Nota aclaratoria (Emancipación Obrera)

En discusiones posteriores a esta reunión, algunos participantes de la misma, quienes elaboramos y venimos impulsando estas ideas, decidimos clarificar mejor el punto 5 de la propuesta para que no se preste lugar a confusiones.

Como decíamos renglones antes, a esa revista no la concebimos como un ramillete de posturas políticas disímiles bajo una tapa en común: no implicaría ningún aporte ni una superación a la situación existente. Además, para dar a conocer las diversas posturas políticas bastaría con garantizar una distribución de los materiales de cada grupo.

Pero tampoco la vemos como algo amorfo, anodino, como sería una revista de «generalidades», en la que todos coincidirían por ser justamente eso, generalidades.

Por ello la definimos de una manera más rica y compleja, constituida por tres partes: Una, común a todos los grupos intervinientes, elaborada de común acuerdo entre todos, que explicitaría y/o fundamentaría posturas compartidas. Una segunda parte donde el tema elegido de común acuerdo y las posturas son individuales. Y una tercera parte donde el tema es elegido libremente por cada participante, donde puede impulsar la discusión de temas que considere importantes y que ‑a su juicio‑ no son tomados o valorados correctamente por los demás. O un tema «nuevo», o una argumentación distinta.

Y consideramos fundamental la inclusión de las tres partes en esta propuesta internacional.

La primera, porque carecería de sentido hacer un trabajo y una publicación en común si no somos capaces de acceder a puntos de acuerdo y que ésta sea una tendencia que tratemos de profundizar y fortalecer. Nos ayudará a sentar nuevas bases para combatir la debilidad y el aislamiento actual.

La segunda, porque ante determinados temas (Sudáfrica, Bolívia, los mineros ingleses) tendremos posiciones y argumentos comunes en alguna medida (mayor o menor según el caso). Pero también tendremos argumentos distintos sobre estos temas, especialmente en lo que hace a propuestas prácticas, etc. En este caso, la parte común saldrá en la primer parte, la parte distinta sobre el mismo tema saldrá en la segunda y habrá allí la posibilidad de discutir públicamente el resto de las posiciones sobre las cuales no hubo acuerdo: posibilidad de conocerlas y hacerlas conocer; posibilidad de combatir y allanar el camino a nuevas síntesis. También se podrá discutir cualquier tema hoy «abierto» que se haga necesario enfrentar en común.

La tercera parte es fundamental pues es la puerta imprescindible para que no se pueda frenar burocráticamente en ningun caso la lucha con lo que es polémico entre nosotros. La común con las dos partes anteriores es la contribución «a la necesaria polémica pública sobre las cuestiones vitales que hacen a las tareas del momento (...)».

En las dos partes anteriores había acuerdo de conjunto en el tema y esto se decidía por unanimidad, lo cual implica que ‑de no existir acuerdo sobre la importancia política de algún tema‑ éste no saldría si la revista se limitase a esas dos partes. Pero para nosotros sería incorrecto si se limitase allí, y tales cuestiones deben salir en la tercera parte ya que la decisión de qué escribir en ella es incumbencia exclusiva de cada uno, sólo restringida a que respete el acuerdo sobre los discriminantes y que no se exceda en el largo previsto (dos o tres hojas, por ejemplo).

Y es aquí donde tendrán cabida las cosas nuevas y también las diferencias o valoraciones políticas sobre el grado de importancia de algunos temas que puedan ser importantísimos para algunos y que al no ser compartido este punto de vista no saldrían nunca en esta publicación de no existir la tercera parte. Tenemos acuerdos pero también diferencias, no sólo en la forma de enfocar un tema sino en la elección misma de lo que se jerarquiza. Nada ganariamos negándolas, ignorándolas o ejerciendo sobre ellas un poder burocrático que impida su aparición pública en un medio común. Por el contrario, debemos estimular el estudio y la polémica francas, con respeto y sin sectarismos, actividad ésta que también debemos realizar en común y públicamente: quienes trabajan públicamente juntos pueden y deben discutir públicamente juntos. Se reforzaría así un trabajo internacional colectivo.

Es probable que algunos puedan desear una revista cuyo contenido sea íntegramente común y compartido entre todos los intervinientes, con alto grado de homogeneidad. Pero una revista así tardaría años en salir y lo más probable es que si saliese serviría de muy poco, pues estaría conformada por definiciones más allá del espacio y del tiempo Es que una revista no es sólo un ejemplar, sino que es una relación que por fuerza no puede inventar una realidad con un grado de desarrollo y centralidad de la lucha de clases que hoy no existe, realidad de la que todos formamos parte.

Por supuesto que es posible realizar una revista con una mayor homogeneidad si la actividad internacional (que no es lo mismo que internacionalista) se limita a sí mismo y a algunos grupos (o «secciones») con los cuales ya viene desarrollando un trabajo, pero no aportaría a superar la situación que da cuenta esta propuesta.

También creemos necesario aclarar nuestra ideas sobre la censura, pues seguramente habrá quienes planteen la necesidad de poner limitaciones a la parte «libre» de la revista, es decir, censurar. Y no faltará quien condicione su participación a la posibilidad de controlar y censurar los artículos que salgan en ella: no por nada estamos en la actual situación.

Para nosotros presentar el problema así es tremendamente equivocado.

Como dijimos en la Propuesta, partimos de una base: un acuerdo político-práctico en dar una respuesta coordinada ante ciertos ataques del capital, un trabajo común, momentos efectivos de enlace y orientación ante cuestiones concretas y graves que afectan al proletariado mundial. Hablar de la revista sin lo antedicho no tiene sentido, por eso la revista sólo es propuesta a quienes «efectivamente coinciden en una práctica y llevan adelante todos los puntos de la propuesta, en particular el punto 1».

Justamente porque partimos de allí es que no admitimos que se censure un artículo de quien acuerda prácticamente con los discriminantes y con quienes compartimos la acción común, decidida también comúnmente.

Naturalmente no estamos hablando de un artículo contra los puntos que nos unen, pues en todo caso el grupo no cumpliría los requisitos para participar en la propuesta y el problema de la censura no sería tal pues directamente el «censurado» es el grupo. Lo que estamos afirmando es que no podemos ignorar que, acordando con esos discriminantes (con las modificaciones y ampliaciones que se le pueden hacer), es seguro que existen miles de diferencias o valoraciones distintas sobre cuestiones importantísimas y nada ganamos tapándolas o ignorándolas y forma parte del nacionalismo imperante pretender resolverlas solos al margen de un crecimiento internacional y común.

Para finalizar repetimos algo que dijimos dos páginas atrás: no nos aferramos a cada letra que escribimos, sino que estamos convencidos en luchar por concretar su sentido general e insistimos:

Para nosotros la propuesta es una integridad. Como tal la planteamos, la impulsaremos y sobre esa base encararemos las relaciones con los diversos grupos y personas que en todo el mundo se plantean un objetivo fundamental: la revolución proletaria mundial.

Argentina, marzo de 1986

Emancipación Obrera y Militancia Clasista Revolucionaria

Posdata

Esta propuesta fue escrita y llevada a la Reunión de Montevideo por Emancipación Obrera y Militancia Clasista Revolucionaria. Corregida y aprobada en dicho encuentro por todos los participantes, su reproducción quedó a nuestro cargo, así como la nota aclaratoria corre sólo por cuenta nuestra.

Emancipación Obrera


CO23.2.3 Propuesta internacional: Nota aclatoria}