1.

En el seno de la mayoría de nuestro partido se ha adoptado, en el último tiempo, una "nueva orientación", llegándose a nuevos problemas. No nos referimos a la política exterior, sino a la política interior y especialmente a la política económica.

Esta nueva orientación, que parte del camarada Lenin (1) , es argumentada de la siguiente manera. Aproximadamente alrededor del final de enero de 1918 atravesamos un duro período de guerra civil, una época de súbito derrumbamiento de las fuerzas y de los órdenes políticos y económicos que ellos defendían. Ahora ha pasado el tiempo y ha comenzado un tiempo de trabajo concreto y positivo, de la "construcción orgánica" de una nueva sociedad (2). Por una parte debemos construir el socialismo. Por otra parte debemos ante todo y en primer lugar creer el orden por el que todos claman, y debemos terminar con la descomposición, con la indisciplina y con la podredumbre. Puesto que ahora somos fuertes, puesto que nuestros enemigos han sido aniquilados, no tenemos por qué temer el servirnos de las fuerzas sociales que anteriormente se habían opuesto a nosotros. Debemos, pues, dejar trabajar para nosotros a la "inteligencia " que nos saboteaba anteriormente. Por dinero servía ella al capital. Por dinero vamos a comprarla, también nosotros para nosotros. Dentro de la inteligencia están para nosotros aquellos organizadores de la producción, aquellos "capitanes industriales" que organizaban la economía para el capital, y lo están de una manera importante. Así como nosotros forzaremos a los mandamases zaristas a que nos ayuden a construir el ejército rojo, del mismo modo obligaremos a los organizadores del trust a comprar a un precio conveniente y a la organización del socialismo.

"Enseñar la organización del socialismo a los organizadores del trust", así reza una máxima del camarada Lenin. Otra dice : "Abandono de la negligencia". En las organizaciones que dirigen las diversas ramas de la economía, están a la orden del día, de arriba a abajo, la negligencia, el no hacer nada, el latrocinio, todo lo cual florecía en nuestro suelo nacional. "No saquear, no ser perezoso, conducir ante todo de un modo seguro las cuentas", estas sencillas peticiones pequeño burguesas deben ser nuestras más importantes máximas (3). Se debe llevar a la convicción de todo el mundo (empleados, trabajadores, oficinistas) de no consumir solamente, sino también de trabajar correctamente. Para ello es necesario autodisciplina y camaradería, y fortalecer el poder dictatorial de los comisarios que han sido elegidos por los soviets y, en una palabra, ocuparse no con la mera charla, sino con el trabajo. La intensidad de trabajo debe ser aumentada en las fábricas mediante la introducción de salarios a destajo y premios por productividad, lo mismo que en los ferrocarriles etc. Tal vez debe incluso adoptarse el sistema americano Taylor, que combina el salario por horas y a destajo: se paga no sólo por la cantidad de lo realizado, sino también por un tiempo más corto de realización.

Los responsables de la "nueva organización afirman que todo ello es rápidamente la construcción del socialismo y que su nueva concepción de los problemas de la política sólo viene determinada por la existencia dentro del país de un nuevo período orgánico. Sin embargo, todas estas nuevas corrientes se dan, de un modo sorprendente, justamente con el momento de la firma del tratado de paz (4), con ese retroceso ante el capital mundial ,que era aceptado como fundamento de la paz impuesta, con esas amplias concesiones al imperialismo extranjero que emanan de ahí. La guerra se ha realizado no sólo para la conquista del país, del territorio, sino también para llevar a estos territorios económicamente bajo los tentáculos del capital. Los imperialistas echan la llave por eso a estas paces-conquistas para obtener provecho de la economía del país vencido. Y a pesar de esto incluso, este nuevo período orgánico "socialista", según el camarada Lenin mismo, termina con la alianza y el establecimiento de relaciones con el capital extranjero del cual quiere obtener dinero, ingenieros, armas, expertos militares y tal vez incluso apoyos militares. Se embarca con la construcción de un ejército rojo", el cual, sin embargo,está en un estrecho (demasiado estrecho y peligroso) colaboracionismo con oficiales zaristas y generales.

2. Se nos reprochará (por parte de Lenin), ¿acaso según vosotros no ha pasado ya el tiempo difícil de la aniquilación de la sociedad burguesa? ¿Os oponéis a la necesidad de hacer un trabajo fundamental para crear en orden en nuestra "patria socialista"?

Nosotros no rechazamos lo uno ni lo otro. Pero éste no es el sentido que para nosotros tiene la terminación del período difícil. Pues nosotros somos de la opinión de que es necesario otro orden muy distinto al que la mayoría de nuestro partido apela.

Los períodos difíciles en que las fuerzas armadas de la burguesía (los guardias de corps de Weiss, los partidarios de  Holedil y otros) fueron aplastados, ha terminado. También ha terminado aquel tiempo difícil, puesto que el sabotaje de la burguesía y de la inteligencia terminó. Terminó también el período difícil en que el orden económico y estatal burgués fue aniquilado ( la vieja esencia judicial, el Zemstvos, y las ciudades, los bancos, los capitalistas) y la economía de los propietarios, etc. Pero de ninguna manera ha terminado el período de agudo enfrentamiento de clases entre la burguesía y el proletariado: no puede de ninguna manera haber terminado todavía. Tras la victoria sobre la burguesía, los trabajadores no pueden establecer con ella paz alguna, sino que deben aniquilarla finalmente como clase. Después de la destrucción de las fuerzas en conflicto y de los puntos de apoyo de la clase burguesa, no podemos embarcarnos en el negocio de seguir adelante con los fragmentos ruinosos de sus fuerzas organizadas y montar las relaciones sobre los restos del status social burgués; nosotros no podemos hacer ningún tratado con la burguesía como clase. Nosotros debemos aprovecharnos de los conocimientos y experiencias de los antiguos mercenarios de la burguesía, de sus organizadores, técnicos, científicos y otros muchos (los burgueses, los capitalistas, incluso, poseen solamente un poco de estos conocimientos y experiencias). Pero nosotros debemos servirnos de esta manera de todo lo dicho, después de que hayamos destruido su fuerza conjunta organizada como clase, así como la conexión con la burguesía y el orden burgués.

Nosotros debemos dejarles trabajar en un nuevo orden, en un nuevo contexto social, como creadores que trabajan para utilidad de la sociedad entera llevan el carnet  de los trabajadores y los aldeanos y están inscritos en sus filas.

También debemos cambiar nosotros nuestro trabajo fáctico y la "construcción orgánica" del socialismo. Los organizadores del trust no están dispuestos ni son capaces de construir el socialismo. Ello puede solamente realizarse por medio de la actividad creadora de la clase proletaria misma, con los esfuerzos de las masas, y todo ello puede ser construido con el apoyo simultáneo y técnico de la "inteligencia".

Es igualmente sin sentido pensar en un trabajo orgánico y pacífico, según el molde pequeño burgués. Ante todo porque ello no lo permite la situación externa, desde el momento en que el imperialismo nos ataca por todos los costados. Tan pronto como nosotros construimos el socialismo, esta construcción estará unida de un modo indisoluble a la lucha, a la repulsión de las aspiraciones del imperialismo extranjero. E inmediatamente de esta construcción esto no se hace con peticiones pequeño burguesas, simplemente, y un trabajo mecánico de extraña filiación. No, los antiguos servidores del capital deben poner en movimiento a los trabajadores como marionetas muertas, sino que las masas de trabajadores mismas deben desarrollar su máxima iniciativa y actividad. En el transcurso de esta construcción llegarán a desarrollar los trabajadores su fuerza y a organizarla. Solamente entonces el socialismo se aposentará sobre sólidos fundamentos y solamente entonces podrá evitarse que se deje arrinconado, cuando la nueva economía del proletariado misma organice y vea al proletariado en cuestión como propietario, cuando ella misma confié en él y cuando la organización de esta economía sea organizada por los mismos trabajadores. Nuestro punto de partido no es el trabajo material pasivo, bajo la dirección de los antiguos servidores del capital, ni la organización del "socialismo" engendrado por él, según los métodos de la organización del trust, sino la construcción activa del socialismo, a través de los trabajadores bajo la colaboración técnica de la inteligencia, y la lucha del proletariado para el socialismo y contra los enemigos de fuera y de dentro (según las circunstancias en la forma de una defensa activa o del ataque).

3.

(Luego de exponer algunas nociones de base sobre la explotación capitalista en general concluye:)

Sin embargo, una conciencia proletaria semejante no es absolutamente del agrado del capitalista. Para él es importante dividir a los trabajadores, hacer de ellos unos propietarios de mercancías aislados, que venden a bajo precio su fuerza de trabajo, y mediante ella logran kopecks. Esto fortalece la potestad ilimitada del capital y le facilita la explotación de la plusvalía a costa del trabajador. Por ello el autocrático y jerárquico sistema de dirección del negocio capitalista está algo estrechamente unido con el sistema de salario a destajo,de los premios, de la "división de las ganancias" y ,finalmente, con la síntesis suma de todas estas experiencias : el Taylor System (puesto que en primera línea es un sistema de explotación del sudor ajeno).

4.

Examinemos ahora cómo pensaban "construir" el socialismo los camaradas mayoritarios del partido, (5). Para ellos estaba muy clara la siguiente forma de organización de la producción. Por ejemplo la industria de la construcción de vagones y locomotoras (6). Para este fin, todos los servicios que tienen que ver con la construcción de vagones y locomotoras pasan a ser propiedad estatal. Hacia afuera, esta empresa da la impresión de una sociedad anónima cuyas acciones totales ( o cuanto menos la mayoría) pertenecen al Estado. Sin embargo, para "comprar" la participación de las "industrias capitanas" de los trust organizadores del proyecto, el Estado da o una parte de las acciones u obligaciones, es decir, emisiones de deuda pública sobre las que se paga un tanto por ciento fijado de una vez para siempre (a diferencia de las acciones que son pagadas a diversos altos dividendos, los cuales dependen a su vez de la cantidad de ganancia total lograda anualmente). Con estas obligaciones son comprados los organizadores capitalistas ahora. Obsérvese, por otra parte, que con ello no solamente son comprados, sino que también en ellos los servicios nacionalizados son disueltos. No se va, por tanto, a la anulación y aniquilación del viejo capital anónimo, sino que este capital es convertido en obligaciones por medio del cambio. Los accionistas pasan a ser sus acreedores, sus concesionarios de crédito, desde su posición antigua de copropietarios de los negocios. Si se les resarce con una indemnización por su capital total o sólo por una parte del mismo, eso es otra cuestión. En todo caso éstos obtienen una parte del capital, y mediante el trastrueque de las acciones por obligaciones, los organizadores del trust se calientan todavía un poco más las manos puesto que tienen entonces ganado el "dinero de la corrupción".

¿ Cómo es construida la dirección de un trust semejante? No hay ninguna duda de que ante todo se tratará de una organización absolutamente organizada. Se concentrará en un centro, en un núcleo, el cual se compone de los representantes del Estado, de los "señores capitanes de la industria" (éstos son también los representantes de los acreedores, de los poseedores de obligaciones) y de los representantes de los sindicatos. La iniciativa total en la organización y dirección de la empresa dependerá de los "organizadores del trust": nosotros no queremos enseñarles y llevarles a los trabajadores acostumbrados, sino aprender de ellos. Naturalmente, en cada fábrica particular la dirección será autocrática y centralista ya desde abajo. Los directores serán nombrados a dedo desde el centro, al lado de los cuales tal vez los "arcángeles", como dice el camarada Krylenko, los comisarios de control, tendrán el lugar que merecen. Su poder no será limitado por la intromisión de los trabajadores de las fábricas en cuestión: los comités de trabajadores tendrán en el mejor de los casos el derecho a quejarse al centro sobre las medidas de los directores y comisarios de control. Los controles de trabajadores en su forma orgánica no son ya necesarios: el control puede llevarse desde el centro. Allí tendrán su lugar tanto los representantes de la fuerza proletaria y campesina como los de la más altas cimas sindicales en una mesa redonda. Ellos se dejarán enseñar, ciertamente y ante todo, por los señores capitalistas; pero se señala que esto no es grave, porque los alumnos pueden controlar a sus maestros.

Muy importante es también pensar en qué clase de organización del trabajo industrial se cree. De ahora en adelante nada de asambleas y "resolución de conflictos". Ante todo, ¡ el trabajo! No habrá nadie que se preocupe por la organización de la producción sino el centro; el simple trabajador, sin embargo, debe pensar ante todo, que no es más que fuerza de trabajo, la cual debe ser explotada, a ser posible, intensivamente. Los trabajadores no han aprobado su prueba de madurez social, no han aprendido a organizar la producción, no cómo conjugar la venta de las mercancías sin salida de los capitalistas con una productividad de trabajo mayor; y por ello se les debe privar de la dirección de la producción y forzar a trabajar con ayuda de estímulos materiales: se debe introducir el salario e destajo e incluso el Taylor -System. Si no existen capitalistas no hay porqué preocuparse. Además debe existir y fomentarse entre los trabajadores la agitación para el fomento de la autodisciplina, la introducción de los tribunales de camaradería, de normas de producción, etc. Las riendas deben llevarse de arriba abajo, y los trabajadores, de abajo arriba, deben dejarse conducir por dichas riendas e incluso amarrarse a ellas libremente. Todo ello está exento de peligros, puesto que en el poder está la clase trabajadora y los organizadores del trust van a enseñar solamente a aquellos que sin aplicados.

5.

¿ Pero acaso es verdad que esta manera de proceder (defendida por el camarada Lenin) no es peligrosa? ¿ Qué pasa con semejante "construcción del socialismo" y qué podrá pasar? Nosotros creemos que éste es un camino muy peligroso y que aquí no conduce a ningún socialismo.

Ante todo, para aquel que piensa que el tránsito al socialismo es una simple estatización de los servicios, hay que decir que tal estatización considerada en sí misma, en cuanto tránsito de una industria a la propiedad estatal, no es todavía socialismo alguno. En Prusia los ferrocariles en su totalidad han pasado a manos del Estado, pero nadie cree por eso que semejante medida signifique el tránsito hacia el socialismo.

Para que la estatización llegue a poseer un sentido semejante al socialismo,para que llegue a ser una socialización, es ,en primer lugar, necesario que la organización de la economía en los servicios estatizados se cumpla según los principios socialistas, que se termine con la fuerza del alto estado mayor del capital y que la construcción del nuevo edificio no ofrezca posibilidad alguna de resurrección de la fuerza de este estado mayor; en segundo lugar es necesario que la fuerza social, en cuyas manos pasa la propiedad a medios de producción ,sea una fuerza proletaria. ¿ Pero cómo planteamos nosotros ambas suposiciones o puntos de partida?

Por lo que hace al segundo punto de partida lo tenemos a mano. Hemos tenido hasta ahora una dictadura del proletariado y de los más pobres aldeanos. ¿ Les seguiremos manteniendo en este Estado? Si la pregunta se formula en términos tales como "nos amenaza el peligro de que la pandilla de la inteligencia reconciliada con la burguesía de los cadetes vaya a arrebatarnos de nuevo el poder", entonces la respuesta será negativa. Pero si se pregunta si las tendencias de la degeneración de la dictadura proletaria -semiproletaria no consistiría en una herencia política de la masa semiproletaria-pequeño burguesa, entonces la pregunta debe contestarse afirmativamente. Semejante peligro amenaza, como queda expuesto en las aquí también impresas "tesis sobre el momento presente" : las consecuencias económicas e internacionales del tratado de paz exigen una tendencia semejante y el peligro sólo se salvará por medio de una política decidida de un puro socialismo. Con ello la clase obrera fortalecerá su base social, sus fundamentos, los cuales han recibido ahora algunos daños; con ello se organizará y se hará fuerte. Pero si no hace lo que nosotros decimos, si se deja llevar por la otra parte (la de Lenin), entonces es inevitable la degeneración de la fuerza política imperante en Rusia, así como de la fuerza soviética. Por ello la respuesta a la pregunta de si nosotros tendremos un gobierno (Vlast'), en el cual la estatización suponga un paso adelante hacia el socialismo, dependerá de cómo se organice la producción. Si en la organización de la producción se emplearan los principios socialistas y si esta organización de la producción va a educar y a organizar al proletariado en la dirección socialista. A consecuencia de ello debemos apartarnos de la opinión de esa forma de organización de la producción propuesta por la mayoría del partido. Su máscara exterior, jurídica, es la estatización. Nosotros decíamos abiertamente que esto en sí todavía no significa ningún socialismo. La forma de sociedad anónima, bajo la cual el trust estatal debe ser revestida según las proposiciones mencionadas por la mayoría, es en su forma absoluta un engendro de la época del capital financiero y del capitalismo de estado. La sociedad anónima es la forma más adecuada para la fusión de los bancos con la industria llevada a cabo por el capitalismo financiero.

En cierto sentido esta forma podría ser incluso ocasional (aunque según nuestra opinión no es totalmente ocasional). De ninguna manera es ocasional que el "dinero de la corrupción" sea dado a los organizadores del trust en forma de obligaciones (7). Si las obligaciones fueran compradas en calidad de gente experimentada en dicha compra o como organizadores y empresarios, entonces la compra sería hecha con una buena indemnización personal. Sin embargo, las acciones son compradas en representación de una determinada clase y el dinero de la corrupción ( dicho más exactamente, el precio de rescate) es dado a toda esta clase. De esta manera se le hace a la citada clase una concesión que aumenta su influjo social por una parte; por otra parte, la conexión de estos capacitados con su clase, la burguesía, queda fortalecida. Ya no aparecen solamente como empleados de la república soviética, sino también como representantes del capital financiero. De una manera casi necesaria queda enlazada su actuación como representantes oficiales de los poseedores de obligaciones en los futuros trust. Pero como estos poseedores de obligaciones en realidad serán aquellos banqueros extranjeros que ya anteriormente poseían las acciones de las empresas, y con cuyo concurso subirán hacia arriba, sin duda, los señores Mescerski (8) y los restantes "organizadores del trust", está claro que en vista de todo ello debe haber la más estrecha conexión con el capital financiero extranjero (especialmente con el alemán). Por ello no es ocasional ni accidental el sistema de emisión de obligaciones y de sociedad anónima. Antes, al contrario, para los señores organizadores del trust son parte necesaria de un negocio en estrecha conexión con el capital internacional, un puentecillo tendido sobre el cual el capital internacional remozado comenzará a penetrar en la industria "socializada". Ya aquí existe el peligro de que nuestros "maestros" no nos ayudarán a construir el socialismo, sino que, muy al contrario, nos prepararán subrepticiamente un trust puramente capitalista para representar los intereses de su propia clase.

Pero todo ello no constituye, sin embargo, más que el envoltorio exterior y la conexión con el "mundo exterior" capitalista. De hecho los avances en este sentido están a la orden del día, puesto que desde todos los lugares nos apuntan los tentáculos del banquero exterior y las bayonetas de las coaliciones imperialistas emanadas de allí desde el momento en que cada conexión con dicho capital extranjero puede tornarse una concesión -sumisión especialmente peligrosa. Pero, como decíamos, esto es sólo una faceta exterior; lo importante es en la organización interna de la producción mantener la dictadura misma, la fuerza del alto estado mayor del proletariado y no la de los capitalistas.

¿ Qué situación va a surgir a partir de estos presupuestos? Una muy aflictiva. A las masas proletarias se les recomendará convertirse, ante todo, en trabajadores sujetos a su oficio, técnicos en el sentido tecnocrático de este término. "Preocupaos en primera línea del trabajo, dejaos convencer por los imperativos pequeño burgueses»: he ahí lo que recomendaréis de ahora en adelante. No os preocupéis por la dirección del trabajo ni por el sentido de vuestra actividad. Para ello están los señores organizadores de la industria. Vuestra tarea social se reducirá a participar en las elecciones de cualquier cargo que defienda vuestros intereses y que contribuya a mantener la creación de la "disciplina de trabajo" y el orden en los lugares de trabajo, mientras los trabajadores se comportan pasivamente. Pues está claro que con la centralización de la dirección está unido también aquí el carácter autocrático de la misma. Los directores tienen la plena potestad y el derecho a pedir una completa obediencia. De esta manera se lleva a cabo la autodisciplina y el orden (véase el decreto sobre la dirección de los ferrocarriles).

¿ Estarán dispuestas las minorías de los trabajadores, que juntamente con los negocios capitalistas se hallan en la dirección del trust, a asegurar para el proletariado la auténtica fuerza de alto estado mayor sobre la producción? mucho lo dudamos por cuanto que el proletariado como clase ha sido reducido a un elemento pasivo, a un objeto, y no a sujeto de la organización de la producción y del trabajo. Los directores de los trabajadores sólo pueden ser fuertes mediante la unión inmediata con las masas activas. Pero en cuanto burocracia de trabajadores solamente jugarán el papel de alumnos pasivos de los señores representantes del capital, y a lo más que pueden aspirar es a ser movidos por las peticiones "concretas" de Smiles. Aquí, igualmente, se tiende un puentecillo muy eficaz para volver a colocar en sus viejas posiciones al capital financiero (especialmente en su fuerte presión del exterior).

Finalmente debe mencionarse todavía un tercer puentecillo. Para aguijonear el celo laboral del trabajador es introducido el cronometraje (medida de la capacidad de trabajo por horas o, lo que es lo mismo, el Taylor System).Arriba hablábamos ya del influjo de estas formas de salario sobre la conciencia de los trabajadores y su unidad de clase. Las formas de salario mencionadas fueron creadas por el capital para destruir la solidaridad proletaria. Conducen a la competencia y a la división entra la clase obrera. Crean una sobrecarga de los intereses personales y egoístas sobre los intereses de clase generales. Cambian a los trabajadores en pequeños tenderos que venden a bajo precio su fuerza de trabajo, son el medio mejor para introducir una mentalidad pequeño burguesa y el influjo de dicha mentalidad en las masas obreras, y, finalmente, para cambiar a los trabajadores más despiertos en simples pequeños propietarios. Las formas de salario capitalista fuerzan a los trabajadores a dedicar toda su atención al trabajo profesional, al trabajo de fábrica, apartándose de las tareas sociales. El trabajador se ve forzado a "exprimir" el día lo más posible, mientras que después de trabajar el mayor número de horas posibles a destajo no le queda tiempo ni para preocuparse de sí mismo ni para tener el interés de preocuparse de sí mismo. Si se tienen en cuenta cuán agotadores y fatigantes son los trabajos de hoy en día en general para el obrero, debe decirse que la introducción de todos estos cebos capitalistas llevarán a fortalecer de una manera muy considerable la pasividad y la inacción del proletariado ruso en cuanto clase. Y ello, por una parte, de un modo muy rápido, puesto que el imperialismo mundial nos presiona con toda la fuerza, y por otra parte nos presiona ya en los umbrales de la lucha decisiva para la que hay que estar preparados constantemente.

No queremos mencionar ni siquiera cómo ha de realizarse esto, por un lado, contando con la situación de los obreros en paro y por otro, teniendo en cuenta las relaciones entre los ocupados y los proletarios en paro. Mírese por donde se mire no se ven más que turbios panoramas: división del proletariado, escisión de la aristocracia de trabajadores en el terreno de la política y de los pájaros de mal agüero que la envidian, así como pasividad general. En medio de tales circunstancias, la llamada al servicio de los capitalistas con respecto a la organización de la producción promete muy pocas cosas buenas.

6.

¿ Qué se promete, pues, en general? Supongamos que los trabajadores aceptan (aunque la implantación en las fábricas de los antiguos directores, de los viejos opresores y saboteadores, bajo el cuidado del poder soviético, es muy poco probable). Prométese, ante todo, el fortalecimiento de las posiciones de los capitalistas. La finalización del "período difícil" de la destrucción del orden burgués significará fundamentalmente el comienzo de las concesiones en los restos de la burguesía destrozada. E incluso si esto no fortaleciera las posiciones de la burguesía rusa, ello significa abrir las puertas traseras subrepticiamente al capital internacional. El imperialismo alemán se esfuerza actualmente de una manera inequívoca en abrir dichas puertas, y para este fin ha comprado a cientos de empleados y "científicos". Nosotros nos apresuramos a salir al paso de estos sus esfuerzos. Si el capital extranjero consigue introducirse por estas puertas traseras aunque fuere una sola vez, explotando la pasividad de la clase obrera formada en el "trabajo orgánico", según el modelo puramente bolchevique, entonces se dará cauce para que comience y prolifere su alto estado mayor de fuerza de una manera cada vez más fuerte.

La forma de organización de los servicios estatales mediante la unión en trust, la emisión de obligaciones, la centralización burocrática, la máscara de la sociedad anónima, facilita la intromisión del capital financiero extranjero, sea bajo la forma del "mal" capital alemán o del "buen" capital americano. La fuerza absoluta del alto estado mayor, que en un 5O por 100 se encuentra en las manos de los negociantes de patentes, se transformará poco a poco en la fuerza de estado mayor del capital. Si se tienen en cuenta las otras circunstancias concomitantes con un tal línea política, se comprenderá que todo el sistema puede evidenciar una etapa para la resurrección del capitalismo de estado en Rusia, que no podía desarrollarse sobre el suelo putrefacto de la autocracia zarista (aunque la tendencia a la descomposición en la revolución rusa fuera muy grande, cosa en la que no queremos tomar partido) y que ahora puede resucitar sobre el suelo desinfectado por la actual servidumbre (al capital extranjero).

El proletariado ruso debe seguir otro camino, el cual fortalezca su fuerza activa como clase, su capacidad para dar calabazas a los ladrones internacionales, su influjo en el desarrollo y el éxito de la revolución internacional, la grande y definitiva liberación del yugo del capital. Este camino se llama construcción del socialismo puro con las fuerzas del proletariado mismo, sin la tutela de los maestros capitalistas.

7.

Nuestro punto de partida no es "que el socialismo debe ser construido bajo la dirección de los organizadores del trust".

Nosotros partimos de que el socialismo proletario debe ser construido mediante la fuerza creadora de la clase obrera misma y no mediante las directrices de los "capitanes de la industria".

(...)

La clase obrera en su conjunto debe ser la poseedora de la producción. Naturalmente, los trabajadores de una empresa particular no podrían ser los propietarios de esta empresa. Sobre esta última tesis existe tanto en la derecha como en la izquierda comunista un absoluto acuerdo. Sobre la organización de la dirección de las empresas hablaremos más tarde. Comencemos, cargando el acento, ante todo, en que la organización del trabajo no debe en ningún caso convertir al trabajador en un simple satélite de la máquina, en una fuerza mecánica, cuya tarea principal consistiría más que en nada en producir. La organización socialista del trabajo pone el trabajo "concreto", el trabajo consciente para la creación, al servicio de la sociedad en la producción de bienes útiles. No debe tan sólo asegurar al trabajador la posibilidad de uso de todos sus derechos y deberes "burgueso-estatales»; debe ante todo, hacer de él un experto con una alta ética profesional, promoverle ascensionalmente para la parte técnica del oficio y obligarle por todo ello a aumentar el esfuerzo de su fuerza mecánica y muscular, puesto que estos esfuerzos van en interés del trabajo socialmente productivo y no están condicionados por el temor al estancamiento de los productos o anhelo del provecho individual.

Situados en esta perspectiva de la organización social del trabajo, el salario a destajo y el cronometraje aparecen como profundamente insuficientes. Contra esto hay que decir que la fijación de las normas de producción en conexión con un salario por horas (el cual asegura una existencia normal) es no sólo suficiente, sino que también afecta a la honra de aquel trabajador que opera al servicio de la sociedad, y esto lo será ahora cada proletario. Una determinada y adecuada dirección de la producción a las fuerzas de un hombre medio es para el trabajador una cuestión de honra profesional y de deber ciudadano. El trabajo llevado ordenadamente, sin pereza, sin desatención, es desde ahora igualmente una cuestión de honor. Quien no se somete en este sentido a las normas fijadas por las organizaciones de obreros, sabotea consciente o inconscientemente el socialismo, lo cual debe ser perseguido por los tribunales de trabajadores de la manera más estricta. Para hombres sin camaradería y para huelguistas no hay ningún puesto entre los colegas obreros.

Si actuamos de este modo, nos movemos por la confianza en el instinto de clase, en las iniciativas propias de la clase proletaria. De otra manera no puede ser: si el proletariado mismo no está en condiciones de crear los supuestos necesarios para una organización socialista del trabajo, nadie lo hará en su lugar, ni nadie lo instará a hacerlo. El stock, que se produce sobre los trabajadores, se encontrará en las manos de esa fuerza social, la cual o está bajo el influjo de otra clase social o debe caer bajo el influjo del proletariado. Si este stock se llega a encontrar en manos de la fuerza de los soviets, entonces ésta, con relación a los trabajadores, deberá fundamentarse en otra clase (por ejemplo, la de los aldeanos), y de esta manera hacer de dictadura del proletariado. En suma, o el socialismo y la organización socialista del trabajo es llevado por el mismo proletariado, o ni uno ni otro son construidos, y entonces se llegará a algo distinto ; a saber, el capitalismo de Estado.

8.

Los camaradas que en los últimos tiempos (en las páginas del Izvestia CIK y del Izvestija CIK y del Izvestija Moskovskago SDR (9) se apartaron tan celosamente de la necesidad de un aumento "de la productividad del trabajo" caen en una falta muy triste, y olvidan una circunstancia muy importante.

El error de aquellos que postulan un aumento de la productividad del trabajo por la introducción de salarios a destajo, aumento del tiempo de trabajo y semejantes medidas capitalistas, consiste en que confunden la productividad del trabajo con su intensidad. La productividad del trabajo, es ...su capacidad para producir más o menos en una unidad de tiempo, depende de tres factores capitales : de las herramientas y medios de producción que utiliza el trabajador, de su habilidad y, finalmente, de la intensidad de trabajo. El salario a destajo subiría, ante todo, la intensidad del trabajo. El alargamiento del tiempo de trabajo aumentaría no la productividad del trabajo, sino la del conjunto técnico de la empresa, y disminuiría la intensidad del trabajo (de donde igualmente aumentaría el número de los "sin trabajo" o al menos impediría su colocación en las fábricas). En una medida muy poco significativa el salario a destajo puede aumentar la habilidad en el trabajo, la cual, ante todo, sube con una gran experiencia profesional del trabajador con una organización correcta de la producción y con el aumento de la conciencia social.

Pero lo más importante que olvidan los colaboradores del periódico Izvestija es que las bases más importantes para la alta productividad del trabajo son el buen estado de las herramientas y los medios de producción, el funcionamiento correcto de buenas máquinas con cuidados y correctos materiales.

(...)

Es necesario organizar la producción. Es necesario organizar el intercambio dentro de la sociedad, cuidarlo y dividirlo. La organización de la producción es el fundamento material de la organización del trabajo. El "ser" técnico determina la conciencia profesional. Y aunque los factores subjetivos tienen un papel autónomo en la determinación de la productividad del trabajo, son determinados ante todo por los hechos objetivos (por el estado de la parte "muerta" de la producción). Además, estos factores objetivos, este funcionamiento de la parte muerta del proceso industrial, condicionan los dos tercios o los tres cuartos de la productividad del trabajo.

Si se predican la "llamada al trabajador" (al intensivo) y la "auto-disciplina" como tareas primarias, entonces esto es dañino, porque se lleva con ello al proletariado a la mecanización, consistiendo su más importante deber ahora, sin embargo, en emplear todas sus fuerzas vivientes, sociales y organizatorias. Con ello se aparta la atención del tema más importante, a saber, la organización de los factores decisivos de la productividad del trabajo.

9.

¿ Pero qué encontramos hoy de esto último? : tácticas de retraso burocrático, decretos que no dicen nada, proliferación de comisarios con plenitud de poderes extraordinarios, dilapidación sin plan del tesoro por una parte, y por otra parte codicia desmesurada y sistema de triquiñuelas formales en la concesión de medios, ¿ Y qué necesitamos? : la construcción vital y organizadora dirigida e inspirada por el proletariado y atravesada por el refrescante espíritu socialista. Este espíritu es necesario en provincias, en las fábricas (organización de la dirección de los servicios) y en los centros (organización de los órganos de dirección). Es necesaria igualmente una simplificación y reglamentación de la financiación, y de aquí parten dos caminos: uno en decidida dirección hacia la estatización de los bancos, y otro, igualmente claro, hacia la estatización de la industria. Finalmente, sería necesario un plan de trabajo para la economía, el cual debe ser realizado decidida y conscientemente en orden a una meta.

Una de las tareas más importantes consiste en la organización de una red muy ramificada de órganos reguladores; dicho más llanamente, de una red de soviets populares locales, ante todo de soviets de distrito, los (? les) deberían crear a su alrededor una gran red de pequeñas organizaciones irradiadas como secciones.

El soviet supremo de economía popular fue en otro tiempo el objeto de una persecución implacable y regular por parte de un sector de camaradas del partido, los cuales, apelando a la organización deficiente de dichos soviets y a su impotencia, arremetieron contra esta forma de organización. No hace mucho todavía, el camarada Lacis, que se tiene por profesor de "ciencia de la organización general", se pronunciaba en el Izvestija Cik por un corte de los derechos del soviet supremo de economía popular, para restituir a las diversas autoridades funciones económicas separadas, las cuales trataba de concentrar este soviet en un único punto.

Es cierto que al final de enero este soviet supremo de economía popular estaba muy organizado, lo cual se agravaba con la salida de importantes colaboradores. Existían, además, causas locales de desorganización, y por ello de momento la cosa estaba mal. Pero la causa principal de su debilidad consiste en que el soviet está desconectado de la provincia, está sin órganos locales y ,además, no delega su trabajo en éstos.

Fue (y es todavía) un gremio puramente elitista : en él participan representantes de los diversos centros de los sindicatos panrusos, es decir, la burocracia sindical desclasada de los puestos bajos y los representantes de las autoridades. Mas no existe una representación de las organizaciones económicas locales, ninguna organización interna, ningún tipo de instrucciones existen para ella. Y por estos fallos permanecen en el aire el soviet supremo de economía popular, aislado de las fuerzas y necesidades locales, y por ello deviene cada vez más una burocracia de amiguetes.

Muy distintos son los soviets de distrito. Sólo se necesita mostrarles una determinada dirección (lo que ocurre de una manera primordial con el envío de un instructor desde el centro), y desde ese instante comienza el trabajo en equipo con una gran red de organizaciones locales, comenzado entonces a la vez un trabajo vital y muy concreto. Como ejemplo puede servir el soviet de distrito de Char'kov, destruido ahora por la invasión alemana, el cual, en un mes, tras el congreso de distrito dedicado a la instrucción, colaboró con dieciocho soviets locales, comenzado a actuar en su trabajo de una manera muy seria y correcta.

La organización del soviet de Char'kov puede ser un modelo para la construcción de instituciones similares, y por ello queremos describirle brevemente. Ante todo, al apartado del soviet pertenecen, tras una determinada modificación, no sólo las instituciones especiales y comités para la regulación de la economía, sino también todas las autoridades "económicas" de un distrito. Los comisarios de distrito para el cuidado de la alimentación, tráfico, economía popular, finanzas y trabajo, son necesariamente también los representantes de la correspondiente sección del soviet. Las instituciones dependientes de éste componen el aparato técnico de las secciones. El representante de toda la economía del soviet es el comisario de distrito para economía, el cual dirige igualmente el departamento "general" del soviet, a saber, el departamento para planes y política generales.

De este modo, todas las instituciones que regulan la economía se reúnen en un punto y se logra la plena unitariedad en la organización de la economía. No hace falta recalcar cuán importante es esto.

Además de la sección "general", de las secciones que son a la vez comisariatos y de otras dos más, existen todavía tres secciones con tareas comunes: técnica,  estadística, financiera, controladora y jurídica.

Además pertenecen al soviet una serie de departamentos de producción: departamento para la hulla, para minas de hierro, para sal, para lo químico, para lo metalúrgico, etc.

La composición de estos departamentos es de dos tercios de especialistas de cada rama de la producción, y de un tercio de ingenieros empleados. Estos trabajadores y empleados son elegidos por el congreso de distrito de los sindicatos y del comité de obra, y componen en su totalidad el pleno del soviet. Los presidentes de los departamentos de producción son elegidos por el pleno. La sesión conjunta de representantes de todas las secciones forma el Buró del soviet, que dirige toda la economía del distrito de manera muy directa. Este Buró unifica así a todos los comisarios de "economía" y a todos los dirigentes de las diversas ramas de la producción.

Así, los soviets están obligados y no pueden hacer otra cosa que cumplir su trabajo de un modo eficiente y desplegar una fuerza creadora y organizativa general para la totalidad de los componentes. Y ello por lo siguiente: 1. concentran en sus manos todo el trabajo para la construcción de la economía; 2. permanecen en contacto con la praxis de un modo inmediato y actúan de acuerdo con las realidades locales mediante los colegios de producción de los trabajadores de cada gremio e ingenieros ( los cuales son a su vez miembros de sus sindicatos) ;3. están organizados conforme a los principios del puro "centralismo democrático" y de la dirección colegial y no según los principios del centralismo burocrático (es decir, parten del sindicalismo, que elige a las células a partir de las organizaciones inferiores y no superiores).

Semejantes soviets deben crear (y así ocurre en realidad) una buena organización de especialistas; organización de estadística de los servicios de preparación de los presupuestos de costos, lugar y época de su colaboración con el centro, reparto de los productos, organización técnica de la producción, etc.

Solamente cuando llegue a crearse semejantes órganos en los aspectos importantes de la Rusia soviética que permanece incólume, sólo cuando a estos órganos se les permitan iniciativas privadas, sólo cuando el soviet supremo de economía popular sea elegido por los congresos de estos órganos y los miembros de su pleno sean elegidos en sus dos tercios como mínimo por los representantes locales, sólo entonces comenzarán a desaparecer las actuales enfermedades de nuestros órganos dirigentes. Entonces dejará de estar en el aire el soviet supremo de economía popular, unido ya a las organizaciones locales, cesando de ser un grupito cerrado. Entonces ya no se enredará en detalles de poca monta. Su tarea consistirá en trazar líneas generales, planes de producción general, propuestas de costos y órdenes,...

Paralelamente, los trabajadores comenzarán a observar cómo entran en escena el orden y la organización, cómo las decisiones del centro son razonables. "Separatismo" y "sindicalismo" desaparecerán igualmente, pues ellos viven en medio del desmoronamiento de los nexos organizativos y de la amarga experiencia de rogativas echadas a la papelera en la cancillería de la burocracia.

Por consiguiente, no más disfrutes de funciones desde un sistema cerrado de regulación socialista de la economía ni más poderes de distribución para "autoridades" independientes (y por ello burocráticas), sino construcción del sistema desde abajo y delegación del trabajo hacia abajo.

Llegados aquí debemos acentuar que todo este sistema sólo puede llevarse a efecto, de una manera clara, si se estatizan los bancos y la industria de una manera enérgica. Sólo una política concebida en estos términos nos da la posibilidad de: 1. de librarnos del barullo organizativo de los controles de trabajadores, que no ofrecen posibilidad alguna a la organización de la dirección de los servicios desde un nivel local ni sirven tampoco de ninguna manera, para preparar presupuestos unitarios de costos y planes; 2. de liberarnos del dualismo de los métodos de financiación, que implican la confusión en los soviets ; 3. apartarnos de las formas capitalistas completamente superfluas, formas de "velamiento" que impiden un trabajo fructífero, de la concesión de préstamos por medio del cambio, del empeño de mercancías, etcétera; 4. impedir el susodicho dualismo, el mencionado embrollo por medio del registro de mercancías, organización técnica, etc.

10.11.12.

(En estos puntos Osinski insiste sobre la estatización -socialización de la producción y sobre como debe ser organizada la misma. Luego trata de responder a los reproches de la falta de medios, trata la cuestión del financiamiento, de la estatización de los bancos y servicios, de la fijación de precios, de las prioridades etc. Luego concluye).

La construcción del socialismo y de las relaciones socialistas de producción está entre nosotros intrínsecamente vinculada con la construcción económico técnica, con la reconstrucción de la industria destruida. Al parecer, sólo de esta forma puede el socialismo ser alcanzado, pues la revolución socialista procede de la destrucción de la economía capitalista causada por la crisis de guerra imperialista. Por ello la tarea que tenemos planteada es doblemente difícil. "Trabajo orgánico" es necesario. Pero éste no podría ni debería nunca estar penetrado por el espíritu de negocios pequeño burgués. Con la construcción de la industria debemos nosotros crear un nuevo orden social y dejar de lado el viejo. Mientras fortificamos el suelo bajo los pies del proletariado, debemos estar dispuestos siempre a trasladar nuestras fuerzas desde el terreno del trabajo orgánico al terreno de la lucha armada, según el concepto del proletariado internacional en rebelión.

El "trabajo orgánico" no puede ser ningún trabajo que se considere autosuficiente. Bajo las actuales condiciones dicho trabajo es, ante todo, un medio para el fortalecimiento de la revolución rusa e internacional. Solamente tras la victoria completa del proletariado, en una medida internacional, llegará a ser la tarea primera la construcción material de la vida.

Notas :

(1). En este primer punto Osinski expone la posición de la derecha mayoritaria en el Partido, especialmente la posición de Lenin(NDR).

(2). Todos los bolcheviques creían que ya se había iniciado un período calmo, de reorganización social, a lo que corresponde esta primera ola de polémicas entre los "izquierdistas»; Osinski, Bujarin, sapranov, Smirnov y la derecha; Lenin, Kamenev, Trotsky, Stalin, acerca de como organizar la sociedad. Sin embargo faltaba aún el período más difícil de guerra civil, destrucción económica, hambre y miseria (NDR).

(3). Todas estas máximas y principios, así como el programa propio de ellas deberían haber sido fundadas en las tesis del camarada Lenin, cuya pronta publicación ha prometido él en una conferencia tenida lugar el día 4 de abril entre los miembros dirigentes del ZK junto con un grupo de comunistas de izquierdas. ¿porqué hasta ahora no han sido publicadas estas tesis ? (Nota de Osinski)

(4) Se trata de la paz con las fuerzas del eje, del 3 de marzo de 1918 en Brest Litovsk, paz a la que siempre se habían opuesto, hasta el final, los comunistas de izquierda. Con respecto a la Paz de Brest Litovsk ver nuestro artículo: "Brest Litovsk : la Paz es siempre la Paz contra el Proletariado" que fue publicado en COMUNISMO N° 15 y 16. (NDR)

(5) Hay momentos en este capítulo que pareciera que Osinski expone su propia concepción, pero en realidad expone, ridiculizando, las posiciones de sus contrincantes especialmente Lenin. (NDR)

(6) Sabemos "de buenas fuentes" que los ejemplos aducidos por nosotros no son extraídos de nuestra mente, sino que corresponden a proyectos reales que han sido discutidos en los institutos responsables. En época temprana, los citados proyectos fueron dejados al margen en su forma original. También la resolución de poner al socialismo bajo la dirección de los organizadores del trust se ha "marchitado" por no encontrar calor. Pero ello no cambia la situación. Nosotros analizamos el curso total de la política en su manifestación más clara. Estos proyectos pueden brotar de nuevo en cualquier momento. Las declaraciones del "comunista" Gukovskij demuestran que en el territorio de la política financiera se siguen ampliamente las ideas de Smiles y triunfan. Nota de Osinski.

(7) Semejante significación la posee la entrega de una parte de las acciones a los señores banqueros y otros condicionamientos semejantes. (Nota de Osinski)

(8) Mescerskij era un conocido magnate del hierro y del acero. En marzo de 1918 propuso al gobierno bolchevique dirigir y crear, junto con otros magnates, el trust de la industria de trabajadores del metal a condición de participar en uno 50 por 100. La propuesta y la acogida que esta recibió por parte del gobierno bolchevique originaron una violenta oposición de parte de los comunistas de izquierda. Al respecto ver CARR E.H. "La revolución bolchevique. 1917 -1923 ", tomo II (NDR).

(9)"Comunicaciones del comité ejecutivo central" y "comunicaciones del Soviet moscovita de diputados de trabajadores" (NDR)


CO18.3.1 Textos de las oposiciones obreras en el partido bolchevique :

OSINSKI : "Sobre la Construcción del Socialismo".