olvidar hoy que el Partido "Comunista" Argentino, así como casi todos los partidos "comunistas" del mundo entero, apoyaban al régimen de Vidella, que fue el que mas desaparecidos hizo!!!), sino porque además, y fundamentalmente, no será ni con referendum, ni con juicios que se castigará a los culpables como pretenden hacernos creer. Más aun, porque estas tácticas de recolección de firmas y de referendum tienen por objetivo fundamental el canalizar la energía proletaria (¡qué aun hoy grita ni olvido, ni perdón!) contra el Estado, en algo integrado a la democracia, al Estado que hizo la masacre. Y que en cualquiera de las circunstancias, solo logrará afianzar el Estado democrático de la opresión (como en el Uruguay), sea legitimando y validando por mayoría, el indul­to, sea volviendo a llevar lo que solo tiene solución en la calle y en violencia a la órbita de la justicia burguesa, con el consiguiente teatro de "castigo de los culpables" en hoteles de cinco estrellas, que hemos cono­cido durante todo el gobierno de Alfonsín, cuya complicidad con la amnistía de todos los asesinos ya no se requiere demostrar.

Muchos se basan en lo que los Montoneros prometían y decían, e insistirán en que han traicionado al aplaudir el per­dón de los asesinos, de los tor­turadores. Para nosotros nada más lógico ENTRE NACIONALISTAS SE ENTIENDEN, dicha práctica estaba inscripta en su programa de socialismo burgués naciona­lista,  demócrata.

Desde nuestro punto de vista, desde el punto de vista proletario, frente a esta nueva ratificación de lo actuado, frente a este nuevo espaldarazo de felicitaciones que el conjun­to de la clase política dá a los torturadores y asesinos, solo nos queda REAFIRMAR lo que siem­pre sostuvimos: los desapare­cidos, los muertos y los tortu­rados, SON NUESTROS, DE NUESTRA CLASE Y NO DEL NACIONALISMO.

Ellos cayeron peleando contra el capitalismo y el Estado (¡y no por el nacionalismo!) y si muchos de ellos (sin lugar a dudas la mayoría) se decían aun peronistas y estaban encuadrados en una organización burguesa como los Montoneros, u otras similares, no era por fuerza sino por debilidad y porque el nacionalismo, para movilizar a las masas, se había vestido de revolucionario. Pero "todo todo es mentira", no solo el nacio­nalismo nunca es, ni será, revolucionario, sino que ni siquiera es capaz de ser consecuente con lo que dijo el día anterior   y como los Montoneros hoy grita "reconciliación de la patria", "olvidemos lo pasado", "no fue­ron más que errores","per­dón, ...perdón"

Desde el punto de vista de nuestra clase, de nuestros desa­parecidos, de nuestros muertos, la consigna no ha cambiado: NI OLVIDO NI PERDÓN, PAREDÓN. Solo una lucha proletaria autónoma y contra todos los nacionalismos, mediante la cual el proletariado se transforme en una clase que lucha por sus propios intereses, llevara a cabo esta sentencia.

 


CO27.2.1 Argentina: Montoneros cómplices de la democrática consolidación de la impunidad de los torturadores y asesinos.