Seguimos presentando en este número de Comunismo un conjunto de materiales acerca de la contrarrevolución en Rusia, la resistencia proletaria contra la misma, y la paralela reorganización del capital en lo interno y lo internacional, que comenzamos a publicar en el Número 15/16 de esta revista.
Nuestro primer texto es la continuación de la Cronología acerca de "La Política Internacional de los bolcheviques y las Contradicciones en la Internacional Comunista". La introducción debe leerse en el Número 17 .En ese número abarcamos hasta el fin del Segundo Congreso de la Internacional Comunista (partiendo fundamentalmente de 1917) período en el cual, si bien la línea oportunista, centrista, parlamentarista, sindicalista, de liberación nacional...predomina en las organizaciones formales "comunistas" y en la Internacional Comunista ; el movimiento revolucionario internacional del proletariado ( a pesar de algunas derrotas) parece invencible, unido, fogueándose para el triunfo definitivo y desarrolla las mayores batallas de toda su historia 1917 - 1920). En este número veremos el período que va desde el fin del Segundo Congreso, hasta fines de 1921, período que incluye el Tercer Congreso y que se caracteriza por la ola de derrotas y un repliegue desorganizado (que será fatal) del movimiento revolucionario, que constituye por un lado la verificación práctica de que la revolución no podía avanzar sin romper programáticamente a fondo con el programa de la socialdemocracia ( En Rusia y en todas partes esta ruptura no llega a las raíces...) y con el conjunto de "tácticas" ligadas a esta concepción (parlamento, sindicatos, apoyo al desarrollo del capital en Rusia, "derecho de los pueblos a la autodeterminación", reformismo en todos los niveles...) y por el otro que será refrendado por una "nueva política" que irá aún más lejos en la afirmación de la contrarrevolución : participación en la lucha intercapitalista internacional, frente único ( "obrero" y "anti - imperialista"), "gobiernos obreros"...que será oficializada por el Tercero y Cuarto Congreso de la Internacional Comunista.
Esa NEP en lo internacional será acompañada por la liquidación real de toda la vanguardia comunista, desarticulada, vencida, desorganizada, desarmada, separada de los obreros que ya se iban resoldando con su capital nacional para producir los monstruosos fenómenos que veremos unos años después: estalinismo, fascismo, frentes nacionales antiimperialistas, nazismo, frentes populares. (...)
Los otros textos presentados en este número, no fueron escritos directamente por nuestro grupo, sino que pertenecen al riquísimo patrimonio histórico de nuestra clase, de nuestro Partido que aún sigue enterrado, ocultado, deformado por décadas de contrarrevolución generalizada. Siempre hemos defendido la necesidad y la importancia de esta obra de desenterrar, de difundir, de hacer conocer a las generaciones actuales de proletarios que están obligados a reaprender su historia, quieran o no quieran, les guste o no les guste. Al respecto solo queremos decir que lo que hemos hecho los revolucionarios, es poco, muy poco y que cuanto más avanzamos más nos damos cuenta de lo limitado del conocimiento que hoy tenemos de la experiencia del proletariado y en particular de su vanguardia : las fracciones comunistas que actuaron en la línea histórica del Partido de la Revolución Comunista Mundial. Además constatamos que cuanto más escarbamos más impresionante resulta la falsificación que se ha operado sobre el movimiento real del comunismo en especial luego de la revolución internacional del 17 /19.
Como lo hemos dicho en otras oportunidades, el que publiquemos un texto o reproduzcamos una citación, no implica que nosotros estemos formalmente de acuerdo con el contenido de la misma, o con todo lo que el autor o la organización correspondiente hizo y dijo. Los revolucionarios no tenemos un carajo que ver con esta forma religiosa, idealista, individualista, seguidista, ...de concebir la historia.
Lo que nos parece fundamental no es afirmar nuestra adhesión a tal o tal individuo u escuela de pensamiento; sino el poner en evidencia que las posiciones que hoy sostenemos no salen de nuestras cabezas, sino de una impresionante ola de luchas, de tentativas y de fracasos, de pequeñas victorias, seguidas de fracasos aún más fuertes, de importantes y sangrientas derrotas, explicables todas por no haber ido lo suficientemente lejos en la ruptura práctica, programática con el capital. En algunos casos los protagonistas saben tomar un poco de distancia frente a los acontecimientos, para extraer la lección, generalizar y teorizar una práctica, en otros están tan empapados en el combate cotidiano que las indicaciones que aparecen resultan simples antítesis inmediatas de la ideología inmediatas de la ideología predominante, y contienen desviaciones tan peligrosas como las que combaten; pero en todos los casos - incluso en este último - constituyen jalones del proletariado en su dificilísima marcha hacia la liberación social de toda la humanidad.
Aquí presentamos dos tipos de contribuciones a esa indispensable reconstrucción de nuestra MEMORIA OBRERA :
- Textos de la época misma que estamos analizando, en especial de las oposiciones obreras en el Partido bolchevique (continuaremos en próximos números la publicación de algunos de ellos), que tienen la importancia no solo de aportar innumerables informaciones sobre la organización de la política económica y de la polarización de posiciones al respecto, sino de denunciar lo que luego se confirmó, que por esa vía no se hacía avanzar a la revolución proletaria, sino que se afirmaba el capitalismo contra la revolución, la liquidación del Partido y su transformación en un aparato burocrático al servicio del capital.
- Un texto escrito en 1946, que contiene una sintética y clarividente visión global del proceso revolucionario y contrarrevolucionario en Rusia, escrito por el grupo "comunismo revolucionario" que se inscribe en la trayectoria de la izquierda comunista internacionalista.
Para situar los textos (1) de las oposiciones de izquierda al interior de los bolcheviques aconsejamos releer nuestro texto "Contra el mito de la transformación socialista.La política económica y social de los bolcheviques y la continuidad capitalista", en Comunismo No. 15/16, (pag. 25 y siguientes). Gracias al mismo no solo se percibirá mejor lo que efectivamente estaba en juego en el que hacer de los bolcheviques, que suscita las importantísimas polémicas acerca de la política económica y social, acerca del capitalismo de Estado...sino que se situarán mejor las coordenadas histórico -políticas de cada uno de las "oposiciones de izquierda". Ver en particular el título: "La lucha proletaria y las izquierdas comunistas contra la dirección del Estado".
En cuanto a las versiones que aquí publicamos hay que decirlo claro las traducciones son pésimas, pero hoy no tenemos otra opción ( lo que es debido a la omnipresencia
de la contrarrevolución); los latinos casi no disponemos de materiales sobre las izquierdas comunistas en Rusia, a excepción - en general- de lo menos importante, los textos de Kolontai. Hay pasajes ininteligibles - que en general no retomamos en estos extractos - ;hay expresiones cuya traducción es tan pésima que se pierde todo el contenido y se debe a que las versiones de las que partimos han sido traducidas por personas que no solo no tienen nada que ver con la militancia revolucionaria, sino que desconocen en absoluto la terminología apropiada. Un solo ejemplo basta, en muchos casos se habla de iniciativa privada de tal o tal comité o de las masas y se refiere a la iniciativa autónoma que es justamente lo opuesto a una privatización. Esto es válido no solo para los textos que presentamos en este número sino también para textos que presentaremos en los próximos números; del Grupo Obrero de Miasnikov o de otros grupos de la izquierda comunista internacional, en especial del KAPD.En algunos casos como en el de Miasnikov, la deficiencia de la versión se explica por haber pasado por varias lenguas antes del castellano -ruso, alemán, francés -, lo que produce inevitablemente una multiplicación de las deficiencias de toda traducción.
El primer texto que publicamos es el de Osinski " Sobre la Construcción del Socialismo". Dicho texto es fundamental pues en el se reconoce la primera oposición seria a la política económica de los bolcheviques, oposición que es fundamentalmente la misma que la oposición a Brest Litovsk. La coherencia programática entre ambas posiciones es evidente : oposición a la fracción de la paz, oposición a la organización nacional del capitalismo ; de la misma manera que la fracción dominante en el PC Ruso, es totalmente coherente en la afirmación de la coexistencia pacífica con los otros Estados, el desarrollo nacional del capital (el "capitalismo de Estado" como enorme paso adelante !), el Tailorismo...
El texto es sumamente importante también por proporcionarnos un conjunto de datos acerca de la reestructuración real de la economía rusa en los primeros meses, acerca de como concebía la mayoría del Partido el tránsito hacia el "socialismo", acerca de como funcionaría el sistema de acuerdos con los empresarios, el sistema de obligaciones, la función atribuida al Taylorismo ( aumento de la productividad !!!) etc. Osinski se muestra particularmente lucido en la comprensión del antagonismo capitalismo -comunismo como contraposición internacional imposible de ser aislada al interior de un país ( la fracción de la paz de Brest partía de la ilusión contraria), en el hecho de que no basta haber ganado política y militarmente al interior de un país para que realmente se tenga la dictadura real sobre la producción. Es decir que mientras los partidarios de la teoría del Estado Obrero en un solo país, se imaginaban que la dictadura del proletariado estaba asegurada por el Estado, por los fusiles, y por los estatizaciones, Osinski insiste en todas partes que por esa vía se afirma el capital y ello siempre y cuando no se "termine con la fuerza del alto estado mayor del capital", lo que trasluce una extraordinaria compresión de la dictadura - del proletariado y del capital -como una cuestión social, económica y no como exclusivamente político militar como imagina Lenin y en general la fracción mayoritaria del PC. En base a ello la fracción que se agrupa en torno a Osinski desde muy temprano denunciará el degeneramiento real de la revolución política como consecuencia de la incapacidad del proletariado a establecer una dirección real en la producción y la no neutralidad del tailorismo (el tailorismo no es un expediente táctico, sino un programa de fortificación de la acumulación capitalista basada en la destrucción de la solidaridad entre los proletarios, la afirmación de la competencia entre ellos,...) la confusión que se ha desarrollado en el PC (confusión general en la socialdemocracia) entre productividad e intensidad y que sería clave en la doctrina estatal stalinista.
Como este último punto presenta una verdadera dificultad de comprensión que Osinski no llega a resolver enteramente, nos detendremos brevemente en el mismo. En el partido bolchevique se hablaba de aumento de la productividad y como hacen todos los patrones se le pide al obrero que trabaje más por unidad de tiempo, es decir que aumente la intensidad del trabajo. Osinski dira que este es solo uno de los factores de los cuales depende el aumento de la productividad e insiste en que lo decisivo es el desarrollo de los medios de producción, la organización de la producción, la habilidad, la conciencia social...Se trata de una crítica correcta a la posición derechista que en los hechos aumenta la tasa de explotación (aumento del trabajo excedente con relación al trabajo necesario), pero Osinski no comprende en absoluto la ruptura que hay entre productividad e intensidad: los intereses inmediatos e históricos del proletariado son antagónicos a todo aumento de la intensidad del trabajo, pero no a un aumento de la productividad del trabajo que acompañado de una apropiación por parte del proletariado del producto social permite simultáneamente un aumento del consumo obrero y una disminución del trabajo efectivamente desarrollado ( en contraposición al aumento de la intensidad que implica un aumento del trabajo por unidad de tiempo). Entonces Osinski no solo define incorrectamente la productividad, ( que no es la capacidad para producir más o menos en una unidad de tiempo, sino la capacidad de producir más o menos en una unidad de trabajo!) sino que concibe la intensidad como parte de la productividad ( lo que concuerda con la revisión interpretación socialdemócrata de la obra de Marx). En realidad si aumenta la cantidad de producción porque se ha desplegado más trabajo (sea ello por la extensión o la intensidad) no ha habido ningún aumento de la productividad, pues el aumento de la productividad es precisamente el aumento de la producción, sin un aumento de la cantidad de trabajo. Por lo tanto, la confusión entre productividad e intensidad es aún más grave de lo que Osinski cree, la introducción de salarios a destajo ( medida tendiente a aumentar la intensidad), el aumento del tiempo de trabajo ( aumento de la extensión) tiende directamente a aumentar la plusvalía (plusvalía absoluta) y se encuentra en la antípoda de un aumento de la productividad que podría permitir un aumento del consumo obrero sin un aumento de la cantidad de trabajo, sin aumentar la explotación.
Hay otros aspectos en los cuales la oposición de Osinski presenta debilidades enormes, pero no podemos tratarlas todas, además en la mayoría de los casos son los límites generales del partido bolchevique como partido que no ha roto radicalmente con el programa socialdemócrata. Digamos que una debilidad general de todas las izquierdas que parten de Osinski es la de no llevar sus posiciones hasta sus últimas consecuencias y romper orgánicamente con la mayoría del partido bolchevique que se va transformando en la fuerza principal de la contrarrevolución.
Al respecto los socialistas revolucionarios de izquierda fueron mucho más consecuentes y tenían total razón cuando afirmaban :
"Los bolcheviques de izquierda justifican su falta de voluntad y su incapacidad para dar una forma y una expresión organizada a la tendencia revolucionaria creciente en el partido bolchevique por la 'disciplina del partido'. En base a ello no declaran abiertamente su contraposición en el congreso de los soviets , en las de liberaciones responsables de los hombres de Estado, entre los compañeros europeos, optando por jugar el papel de 'oposición a su majestad' proletaria, que no va mucho más lejos que las pequeñas correcciones y las indignaciones respetuosas. En presencia de tan profundas discrepancias como las existentes ahora, la táctica elegida por los bolcheviques de izquierda es criminal, pues al disimular y borrar tales discrepancias, están favoreciendo objetivamente la misma política que admiten descompone y desorganiza la revolución obrera y campesina. Es decir que en nombre de la 'unidad del partido' los bolcheviques de izquierda llegan hasta a sacrificar la misma razón de ser del partido, la existencia de la revolución. Nosotros, socialistas revolucionarios de izquierda, nos consideramos con el derecho de llamar a los bolcheviques de izquierda a actuar en coherencia con la revolución, precisamente por haber sido consecuentes con esta posición cuando asumimos la misma lucha contra los elementos oportunistas del partido socialista revolucionario (contra Kerensky, Chernoff, etc...)" (2)
A continuación del texto de Osinsky presentamos algunas contribuciones del Grupo del Centralismo democrático, en particular citas de los discursos de esta oposición (S?pranov, Jurenev, Maksinovski y el propio Osinski) y las Tesis de ese grupo redactadas en vista del Décimo Pleno del Partido. Lo importante en esos textos, es comprender como la resolución de la contradicción a favor de la reconstrucción de la economía capitalista y contra la revolución proletaria se repercute en la burocratización general del Partido bolchevique y de paso permite liquidar el mito trotskista de que la burocratización es algo que comienza luego de la muerte de Lenin, con Stalin: la dictadura de la burocracia de los soviets y del partido está intrínsicamente ligada a la liquidación de la actividad revolucionaria e internacionalista del proletariado ruso y su retransformación en simple fuerza de trabajo de la reconstrucción capitalista internacional. Sin embargo esta oposición a la política mayoritaria no ataca nunca las raíces profundas de la liquidación de la revolución. En la crítica predominan los aspectos formales, la crítica formal de la dirección y por eso se proclaman soluciones totalmente formales: el centralismo democrático. La crítica profunda programáticamente realizada ha sido acallada en nombre de la unidad del partido, porque como dijimos los defensores de las mismas no fueron consecuentes ( la oposición a Brest Litovsk y la reorganización del capitalismo "de Estado" en su mayoría no sostiene más sus posiciones revolucionarias). La crítica de la derecha ha sido fulminante: los textos acerca del infantilismo y la apología del capitalismo " de Estado" hechos por Lenin y además las medidas del "comunismo de guerra" en la medida que estatiza la industria, los bancos...satisface parcialmente aquella oposición (véase el primer texto de Osinski en donde se reivindica esto).
Los aspectos formales adoptan pues el carácter de determinantes en la crítica efectuada por el grupo del centralismo democrático. La burocratización, la ideología de la dirección individual (cuyo defensor supremo fue Trotsky), ... aparecen así como los motores de una política equivocada, como causas de lo que marcha mal, y no como lo que en realidad son: formas inherentes a la reconstrucción del contenido social capitalista de la economía y sociedad rusa. El propio Osinski, no critica ya a la mayoría del partido por servir al capital y por alelar el peligro del capitalismo "de estado" sino que acusa de burócratas a los dirigentes. La crítica es tan formalista y reformista que por instantes hace pensar en esa crítica retardada y conservadora ( no ataca los fundamentos sociales del sistema capitalista ruso ) que hará luego el trotskismo.
Pero en esa época esta reacción es aún de clase, más aún las reivindicaciones formalistas y democráticas son propias a toda reacción obrera en esa fecha, como lo vimos en Kronstadt, en Makhno, y lo podremos constar en todas las oposiciones políticas a la derecha bolchevique: centralismo democrático, "verdad de los trabajadores", "oposición obrera" o/y oposición sindicalista, socialistas revolucionarios de izquierda, grupo obrero del P.C. Ruso... La liquidación progresiva de la discusión en el seno del proletariado, la represión de las oposiciones, el predominio de los funcionarios cooptados desde el centro, la mentalidad burocrática y la búsqueda de privilegios en la elite bolchevique...eran cuestiones bien reales y nada más legítimo que la clase obrera reaccionase contra esto. Y en ese sentido la publicación de estos textos, aporta claridad acerca de lo rápido que estos fenómenos se generalizaron. Pero la crítica de esos fenómenos, en muy raras ocasiones se liga a las causas reales que los provocan sino que se contenta de una crítica formal, lo que conduce a buscar soluciones también formales y simultáneamente coincide con una crítica contrarrevolucionaria democrática que servirá a toda la oposición burguesa y que al mismo tiempo desorientará al proletariado. No hay que olvidar que la convergencia fundamental de la crítica contrarrevolucionaria del bolchevismo es la defensa de la democracia, de la democracia "obrera" en los radicales, en donde encontramos a toda la socialdemocracia internacional, el anarco sindicalismo, el centrismo, los Kautsky, los mencheviques, los sindicalistas puros, los consejistas...
No se trata de un complot, ni que los que reivindicaban tal o tal aspecto de la "democracia obrera" (lo que es un sin sentido) sean agentes a sueldo de la contrarrevolución internacional (tal como será presentado por la contrarrevolución nacional leninista), sino de una reacción proletaria sin afirmación programática propia, sin dirección revolucionaria y por lo tanto fácilmente recuperable, utilizable por la oposición democrático burguesa.
El Grupo Obrero del PCR (Miasnikov) del cual presentaremos materiales en los próximos números, y veremos entonces hasta que punto rompió o no, con esta crítica formalista y democrática decía con razón refiriéndose al grupo del Centralismo democrático y al grupo Verdad Obrera (de los cuales presentamos materiales en este mismo número) :
"Dada la profunda insatisfacción de la clase obrera, diversos grupos se constituyen con el objetivo de organizar al proletariado. Dos corrientes: la plataforma de los liberales del 'Centralismo democrático' y la de 'Verdad Obrera' testimonian, por un lado de falta de claridad política, por el otro de un esfuerzo de búsqueda en la clase obrera. La clase obrera busca expresar su insatisfacción, pero ambos grupos, a los cuales pertenecen sin duda elementos proletarios honestos y que se encuentran insatisfechos con la situación actual, van hacia conclusiones erróneas de tipo menchevique" (Del manifiesto del Grupo Obrero del PCR).
Dicha situación que permitirá la dispersión de los mejores elementos o/y la utilización - canalización de dicha propuesta hacia objetivos burgueses, resume toda la tragedia del proletariado de vanguardia en Rusia en esos años.
Los textos que se publican luego la Declaración de los 22 y la respuesta del CE de la Internacional Comunista ;así como los extractos del "Llamado del grupo La Verdad de los Obreros" se sitúan en esa misma línea de crítica predominantemente formal y antiburocrática, es decir que aportan elementos importantes para comprender la putrefacción burocrática existente así como el desarrollo del capital con sus contradicciones de clase, pero no aporta nada programáticamente y caen en las mismas desviaciones que venimos de criticar. En el primer caso se trata de una protesta contra la dirección del PC que realizan un conjunto de miembros de diversas oposiciones y que por eso mismo no podía aportar una alternativa programática. En el segundo hay una tentativa de crítica de contenido de la práctica de los bolcheviques pero lo que se elabora como perspectiva de lucha es tan reaccionaria como la posición del gobierno ruso, y aunque hemos retenido muy poco de esto en los extractos publicados, basta, para que quede claro que como Radek o Chicherín, el Grupo de Verdad Obrera llevaba a los obreros a participar en la lucha intercapitalista mundial, lo que constituye la antípoda total a la autonomía proletaria y al programa comunista mundial.
Por último publicamos el texto Revolución y Contrarrevolución en Rusia redactado hace 40 años por compañeros del comunismo revolucionario, que se situaban en nuestra misma perspectiva y trayectoria, la de la izquierda comunista internacional, a pesar de lo cual de su evolución anterior y posterior conocemos muy poco. Ese texto es tan neto, claro y conciso que no requiere una larga introducción. Constituye un aporte inestimable en la compresión del proceso de revolución y contrarrevolución en Rusia, un jalón fundamental en la crítica internacionalista y revolucionaria de esa gigantesca y terrible experiencia del proletariado, que como los análisis que hemos venido desarrollando rompen con todas las críticas derechistas predominantes acerca de la
revolución rusa. Podríamos nombrar muchos elementos que ese texto, hasta hoy tan enterrado, aclara y aporta a las actuales generaciones comunistas, pero retenemos uno solo que consideramos fundamental esperando que el lector atento subraye muchos otros en un texto que debe ser leído y releído con mucho cuidado si se quiere extraer todo lo que contiene: la continuidad indiscutible entre la teoría del Estado obrero en un solo país común a todos los leninistas ayer como hoy y la teoría del socialismo en un solo país.
Claro que hay puntos en los que no estamos de acuerdo, como la oposición entre capitalismo de Estado y privado, o el hecho de que la primera época post-insurrecional se plantee como puramente comunista sin ver hasta que punto las taras que luego se manifestarán estaban implícitas en la constitución misma de un partido como el bolchevique que nunca había roto con la democracia,...pero son menores frente al aporte gigantesco que este análisis significa, para la auto comprensión de nuestro propio movimiento, de nuestros límites, y por ello para preparar la dirección de la revolución a venir. La victoria de la revolución solo será posible cuando el proletariado en su marcha revolucionaria asimile la contrarrevolución y transforme la ola sucesiva de derrotas en lecciones que serán armas para dirigir consciente y voluntariamente su práctica hacia el comunismo.
"Para concentrar todas esas organizaciones, para dirigirlas y para enseñar a toda esa organización de clase, el proletariado necesita un partido comunista, pero de un partido que dirija por medio de todos sus miembros y no por medio de una dirección que dirija a través de directivas (formales). El proletariado necesita un Partido Núcleo Ultra formado. Así debe ser. Cada comunista debe ser individualmente un comunista irreprochable capaz de ser un dirigente en todas partes. Ese es nuestro objetivo. En sus relaciones, en las luchas en las cuales está inmerso, debe ser consecuente, y lo que lo liga, lo que da coherencia a su acción es su programa. Lo que le fuerza a actuar son las decisiones adoptadas por los comunistas. Ahí reina la disciplina más estricta, no se puede cambiar nada o se procederá a la exclusión o a la sanción. Se trata entonces de un partido que es un núcleo, que sabe lo que quiere, que se encuentra sólidamente establecido y cuya capacidad ha sido probada en el combate ; un partido que no negocia y que se encuentra continuamente en lucha. Dicho partido solo puede nacer cuando realmente se ha lanzado a la lucha, cuando ha roto con las viejas tradiciones del movimiento de los sindicatos y de los partidos, con los métodos reformistas que aplica el movimiento sindical, con el parlamentarismo. Los comunistas deben romper con todo esto,... deben eliminar todo eso de sus filas y solo cuando se hayan depurado, pasarán a sus propias tareas empujados por la actividad revolucionaria. Mostramos así -solo en la medida de que el tiempo que se nos deja para hablar nos lo permite - cual debe ser la línea de la Internacional comunista, para que pueda ser dirigente".
Del discurso de Jan Appel delegado del KAPD en el Tercer Congreso de la IC refiriéndose al Informe acerca de la Táctica de la IC presentado por Radek.
Notas :
(1) Decimos "textos" pero en realidad publicamos solo extractos de esos textos dadas nuestras muy limitadas posibilidades materiales.
(2) Del texto "Nuestros aliados en el campo de nuestros adversarios" 1918 de JS.