Al margen de la «Nota aclaratoria» (Grupo Comunista Internacionalista)

La «Nota aclaratoria» que se adjunta a la Propuesta presenta a nuestro entender algunos problemas que queremos clarificar.

Antes que nada tememos que se le esté atribuyendo a ese punto 5 (la revista internacional que para nosotros es una perspectiva válida) una importancia o una independencia que entraría en contradicción con todo lo dicho.

Por eso nos parece importante subrayar lo que en esa «Nota aclaratoria» y en toda la propuesta se dice claramente:

«Un acuerdo político práctico en dar una respuesta coordinada ante ciertos ataques del capital, un trabajo común, momentos efectivos de enlace y orientación ante cuestiones concretas y graves que afectan al proletariado mundial. Hablar de la revista sin lo antedicho no tiene sentido, por eso la revista sólo es propuesta a quienes efectivamente coinciden en una práctica y lleven adelante todos los puntos de la Propuesta, en particular el punto 1.» (10)

¿Si en esto estamos totalmente de acuerdo porqué hacer una «Nota aclaratoria» específica sobre el punto 5 y las modalidades futuras de su concretización? ¿Porqué no hacerlo sobre cada uno de los otros puntos? ¿Porqué insistir tanto en una nueva parte «libre», sin censura, que no estaba incluida en la Propuesta, cuando en la misma se decía claramente que la polémica pública se daría «sobre las cuestiones vitales que hacen a las tareas del momento, las actividades propuestas y sobre temas «abiertos» que de común acuerdo se considere necesario incluir»? ¿Porqué hacer una nota aclaratoria en la que se niegue ese criterio del común acuerdo y se lo sustituya por una parte «en donde el tema es elegido por cada participante»?

Para nosotros hay dos razones para ello que no están explicitadas. primera es una cierta tendencia presente en la reunión de Montevideo a autonomizar el punto 5 de la proposición y aunque no se diga expresamente y aunque se diga lo contrario a concebir la posibilidad a corto plazo de esa revista, sin las suficientes garantías dadas por la verificación de la práctica común con respecto a los otros puntos. Nosotros estamos en rotundo desacuerdo con esa posibilidad que sería contradictoria con todo lo que hemos venido aclarando hasta aquí y que llevaría a una revista disparate, a una especie de tribuna de ideas sobre lo que el proletariado debiera hacer, y conocemos demasiados ejemplos específicos al respecto como para rechazar por completo esa posición. Sin ir más lejos, es lo que hacían las Conferencias internacionales organizadas por la CCI y Battaglia y la publicación de lo actuado en las mismas en varias lenguas, en donde lo importante era la difusión de las ideas contrarias de los diversos participantes a quienes no unía ninguna comunidad de acción.

Claro que no identificamos las posiciones de Emancipación Obrera con esa posición de hacer una revista tribuna de gente que no los une una práctica común. Creemos que la «Nota aclaratoria» es suficientemente específica al respecto al insistir sobre la necesidad de una práctica común, como condición de esa revista. Pero la desviación existe y ella a nuestro entender se manifestó en Montevideo cuando algunos concebían que la revista internacional podía largarse inmediatamente (11) y se manifiesta ahora cuando en vez de tratar de ver cómo se concretarían los primeros pasos de esa propuesta, en particular haciendo una nota aclaratoria del punto 1 (lo que nos parece muy necesario), se hace una nota aclaratoria de un punto que solo será la consecuencia de los otros.

La segunda razón que consideramos mas seria y profunda es que a Emancipación Obrera le cuesta asumir el hecho de que una coordinación como la propuesta requiere instancias de centralización y de decisión y de que ello no es una opción entre muchas sino una necesidad. Ello se refleja en la falta de especificidad en cuanto a quiénes y cómo decidirán sobre las actividades, en cuanto a qué mecanismos crear para poder sacar «volantes y campañas comunes» (punto sobre el cual hemos querido darle puntapié inicial en «Por dónde empezar y por dónde no») y en el hecho de que les haya sido necesario esa aclaración exclusivamente sobre el punto 5 de la Propuesta (cuando los otros puntos lo pedían a gritos), agregándole todo eso de la anticensura, la libre expresión de cada uno de los participantes, la libertad de que cada uno decida el tema que considere importante.

Comprendemos perfectamente las razones proletarias que llevan a EO a este odio de los Comités de redacción, de los Secretariados de redacción, de los Centros de coordinación, de la censura, de las direcciones, etc. Nosotros también tenemos enorme desconfianza frente a todo eso y tememos enormemente las burocratizaciones.

Pero nos parece que sería irresponsable o poco serio el no señalar la necesidad de instancias decisionales, de comités de coordinación, de redacción o de centralización. Y además sería una mentira, porque incluso en aquellas estructuras en las que más se quiere garantizar la libre decisión o la decisión de todos siempre hay los que deciden y los que no; peor aún en aquellas organizaciones en que más se insiste en la democracia de las decisiones, en las unanimidades para todo, en que no hay jefes y todos deciden, son realmente las más burocráticas, son las que existe en la realidad la decisión de los jefes y el seguidismo práctico de todos los otros. ¡Y Emancipación Obrera no nos dirá que ellos deciden todos o que publican en su prensa cualquier cosa de cualquier compañero! El discurso democrático y la democracia en cuanto tal realizan siempre la dictadura efectiva.

Además si bien la censura, la ausencia de libertad, ha sido un arma de la burguesía contra el proletariado; también la libertad individual (que no es otra cosa que la expresión de la libertad de comercio, de compra y venta de la sociedad burguesa, y el individuo mismo es un producto de la sociedad mercantil), los discursos sobre la libre expresión de cualquier cosa es parte inseparable de la represión del proletariado y como tales han funcionado históricamente. Basta recordar cómo los stalinistas, los sindicalistas (y los peronistas) se amparan en el libre uso de la palabra en las asambleas, en la democracia obrera, para liquidar una asamblea, para hacer un discurso de 16 horas en nombre de que no se puede cortar la libre expresión, logrando así desanimar a los obreros y quedando solos en el momento de las decisiones. Basta recordar que durante toda la historia del movimiento obrero internacional, la represión sanguinaria contra las fracciones de vanguardia del proletariado fue realizada utilizando los principios de la democracia, de las elecciones libres, etc. Una vez más, compañeros, insistimos en que el terreno del proletariado, el de la constitución en clase y por lo tanto en Partido, no tiene nada que ver con el de la libertad individual y la democracia, en donde siempre dominarán las ideas dominantes, que incluso entre los obreros son las de las de la clase dominante. El terreno del proletariado es por el contrario el de la constitución de una organicidad basada en sus intereses colectivos que rompen desde el principio con el libre arbitrio y destruyen al individuo, al ciudadano de la sociedad burguesa.

En concreto, lo que nos parece importante no es esa preocupación de cómo sería la eventual tercera parte del punto 5 de la Propuesta, condicionado por los otros (aclaraciones que nos parecen desplazadas, que no responden a las necesidades y a las responsabilidades que hay que asumir y que además obedecen a una concepción equivocada), sino en cómo procederemos para concretar la acción común.

Nos preocupan pues los mecanismos que se propondrán para concretar los volantes y las campañas comunes y sobre ello hemos avanzado algunos criterios. En lo más inmediato nos preocupa el cómo serán tratadas las distintas respuestas a la proposición. Con todos esos discursos anticensura y sobre las partes libres, más la promesa de que todos aquellos que nos escriban les garantizamos una copia de todas las respuestas recibidas» nos preguntamos, creemos que a justo título, si ello incluye por ejemplo a grupos trotskistas o porque no peronistas. Emancipación Obrera nos comunica que publicarán las respuestas recibidas al mismo tiempo que nos informan de que recibieron cartas de grupos notoriamente contrarrevolucionarios (OCI) que «nos acusan de olvidarnos de la burguesía revolucionaria al simplificar todo y plantear que la contradicción fundamental es burguesía proletariado».Partimos de la base que la repugnancia contra la censura de Emancipación Obrera no irá hasta el extremo de divulgar en sus medios de difusión respuestas tan estimulantes como ésta, es decir a propagandear las ideas de nuestro enemigo histórico. Por las dudas que quede claro que para ello no cuentan con nosotros. Estamos totalmente de acuerdo con la polémica y con la polémica pública dentro de la clase y frente a la clase, y con el hecho de que una revista como la que necesitamos no puede tener un contenido integralmente común y compartido integralmente por todos los intervinientes (y sería una maniobra sucia el interpretar lo contrario en nuestras posiciones) pero no con entrar en el juego democrático de nuestros enemigos y prestarse para hacerle propaganda a las organizaciones e ideas burguesas. Esto que para nosotros constituye una forma de represión de las posiciones proletarias, se ha impuesto en general en nombre de la libertad y la no censura.

Quedamos pues a la espera de una clarificación de estos puntos por parte de Emancipación Obrera, pero con más urgencia aún que los elementos de concretización de la propuesta, de la respuesta a lo que proponemos como campaña concreta, de las estructuras que harán esto viable y que nos permitirán responder como una sola fuerza a las coyunturas que inevitablemente  se presentarán.

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Notas

10. Última página de la «Nota aclaratoria».

11. Posición de algún compañero de EO que no compartían los otros de ese mismo grupo.


CO23.2.4 Al margen de la nota aclatoria (GCI)