Hace algunos meses varios periódicos latinoamericanos, ofi­ciales o de la oposición burguesa, repercutieron informaciones donde se daba a conocer el crecimiento cuantitativo y el desarrollo de la ESCLAVITUD en USA.  Las fuentes originales citadas para dar esa información, no pueden ser de mayor crédito en los medios internacionales: la agencia EFE, "The New York Times", etc., y a nadie se le ocurriría acusarlas de subversivas

Citemos el ultraconservador periódico peruano La Prensa que bajo el título "Todavía hay esclavos en Estados Unidos, son los inmigrados ilegales de habla hispana" dice: "los compran y los ven­den, los encadenan para que no se escapen, los hacen trabajar de sol a sol y no les pagan: miles de inmigrantes ilegales hispanoparlantes que vienen a recoger las cosechas a los Estados Unidos, caen cada temporada, en esta esclavitud. ... todo esto forma parte del negocio clandestino de contrabandear gente al que se dedican los 'coyotes* como se los conoce en la jerga de la frontera mexicana-norteamericana a los que se dedican, por dinero, a traer inmigrantes ilegales desde el Sur hacia aquí ... Estos esclavos se encuentran diseminados desde los campos de cultivo del Estado de Arkansas, a los manzanares de Virginia, pasando por los algodonales del norte de Texas y en las plantaciones de citrus de La Florida. Habitualmente el precio que recibe el 'coyo­te' por inmigrante que entrega a los granjeros es de unos 500 dólares. El granjero que probablemente ofreció al ilegal pagarle 15 dólares por día le carga el gasto de su compra, con lo que el inmigrante nunca recibe dinero, o si lo recibe es sólo para comprar cigarrillos. La co­mida, el albergue y hasta la ropa se le deduce de su paga. Cuando el inmigrante intenta irse suele recibir golpes y para prevenir cualquier intento de huida, los granjeros comúnmente los encierran bajo llave en las barracas y hasta llegan a encadenarlos".

Lógicamente que esta inmunda y natural realidad del modo ca­pitalista de. producir esclavos, esclavistas, mercancías, dinero, policía, leyes, gobiernos, asistentes sociales, funcionarios de inmigración, etc., tiene que ser considerado por La Prensa y la prensa en ge­neral, como algo anti-natura en el capitalismo, como algo que escapa a su desarrollo, como algo realizado por algunos hombres malos escapando al control estatal. En el mismo artículo se lee: "Las autoridades norteamericanas, en su lucha contra esta moderna esclavitud a la que mu­chos granjeros someten a los trabajadores ilegales tropiezan con un grave problema: el miedo de los inmigrantes, por su situación en el país y su reticencia a denunciar a los explotadores".

Como es evidente, el capital crea las leyes, la policía y las cárceles, para crear ese terror y desarrollar todas las formas de esclavitud que le permitan valorizarse; pero cuando por esas mismas razones se llegan a situaciones tan crueles como la que analizamos, que lo muestran mejor tal como es, se lava las manos y según él la "culpa" la tienen los granjeros y el miedo de los inmigrantes ... Esta es la tesis necesaria de la burguesía: los culpables son los capitalistas abusadores y los proletarios a los cuales la fatalidad los conduce al miedo; el garante de la honestidad es el Estado.

Hay mucho más que cipayismo proyanqui en esa tendencia de los medios de difusión latinoamericanos a presentarnos al Estado Yanqui como garante del asalariado ideal, es decir voluntario. En efecto, cuando se dice (continuando con el texto): "El Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha designado abogados para que junto con funcionarios del servicio de inmigración y el Departamento de Trabajo coordinen la investigación y los casos de 'servicio involunta­rio, figura duramente penada en la justicia norteamericana" no sólo se le está pasando la mano por el lomo al Estado Yanqui, sino que se está lavando de culpas al capital en general y haciéndose la apología de todo Estado, como neutro, como árbitro entre los diferentes "grupos en conflicto". En el fondo es el discurso, no sólo de la reacción pro-yanqui, sino también de la reacción en general incluida aquella que con una verborrea obrera denuncia tal o tal calamidad del capital, como si fuese el mero fruto de la voluntad, el egoísmo, la des­honestidad, la maldad, de un grupo de hombres: "las 2000 familias que controlan el país", "el gobierno vendido al oro yanqui", etc. y que presenta al Estado como si fuese una especie de árbitro al que se le podría presionar para obtener "beneficios para el proletariado", o un instrumento que sin contenido y programa propio (asegurar todas las condiciones de la acumulación capitalista, en especial la reproducción de la fuerza de trabajo) podría ser ocupado por un gobierno (ej. "gobierno obrero"). No podía ser de otra manera, la interpreta­ción de fondo de la burguesía, coincide necesariamente, considerando la barbarie del capital como no capitalista o extra-capitalista.

Para nosotros, el esclavismo a secas que se desarrolla en la actualidad, así como el esclavismo a secas que se ha desarrollado en los últimos cuatro siglos de desarrollo capitalista y como producto subsidiario de éste, es un mero subproducto del desarrollo del capi­tal, es una parte menos camuflada del esclavismo salarial en general. Y:

-          por el hecho fundamental de que esos esclavos no sólo producen productos (como sucedía con el modo de producción esclavista pro­piamente dicho, existente únicamente en la antigüedad, donde el modo de producción no era subsumido aún al capital, dado que éste solo existía en sus formas prediluvianas, en la circulación y no en la producción - que a su vez eran esferas separadas - y por lo tanto no era capital en el sentido integral que asumiría históricamente), sino y principalmente valores, plusvalía, capital…

-          porque, en su vida, encuentran, que sus enemigos objetivos, los esclavistas (y como es obvio todas las leyes, instituciones, policías, etcéteras que conforman el Estado y que lo obligan a elegir libre­mente el riesgo de la esclavitud) no son otra cosa que los gestionarios del capital – es decir la burguesía - con su burocracia - y el Estado burgués…

-          porque por lo tanto sus compañeros de lucha son los otros prole­tarios;

-          porque sus condiciones de existencia contienen la necesidad del comunismo pues su miseria particular (por la cual es vendido por otro como si fuera un objeto…) es derivada de su miseria general (por la cual está obligado a vender su fuerza de trabajo en condi­ciones cada vez más difíciles, a emigrar, ilegalizarse, someterse al “coyote” u otro tipo de agencia de colocación…) y ellas (las condiciones de existencia del esclavo) realizan con brutalidad ex­trema y sincera la vida universal de todo el proletariado (no tie­ne, nada que perder, son la negación viviente de la patria, de la grandeza de la nación y del desarrollo económico).

-          porque como tales no tienen ningún interés particular pues no hay ninguna solución particular y empujan a la solución universal… no forman una clase aparte del proletariado, como se pretende siem­pre frente a casos similares en los 5 continentes, sino que por el contrario están y estarán históricamente determinados a constituirse en clase con el resto del proletariado, a organizarse y centralizarse en partido mundial para destruir el capitalismo e imponer el comunismo.

Es decir, así como los esclavistas de hoy están constreñidos a ser capitalistas, o mejor dicho que solo como buenos capitalistas ávidos de maximizar la ganancia, es que una parte de ellos se hace ade­más esclavista; los esclavos de la actualidad están constreñidos a or­ganizarse como proletarios que son, tal como lo están las distintas otras capas de proletarios del mundo, o dicho de otra forma sólo como no propietarios de otra cosa que su fuerza de trabajo, como proletarizados, es que pueden estar obligadas a ser esclavos, simplemente esclavos, situación extrema en la que incluso aquella propiedad es negada.

¿UN CASO MARGINAL?

Claro que para aquellos que idealizan el capital y que extraen todas sus ideas del mundo de la circulación de mercancías en donde contratan la compra-venta de fuerza de trabajo ciudadanos, libres, igua­les, propietarios, etc., (ver Comunismo N° 1 "El mito de los derechos y' libertades democráticas") ese tipo de situaciones desagradables son consideradas de la forma más extra-capitalista posible (lo que es siempre un buen negocio para la burguesía) y se presentan como algo total mente ocasional, marginal, minoritario.

Ejemplifiquemos con el mismo artículo de La Prensa del Perú: "Aunque no hay estadísticas del número de ilegales que caen en estado de esclavitud, funcionarios del Servicio de Inmigración, abogados, asistentes sociales y voceros de las uniones de campesinos, dijeron al diario “The New York Times que pese a que no creen que la práctica sea muy común, probablemente haya miles de inmigrantes en esa situa­ción actualmente".

Claro que un conocimiento mediano de la situación del proletariado que es perseguido por la ley (ilegal) hasta cuando vende su fuerza de trabajo en USA permite comprender que todas esas cifras da­das por toda esa lacra estatal y para-estatal de contralores y benefactores que viven de hacer estadísticas, vigilar, “defender”, “ayudar”... los ilegales, son ultraridículas comparadas con la realidad; pues aunque nosotros no poseemos tampoco estadísticas; sabemos que dicha realidad toca a muchas decenas de miles de proletarios de origen la­tinoamericanos, que centenares de miles de ellos deben recurrir a di­ferentes tipos de 'coyotes' para poder conseguir explotador; más aún, que en forma generalizada se ha tornado totalmente imposible trabajar incluso zafralmente en las zonas agrícolas de USA sin recurrir a las empresas de "negreros" cubiertas como es evidente, por todo tipo de personeros del Estado y los cuerpos represivos.

Pero interesa poco discutir cifras con nuestros enemigos, lo importante es desenmascararlos y centralizar las fuerzas para demolerlos. En esa vía es necesario dejar claro:

-          que la esclavitud abierta, no pertenece únicamente al precapitalismo (que tampoco es extra-capitalista) sino que fue y sigue siendo el pedestal de la esclavitud asalariado[i] pues ésta no puede desarrollarse sin recurrir a diversas formas de esclavitud sans phrase”;

-          que sí bien considerando el proletariado en su conjunto de USA, los que son sometidos a la esclavitud abierta constituyen una pe­queñísima minoría del mismo, esta minoría de obreros agrícolas que el capital vende y compra a su voluntad le permite disponer de mano de obra baratísima a todo el capital, dado que por un lado esa impresionante situación de algunos inmigrados presiona hacia abajo al salario de los inmigrados (el racismo del Capitalismo no es un fenómeno surgido en el nivel ideológico sino que el mismo está con­tenido en su fundamento, en su reproducción), y dicha presión empuja a la baja a todos los salarios (por la competencia que se ha­cen los obreros entre ellos como vendedores de fuerza de trabajo ) y que por el otro la disponibilidad de fuerza de trabajo tan barata (disponibilidad asegurada por los acuerdos implícitos entre los go­biernos de USA y los latinoamericanos, en especial el Mexicano) para ser aplicada a la agricultura cuando se logra imponer con una mayor intensidad[ii], o lo que viene a ser lo mismo, con una jorna­da de trabajo muy superior a la media[iii], abarata (por un conjunto de mecanismos complejos[iv] todos los productos derivados de la agricultura esclavista (tabaco, manzanas, algodón, citrus...) y como es evidente todas las mercancías que contienen esos productos como materias primas y así sucesivamente... abaratando por eso la mercancía fuerza de trabajo en todos lados. Es decir, que por todos lados se llega al beneficio general del capital, a que en última instancia todos los capitalistas sean solidarios en la esclavitud "sans phrase", a que incluso aquellos que se quejan y envían a sus representantes sindicales o parlamentarios a dictar normas o a adoptar acuerdos para que no exista más esa situación con los "ilegales", aprovechan  de dicha situación.

Por más pequeño que sea entonces el porcentaje de obreros que se encuentran en dicha situación, su situación concierne a toda la clase obrera y por más pequeña que sea la producción que estos realizan, la misma influencia toda la producción de plusvalía de USA y en forma de bola de nieve permite mantener más elevada la tasa de explotación de toda la burguesía yanqui (y también mundial) y ayuda a man­tener la competitividad de la industria norteamericana en su lucha inter-imperialista.

Por lo tanto, se podrá tal vez poner algún cero a la izquierda para indicar el porcentaje de esclavos, o la producción que ellos realizan en relación con el total de trabajadores o la producción de USA, pero el peso que dicha situación tiene en los al menos DOS MILLO­NES de trabajadores zafrales que entran todos los años y de ellos en el resto de los trabajadores que producen en Estados Unidos, y todos esos elementos en la competitividad de la agricultura y (por vía de la plusvalía relativa) de la industria de USA reinvierte totalmente las cosas: incluso hoy en pleno siglo XX, es ese país modelo de capi­talismo, según los mismos capitalistas, la esclavitud sigue siendo el pedestal de la esclavitud asalariada.

LA VIGENCIA DE LA ESCLAVITUD, SU DESARROLLO MODERNO

Hemos mencionado ese ejemplo en Estados Unidos, sabiendo que metemos directamente el dedo en la llaga, que tocamos ahí donde más duele, pues desmitificamos incluso el modelo más puro que el capital ha desarrollado de sí mismo. Para nosotros se trata de ejemplificar uno de los aspectos de nuestra Contratesis 4 - Contra la mitología que sustenta la Liberación Nacional (II) (Ver COMUNISMO N° 5[v].

Pero como es evidente Estados Unidos no es una excepción, sino que como importantísimo centro del capital mundial, como en el pasado Inglaterra, tiene necesariamente que ser uno de los centros de promoción, comercialización, desarrollo, etc. de la esclavitud abier­ta[vi] en todas sus formas más modernas.

No podemos extendernos aquí en otras formas modernas de es­clavitud, que tienen su centro en ese país. Sin embargo nos parece importante recordar al lector que al lado de las formas de esclavitud oficialmente reconocidas como tales (y consideradas ilegales) existen muchas otras, es decir que entre la esclavitud abierta a la que nos hemos referido y la esclavitud asalariada en su forma pura (ideal del propio capital), existen un conjunto de combinaciones semilegales cuyo florecimiento ha acompañado el de la industria modelo de ese país. Entran en esta categoría todas aquellas formas de explotación en donde el obrero no tiene ninguna posibilidad de actuar en la decisión de a quién venderá su fuerza de trabajo, pues por diferentes vías la fuerza de trabajo del mismo ha pasado a ser la libre disposición de otro (empresa negrera) que como todo esclavista le asegura la subsistencia al esclavo. Como es sabido todas estas formas intermedias entre la esclavitud abierta y la disfrazada tienen como modelo en el occidente cristiano a los Estados Unidos de Norteamérica: los contratos a vida, la prohibición total de abandonar la empresa para aquellos obreros que han recibido cursos de formación hasta haber amortizado los costos de los mismos, la dependencia trasmitida incluso de generación en generación hacia la Mafia oficial o extraoficial que elimina la posibilidad de buscar otro lugar de trabajo; el enorme desarrollo en los polos industriales del pago directo del "patrón" no al obrero sino al acreedor de aquel, al prestamista bancario, al "contratante", al Coyote, al "Sindicato", a la agencia de colocación, a la empresa de selección del personal de trabajo temporario, etc. En efecto aunque se llamen Bussines Selection o Manpower o cualquier cosa por el estilo, aunque no utilicen la violencia directa cotidianamente (no la necesitan, pues tienen toda la policía del Estado a su servicio) esas empresas SON LOS ACTUALES NEGREROS.

Esas formas se han expandido por el mundo, aunque en muchos casos las casas matrices de los negreros modernos se encuentren en Es­tados Unidos. El desarrollo del capital y de sus crisis ha desarrollado el número de hombres que se ven sometidos a esas diversas formas más o menos abiertas de esclavitud. El desarrollo capitalista al de­sarrollar su propia barbarie está cada vez más lejos de su ideal de juventud: abolición de la esclavitud abierta, libre competencia, un mundo de riqueza, de plenos empleo, etc.

En el mundo entero la esclavitud abierta para producir capital, contrariamente a todo lo que se nos dice, se ha desarrollado tanto bajo sus formas totalmente abiertas como bajo sus formas intermedias.  Los no tan lejanos ejemplos de los campos de trabajo stalinistas o hitleristas donde se aseguraba una parte nada despreciable del esfuerzo de guerra, no han sido enterrados en la postguerra, sino re­vividos en los territorios ocupados por Israel, en Camboya, etc. El trabajo forzado, al cual eran sometidos por ejemplo los esclavos negros en toda América durante los siglos anteriores, nos es recordado por la China "socialista. ¿Qué pueden envidiar los 13.000.000 (damos la disminuida cifra oficial) de habitantes de las ciudades que a fines de la década del 60 fueron obligados a ir a trabajar a la cam­paña en concordancia con las necesidades capitalistas de acumulación si sus condiciones de alimentación, de vivienda son monstruosas; y como aquellos fueron forzados militarmente a trabajar. Y los ejemplos si­milares en el mundo de hoy en Asia, África… abundan.

Además, considerando como las grandes diferencias históricas entre la esclavitud abierta y la asalariada, el que el asalariado a diferencia del esclavo es propietario de su fuerza do trabajo y decide a quien venderla[vii], es indudable que el desarrollo del capitalismo en las últimas décadas, en la misma medida que ha continuado subsumiendo al trabajo en todo el mundo, que ha generalizado el pago en dinero haciendo que las diferentes formas de asalariado se asemejen a su ideal (el asalariado puro), ha ido liquidando esas diferencias. El desarrollo del trabajo forzado, el enorme crecimiento de las empresas que intermedian en la colocación (incluso internacional) de trabajadores ante las cuales en todos los casos aquellos están obligados a renunciar a la propiedad, a renunciar a la decisión de a quien le venden la fuerza de trabajo, dónde van a trabajar, etc; la fortificación de los sistemas de crédito al consumo en donde el proletario es obligado a renunciar al cobro directo del salario sea en beneficio de su acreedor, sea en beneficio de un "banco neutral", las transfe­rencias de mano de obra acordados entre gobierno y gobierno ("China export"), etc., son algunas de las formas por las cuales el capital borra esas diferencias.

Si el mismo MERCADO DE LA FUERZA DE TRABAJO, en nombre del socialismo se transforma en un mercado dirigido centralmente por el Es­tado; como se supone que sucede en Rusia, Cuba, Bulgaria, Hungría, etc., tampoco se estarían aboliendo las condiciones capitalistas de produc­ción como pretenden los defensores de dichos estados, sino que por el contrario por esa vía se desarrolla una de las formas capitalistas de esclavitud asalariada en la cual aquellas diferencias con la esclavi­tud abierta, se encuentran reducidas a su mínima expresión. En efec­to si en los modernos campos de concentración o de trabajo, en el ejemplo de Estados Unidos esas diferencias no existen y la esclavitud abierta se presenta realmente como lo que es, como el producto más ge­nuino del desarrollo del capital, como la esclavitud asalariada y subproducto de ellas, lo mismo sucede ahí donde los proletarios no deciden ni a quien le venden la fuerza de trabajo, donde los asalariados son obligados a trabajar por la violencia física (y no por las "leyes del mercado"), donde en concordancia con las mermas de reproducción ampliada del capital son asignados estatalmente (como se hacía con los esclavos que llegaban a América) a aquellas zonas donde falta mano de obra sin consultarlos, donde desde niños los proletarios son obliga­dos a calificar su fuerza de trabajo de acuerdo a la voluntad del capital centralizado en el Estado, etc. Esta esclavitud abierta, que bien comprendida no es otra cosa como hemos visto que el pedestal y la continuación lógica de la esclavitud asalariada, es la que la burgue­sía del bloque del Este y Cuba han intentado imponer a sus proletarios. Pero a pesar que de dichos intentos se han derivado formas imponentes de opresión, explotación, trabajo forzado, dicha burguesía ha fracasado integralmente en la planificación de la fuerza de trabajo y cuando intentó realizar efectivamente los niveles más altos de centralización del mercado de fuerza de trabajo, choca brutal e infaliblemente contra la realidad: la anarquía capitalista de la producción en esos países.

El análisis de la esclavitud abierta en el mundo, de sus con secuencias, su relación con la esclavitud asalariada, etc. requeriría mucho más que un artículo; aquí hemos únicamente dicho lo indispensable para que el ejemplo de la esclavitud de una parte de la mano de obra latinoamericana en la agricultura de USA, no pueda ser interpretado como un ejemplo traído de los pelos, como un caso marginal, pa­ra que quede bien claro que la

ESCLAVITUD ABIERTA ES UN PRODUCTO GENUINO DEL CAPITALISMO Y QUE ESTE JAMAS PODRA ABOLIR REALMENTE[viii] SINO QUE SU ABOLICIÓN SERA LA OBRA DEL COMUNISMO

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[i]Es clásica expresión de Marx para señalar la necesidad histórica del desarrollo capitalista de la esclavitud abierta como complementó indispensable de la esclavitud encubierta. Así por ejemplo "…la esclavitud encubierta de los obreros asalariados en Europa exigía como pedestal la esclavitud sans phfase en el Nuevo Mundo" (subrayado nuestro).

[ii]Evidentemente las condiciones de trabajo forzado tienden a obligar al esclavo a ello.  Creemos sin embargo que no puede generalizarse la existencia de una mayor intensidad, dados los límites físicos que empujan a las formas primarias de resistencia obrera. Si la esclavi­tud abierta permitiera siempre un aumento de la intensidad, aquella se generalizaría relegando a la esclavitud asalariada, lo que como es evidente no es el caso: la esclavitud asalariada, la voluntad y libre, con buenos sindicatos le ha dado al capital excelentes resultados para aumentar la intensidad y por lo tanto la tasa de explotación.

[iii]En todos los casos se trabaja de sol a sol.

                    [iv]La explicación de ellos rebasa los límites que hemos fijado a este texto.

                    [v]Es en esta perspectiva que resultaba más importante el tratar del esclavismo en Estados Unidos, que por ejemplo el esclavitud en Camboya o Eritrea.

[vi]Inglaterra como polo de desarrollo internacional del capital pudo imponerse sobre otros (ej. España) en base al enorme desarrollo de las fuerzas productivas, al contrabando, a la esclavización del continente africano, a la trata de esclavos, etc. Así por ejemplo ese gran centro que fue “Liverpool se engrandeció gracias al comercio de esclavos", MARX, EL CAPITAL).

[vii]La capacidad de ser propietario que tiene el asalariado a diferencia del esclavo, se deriva exclusivamente del hecho de ser propietario de la fuerza de trabajo.

[viii]La abolición jurídica, la prohibición de tener esclavos co­rrespondió a nuevas formas de desarrollo de la esclavitud real.


CO7.2 Aun hoy el modo de reproducción capitalista desarolla como una de sus forma subsidiarias la esclavitud abierta:

El ejemplo de Estados Unidos.