Organizarse fuera y contra todo organismo burgués. Organizarse como clase independiente contra el capitalismo. Esta es la única forma de liberar a los presos, terminar con el terror de Estado y abolir el trabajo asalariado. Es por esta razón que los militantes que realmente se plantean la destrucción del capitalismo, los militantes que quieren terminar con la explotación del hombre por el hombre, deben comprender (tal vez) hoy más que nunca, que el enemigo es multifacético, que el enemigo no está solo en los partidos tradicionales, en los partidos de derecha sean liberales o conservadores, sino que también está en aquellos llamados de izquierda (integren el Frente Amplio o no) los cuales solo proponen reformas circunstanciales que, sostienen que la única es la conservación pluralista que liberan presos a través de amnistías, reconociendo jurídicamente las penas del militarismo, etc, etc. Todos tienen una excusa: “la crisis", todos tienen la misma propuesta presentada en distintas formulaciones, pero, cuando se la extracta a su expresión de fondo, dicha propuesta es "continuar con el capitalismo”, es defender los intereses de la burguesía.
Algunos --tal vez muchos—dirán: “pero no todos proponen lo mismo, no es igual optar por Sanguineti, el Frente Amplio, o por el P.T. En apariencia y solo en apariencia, esto es cierto, no hay que olvidar que la burguesía esta dividida en distintos sectores, (existen distintas capas según su poder económico) por consiguiente es lógico que cada sector burgués proponga las medidas que más beneficien a quienes representan, y, el consecuente objetivo de cada uno de estos sectores es mantener la explotación del hombre por el hombre.
Circunstancialmente, alguno de estos sectores será el que represente el mal menor, pero nunca la solución, y este es un elemento que debemos tener bien claro.
Hoy aparentemente el mal menor es el F.A. pero es hora de recordar algo que demagógicamente dijo el propio Liber Seregni en su oportunidad, sin pensar que esa frase serviría para desenmascarar su engaño y lo tonto que es perder el tiempo en tratar de revertir la correlación interna de fuerzas, para “izquierdizar” a estos aparatos burgueses: «...en cada encrucijada histórica, siempre están los que optan por el mal menor por la seguridad mediocre, por el camino del medio, que no lleva a ningún lado. Pero también están presentes los que no se resignan a sufrir la historia, sino que están dispuestas a crearla. Son los que convierten en posible lo imposible, solos que logran demostrar que, en ciertas circunstancias, resignarse equivale a traicionar".
La tarea de todo militante clasista es denunciar qué representa el F.A. qué representa la C.N.T burocrática, denunciar lo que históricamente y en todo el mundo han hecho estas tendencias "revolucionarias". La tarea es “no permitir que se negocie con la sangre del proletariado” y esto solo es posible fuera y en contra de todo organismo burgués y/o policlasista.
Sabemos que muchos temen al aislamiento, temen perder contacto con las masas, no hay que temer a esto, las masas no están únicamente en los partidos y los sindicatos, las masas están en las calles, las fábricas, las oficinas, los liceos, las universidades. etc. Siempre los grupos que optan por crear la historia, que optan por no traicionar sus intereses de clase son minoría con relación a las masas, es deber de esas minorías marcar el camino, denunciar a los traidores, su tarea es ardua y el camino es largo, pero esa no es excusa para optar por el mal menor.
La burguesía y el proletariado son irreconciliables, no hay pacto o concertación posible entre ellas. La burguesía tiene por objetivo perpetuar sea como sea la explotación del hombre por el hombre. El proletariado tiene por objetivo la abolición de esa explotación.
Participar críticamente, apoyar críticamente equivale a traicionar los intereses de la clase explotada. Solo sirve a la burguesía ya que el prestigio personal de los militantes que se prestan erróneamente a este juego les permite captar a otros militantes y a la vez le da a esos aparatos burgueses la posibilidad de utilizarlos de ejemplo.
No existe partido que actuando en nombre de los trabajadores, no haga otra cosa, que actuar "contra los trabajadores”. El partido del proletariado aún no existe, el partido del proletariado, será producto de la organización independiente del proletariado como clase y no viceversa. No aporta a la organización de la clase el presentar falsas antinomias, a las cosas hay que plantearlas tal cual son: "La opción no es Dictadura Militar o Dependencia” “LA ÚNICA OPCIÓN ES, DICTADURA CAPITALISTA (sea cual sea su forma política de dominación) O DICTADURA DEL PROLETARIADO, PARA IA ABOLICIÓN DEL TRABAJO ASALARIADO.
Lo único que se logrará con la papeleta de voto, es designar que sector de la burguesía pondrá la jeta como rector del régimen capitalista.
Por eso llamamos a todos los militantes "honestos" a romper definitivamente con todo aparato burgués y/o policlasista, los llamamos a organizarse independientemente y realizar de acuerdo a las posibilidades y circunstancias tareas de organización, propaganda, agitación y denuncia cada uno en su región, para derrotar “AL CAPITALISMO EN TODO EL MUNDO". Ha quedado históricamente demostrado que la toma de la administración del estado burgués “se opone" a su destrucción y por lo tanto a la transformación revolucionaria de la sociedad. Por lo tanto la tarea es: “LA ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL E INDEPENDIENTE DEL PROLETARIADO COMO CLASE". El objetivo: "LA DICTADURA DEL PROLETARIADO, PARA LA ABOLICIÓN DEL TRABAJO ASALARIADO.
«ABAJO EL REFORMISMO, VIVA LA REVOLUCIÓN SOCIAL»
Según esa creación de la clase dominante que se ha dado en llamar, opinión pública", la diferencia entre reforma y revolución sería la siguiente: los partidarios de la reforma serían los hombres razonables, que incluso reconociendo algunos la necesidad final del socialismo, son realistas, lógicos, sensatos y preconizan hoy una salida de conciliación, de conciliación democrática y nacional, que luego irían dosificando con reformas socializantes y de participación popular. Los partidarios de la revolución serían los que no comprenden la importancia de tales "pasos hacia el socialismo”, y caracterizándose por la impaciencia y el infantilismo, desarrollan la violencia y el odio entre las clases. De más este decir que en toda lógica el proyecto de los segundos no sólo sería utópico sino que contribuiría a sembrar el caos, y el de los primeros sería no sólo el único posible sino el que "nos conviene a todos". Frente a tales propósitos desarrollados por nuestros enemigos es hora de precisar desde el punto de vista revolucionario la verdadera oposición entre reformismo y revolución.
Antes que nada debe comprenderse que la diferencia entre reformismo y revolución no es un problema de método violento o no, de lucha armada versus elecciones. En efecto, si bien una verdadera revolución social tiene inevitablemente fases de violencia política, de insurrecciones victoriosas, no todo planteo violento es revolucionario. Muchos sectores de la clase dominante acceden al gobierno por medio de la violencia, de la guerrilla y/o la lucha armada pero no para realizar una revolución, sino por el contrario para reformar y por esa vía hacer perdurar la explotación capitalista. En todo el mundo y en particular en Latinoamérica sobran los ejemplos al respecto, donde los partidos y las fuerzas tradicionales se disputaron por las armas el poder, no sólo para no realizar ninguna verdadera revolución, si no precisamente para dejar todo como está.
Lo que realmente distingue y opone reformismo y revolución es el proyecto social global y la clase social que lo representa. El reformismo busca ocupar el Estado burgués para desarrollar el país y mejorar cualitativa y cuantitativamente la producción de mercancías para lo cual proyecta (o/y promete) un conjunto de reformas en la distribución y en la propiedad jurídica de los medios de producción. La revolución social es, por el contrario, el proceso real por el cual el proletariado se impone a la burguesía, destruye el Estado burgués y elimina la producción mercantil. El reformismo es pues el proyecto general burgués de recambio, de mantenimiento y "mejora', de la explotación salarial mientras que la revolución social es el proyecto único del proletariado de supresión de las clases sociales y de la explotación del hombre por el hombre. Esto es lo esencial y que a pesar de ello se olvida siempre que se define (o autodefine) de "revolucionario" a grupos cuyo proyecto (y práctica cotidiana) afirma la liberación nacional no la revolución proletaria.
Esto nos permite ver la falsedad de presentarnos como utópica la revolución y como realista la reforma. Esta visión limitada y reaccionaría es propia de toda clase dominante, aunque ya no tenga más nada que ofrecer.
La reforma del capitalismo en cualquiera de sus aspectos (como por ejemplo la reforma agraria, la nacionalización... ) que expresan la lucha entre sus fracciones no puede solucionar en lo más mínimo el problema de la miseria de las grandes masas proletarias. No existe ninguna salida capitalista a la crisis, por eso todo reformismo es una utopía reaccionaria. Lo que nos prometen todos los partidos burgueses, hoy y aquí, ya se aplicó con rotundo fracaso en todas partes. Y ello no sólo es válido para blancos y colorados sino para el Frente Amplio que es fundamentalmente una coalición de partidos burgueses (demócrata cristianos, estalinistas, socialdemócratas... ) cuyos partidos hermanos internacionales gobiernan y oprimen (hoy mismo) al proletariado en todas partes del mundo, poniendo en evidencia que sus programas no consisten y no pueden consistir en la práctica en otra cosa que en más miseria y ajuste de cinturones para nuestros hermanos de clase.
Para el capital, el reformismo es el único camino posible porque es su única posibilidad de perduración. Reformarse, cambiar la jeta (milicos-parlamento, derecha-izquierda, fascismo-antifascismo... ) es una necesidad imperiosa. Para el proletariado, desde el punto de vista de sus necesidades humanas, no sólo todo reformismo capitalista es utópico y reaccionario, sino suicida. Detrás de toda promesa rimbombante, de todo proyecto de conciliación y reforma se encuentra la dura realidad de un sistema regido por la ganancia, que sigue condenando a millones de hombres al hambre, a la explotación, a la desnutrición, a la miseria cada vez más imponente. Volvamos al principio. El reformismo sensato, realista, partidario de la solución más lógica y el revolucionario impaciente y loco. Detrás de aquella sensatez y realismo se esconde la realidad criminal de la perduración de este sistema podrido. Bajo el velo de la conciliación, la paz social y la democracia acecha el ajuste de cinturones, la austeridad y la condena a muerte por desnutrición de un número siempre mayor de seres humanos.
Tampoco es cierto que los revolucionarios sembremos la violencia y el odio entre clases. Ella es la cruda e inevitable realidad de un sistema explotador y sanguinario. La violencia y el odio entre las clases sólo pueden ser abolidos junto con el sistema y las clases mismas que el reformismo lucha por hacer perdurar. El dilema no estriba pues en la existencia de dos vías hacia "la solución” una más cruel (la revolucionaria) que otra; sino en arreglar pacíficamente la explotación encubriendo y disimulando su crueldad real o en luchar abierta y decididamente por su abolición violenta.
Por último recordemos que a pesar del cínico discurso no violento de todo reformismo (cínico pues contribuye a mantener el despotismo y la violencia propia a la explotación capitalista) ellos también son partidarios de la violencia incluido el despotismo militar y el terrorismo de Estado, especialmente cuando su capitalismo y su Estado están siendo cuestionados por la movilización y la lucha creciente de los explotados. Recordemos que en el Uruguay no fueron sólo los colorados que llamaron a los milicos. El reformista Ferreira Aldunate también fue partidario de la guerra y contribuyó declaradamente a la instauración del Estado de Guerra y el terrorismo de Estado. El angelical Liber Seregni ordenó y dirigió la militarización de los funcionarios públicos y la represión contra los “subversivos” (como él mismo los calificó en centros de estudios del Uruguay).
El reformismo es pues el mayor enemigo de la lucha, única solución posible: LA REVOLUCIÓN SOCIAL
¡VIVA LA REVOLUCIÓN SOCIAL MUERA EL REFORMISMO!
Los carnavales electorales se suceden en toda América Latina. Cuanto mayor es la putrefacción generalizada del sistema capitalista, cuanto mayor es su incapacidad para satisfacer las necesidades de las masas proletarias, más la burguesía recurre al expediente electoral al carnaval en donde todos aparecen disfrazados de ciudadanos en donde explotado y explotador se hermanan en nombre de la nación y la democracia.
Frente a ello la posición de los comunistas es el abstencionismo revolucionario, es decir la lucha contra esa comunidad nacional y democrática fundada en la negación de hecho del antagonismo real de intereses entre explotado y explotador, el llamado a una lucha consecuente en contra de los intereses del capital, su democracia y su nación.
A continuación presentamos unos volantes efectuados por los compañeros de Militancia Clasista Revolucionaria, que se sitúan en esa línea invariante de los revolucionarios, y que fueron distribuidos durante los últimos 4 o 5 meses del año pasado, el primero a propósito del plebiscito en Argentina organizado por el gobierno para ratificar el acuerdo obtenido con Chile acerca del Beagle, el segundo denunciando las elecciones en el Uruguay. Para que pueda apreciarse las dificultades de lucha contra la corriente que significa el defender tales posiciones --dificultades que en todo momento pueden concretizarse en la represión física contra los que difunden tales volantes o defienden valientemente esas posiciones-- basta subrayar que en ambos casos esas elecciones fueron el centro de la vida política no solo de los países respectivos, sino de todo el Cono Sur y que todas las campañas del gobierno o de la oposición, de los milicos o de los civiles, de la izquierda o de la derecha, coincidían en la condena de la abstención y en ese llamado general al "yo participo, tu participas... " que con tanta habilidad los compañeros del Cono Sur lograron poner al desnudo en su verdadero contenido: legalización del terrorismo de Estado.
MCR
E L E C C I 0 N E S
Yo participo
tu participas
el participa
nosotros participamos
vosotros participáis
ellos (los burgueses)
aprovechan
Parea legalizar el:
TERRORISMO DE ESTADO
NO ACEPTEMOS QUE SE NEGOCIE CON LA SANGRE
DEL PROLETARIADO
Frente a la lucha intensa del proletariado, el capitalismo cambia su imagen en Uruguay como en Argentina, sin desmantelar el aparato represivo, sin juicio y castigo a los culpables de crímenes, torturas, etc.
El pacto político militar de la multipartidaria asegura la permanencia legal y democrática del terror de Estado.
Si alguien creía que el FRENTE AMPLIO era diferente se equivocó ya que no sólo firma el pacto sino que lo levanta como bandera.
DEMOCRACIA-DICTADURA DEL CAPITAL.
NO AL ELECTORALISMO
Llamamos a: la lucha independiente del proletariado organizado como clase contra el capitalismo. Sólo así se podré liberar a los presos por luchar y destruir al terrorismo de Estado.
Militancia Clasista Revolucionaria
MCR: BEAGLE
Tu Nacionalidad no es ni Argentina, ni Chilena, ni Inglesa.
Tu nacionalidad es el “TRABAJO”
Las cadenas que te someten no son las de algunos militares (Videla o Pinochet), ni la mala política económica de un Alfonsín un Allende o un Perón.
Son las cadenas del Capital, "LAS CADENAS DEL SALARIO". Que tanto unos como otros (dictadores-y demócratas) defienden.
Que el “BEAGLE” sea Argentino o Chile no, es algo que nada tiene que ver con nuestra miserable condición de vida.
Los trabajadores Argentinos y Chilenos como los de todo el mundo tenemos un solo enemigo "EL CAPITALISMO". No tenemos una nación cuyas fronteras y territorios debamos defender, sino por el contrario derribar.
Militancia Clasista Revolucionaria.
En Argentina y en Chile como en el resto del mundo hay dos clases antagónicas... "Los explotadores y los explotados».
Los explotadores delimitan sus territorios con fronteras y a cada cota de explotación la llaman País, Nación, Patria.
Los explotados dentro de esas naciones no tienen nada, nada les pertenece, la única libertad real que tienen y la nación les garantiza es la de venderse como esclavos, encadenándose al yugo de un salario.
Los explotadores (burgueses) y los explotados (asalariados) no tienen nada en común que defender, por el contrario son enemigos irreconciliables por eso la consigna es:
“QUE EL 25 VOTEN LOS BURGUESES" “SOLO ESTÁN EN JUEGO SUS INTERESES"
Militancia Clasista Revolucionaria.
Noviembre 1984
***
«10 MESES DE HUELGA»
Hace casi lo meses que 200.000 mineros y sus familias están luchando contra un plan de la clase dominante inglesa que provocará 30.000 despedidos.
10 meses que ellos libran una lucha dramática y solitaria, pasando privaciones inimaginables y recibiendo mil y un golpes de la burguesía inglesa y su Estado democrático: 5 muertos, cerca de 3.000 heridos y 6.000 detenidos son frías cifras que hablan de parte del castigo que impone el capital por negarse a des obedecer sus órdenes.
En Inglaterra, sin Martínez de Hoz y con democracia, hay crisis, como en todos los otros países capitalistas. Crisis que no es causada por un individuo sino por una clase social: la burguesía, y su sistema económico: el capitalismo, crisis que ella espera resolver a costa del proletariado.
Aquí, en Argentina, hay más de un millón de desocupados y subocupados, millones de obreros y obreras ven incrementados sus ritmos y jornadas de trabajo y disminuidos sus ingresos.
Por ejemplo, mas de mil despedidos del cordón industrial de Florencio Varela, Berazategui y Quilmes (al Sur de Bs. As.) tratan de sobrevivir con ollas populares. Los obreros de Miralles (Rosario) desde hace meses viven casi mendigando fondos para poder comer y así en distintos lugares del país...
Y en los lugares donde la clase ha enfrentado con mayor fuerza a los golpes de la burguesía, esta no ha escatimado en medios para desarticular las luchas, aislarlas, derrotarlas.
Así, en Neuquen, los obreros de la construcción y sus familias son atacados por la policía con gases, balas de goma y perdigones, dejando un saldo de 15 heridos de consideración. En Avellaneda, la policía y civiles arremetieron con palos, gases y caballos contra las obreras del frigorífico en paro por tiempo indeterminado, dejando el saldo de dos obreras heridas de consideración. En Chaco, la gendarmería dispara ráfagas intimidatorias de ametralladora contra los obreros que tomaron el ingenio “Las Palmas”. Y la lista sería larga...
Ante la situación actual y los planes de concertación de la clase dominante, la clase obrera no tiene mayores posibilidades de defenderse si no trabajamos para romper el aislamiento, si limitamos la lucha a la defensa aislada de nuestro propio sector para salvar lo salvable y repartirnos los sacrificios esperando un mañana supuestamente mejor.
Y seguiremos en un círculo cerrado si, junto a la lucha por mejorar nuestras condiciones de vida dentro del capitalismo, no avanzamos en el camino de terminar con las causas de estos dramas sociales y de la explotación la esclavitud del trabajo asalariado, el régimen de dominación del capital.
La burguesía está golpeando en todo el mundo a la clase obrera. Cuenta para ello con el poder del dinero, de las leyes y de las armas. Está organizada como clase nacional e internacionalmente. En cambio la clase obrera está aislada, atomizada, sin una política propia, sin una organización a nivel nacional e internacional capaz de estructurar la resistencia y organizar la lucha no sólo contra los efectos, sino contra las causas, por el derrocamiento de la burguesía y de su régimen social.
Si no comenzamos a revertir esta situación, asistiremos impotentes a nuestra derrota.
CADA GOLPE DADO A OBRERAS Y OBREROS EN CUALQUIER LUGAR DEL PAÍS Y DEL MUNDO, ES UN GOLPE DADO A TODOS NOSOTROS; SU SUERTE ES LA NUESTRA, SU TRIUNFO O DERROTA NUESTRO TRIUNFO O DERROTA, NADA NOS DIVIDE Y TODO NOS UNE: NUESTRA CONDICIÓN DE EXPLOTADOS Y EL ENEMIGO COMÚN
OBRERAS Y OBREROS DE TODO EL MUNDO: UNÁMONOS CONTRA EL CAPITAL.
EMANCIPACIÓN OBRERA
Sabemos por carne propia que el interés de la clase dominante de incrementar sus ganancias, mejorar sus negocios, fortalecer su economía, tiene su contrapartida inevitable: más sacrificios para nosotros, mayor tasa de explosión desocupación, miseria, opresión. ¿Y qué hace siempre la CGT? : dialoga con los gobiernos de turno, come asados con ellos, hace acuerdos con la patronal y, a veces, ante la presión de las bases, llama a algún paro que si no puede levantar a último momento, lo impulsa como jornada de paz y reconciliación nacional.
La actual situación es insoportable para amplios sectores trabajadores. Cientos y miles de ellos luchan, van a la huelga, pero aisladamente, dispersos, con objetivos limitados. Muchos de ellos, como los obreros de la fábrica tomada Decker, o Miralles de Rosario y tantos otros, deben andar mendigando fondos:... los de la CGT y los Sindicatos están para cosas más importantes..., no para la lucha.
En el mes de abril hubo días con más de un millón de trabajadores en conflicto, como viene ocurriendo desde el 83, pero dispersos, casi ignorados. ¿Qué táctica se da la burguesía y sus agentes en el movimiento obrero?: aislar las luchas, desangrarlas, ceder algo para reconquistarlo después (por ejemplo con la inflación), poner cortinas de humo como el Beagle, las actividades para parlamentarias, los juicios, los viajes, los visitantes. Desmovilizan a la clase obrera tras la democracia, el parlamento, las internas partidocráticas. Plantean falsas opciones: civiles-militares, democracia-golpe, imperialismo-pueblo, pago de la deuda-no pago, cuando el problema es que hay explotadores y explotados, burgueses y proletarios.
Hace unos días la CGT se ha visto obligada a llamar a un paro para el 23 de mayo ¡para un mes después! Y no se crea que es para preparar mejor una lucha masiva, organizada, combativa contra el capital ... ¡NO! ¡Es para tener tiempo para aquietar los ánimos, para negociar con el gobierno, para acordar con el capital de hacer el paro juntos! Si, Triacca propuso hacer un paro de la producción'' es decir con la UIA y demás burgueses: juntar el agua y el fuego, el explotador y el explotado ¿para qué? para que la clase obrera sea una masa de maniobra dócil ayudante de la burguesía en sus negocios.
Como en el interior del país la presión de las bases, el riesgo de "desborde” y que el descontrol produzca el temido (sólo por ellos) estallido social, la CGT se vio obliga da a llamar a paros o actos en distintas ciudades (30 de abril en Rosario, el 9/5 en Tucumán, el 10 en Córdoba, el 16 en el sur, etc.) con el objetivo de encauzar los reclamos tras la política de conciliación de clases tras la CGT impidiendo todo proceso de radicalización: organización, extensión y unificación de las luchas contra el capital. NUESTRO OBJETIVO ES PRECISAMENTE TODO LO CONTRARIO.
«JUICIO. ¿ALGO MAS QUE CIRCO?
Cuando una banda de asaltantes asalta un banco o realiza un asesinato por encargo, la Justicia imperante trata de capturar y condenar a todos los participantes de este hecho el “campana”, el que conducía el auto, el que tira del gatillo, el que planifica la acción. Y no se queda allí: trata de encontrar a los mentores ideológicos y a los beneficiarios, de manera de “hacer justicia”, también con ellos.
Generalmente, entre otras acusaciones, se los engloba a todos bajo el rótulo de asociación ilícita. Si esta asociación ilícita tiene una parte legal, la justicia también la juzga y la disuelve, expropiando sus bienes y encarcelando a sus responsables y beneficiarios.
En Argentina, durante estos últimos 20 años --por poner un límite-- hubo horrendos crímenes perpetrados por el Estado: los asesinatos y vejaciones cometidos por las fuerzas públicas contra manifestantes y activistas en las épocas de Onganía, Levingston, Lanusse ... y también bajo los gobiernos de Perón e Isabel Perón. La Justicia, la misma justicia a la cual algunos ingenuamente piden "justicia", se encargó de colaborar en la labor represiva del Estado de la que es parte: negó cientos y miles de habeas corpus, condenó a activistas, justificó legalmente lo que ocurría apoyando a los que estimularon, llevaron a la práctica y se beneficiaron con la represión.
No nos olvidamos del Parlamento, al cual algunas personas ingenuamente le piden “investigación”: participe de las represiones del 73-76, promotor de algunas, avaló la política de terror aplicada y obstaculizó todo intento de enfrentar a la nueva ola represiva que se inauguró en Ezeiza. Centenares de obreros de Tucumán están muertos o desaparecidos gracias a su empeño, sin hablar de todos los presos políticos que ayudó a "producir". Y el actual, como todos los parlamentos, ascendió en puesto y sueldo (que pagamos nosotros) a notorios oficiales asesinos.
Y es imposible negar el papel que les cupo a la mayoría de los partidos políticos, a la Iglesia Católica y a las cúpulas sindicales en la labor genocida. Tenemos fresco el recuerdo del partido radical, con Balbín a la cabeza, exigiendo mano dura para “terminar con la guerrilla fabril” refiriéndose a las luchas obreras y paros. Y no es necesario detallar el nombre de actuales legisladores peronistas --u otras autoridades-- en la formación de la 'Triple A" o en la tesonera labor de individualización y/o exterminio de activistas obreros y de izquierda.
Por último ¿nadie recuerda los pedidos de represión o los aplausos por la misma que hizo la clase empresarial argentina y sus organizaciones gremiales (Unión Industrial Argentina, CGE, Sociedad Rural, ADEBA –asociación de bancos-, etc... etc.) ¿Es que la represión se hizo ”por motivos divinos” --como justificaban algunos curas-- o por la bolsa contante y sonante? ¿QUIÉN SE BENEFICIABA CON QUE NO HUBIESE HUELGAS, CON LOS SALARIOS BAJOS, CON LA ANIQUILACIÓN DE TODA REBELDÍA? 'No era la clase capitalista la primera en exigirla y la primera en embolsar?
Desde que hay capital en Argentina hay obreras, obreros y activistas asesinados o reprimidos por el Estado. ¿Es necesario recordar los asesinatos de la Semana Trágica o de la Patagonia (ocurridos bajo gobiernos constitucional Radical)? ¿Es necesario hacer una imposible y larga lista de las víctimas del capital? ¿Y es imprescindible afirmar que esos crímenes siempre quedaron impunes?
Esto reafirma que no es sólo un problema del último período militar ni que la causa hay que buscarla en un uniforme. Pero si se dice que aquello pasó hace mucho, y se quiere cuestionar la última ola represiva, esta comenzó antes del golpe del 76. Miles de personas fueron golpeadas, detenidas, torturadas y/o asesinadas durante el último gobierno democrático y la campaña de terror estatal comenzó aquí.
Si Fiscal, Gobierno y oposición admiten que hubo una práctica terrorista desde el Estado ¿por qué entonces no se aplica al mismo Estado la figura de las de “asociación ilícita” o “asociación para delinquir?
Como en el ejemplo que poníamos al principio, aquí hubo todo eso : desde el “vigía" hasta el que conducía el auto, desde el que tira el gatillo hasta el que planifica la acción, desde los mentores ideológicos hasta los beneficiarios de tales acciones. Y contribuiríamos a perpetuar esta farsa si no dijésemos las cosas por su nombre y apellido:
Los instigadores y principales beneficiarios del terrorismo de Estado son los grandes empresarios argentinos (de la ciudad y del campo), que aparte contribuyeron a financiar la represión. Los principales ideólogos fueron los jerarcas de los partidos peronistas, radical, liberal y los intelectuales pagos de la burguesía (incluidos aquí los Magdalenas, Giñazu, los Grondona, los Ernesto Sábato, los obispos Plaza).
Los principales ideólogos-planificadores del terrorismo fueron la oficialidad superior de las tres fuerzas armadas, gendarmería y policía, con la inapreciable ayuda gratuita de la burguesía mundial. Los principales legalizadores del terrorismo de Estado fueron los Poderes Ejecutivo, Parlamentario y Judicial. Los ejecutores y recreadores de estos planes fueron una parte de las fuerzas represivas legales, con la ayuda de activistas nacionalistas anticomunistas políticos o sindicalistas amarillos, ardientes defensores de la sociedad de la libre empresa (estimulados no sólo por las políticas de los Iglesias y de los Lorenzo Miguel sino también de los Triacca y los Barrionuevo).
Los allanamientos, la persecución política, el arrojar personas vivas desde helicópteros, las torturas, las detenciones-desapariciones, las matanzas no fueron obra de un grupito ilegal y clandestino, sino responsabilidad individual y colectiva de esa clase dominante y de sus instituciones fundamentales.
Un buen sector de la clase dominante desea que sólo estos jefes militares sean condenados y sobre la base de su justicia civil, para de esta manera echar un manto de olvido sobre las reivindicaciones de aparición con vida y contra la represión burguesa y salvar a los demás burgueses, a ellos mismos, y a sus instituciones.
Y le hacen juego a ello los partidos de izquierda (burguesa) que, cabalgando sobre justos deseos y aspiraciones de mucha gente, reclaman “tribunales populares" guardando un oportunista silencio en base a qué leyes juzgarían y con qué fuerza político-militar aplicarían los resultados de los mismos. ¿O es que ellos también promueven el espectáculo pero más “de izquierda?»
Todas estas constataciones quedarían incompletas si no señalásemos la significación política, que tiene este juicio público. Pues se hace hoy --y no un año atrás-- en determinado entorno socio-económico-político. Forma parte de una estrategia que busca ganar tiempo, atemperar conflictos, exigir sacrificios y conseguir consenso. Con él se busca cerrar el círculo de la amnistía democrática al terrorismo de estado. Autoamnistía que ya comenzó el Ejecutivo y el Parlamento al principio de la gestión democrática (al declarar libre de culpa y cargo a las instituciones, a los que obedecieron órdenes y al dar por sentado que no hubo ni causa ni beneficiados, salvo la de algunos jefes militares y no que estos sirvieron a una clase de la que son parte).
El juicio será la manera consensual de dar por terminado, el problema del terror estatal del período pasado, especialmente si hay una condena (democrática) a los miembros de la junta.
Para terminar. Respecto a una consigna voceada por sectores juveniles, señalemos que si de imponer se trata, la cuestión no pasaría "por un largo paredón" sino por expropiación (del poder económico de la burguesía) y disolución (de su poder político y militar). Pero hoy el proletariado no está en grado de imponer su poder y su revolución, lo que no significa que haya que hacer oportunismo. Aun que en diversas formas, la represión sigue existiendo y el capital la utilizará más y más en la medida que sus planes de sacrificios (nuestros) no se cumplan como desean. El aparato represivo de la burguesía sigue en pie y seguirá hasta que no sea barrido por la revolución proletaria, de allí que la lucha y la organización contra la represión burguesa sea una tarea permanente. Los detenidos-desparecidos SIGUEN SIN APARECER CON VIDA, siguen existiendo presos políticos --incluidas las mujeres presas por abortar-- y se siguen asesinando a personas: concretamente más de 700 jóvenes desocupados han perdido la vida en manos de las fuerzas del orden (democráticas). La alternativa sigue siendo una: luchar contra la burguesía y sus instituciones.
***
LUCHEMOS POR LA ABOLICIÓN DE LA EXPLOTACIÓN y en este camino conseguir mejoras reales independientemente si éstas le convienen o no al capital, sí "pueden” dar las o no.
1 de mayo de 1985
EMANCIPACIÓN OBRERA Y MILITANCIA CLASISTA REVOLUCIONARIA
¿Qué vamos a hacer? Pacifismo; seguir poniendo la mejilla; continuar haciendo sacrificio, para engordar a los burgueses y fortalecer al capitalismo; formar un frente anti-imperialista policlasista olvidando que el desarrollo del capital (nacional o extranjero) es el desarrollo de la explotación, de la Miseria del Proletariado con la excusa de combatir al FMI? ¿O ante el pedido (IMPOSICIÓN) de nuevos sacrificios para el capital responderemos con una negativa rotunda, organizando la resistencia para que no aumenten nuestras penurias y trabajo en nombre de la defensa de su economía nacional? Ante sus crisis y sus planes nacionales:
ROMPAMOS LAS FRONTERAS, EXTENDAMOS Y UNIFIQUEMOS LAS LUCHAS OBRERAS CONTRA EL CAPITAL.
1 de Mayo de 1985
EMANCIPACIÓN OBRERA Y MILITANCIA CLASISTA REVOLUCIONARIA
Los culpables de las decenas de miles de desapariciones, torturas y asesinatos..., como todo el mundo sabe están bien, gracias a dios, al capital, al Estado y sobre todo a quienes desde la oposición llamaron incansablemente a someter a los culpables al poder judicial de ese mismo Estado ("juicios civiles”, ¡gritaban los trotskistas!). En el fondo, como lo dicen los compañeros aquellos no fueron más que los ejecutantes directos de las necesidades de todo el sistema y forman la misma banda con estos últimos, con los sindicalistas, con los actuales gobernantes...
Lo más grave es no solo que no tengamos la fuerza social para vengar a los caídos y limpiar la superficie de la tierra de esos repugnantes criminales (lo que lamentablemente será una constante hasta la revolución social), sino que el proletariado se deje entretener por la mascarada de los juicios o que no vea otra alternativa que la levantada por la izquierda democrática burguesa, de oponer a los jueces del proceso jueces civiles o a los jueces cómplices, jueces demócratas.
Y peor aún es constatar que con respecto a todo esto el proletariado no está ni siquiera a la altura de lo que estuvo en 1919. La “poesía” que presentamos a continuación (si una expresión tan transparente del odio de clase puede llevar el nombre de “poesía” es otro problema), a pesar de todas las formulaciones propias de la época y de aspectos algo personales al final, es más clara sobre la concepción de la perspectiva proletaria con respecto a ese tipo de criminales que todo lo que hemos escuchado sobre el asunto y por eso la publicamos, seguros de que más de uno ya ha comprendido que sin revuelta proletaria generalizada, no habrá “castigo” para ningún culpable. Además expresa el odio a la contrarrevolución organizada en una forma que solo el proletariado puede hacer en épocas de grandes luchas sociales y que hoy es indispensable volver a poner al orden del día.
¿Quién es su autor? Podríamos decir que es “anónimo” porque se desconoce el autor individual, pero preferimos responder: el proletariado internacional e internacionalista en Argentina en 1919. ¿Quién es su destinatario? El jefe de los responsables directas, de la contrarrevolución organizada en enero de 1919 contra la Comuna Revolucionaria de los Talleres Metalúrgicos Vasena (no sabemos si se trata del Jefe de la Policía o de la Liga Patriótica Argentina, pero para el caso es lo mismo).
¡Ha! Tiránico cretino,
¡ha! Satánico bribón,
los clarines tocan las notas
de vibrantes clamoreos
preanunciando los derrumbes
de tu casta y tu sistema.
Y ni leyes, ni poderes,
ni las fuerzas equipadas
podrán nunca detener
la avasallante cometida
de la próxima revuelta proletaria
que fermenta en muchos pechos
ya cercanos a reventar.
Barricadas, a millares
se alzarán por esas calles
y a la música infernal de los fusiles
y a la voz alentadora
de la brava dinamita
reventando en arsenales,
en palacios y en conventos
y doquiera hay fuerza viva
defendiendo el tambaleante
simbolismo gubernamental.
Verás rostros encendidos
verás testas desgreñadas
verás ropas destrozadas
empapadas en la sangre
de su mismo cuerpo herido
Verás puños levantados
verás dientes afilados
verás ojos llenos de odio
escrutando tu forteza
para ver si tu carroña
aún resiste a los embates
de la furia popular.
Para ti no habrá perdón,
para tí no habrá piedad
tus infames fechorías
no se borran, no se olvidan
ni se dejan de saldar.
Mefistófeles infame
traficante de conciencias obreriles
inservil, degenerado, libertino,
licencioso, disoluto, pervertido,
buhonero miserable sin conciencia,
y sin pudor,
mil chupóptero infernal insaciable
de la sangre dulce y pura
de este pueblo laborioso
vil criatura indecorosa
que no vale lo que vale
el defecado de un obrero.
Hombre triste, hombre malo,
hombre inútil, hombre inmundo,
pernicioso, testaferro,
larva fétida, envidiosa.
Yo te lanzo la blasfemia de este siglo
yo compárote al infame
papa negro de la Rusia
yo te aplasto
con la carga miserable
de otro nombre,
yo te llamo, tenlo en cuenta,
con el nombre más inmundo...,
yo te llamo ... Rasputín.
A continuación presentamos una primera tentativa de “síntesis" de nuestras posiciones fundamentales. Queremos, sin embargo, prevenir al lector, sobre los peligros que pudiera encerrar el utilizar este tipo de texto haciendo de ellos una “nueva biblia”, una referencia eterna y formal. Por nuestra parte, consideramos este tipo de material como una mera fotografía, que se reproduce a un nivel dado las posiciones que definen nuestro grupo, sin olvidar que produciremos otros materiales complementarios y a niveles de abstracción y concretización muy diferentes.
El Grupo Comunista Internacionalista (G.C.I.) extrae sus posiciones principales de las experiencias históricas del movimiento obrero.
- El arco histórico que va del comunismo primitivo al comunismo integral es el ciclo global a partir del cual el marxismo revolucionario cierne el proceso que engendra las condiciones materiales para la instauración de la comunidad humana mundial. Esta sociedad no significa, claro está, el fin de la historia, sino el comienzo de la historia consiente, de la verdadera humanidad que resulta de la abolición de la propiedad privada, la explotación. las clases sociales, el trabajo, el Estado, la familia...
- El capitalismo, que se diferencia de todos los modos de producción que lo precedieron por su esencia universal y por la simplificación-exacerbación de las contradicciones de clase, crea, al mismo tiempo, las condiciones clásicas para el comunismo y la fuerza para imponerlo: el proletariado, única clase explotada y a la vez revolucionaria de la historia humana.
- El límite del Capital es el Capital mismo. Su desarrollo implica necesariamente el desarrollo de sus contradicciones (proletariado / burguesía, valorización / desvalorización, fuerzas productivas / relaciones de producción... ) y determina, constituye, desarrolla, la fuerza social que tiene como misión histórica la destrucción del sistema capitalista: el proletariado organizado y constituido en partido comunista.
En base a la dictadura revolucionaria del proletariado, la constitución del Estado proletario mundial (semi-Estado), la clase obrera organiza la destrucción del Estado burgués y la abolición de las clases sociales destruyendo por el terror rojo, (ampliamente reivindicado y ejercido), todas las tentativas de restaurar la dictadura terrorista del valor. El proletariado opone al terror y el terrorismo burgués, el terrorismo revolucionario.
- La tendencia del proletariado a constituirse en clase que lucha conscientemente para realizar el programa comunista, se concreta con su constitución, en una sola y única fuerza consciente, el Partido Comunista Mundial, que centralizará las fracciones más avanzadas y resueltas del proletariado.
De estos aspectos programáticos fundamentales, verificados en la experiencia vivida en las olas de revolución y contrarrevolución, emanan toda una serie de lecciones históricamente válidas ayer, hoy y mañana.
La democracia no puede ser asimilada a una simple forma (“parlamentaria” “fascista” “socialista”...) de dominación capitalista. La democracia –fuerza de atomización—se afirma cada vez más como la sustancia de la dictadura capitalista, su desarrollo se encuentra estrechamente ligado al desarrollo de la mercancía. Es por eso que podemos afirmar que la victoria del comunismo implica la destrucción de la democracia (aunque se llame “obrera”), modo de vida del Capital.
- Los llamados “países socialistas” (Rusia, Cuba, China...) son Estados capitalistas en los cuales la ideología dominante utiliza expresiones “marxistas” para ocultar mejor su carácter burgués. Donde existe trabajo asalariado hay capital.
- La burguesía, para protegerse de los avances revolucionarios, recurre siempre al desarrollo de fracciones social-demócratas e izquierdistas como parapetos del Estado burgués. Las corrientes que apoyan –críticamente o no—a cualquier Estado existente en el mundo (trostskimo, maoísmo, tercermundistas, “anarquistas”...) no son otra cosa que formas radicalizadas del socialismo burgués. Para el proletariado estos partidos pseudo-obreros son los cuerpos de choque de las fracciones radicales de la burguesía.
- El movimiento comunista se caracteriza por la oposición permanente al Estado burgués, a todos los partidos burgueses, legales o ilegales, de “derecha” o de “izquierda”. Al parlamentarismo y a las elecciones opone el abstencionismo comunista.
- El asociacionismo obrero se opone en la lucha a todos los órganos del Estado capitalista. El proletariado se organiza fuera y contra los parlamentos, sindicatos, ejércitos... ¡No se puede reformar las estructuras de mantención de la paz social, estas deben ser destruidas!
- El objetivo de la lucha proletaria es la insurrección generalizada en todo el planeta, la dictadura mundial del proletariado, constituido en Partido, la revolución social que se afirma con el despotismo generalizado de las necesidades humanas contra el capital y todas sus leyes.
- El comunismo, como movimiento, excluye, se opone desde sus orígenes al país, la nación, la lucha nacional, así como a toda forma de colaboración de clases. A la paz y a la guerra imperialista (paz social), el comunismo contrapone el derrotismo revolucionario (guerra social).
- La dirección comunista, producto histórico (y no inmediato) del proletariado, no tiene ningún interés opuesto al resto de la clase. Los comunistas solo se distinguen por sus actos destacándose como los elementos más decididos, los que anteponen los intereses del conjunto de la clase. En relación a las necesidades del movimiento de dotarse de una dirección real y una centralización única a nivel mundial, los comunistas constituyen la parte más consecuente de la fuerza organizada de la clase. En esos términos, el Partido es la prefiguración de la comunidad humana mundial.
El Grupo Comunista Internacionalista (G.C.I.) en tanto que organización plenamente comunista, actúa de manera conciente, voluntaria y organizada para dirigir este proceso y conducirlo a su término y para ello hoy lucha por hacer efectiva:
1. la elaboración, defensa y difusión del programa revolucionario;
2. la centralización de militantes, simpatizantes, contactos..., que tiendan a organizarse en base al programa comunista;
3- la organización de núcleos obreros sobre bases revolucionarias;
4. la organización de luchas que se enmarcan dentro del interés proletario por defender en todo momento; los intereses históricos y mundiales del proletariado, su carácter directamente internacionalista, su oposición intransigente a toda reforma del capitalismo (por más radical que esta sea).
¡Abajo el Trabajo! ¡Viva el comunismo!
¡DICTADURA DEL PROLETARIADO PARA LA ABOLICIÓN DEL TRABAJO ASALARIADO!
***
AL LECTOR:
Compañeros, una revista corno esta solo podrá cumplir sus tareas teórico-organizativas que la hora exige, con una participación cada vez más activa de sus lectores, simpatizantes, corresponsales. Toda contribución, sea para mejorar el contenido y la forma de la misma (enviando informaciones, publicaciones de grupos obreros, análisis de situaciones, etc.), sea para mejorar su difusión (haciendo circular cada número en el mayor número de lectores posibles, consiguiendo nuevos abonados, sugiriendo otras formas o lugares de distribución, etc.), constituye una acción en la construcción de una verdadera herramienta internacional de la lucha revolucionaria.
¡Utilizad estos materiales! Nadie es propietario de ellos, son por el contrario parte integrante de la experiencia acumulada de una clase que vive, que lucha para suprimir su propia condición de asalariada, y así abolir todas las clases sociales y toda explotación. ¡Reproducid estos textos, discutidlos!
Recibid con nuestro más caluroso saludo comunista, nuestro llamado al apoyo incondicional a todos los proletarios que luchan para afirmar los intereses autónomos de clase, contra la bestia capitalista, contra su Estado y contra los partidos y sindicatos seudo obreros que perpetúan su supervivencia y nuestro grito que te impulsa a forjar juntos el Partido Comunista Mundial, que nuestra clase necesita para triunfar para siempre.
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IRÁN – IRAK: Guerra de Clases contra Guerra Imperialista
¡Contra la visión de la prensa! ¡Contra el bloqueo de la información!
El 4 de setiembre de 1980, aprovechando el caos reinante en Irán, luego de la caída del Chah, Saddam Hussein y el partido Bass (que cumplía las funciones de gobierno) enviaron al ejército iraquí para que “reconquistase" la región del Chatt el Arab. Khomeny, bien instalado en la dirección del gobierno iraní responde movilizando a sus tropas para lanzarlas a una guerra santa contra el “satán Hussein”. Fue así que se creó el decorado del conflicto, y desde ese momento los periódicos de todo el mundo, en grandes titulares sensacionalistas, se esfuerzan por describir el conflicto como una guerra estrictamente interimperialista, e vitando, así, tratar toda información necesaria para su real comprensión. Los periodistas adoptaron, sea expresando su simpatía por un campo o por el otro, o sea pretendiéndose “neutros y objetivos”, la visión estrictamente burguesa según la cual la guerra se reduce a una lucha entre dos países por la conquista de un territorio (región del Chatt el Arab), a una guerra religiosa (¡musulmanes contra musulmanes!), a una guerra “popular, histórica” (árabes contra persas), a una guerra de pueblos, o a un momento de la lucha entre los dos grandes bloques (Este-Oeste). A pesar de que algunas de estas visiones se basan en contradicciones reales (guerra interfraccional burguesa), esto se hace ocultando el motivo real de la guerra --guerra burguesa destrucción masiva de fuerzas productivas, guerra de destrucción del proletariado-- y la existencia de la lucha de clases --cómo contradicción determinante-- que opone, tanto al interior como al exterior de estos dos países, a explotados y explotadores, fuerzas derrotistas y belicistas, militantes revolucionarios y organizaciones paraestatales, soldados desertores y policía militar, fusilados y “fusiladores", huelguistas y amarillos..., proletariado y burguesía.
En la medida en que el conflicto de clases se desarrolla empezó a perfilarse en los mismos hechos, la realidad de las fuerzas sociales irreductiblemente antagónicas e históricamente enemigas: el proletariado y la burguesía. El mismo hecho de organizarse para resistir a su destrucción, a través de la acción derrotista, es un verdadero cuestionamiento proletario a la forma como la burguesía trata de remediar el desarrollo de la crisis: pero lo que más teme la burguesía es que esta práctica de los obreros frente a la guerra, cunda como ejemplo, se generalice, y que el proletariado se constituya en clase mundial. Para impedir esto y camuflar la lucha real de clases la burguesía utiliza el enorme arsenal de medios y canales de información, tratando así de moldear la famosa opinión pública. La función de los medios de comunicación burgueses es la de negar la existencia de contradicciones sociales que sacuden violentamente los aparatos militares en los países donde la lucha se agudiza. Esto lo hace camuflando los antagonismos de clase existentes en el interior de los ejércitos en sus comentarios “objetivos” de victorias y fracasos sucesivos de las fuerzas militares en presencia. Pero la “objetividad”, con la que tanto alardea, no es más que la restricción “subjetiva” (del punto de vista de clase) de la descripción de lo que sucede en el Golfo Pérsico, a la visión mistificada que la burguesía da de la guerra (y no exclusivamente de la guerra).
La ideología dominante, mediatizada, entre otras cosas, por los diferentes canales de información, es la manifestación / materialización teórica del terror en acto, con el que la burguesía somete a su enemigo de clase. Pero este terror ideológico sería mucho menos eficaz hoy en día si se limitase a ocupar el terreno bajo una fachada “tolerante” para los explotados. Esta es una lección que la burguesía ha sacado de la historia: es decir, no puede contentarse más con afirmar enérgicamente la explotación y sus razones, tiene que mistificar la realidad negándose –teóricamente-- como clase y disfrazando ideológicamente las diferentes formas de explotación bajo apariencias benévolas, conduciendo, así, a los obreros a sentirse solidarios de sus explotadores. Obreros y patrones se reencuentran codo a codo, iguales en derecho, en el triste mundo del ciudadano, del comprador y vendedor de mercancías. Es este mundo libre que debieran defender en cuerpo y alma los ciudadanos-soldados cuando son enviados a la carnicería. Y esto lo hacen con grandes cantos patrióticos, discursos exaltando el nacionalismo... y con bayonetas en la espalda.
Los medios de difusión, presentándose como órganos de difusión de hechos en estado bruto, de cosas "concretas” de datos medibles que presentados predigeridos a la opinión pública (suma de ideas del conjunto de individuos desposeídos y expropiados de su propio pensamiento), debieran permitir una correcta apreciación de la realidad, constituyen en los hechos el mejor vehículo para la descripción mistificada de un mundo evacuado de antagonismos sociales. El inalcanzable fantasma de la objetividad, perseguido constantemente por los periodistas, no es en la descripción mistificada, que nos dan de las relaciones sociales, más que el punto de vista dominante, el punto de vista de la clase dominante, un punto de vista objetivamente burgués. Para hacer desaparecer de la conciencia social el hecho de la lucha de clases, la burguesía no puede únicamente limitarse a describir la realidad desde un punto de vista aclasista (evidentemente punto de vista plenamente de clase puesto que oculta el enfrentamiento social para reforzar su dictadura de clase) sino también se encuentra obligada a ocultar los hechos decisivos de las acciones proletarias. Los medios de difusión conforman así, bajo la cobertura cínica de la neutralidad, una verdadera barrera de la información: diarios, radios, TV... prefieren ignorar abiertamente las luchas obreras en Irán e Irak, la fraternización en el frente, los actos de sabotaje que atacan a la economía nacional, el derrotismo revolucionario, el proceso de descomposición de los ejércitos en guerra, la deserción, en síntesis la lucha llevada adelante por el proletariado en Irán e Irak contra la guerra (sea esta justa o no), contra el trabajo (“libre o popular”), contra su propia burguesía y por ello contra el Capital mundial.
El relatar estos hechos, situados en su verdadero nivel, el de la lucha de clases sería para la burguesía suicida, sería repartir armas para su propio derrocamiento. Es exactamente este el objetivo que persigue este texto; divulgar esas informaciones en el proletariado mundial, es armarse. Las mismas, sobre el nivel alcanzado en la lucha de clases en esos países, han sido reunidas por los compañeros con que elaboramos el "Manifiesto contra la Guerra entre Irán e Irak" que fuera publicado en nuestra revistas centrales: en español (No. 1), en francés (No.14), en inglés (No.1) y en árabe (No.1).
IRÁN-IRAK: En el frente o en la fábrica, el enemigo del proletariado es propia burguesía.
El estallido en setiembre del 80, de la guerra contra Irán obligó a la burguesía irakí a soldar lo más duramente posible, la sacrosanta conciliación nacional; había que lograr que la población se solidarizase, lo más firmemente posible, con sus propios explotadores. Al terror en el frente se le agrega, para complementarlo, medidas de represión si precedentes, en el interior del país para obligar a los proletarios a apoyar la guerra a través del trabajo. Para compensar la falta de mano de obra, ocasionada por el reclutamiento en el ejército del 60% de los trabajadores, el Estado irakí recurrió a la movilización civil con la ayuda de diferentes “organizaciones populares" creadas y sostenidas por el partido baas: “Unión de estudiantes”, "Liga de mujeres”, “Sindicatos profesionales", “asociación de defensa"... que reclutaban estudiantes, mujeres, escolares, jubilados..., forzados a reemplazar a los obreros que partían al frente. Además se les saca más del 50% del salario para pagar los gastos de la guerra y se aumenta brutalmente el tiempo de trabajo, todo esto claro está, en nombre de “la lucha por la nación árabe", y “la defensa del interés nacional". Frente a este ataque generalizado a los obreros, frente a esta tentativa de liquidar físicamente al proletariado en tanto que clases surgen las acciones derrotistas revolucionarias.
Éstas se materializan, al interior del país, el rechazo puro y neto de las decisiones gubernamentales, el rechazo de la paz social, de la “unión sagrada”, el repudio a la guerra a través de la lucha contra la explotación forzada, contra el trabajo.
En Bagdad, Bassorah, Mossul, Kuh, Suliamania, Amara..., un número importante de proletarios rechazan las decisiones del Estado, las campañas por “el trabajo popular”, y se enfrentan a las fuerzas del orden. Los enfrentamientos en Mossul fueron bastante violentos y dejaron como balance varios heridos en los dos campos; y se extendieron a otras ciudades de la región como por ejemplo a Dukak. Durante los meses que precedieron este enfrentamiento, los obreros de obras públicas desencadenaron un movimiento de huelgas en Rania y Suliamania contra las decisiones gubernamentales que estipulaban un aumento de 4 horas del horario “normal” de trabajo, lo que implicaba obligarlos a trabajar !!12 horas por día!! Indudablemente, estos movimientos de lucha atacaban directamente la economía nacional y deterioran el consenso nacional tan necesario para que el Estado pueda enviar a los proletarios a la masacre. Se llega así a una situación de creciente peligro para los planes del capital, la burguesía decide entonces recurrir a la represión enérgica y abierta de los proletarios. Pero la represión no logró sus objetivos, el movimiento de huelga continuó. Frente a ello el Estado decide movilizar, en el marco de la campaña por el “trabajo popular", a varios sectores de la clase obrera para que reemplazasen a los huelguistas: se aprobó una ley que estipula la pena de muerte para los obreros que rechacen someterse al “trabajo popular”.
Con el objetivo de reforzar las fuerzas represivas se forma un ejército de civiles, un “ejército popular” de apoyo al régimen y tropa de choque de Saddam Hussein. Un cuarto de estos soldados es enviado al frente en segunda línea para controlar los puntos neurálgicos y prevenir los actos de sabotaje realizados por los derrotistas; al resto se le mantiene al interior del país para participar en la represión de las luchas sociales y el encuadramiento ideológico de la población. Así, en las escuelas se establece en presencia de los militantes 'baasístas", la obligatoriedad de izar cotidianamente la bandera a los escolares y se los conmina a recitar poemas dedicados a la gloria de Saddam Hussein, a cantar himnos patrióticos, a ensalzar la victoria de los soldados iraquíes sobre los iraníes... A pesar de la obstinación histérica que despliega la burguesía para resolidificar la “unión sagrada”, corroída por la lucha de clase, a pesar de la represión feroz a la que recurre contra el proletariado combativo, a pesar del terror ideológico, del terror armado, el Estado burgués en Irak no pudo impedir la unificación de millares de obreros a través de todo el país, en la lucha contra las disminuciones de salarios, contra el aumento del tiempo de trabajo, contra las condiciones de vida, contra el trabajo. Los obreros iraquíes al luchar contra sus explotadores, al provocar directamente la descomposición del consenso nacional, al interior del mismo ejército, se constituyeron en actores y propagandistas del derrotismo revolucionario internacional. Para sobrevivir en el sistema capitalista, los obreros lo único que tienen para vender es su pellejo. Miles de ellos, no lo logran y por ello revientan de hambre cada día. Su necesidad de vivir se opone a las necesidades de valorización del Capital. Pero cuando el monstruo vomita capitales, cuando sus sanguinarias necesidades de valorización no pueden ser satisfechas, cuando la sobreproducción (¡sobreproducción en relación a sus propias necesidades y no en relación a las necesidades humanas!) sacude violentamente todo su ser, la condición necesaria para su supervivencia, es una fase de feroz destrucción de una gran parte de lo que él engendró. Y además de lo que él ha engendrado, será el proletariado (el que produce con su trabajo forzado el valor cristalizado en las mercancías), el que tendrá que ser eliminado cada vez en mayor número. Después de haber succionado el sudor y la sangre obrera para alimentar su cuerpo, masacra sin ninguna piedad a la fuerza de trabajo transformada en excedentaria en relación a sus necesidades. La burguesía, personificación del Capital, desencadena la guerra y envía a todas las partes del mundo, a masas innumerables de proletarios, a la carnicería.
La paz y la guerra se revelan, así, como dos momentos de una misma sumisión del hombre a la implacable dictadura del Capital. El proletariado, víctima sublevada y sujeto revolucionario de la realidad social, es un ser en constitución que atacando tanto la paz como la guerra burguesa deja de concebir estos dos momentos como dos alternativas diferentes: “trabajar o reventar" o “marcha y revienta". Es solamente en base a esta comprensión de la realidad, de este conjunto inseparable al que somete el Capital a los proletarios, que estos últimos podrán luchar contra la guerra, contra el trabajo, o mejor aún que luchando contra el trabajo podrán luchar contra la guerra. Los proletarios conscientes de esta lucha, sabrán descubrir a sus enemigos, localizarlos, no en uno u otro campo de las fracciones burguesas concurrentes, sino en “su propio”, país. En el frente o en la fábrica, el enemigo del proletariado es su propia burguesía. Cuando el proletariado instiga la derrota “su” propio Estado, pisotea la ideología de la nación, da vuelta a sus fusiles y apunta contra sus oficiales, bloquea la producción; está llamando a sus hermanos de clase a solidarizarse contra el asesino común: la burguesía mundial. El internacionalismo proletario no tiene nada que ver con los nacionalistas “críticos", los antifascistas (utilicen o no la lucha armada), los tercermundistas radicales u otros patriotas que no son más que masacradores disimulados, siempre dispuestos a sostener el campo “menos malo", la guerra más justa.
Derrotismo revolucionario y guerra de clases en Irán-Irak.
El ejemplo más actual de cuales son las necesidades belicistas del capital, lo constituye la experiencia del proletariado en Irán e Irak. Es imposible establecer cifras (dejamos esta tarea mórbida a las estadísticas de las diversas rúbricas periodísticas) de las monstruosidades de la empresa de destrucción humana organizada por las fracciones burgueses rivales. Frente a los horrores de la guerra imperialista, los soldados iraníes e iraquíes intentan oponer la acción derrotista y la fraternización en el frente.
Cuando los nacionalistas kurdos le dan una mano al Estado capitalista en Irak encarcelando o masacrando a los desertores, en el Norte de Kurdistan un grupo de soldados iraquíes, colocados en primera fila, fraternizan con los soldados iraníes. De igual manera, cuando se lleva acabo la “batalla de Fuka", la gran mayoría de los soldados iraquíes se niega a obedecer las órdenes, al mismo tiempo, proyectaban organizar la fraternización con los soldados del campo adverso. El comando militar, que perdió totalmente el control de los soldados, atemorizado con la idea de que se pudiese establecer relaciones de solidaridad con los soldados iraníes, ordena el bombardeo puro y simple de ¡sus propias posiciones iraquíes! No se escatimaron los tiros de artillería, aviación, mísiles, para eliminar a los insurrectos de la “batalla”, en menos de dos horas, logró 8.500 víctimas. Estas informaciones provienen de víctimas que sobrevivieron a la masacre.
Mientras que los desertores e insurrectos de las ciudades se juntaban en las montañas del Kurdistan y las regiones de los pantanos para organizar acciones derrotistas, las fuerzas de represión multiplicaban las medidas de intimidación: inspección de viviendas, control de documentos de identidad, búsqueda de sospechosos, toque de queda... Regularmente se ve en las ciudades desertores colgados por “alta traición” o acto de “cobardía”; en realidad se trataba, en la gran mayoría, de soldados que se negaron a obedecer las órdenes y que organizaban acciones derrotistas. Un ejemplo de esto fue Kut, donde en mayo del 83, 500 proletarios fueron acusados de “crimen contra la nación”. El constante aumento de los proletarios encarcelados obligó, al gobierno iraquí a crear nuevas cárceles en todas las regiones del país. Éstas fueron verdaderos centros de tortura donde la alternativa era la pena de muerte o la reexpedición al frente. En Bagdad y en otras ciudades, fueron los milicos sudaneses, pakistaneses y egipcios que, al mismo tiempo que aportaban mano de obra inmigrada de estas regiones para trabajar, le dieron una mano a las fuerzas de represión locales. Fue el Capital mundial que aseguró el mantenimiento del orden.
En Amara, derrotistas hicieron saltar un arsenal próximo a la ciudad. La explosión fue reivindicada por un grupo de soldados como una acción de solidaridad con la lucha de militantes derrotistas opuestos a la guerra en las regiones de los pantanos. Un atentado similar se llevó adelante en Kut. En la primavera del 83, la región de los pantanos se encontró sacudida por una serie de acciones derrotistas: se organizaron sabotajes, en los cuales participan miles de soldados que desertaban del ejército o escapaban al “trabajo popular”. Las fuerzas armadas iraquíes lanzaron una vasta ofensiva contra ellos durante los meses de abril y mayo, particularmente en la región de Babed entre el 29 de abril y el 5 de mayo. El ejército iraquí bombardeó, con la ayuda de la artillería pesada, cohetes y la aviación, toda la región durante casi dos semanas, antes de lanzar la infantería para que efectuase la operación “rastrillo”. Las ciudades que mantuvieron una actitud complaciente con respecto a los militantes derrotistas fueron sistemáticamente incendiadas. En Duro, un pueblo situado al sur de Hilla, los habitantes rechazaron, con las armas, a las fuerzas del orden para impedir así que se buscase en las casas y se arrestase a los desertores. En Kasem, en la misma región, un destacamento armado de desertores atacó al ejército iraquí que aseguraba la guardia de la vía ferroviaria que une Bagdad a Bassorah. En la región de Kefel, el 3 y 4 de mayo del 83, se produjo enfrentamientos entre el ejército iraquí, enviado para “limpiar la región de toda fuerza subversiva”, y elementos derrotistas apoyados por los habitantes de la región. El ejército, a pesar de la movilización de toda su fuerza y de una dura batalla, no logró controlar la región. Fue necesario el refuerzo en armas y tropas para bombardear los pueblos, masacrar a los derrotistas y los elementos que los apoyaban o que simplemente se encontraban presentes durante las acciones. Luego se embarcó, sobre los vehículos militares, los cadáveres de militantes derrotistas para exhibirlos en las ciudades con el objetivo de “mostrar a los ciudadanos que la nación no cede su poder a los enemigos y que no los dejará impunes” (comunicado del comando general de las fuerzas armadas iraquíes durante el mes de abril del 83).
Si bien es cierto que la fuerza del proletariado no se calcula según el número de muertos que deja sobre el terreno de la guerra revolucionaria ( sería más significativo el contar los muertos del otro lado de la barricada de clase) ni tampoco en base al poder represivo de su enemigo, estas informaciones no dejan lugar a dudas, en lo que respecta la exacerbación del conflicto de clase en Irak y la real tentativa del proletariado para oponer a la guerra imperialista el derrotismo revolucionario como manifestación de la guerra de clase.
El bloqueo de la información en Irán es más resistente, y sin lugar a dudas hay que ver en esto el reflejo de un consensus nacional más fuertemente implantado; pero lo que parece dudoso es que el Estado en Irán no se haya encontrado frente a movimientos similares de desagregación de su ejército. Hay que recordar, para relativizar la perpetuidad de la "unión sagrada", la cohesión y la fuerza que tenía el ejército del Shah, uno de los ejércitos más poderosos del mundo, desagregado, en un tiempo menor al necesario para decirlo, por la lucha derrotista del proletariado. Hoy en día la situación general de Irán nos permite afirmar que los actos de fraternización, relatados anteriormente, entre los soldados de los países beligerantes, no son más que la parte visible del iceberg. “La agresión iraquí” evidentemente sirve de catalizador para reforzar la represión de las luchas obreras e igualmente para la burguesía iraní, el frente de más o menos 1.000 km. le sirve para enviar, contra su voluntad, a la masacre a miles de proletarios inmigrados, desempleados, o escolares. ¡Pero la guerra santa tiene sus límites!, ella es un elemento sólido de mistificación para enviar a los soldados al suicidio forzoso, pero los miles de cadáveres en putrefacción que pestilan el frente le hacen correr el riesgo perder su olor a santidad.
Un testigo relata una de esas batallas donde, según los términos de un general iraquí, “más de 13.000 hombres fueron hechos papilla en 17 horas de combate. Las tropas iraníes, sometidas a tiros de artillería pesada, mísiles, cohetes, fueron totalmente diezmadas. Los pantanos y los diques fueron cubiertos de millares de muertos sobre un frente de 30 Km de largo y 20 Km. de profundidad. Los militares iraquíes que participaron en la operación afirmaron que tenían la impresión de ordenar ejecuciones masivas (¡no era solo una impresión! NDR). En Irán, cuando las escuelas cerraban, se enviaban a los niños, como ganado, al frente. Yo he visto centenas de prisiones iraníes, en su mayoría niños, que gritaban: ¡fui obligado, fui obligado!”.
Si el encuadramiento de los proletarios parece relativamente más eficaz en Irán, la misma necesidad de luchar contra su destrucción aparece, no obstante, en los hechos y deja pensar que la fuerza que el proletariado deberá desplazar para parar el horror de su masacre y abrazar más extensamente el campo del derrotismo, aún si esto toma más tiempo en materializarse, será más poderoso. ¡Qué los asesinos no se confíen mucho!
Para la burguesía, tanto de un lado como del otro, el aspecto crucial de cada batalla es la derrota del proletariado. Que el ejército iraquí bombardee las tropas iraníes o sus propias tropas (o viceversa), que la ejecución de proletarios sea la obra de uno o del otro “adversario” imperialista, no tiene mayor importancia, por el contrario lo que verdaderamente le importa a la burguesía, como clase mundial, es que a través de su masacre sistemática, el proletariado sea eliminado, para así abrir un nuevo ciclo de valorización en la región. Otra perspectiva que se le abre es la extensión del conflicto a nivel mundial. La implicación directa, en el conflicto de Arabia Saudita, el apoyo de los Emiratos Árabes Unidos (ambos aliados al Estado Norteamericano) a Irak, constituyen los primeros elementos de una posible generalización de la guerra de la burguesía, acorralada por la crisis, pudiera efectivizar.
Claro, que frente a esta perspectiva la reacción de clase es aún insuficiente. La clase obrera, a pesar de ciertas tentativas de organización de la acción espontánea de proletarios para luchar contra su destrucción no ha llegado a romper sustancialmente, es decir de forma continua y organizada, con las ideologías y estructuras de encuadramiento burgués (mito democrático, grupos sindicalistas, fuerzas nacionalistas, regionalistas, partidos “comunistas”...) y a dotarse de una dirección propia, autónoma, de una organización centralizada para la lucha internacional del proletariado, un partido de clase, un partido comunista. Cuando el proletariado enfrenta a su enemigo todavía no es capaz de comprender en qué medida se encuentra frente a las mismas fuerzas que reprimen hoy en día al proletariado en Inglaterra y Brasil o ayer en Marruecos, Túnez y Polonia, y que mañana se opondrán en todos lados (y esto hasta la destrucción completa) a la lucha de la clase obrera.
La lucha en el frente Irán-Irak, como casi en todas partes del mundo, comienza a organizarse en base a la experiencia directa. La mistificación generada por “los años de prosperidad capitalista” y el sometimiento a más de 60 años de contrarrevolución constituyen aún grandes barreras para que el proletariado pueda recuperar la experiencia de las luchas revolucionarias pasadas y del período contrarrevolucionario que le sucedió. El proletariado choca aún con enormes dificultades para poner al orden del día, para hacer consciente y materializar, las perspectivas de la revolución internacional que son propias a su existencia como clase revolucionaria. Esta realidad no es sólo la del proletariado en Irán e Irak, sino que está determinada por la relación de fuerzas mundial entre las clases, por la falta de preparación general de la lucha a la que el proletariado se encuentra confrontado. Con respecto a esta situación, no podemos elaborar deseos piadosos, el papel de los comunistas es el actuar en la inversión efectiva de dicha correlación de fuerzas tomando a cargo activamente las tareas internacionalistas.
No es por una inquietud periodística que publicamos estas informaciones sobre las luchas que se desarrollan en estos momentos en Irán e Irak, sino porque es una necesidad para la lucha de clases el poner al descubierto el carácter internacional que ellas condensan.
Hacemos un llamamiento para que estas informaciones circulen de la manera más amplia posible en el interior de nuestra clase, al mismo tiempo denunciamos el asqueroso desprecio e indiferentismo criminal existente, incluso en grupos que se pretenden “revolucionarios" internacionalistas, que solo tienen ojos para ver los movimientos que se desarrollan en sus narices. Limitar el internacionalismo al “continentalismo" vía eurocentrismo o latino americanismo... es nada más y nada menos que una concesión “radical" a las ideologías nacionalistas burguesas.
La concentración del Capital en ciertos lugares, y por ello la formación de polos de acumulación es una variable importante en las determinaciones que el proletariado encuentra para luchar, pero este desarrollo polar se realiza y se desplaza sobre la totalidad del globo terrestre. Limitar la posibilidad objetiva de la revolución comunista a Europa, a América Latina... o a cualquier otra parte equivale a someterse y propagandear la mistificación burguesa de un mundo dividido en países desarrollados y subdesarrollados, ricos y pobres. Cuando se opone el “tercer mundo" (etimología burguesa utilizada por estos grupos) a los otros dos tercios (“socialista", “capitalista”, “no alineado”, etc.) se refuerza la oposición, defendida ideológicamente por la burguesía, entre grupos obreros con intereses supuestamente diferentes. Por un lado se sostiene que los obreros del “centro” se han “aburguesado" debido a decenas de años de paz social y que no se puede esperar nada de ellos (esta es la versión izquierdista, o por lo menos una de sus variantes); por el otro lado, se complementa la mistificación reduciendo los polos de acumulación del Capital y la lucha de clases al “centro", despreciando de manera racista los movimientos de clase que surgen en otras partes del mundo.
Las luchas que hoy en día lleva adelante el proletariado en Irán e Irak, como parte de la guerra de clases que se desarrolla a nivel mundial, demuestran en los hechos la falsedad de las concepciones izquierdistas tercermundistas y ponen al orden del día la necesaria asumación de las tareas de solidaridad internacionalista, es decir de la lucha revolucionaria en todas partes del mundo.
Desarrollar la lucha de clases a nivel internacional, reforzar el internacionalismo es hoy en día --entre otras tareas-- sostener, por todos los medios (difusión de la información, solidaridad y encuadramiento de los exilados, organización de la lucha... ), la acción derrotista que los proletarios en Irak e Irán oponen a la guerra imperialista. Solo se puede comprender el mundo cuando se le transforma. Reforzar la centralización internacional organizar la lucha contra todos los Estados, todos los gobiernos, todos los ejércitos, es comprender también lo que significa el internacionalismo proletario.
SER PATRIOTA ES SER ASESINO
ABAJO TODOS LOS ESTADOS
SOLIDARIDAD ACTIVA E INTERNACIONALISTA CON IA LUCHA DE LOS MILITANTES DERROTISTAS REVOLUCIONARIOS EN IRÁN E IRAK.
junio 84 (1)
(1) Este artículo fue escrito hace un año, las informaciones utilizadas tenían aún más tiempo. Luego de eso las informaciones directas han escaseado. Sin embargo la necesidad de difundir ese tipo de materiales, de propagar esa información sigue siendo la misma; el propio contenido no ha perdido en absoluto de actualidad. En efecto, en la información que está disponible seguimos constatando el reforzamiento de ambas tendencias, la de la guerra capitalista y la de la lucha contra la misma: el bombardeo directo de las capitales con reconocimiento explícito en la gran prensa de la tendencia a tirar contra las concentraciones obreras (constante de todas las guerras capitalistas y presente desde siempre en la guerra Irán-Irak, por ejemplo en el bombardeo sistemático de centros históricos de la lucha proletaria como Bassorah) marca un nuevo salto en la criminal escalada militarista y, por ejemplo, el hecho de que los grupos de desertores organizados y fuertemente armados controlen zonas enteras o que los sabotajes y actos terroristas contra ambos ejércitos de autores anónimos y “sin partido" se sigan multiplicando.
Recientemente varios grupos izquierdistas europeos han desarrollado una campaña a propósito del asesinato de 3 miembros del Komala, efectuado por el PDKI, lo que les ha servido para ratificar su apoyo apenas encubierto al nacionalismo kurdo, a la reforma del capital en Irán..., que de hecho significa colaborar abiertamente con la guerra capitalista Irán-Irak. En nuestras publicaciones hemos señalado siempre el papel contrarrevolucionario de todos los nacionalismos. El del Estado kurdo no es ni puede ser ninguna excepción. Tanto el PDKI, como el Komala, son dos organizaciones nacionalistas. En particular el Komala (PC de Irán) se aproxima enormemente a la ideología nacionalista de la Tercera Internacional estalinista.
Por ejemplo, el Komala en los comienzos de la guerra Irán-Irak defendió una posición súper clara: Irak es el agresor, hay que defender “las ventajas” obtenidas a través dela revolución Iraní (SIC!), las masas están a favor de la guerra, el derrotismo revolucionario es una utopía... Llamaron así a participar en la guerra contrarrevolucionaria, a apuntar los fusiles contra los proletarios Iraquíes, como buenos discípulos de Kautsky/Stalin. Estos señores, antes de referirse a los crímenes cometidos por el PDKI deberían fijarse en los suyos, y contar todos los crímenes que cometieron contra los proletarios que se niegan a ser sus agentes en la guerra imperialista.
La consigna de “libre autoderminación de las naciones”, una vez más mostró su tenebrosa significación práctica: libre asesinato de los proletarios, libre fraternización con las burguesías nacionales. Y los tres militantes asesinados del Komala, fueron carne de cañón en un arreglo de cuentas entre bandas nacionalistas rivales. El único movimiento revolucionario que existe realmente en la zona es el movimiento de fraternización, el movimiento de deserción, el movimiento obrero contra la guerra que como lo señalamos en el artículo que precede, existe desde hace muchos años, tanto en Irán como en Irak. Este es nuestro movimiento, el derrotista revolucionario, el que actúa contra la histeria nacionalista iraní e irakí, contra las bandas nacionalistas kurdas que en Irak participan en la masacre de desertores, encarcelan o asesinan a los internacionalistas, contra aquellos que en Irán llaman después de mucho tiempo a la guerra contra Irak y a la defensa de “zonas liberadas”, (es decir bajo el control de la burguesía local).
Nosotros, que en la medida de nuestras fuerzas, participamos en el movimiento derrotista revolucionario, denunciamos el papel contrarrevolucionario del PC de Irán y de todos los grupos que en Europa lo apoyan.
Una vez más, queda en evidencia que la consigna de revolución ininterrumpida o/y permanente, vieja posición trotsko-maoísta, es utilizada para apoyar la contrarrevolución nacionalista. Contra todo ello nosotros levar tamos el llamado que hiciera el Manifiesto Comunista un siglo atrás: El Proletariado no tiene patria.
“La guerra es criminal, puesto que se da muerte a centenas de millares de árabes, lo cual debilita el campo árabe y elimina a combatientes potenciales que podrían destruir Israel”. El Monadhil, exOumani, variante de Programa Comunista... posición que es muy difícil de distinguir de la de los Hermanos musulmanes.
El 4 de mayo de 1985 en Masstricht falleció el compañero Jan Appel cuando contaba con
94 años de edad.
Si subrayamos este hecho, no lo hacemos ciertamente, para ceder al siniestro culto de la personalidad, sino por el contrario para recalcar la vida activa de un militante comunista que luchó y mantuvo contra corriente posiciones revolucionarias cuando casi la totalidad de las organizaciones formales del proletariado se desmoronaban y pasaban a la contrarrevolución.
Appel (conocido bajo los seudónimos de Max Hempel, Jan Arndt, Jan Vos) estuvo entre ese valiosísimo puñado de militantes revolucionarios internacionalistas que contra el degeneramiento cada vez más general de la Internacional Comunista defendieron claramente la perspectiva comunista: la lucha intransigente contra el sindicalismo, el parlamentarismo, por la acción organizada y centralizada de los comunistas y esto a pesar del sarcasmo y las maniobras de la dirección burguesa de la Internacional Comunista (1). Jamás podríamos insistir suficientemente sobre la importancia de la lucha del KAPD (al interior del cual Appel representaba firmemente una de las posiciones más claras y avanzas) contra las posiciones contrarrevolucionarias desarrolladas por la Internacional Comunista y esto notablemente en las intervenciones en el
Tercer Congreso de la Internacional en 1921.
Subrayar la vida (y no la muerte, aunque en este caso sea en ocasión de su muerte) de este compañero, significa para nosotros, comunistas, poner el acento en las rupturas más radicales y decisivas del movimiento comunista, para reapropiarnos de las mismas y hacerlas servir en el presente y el futuro de la revolución. Se trata, pues, de ligarnos, de reconocernos, no en individuos, por más brillantes que estos hayan sido, sino en las posiciones, en las lecciones de la ola de lucha de clases 1917-23; de reafirmar, en base a la historia de nuestra clase, las fronteras entre el campo revolucionario y el burgués.
(1) Ver al respecto los números de Comunismo dedicados al tema “Contrarrevolución y desarrollo del capitalismo en Rusia" (No. 15, 16, 17 y 18). Próximamente publicaremos también textos de dicha fracción internacionalista, junto con otras contribuciones de la Izquierda Comunista Internacional. Además aconsejamos vivamente la lectura de los pocos materiales que sobre dicha izquierda comunista existen en español, en especial el libro de Jean Barrot y Denis Authier “La izquierda comunista en Alemania 1918-1921" Editorial Zero ZYX,” Madrid.
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“La república burguesa más democrática, no es sino una máquina de represión de la clase obrera por la burguesía, para la opresión de las masas trabajadoras por un puñado de capitalistas"
F. Engels
“(...) Los estados burgueses tienen las formas variadas pero su esencia es la misma: todos esos estados, cual quiera sea su forma, en última instancia son inevitablemente la dictadura de la burguesía. La transición del capitalismo al comunismo, producirá ciertamente una enorme abundancia y variedad de formas políticas, pero la esencia será inevitablemente la misma: la dictadura del proletariado” Marx a Weydemeyer 1852
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¿Cuál es la barrera que puede parar la revolución de mañana? La misma contra la cual se estrelló la revolución de ayer: la repugnante popularidad del burgués vestido de político...
Cosecharemos una vez más la desgracia, si el día del próximo triunfo, la olvidadiza indulgencia de las masas permite a uno de esos hombres subir al poder...
Discursos, sermones, programas, creían una vez más versos y mentiras; los mismos malabaristas aparecerían nuevamente en escena para, con la conocida bolsa de trucos, repetir los mismos actos, y formar un primer anillo de una nueva cadena de reacción aún más sangrientas! (...)
NO DEBE QUEDAR UN SOLO FUSIL EN LAS MANOS DE LA BURGUESÍA, de lo contrario seremos derrotados.
Los elementos decisivos del progreso, los verdaderos medios para liquidar la miseria, son las armas y la organización.
¡QUIÉN TIENE EL FIERRO TIENE EL PAN!
Frente a los proletarios armados, los obstáculos, las resistencias, las imposibilidades, todo desaparecerá.
(...) Pero para los proletarios que se dejen distraer por ridículos paseos por las calles, por plantaciones de árboles en nombre de la libertad, por rimbombantes frases de abogados, habrá primero agua bendita, luego insultos, al final plomo, metralla... y miseria, siempre miseria.
BLANQUI 1851
CO19.2.2 Cono sur de América Latina: Militancia clasista revolucionaria, Emancipación Obrera.
"Ahora como siempre la única opción del proletariado es organizarse fuera y contra todo organismo burgués".