En «Comunismo» n º2, en el artículo destinado al análisis de la situación de Nicaragua y a la denuncia del carácter objetivamente anti-proletario del sandinismo (como de todos los liberadores de la patria), subrayando los enormes problemas que la burguesía mundial encontraba en Centroamérica para mantener su sistema de explotación decíamos: «En las distintas republiquetas de Centroamérica donde los gobiernos a cara (militarmente) descubierta contienen la lucha de clases cada vez con más dificultad, la careta de los derechos del hombre aparece como una necesidad general para mantener la dominación». Pero si por esa razón la burguesía tiende a converger oponiendo al armamento de lo obreros, un conjunto de reformas que intentan desarmarlos, «las oposiciones interfraccionales que caracterizan en permanencia al capitalismo, se radicalizan pues la fracción que controle mejor a la clase obrera podrá realizar en última instancia (también) sus intereses de fracción y porque solo una opción que aparezca como radicalmente diferente podrá desarmar y dispersar al proletariado».

De ahí que la permanente convergencia programática de todas las fracciones de la burguesía y las repolarizaciones entre las mismas no se excluyan sino que formen parte de un mismo proceso. Como es evidente, este proceso no puede encerrarse en los estrechos y ridículos límites de los paisitos centroamericanos y anunciando nuevas y más potentes crisis políticas siguió manifestándose tensamente tanto en América Central como en el Caribe. Su punto nodal continuó siendo El Salvador, donde la crisis política ha sido permanente ante el hecho de que la burguesía no ha sido capaz hasta el momento de recomponer un gobierno de unidad nacional a lo sandinista (1) y de reordenar su dominación de clase reintegrando el monopolio de la violencia en el Estado capitalista.

Para la vanguardia del proletariado mundial es, sin lugar a dudas, fundamental el análisis del fracaso de nuestros enemigos, aunque el mismo sea parcial y esté aún muy lejos (no en el tiempo sino en el contenido) de poder ser considerado un triunfo de nuestros hermanos de clase, pues el mismo está pronosticando el inicio de una nueva fase internacional de lucha de clases. Pero en la situación actual de desorganización internacional del proletariado, cuya realidad trágica puede medirse en el estado totalmente embrionario de las minorías que trabajan en la organización del indispensable centro comunista, los análisis de ese tipo brillan por su ausencia. En efecto, cuando hacemos un balance de todo lo que se ha dicho sobre El Salvador, constatamos que en todos los casos se ha ocultado la realidad de la lucha de clases, de la lucha entre la burguesía y el proletariado, elemento determinante de las contradicciones interburguesas, y se ha aceptado en todos lados las interpretaciones implícitas en los grandes medios de circulación de la información, cuyo horizonte burgués no les permite ver otra cosa en juego que las distintas formas intentadas para reformar el Estado. A ese pobre horizonte se le da vida y color, se filtra la información y se realiza una confusión deliberada hasta el infinito de fuerzas, siglas, grupos de intereses, frentes y organizaciones formales… cuando detrás de los mismos no hay otra cosa que gris sobre fondo gris: la democracia de la Junta o la Democracia de la oposición, los juntistas que pasaron a la oposición ó los que se quedaron, el antifascismo de unos o el antifascismo de otros, la derecha izquierdizante o la izquierda derechizante, la reforma para volver al orden o para volver al orden se requiere la reforma, es decir, las distintas muecas del mismo Partido del Orden. Y con dicho espectáculo se oculta lo que aterroriza a la burguesía; lo que para nosotros tiene vida y perspectiva, que ninguna de las fracciones del capital tiene otra cosa diferente para ofrecer al proletariado, que lo que este ya rechazó frente a la unificación de todas ellas.

De ahí la impresionante confusión ante la cual se halla cualquier militante proletario que intente comprender desde fuera de El Salvador lo que está ocurriendo en ese país (y en menor medida en la zona), siguiendo no el antagonismo fundamental de clases y sus determinaciones sobre las contradicciones interburguesas», lo que es imposible sin un trabajo de Partido, sino las informaciones sobre los distintos frentes, coordinadoras, virajes, idas y venidas de las distintas organizaciones populares, democráticas y represivas. Este texto, que no nos ha sido posible publicar antes como hubiésemos deseado para responder a esa necesidad de la cual somos concientes desde hace tiempo, y que lectores y contactos nos han subrayado, pretende no solo realizar un análisis dé la lucha de clases, sino contribuir (haciéndola consciente) a la crítica fulminante que el proletariado en El Salvador iniciara del programa burgués único (popular, nacional, democrático, reformista "revolucionario") con que las distintas fracciones del capital internacional intentaron e intentan destruirlo y enterrarlo en el pueblo salvadoreño.

En el plano internacional, en un momento en que las distintas fuerzas del capital realizan manifestaciones de solidaridad con El Salvador o, lo que es lo mismo, con las distintas organizaciones populares y nacionales que aparecen en primer plano (todos son patriotas salvadoreños), el proletariado por su parte necesita solidarizarse con su clase. Pero ¿cómo? ¿concurriendo a esos actos y manifestaciones que realizan hermanados los pacifistas, los gobiernos, los sindicatos, los izquierdistas, los parlamentos, las iglesias, los partidos cristianos, los socialdemócratas, los estalinistas? El pretexto que nos dirán es el de siempre: «no se puede ser indiferentista», «tal frente es mejor para los obreros de El Salvador».

Este texto al denunciar la identidad de todos los programas burgueses y poner en evidencia que el proletariado de El Salvador no lucha por ningún Frente Democrático Revolucionario (actual frente de oposición) o/y Unidad Popular y Democrática (actual frente gubernamental), sino contra ambos, que de hecho integraron la Junta de Octubre, proporciona los elementos para denunciar en cualquier parte del mundo ambos frentes enemigos del proletariado, para dejar claro que todo apoyo a tal o cual frente democrático burgués sirve objetivamente a la burguesía internacional contra el proletariado en El Salvador. Se está señalando la vía de siempre del comunismo, indiferentista nunca, sino apoyo incondicional al proletariado y a su lucha que hoy como ayer (1979) en El Salvador es una lucha contra ambos frentes populares por la autonomía de clase. De esta manera queda claro que solidarizarse con los compañeros en el Salvador, lejos de significar hacerle él juego a ese tipo de campañas organizadas por nuestros enemigos en los 5 continentes, es denunciarlas y que se le brinda un apoyo en la lucha del proletariado de El Salvador por su autonomía cuando se denuncia el carácter objetivamente contrarrevolucionario no sólo del Gobierno actual, sino también del Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional. Al mismo tiempo, al mostrarse las vinculaciones y relaciones internacionales entre ambos frentes burgueses en El Salvador y las organizaciones del capital que enfrentamos a diario en todos los países (liberales, demócratas cristianos, estalinistas,, socialdemócratas etc.), se muestra que la lucha del proletariado mundial es la misma, que tiene los mismos enemigos, y sin desconocer otras formas de solidaridad más directa que hoy no estamos en condiciones de centralizar, que el proletariado de cualquier parte del mundo aún sin ser conciente está actuando en solidaridad y apoyo con el proletariado en El Salvador cuando enfrenta a esas mismas fuerzas en su propio país, y de ninguna manera cuando se deja utilizar en dichas manifestaciones.

LOS ELEMENTOS DE PARTIDA QUE PREOCUPABAN A LA BURGUESÍA MUNDIAL

La burguesía, clase que vive de la miseria y que mantiene la explotación a sangre y fuego, pareció descubrir en los últimos años que en América Central había miseria y tiranía. A partir de entonces los medios de difusión más importantes del mundo, parecieron apiadarse de los miserables de América Central, al mismo tiempo que condenaban a las tiranías respectivas. ¿Qué había cambiado para que los mismos que siempre callaron la barbarie capitalista denunciaran ahora algunos de sus fenómenos? Evidentemente no había cambiado ni la miseria, ni los mecanismos sanguinarios con que los diferentes regímenes apoyados por el capital internacional habían mantenido desde siempre la dominación.

Lo que en realidad había cambiado era que ya no resultaban suficientes las balas, las torturas, los campos de concentración, los cuerpos especializados entrenados por el Estado Yanqui para impedir un desarrollo creciente de las luchas obreras, una tendencia a la autonomía, e incluso una tendencia hacia el armamento de grupos de trabajadores del campo y de la ciudad ... A pesar de que el proletariado, el comunismo, no existía aún como tal, organizado en Partido retomando su tradición histórica especialmente rica en América Central, el Caribe y Méjico, el simple e importantísimo hecho de que el movimiento hacia la defensa de los intereses inmediatos de los obreros se fortificaba y tendiese a un armamento embrionario hacía comprender de golpe que la necesidad de un cambio en la forma de la dominación política se imponía a todo el capital. Se necesitaban reformas, nacionalizaciones, izquierdismos, sean cristianos o "marxistas", .democratizaciones, reavivar el nacionalismo agotado, etc.

Por ello las críticas a los "dictadores" a las Juntas se agudizaron, se hicieron sistemáticas, y convergieron proponiendo todos los pacifistas del mundo entero, los partidos demócratas cristianos, los estalinistas, los progresistas, los socialdemócratas , los democráticos, los nacionalistas, es decir la familia, el gran frente único antiobrero del Capital mundial un mismo y monótono tipo de reformas del capital.

Hasta la más embrionaria organización armada de obreros, hasta la más limitada tendencia a la autonomía de grupos proletarios, que están pautando en diferentes regiones del mundo la necesidad y la dificultad de nuestra clase de retomar su línea histórica hacia el comunismo, siembra el terror en las filas de todas las organizaciones del capital. La prueba más patente de ello es que no solo los eternos reformistas de siempre, los que están en la oposición, reclaman reformas generales de estructuras, y agudizan sus críticas al gobierno, sino que además nadie quiere ser responsable de la realidad, y los mismos "derechistas", los yanquis, el Departamento de Estado, los grupos armados paraestatales, todos, todos ellos se vuelven críticos, todos quieren reformas. Llegan momentos en que se trata de dar la impresión -y la opinión, pública así lo digiere- que absolutamente nadie sostiene al régimen, salvo tal o cual "dictador". Evidentemente que si al mismo se le realiza un reportaje, tampoco reconocerá querer el mantenimiento del statu-quo, y como Napoleón Duarte podrá hasta darse el lujo de exponer todas las reformas por las que su partido lucha. En la época del zarismo pasaba lo mismo y ante la agudización de la crisis política hasta los zaristas se hacían reformistas, y se abrazaban con los demócratas y éstos con los mencheviques.

Podría dar la impresión de que se trata de simple cinismo, sin embargo no es así, se trata de un cinismo necesario, por el cual una fuerza determinada del capital puede llegar a jugar simultáneamente a las dos cartas, la del gobierno y la de la oposición, pues el contenido general de las reformas son una necesidad de todo el capital, y los problemas litigiosos son las formas en que las mismas deben aplicarse para ser creíbles, que fracciones de las burguesías deben ser sacrificadas, etc. Esta tesis marxista fundamental quedará suficientemente ejemplificada, como veremos a continuación, en el caso de El Salvador.

En lo que siguen nos centraremos exclusivamente en El Salvador, que es el sujeto específico de nuestro texto y solo mencionaremos las fuerzas internacionales en la medida que ellas tienen una importancia decisiva en ese país. Sin embargo no debe perderse de vista en absoluto que lo que preocupa a la burguesía mundial no es solo la suerte de El Salvador, sino como es evidente la suerte de la convulsionada América Central y El Caribe y a través de ella la potencialidad de comprometer las zonas de "paz" de toda América.

La gran prensa no ha ocultado él primer aspecto, la situación de inestabilidad social generalizada en toda el área de América Central y del Caribe, donde incluso los regímenes que hasta ayer parecían más estables comienzan a ser incapaces de cubrir las fisuras. Todas las grandes fuerzas políticas del capital internacional (democracia cristiana, estalinismo -incluido el cubano-, socialdemocracia, liberales, etc.) han manifestado su honda preocupación por la situación.

El segundo, la potencialidad de que dicha situación comprometa las zonas de estabilidad de América y por lo tanto del mundo entero, que sin lugar a dudas es lo que más le aterroriza, no ha sido mencionado más que al pasar. Consideramos, sin embargo, que el mismo juega un papel fundamental en la tendencia que veremos de toda la burguesía mundial a converger desesperada para "buscarle una solución humanista a la situación de El Salvador, América Central y el: Caribe”. En efecto, mientras se logre mantener semidormido al gigantesco proletariado mejicano, estadounidense, venezolano (2), la cosa difícilmente puede pasar a mayores y fácilmente se puede seguir disimulando exteriormente la lucha de clases, como si se tratase de una lucha contra tal o tal tiranía ó una lucha antifacista, lucha por la cual el proletariado de esos países no solo no ha movido un dedo, sino que la repudia por reconocer en sus propias burguesías a los promotores de la misma. En efecto, la versión que domina en esos países de la lucha en América Central es la de la tradicional oposición burguesa (demócratas cristianos, socialdemócratas, estalinistas, etc.), que en el exilio fue muy bien recibida por los regímenes de turno antifascistas en Estados Unidos, México, Venezuela. Debe comprenderse que cuando se ve a los propios enemigos identificarse con algo, difícilmente uno puede identificarse con ello.

Pero no cabe la más mínima duda de que si entrase en escena el proletariado de esos países, movido por su situación material y el ejemplo de sus hermanos de clase, ello implicaría un refuerzo enorme para el proletariado no solo desde el punto de vista cuantitativo, sino que la delimitación de la frontera de clase sería más internacionalmente reconocible pues quedaría totalmente excluida la posibilidad de hacer pasar dicha lucha como una lucha por la democracia, el "socialismo" etc., como logra hacer aún la burguesía internacional. En ese caso el proletariado aparecería directamente unificado: frente a un mismo enemigo y sus proyectos de reformas democráticas, socialdemocráticas, sandinistas, estalinistas, etc., que son no solo los que soportan en carne propia, sino los únicos que la burguesía puede encontrar como recambio.

El problema, el peligro para el capital, el terror de la burguesía mundial, es esa potencialidad de contagio mutuo cuyos antecedentes históricos existen y cuyas condiciones objetivas se siguen reuniendo en todos lados (más ajustes de cinturones, mayor intensidad de trabajo). Sea cual sea el punto de partida o de llegada de ese contagio, se siguen amontonando las condiciones para que la lucha de clases en el continente entre en una fase más importante aún que la del 68-73.


Notas
(1) En Comunismo Nº. 2, hace un año, ante la constatación de que «el primer acto de democratización del régimen en El Salvador ha sido un verdadero fracaso» decíamos que el problema central para la burguesía era «encontrara los sandinistas de turno».

(2) En esos tres países se siguen amontonando los elementos que le anuncian a la burguesía la proximidad de la tormenta: la importancia de las luchas obreras regionales (especialmente México y Venezuela), la perdida de credibilidad en las oposiciones y en especial en los sindicatos (USA, México, Venezuela) abstencionismo records en la historia electoral de esos países, (México y USA) .


PRIMERA PARTE: EL PROLETARIADO CONTRA EL REFORMISMO DE LA BURGUESIA UNIFICADA.

LA CONVERGENCIA PROGRAMÁTICA DE LAS GRANDES FUERZAS DE LA BURGUESÍA PUESTA AL DESNUDO: EL GOLPE DEL 15 DE OCTUBRE DE 1979.

Esas eran las condiciones, la burguesía mundial coincidía en comprender lo peligroso de la situación de El Salvador para el mantenimiento de su orden y el riesgo que la misma contenía de su expansión.

En una situación de ese tipo, cuando después de décadas de terrorismo Estatal abierto, ese método comienza a resultar totalmente insuficiente, la burguesía entera tiende NECESARIAMENTE a alinearse sobre un programa de reformas. Entiéndase bien: no hay otra solución burguesa.

Esa convergencia programática se fue preparando durante todo el Régimen de Romero y se concretó en El Salvador en el Golpe del 15 de octubre de 1979, como queda en evidencia ante el análisis de las fuerzas que apoyaron el mismo, así como del programa de reformas proyectado.

Las fuerzas políticas que lo impulsaron fueron:

1. A nivel internacional:
1.1. El Estado Norteamericano, lo que implicaba no solo su apoyo militar, económico, financiero, etc. sino el alineamiento inmediato de una enorme cantidad de Estados y Estaditos vasallos que llevan adelante su política capitalista-imperialista alineándose siempre en dicho frente del capital internacional.
1.2. La internacional Demócrata Cristiana, que implica Partidos, Gobiernos, Ejércitos, del capital imperialista.
1.3. La Internacional Socialista, que implica Partidos, Gobiernos, Ejércitos del capital imperialista (1).
1.4. La Internacional de Moscú, que implica Partidos, Gobiernos, ejércitos del capital imperialista.

2. Los partidos populares de oposición nacionalista, a través de la UNO, Unión Nacional Opositora (2) cuyo candidato había sido Napoleón Duarte, actual presidente de la Junta Militar. La UNO estaba compuesta por:
2.1. La Democracia Cristiana que aseguraba el apoyo de la Internacional Demócrata Cristiana.
2.2. El MNR, Movimiento Nacional Revolucionario que aseguraba el apoyo de la socialdemocracia internacional.
2.3 La UDN Unión Democrática Nacionalista (3) que no es otra cosa que el brazo legal del Partido Comunista Salvadoreño, que aseguraba el apoyo de la Internacional Moscú.

3. Los otros grandes pilares del Estado burgués:
3.1. El ejército y otras fuerzas represivas a través de la oficialidad joven, agrupada en la Juventud Militar, que como en toda América Latina ejerce el control directo junto con el Pentágono sobre los grupos "incontrolados" de extrema derecha (4).
3.2 La mayor parte de los sindicatos agrupados en el Foro Popular (5). Las organizaciones qué integran el mismo eran: la Confederación Unitaria de Trabajadores Salvadoreños (CUTS), la Federación Unitaria Sindical Salvadoreña (FUSS), la Federación Nacional Sindical de Trabajadores Salvadoreños (FENASTRAS), la Federación de Sindicatos de Trabajadores de la Industria del Alimento, Vestido Textil Similares y Conexos de El Salvador (FESTIAVTSCES) la Central de Trabajadores Salvadoreños (CTS) la Federación de Sindicatos de la Industria de la Construcción, el Transporte, Similares y Conexos (FSINCONSTRANS) Asociación de Trabajadores Agropecuarios y Campesinos de El Salvador (ATACES), la Central Campesina Salvadoreña (CCS), etc. (6).
3.3 La iglesia. El famoso Monseñor Romero y el grupo de poder y de control de la población que el representaba realizaron un apoyo "condicional".

4. Los otros organizadores populares y guerrilleras, exceptuado el Bloque, que, como veremos a continuación, estuvieron dispuestos a apoyar las reformas.

Este inmenso Frente Popular contra el proletariado, donde coinciden los más grandes baluartes internacionales y nacionales del orden capitalista, tenía como objetivo declarado la pacificación, la apertura del diálogo nacional, para lo cual exigía que se entregasen las armas y prometía la aparición y liberación de los presos políticos y el castigo de los responsables de la represión. Como no podía ser de otra manera, el programa era completado con el conjunto de medidas en las que evidentemente coinciden todas las internacionales del capital, desde los yanquis a los rusos, pasando por sus respectivos Estados cipayos de la región (Honduras, Guatemala, etc., ó Cuba), y que apoyan todos los interesados en la restitución de la explotación en orden, desde el Gobierno de Venezuela al de Méjico, pasando por los de Nicaragua o Panamá: reforma agraria, libertades democráticas, reforma de la banca y del comercio exterior hacia la nacionalización (7)

Un proyecto de este tipo titulado explícitamente como "revolucionario", bien preparado por varios acuerdos cívico-militares, tiene como es evidente que encontrar los culpables de la situación. Como enseña la CÍA o la KGB, o las dos juntas, es necesario sacrificar a algún "dictador", simular la persecución contra algunos de los "oficiales corrompidos" y librar la lucha en contra de los "deshonestos terratenientes". Eso fue lo que se hizo, se separó a Romero, se dijo que se habían encarcelado algunos culpables de la represión, y se hicieron decenas de discursos al viejo estilo socialdemócrata, P"C" o cristiano de izquierda, en contra de "la oligarquía' y en nombre de la Nación y de la Honestidad.

El proyecto fue un fracaso integral. Según sus promotores de izquierda y de derecha, por la resistencia que opusieron los "sectores reaccionarios del ejército", "los terratenientes", etc. Ello es evidentemente falso de cabo a rabo, pues frente a esa impresionante convergencia de fuerzas nacionales e internacionales, es totalmente imposible que una fraccioncita del capital del minúsculo El Salvador pueda resistirse y, recíprocamente, porque en ese frente estaban representadas todas las fuerzas importantes de la burguesía de El Salvador dignas de ése nombre. Que algún terrateniente u "oficial fascista" (como dicen los demócratas burgueses para sacar la cara por los "oficiales honestos"), no se encontrase representado, y que estuviesen contra tal tipo de proyectos, no es lo que ponemos en cuestión; pues cuando el capital requiere reformarse para que todo siga como esta, siempre hay imbéciles que no comprenden esa realidad a tiempo, y que son barridos por la historia. Pero lo que sería absurdo de creer es lo que la Junta intentó hacer creer, y lo que luego se convertiría en la explicación-justificación de todo aquel que pasaba a la oposición, que no pudieron liquidar la resistencia de los "sectores reaccionarios del ejército". Mentira y mil veces mentira, no hay otros sectores reaccionarios que ellos mismos, no hay sectores del capital que no se encuentren representados en esa convergencia de fuerzas democráticas, nacionalistas, cristianas, estalinistas, socialdemócratas, etc., y ellos saben perfectamente que si algún oficial o terrateniente no había comprendido que éste era el único proyecto serio de reconstitución del orden capitalista, era suficiente pegarle unos tiros que serían elegantemente aplaudidos por la burguesía de los 5 continentes. A tales reaccionarios no los llorarían ni los perros, como nadie lloró a Somoza.

La confirmación brutal de los objetivos reales del golpe, de quienes eran los reaccionarios, y de que le puede ofrecer el reformismo democrático burgués a los proletarios, no se hizo esperar. Se aprobaron las primeras disposiciones de reformas, se llamó a entregar lar armas (8) y se pasó a un ataque todavía más imponente y sangriento, que todo lo que se conocía hasta esa fecha, contra quienes no aceptaban la vuelta al orden democrático. En unas semanas los proletarios masacrados se contaban por centenares.

En el mismo momento que las matanzas de los proletarios se realizaban, la junta hablaba de operaciones militares contra los reaccionarios y el P"C" por medio de la UDN cubría la sangrienta cara de la Junta declarando que por ejemplo la represión de la manifestación del 21 de octubre no había sido realizada por el ejército sino por "fuerzas ocultas contrarias a la Junta". La Democracia Cristiana, la Unión Democrática Nacionalista, el Movimiento Nacionalista Revolucionario, la Universidad Centroamericana, la Iglesia Católica, el Ejército, los principales Sindicatos, etc, etc, todas, todas las grandes fuerzas del capital llamaban a colaborar con la Junta asustando (¡como siempre!) a las masas con el peligro de un contragolpe de derecha.

He aquí lo que declaraba por ejemplo el Partido "Comunista" de El Salvador en diciembre del 79 por medio de su Célula José María Portillo:


«El actual gobierno de El Salvador no es un gobierno de opresión (claro, los reprimidos son los proletarios y los estalinistas jamás se preocuparon por la sangre obrera N.D.R) aunque subsisten sectores fascistas dentro del aparato del Estado. Por primera vez desde 1931 las libertades democráticas se han ampliado y al propugnar por cambios estructurales la lucha de clases (sic) va a profundizarse. Prueba de ello es que la gran burguesía (sic) está a la defensiva y se vio obligada a salir a la calle el 10 de diciembre para pedir lo que antes ordenaba. Los cambios estructurales planteados como la reforma agraria, nacionalización de la banca y comercio exterior, afectan únicamente a la oligarquía, quienes al ver disminuido su poder político y económico tratarán de recobrar lo perdido y entonces se corre la posibilidad de un enfrentamiento entre los sectores que impulsan estos cambios y los partidarios de los oligarcas…» (9)

Es decir, la historia de siempre, a lo Allende, a lo sandinista, a lo Peronista… Pero aquí pasó lo inesperado, EL PROLETARIADO NO SE ENTREGO, HACIENDO MUCHO MAS PROFUNDA QUE NUNCA EN AMERICA CENTRAL LA FOSA QUE LO SEPÁRA DE LOS PARTIDOS DE IZQUIERDA, DE DERECHA, DE LOS SINDICATOS, DE LAS FUERZAS INTERNACIONALES DEL CAPITAL, DE LOS OFICIALES PROGRESISTAS, ETC.; CONTINUÓ SU LUCHA. Este hecho es, en las condiciones actuales, donde a pesar de las fisuras crecientes la contrarrevolución predomina aún, un hecho crucial que constituye un ejemplo para el proletariado mundial.

Es necesario que tomemos plena conciencia de lo sucedido. El proletariado de El Salvador continuó su sublevación cuando la burguesía unificada intentaba desorganizarlo y liquidarlo con su viejo arsenal que tanto resultado les ha dado en América Latina y en el mundo entero: libertades democráticas, reforma agraria, nacionalización de la banca y del comercio exterior. Ni nacionalizaciones ni reformas, que podrían beneficiar a tal o tal fracción del capital, en especial al mas concentrado y centralizado internacionalmente, podían aportarle nada al proletariado. Este, con su práctica, demostró intuirlo de esa manera y exigir por la violencia lo que si es de su interés: la lucha por el 100% de aumento de salarios se generalizó a todo el país (10) De esta forma se aferró a la línea de sus intereses inmediatos e históricos, lo que implicó una desobediencia revolucionaria de todas las consignas sindicales y partidarias, un repudio combativo a la Unidad Popular y Democrática (11).

LAS OTRAS ORGANIZACIONES POPULARES Y GUERRILLERAS.

Hemos mencionado solo al pasar "las otras organizaciones militares y guerrilleras"; sin embargo, el análisis de las mismas es fundamental por la importancia de ellas en el control de las masas proletarizadas.
Hace ya muchos años que la oposición tradicional en El Salvador, es decir, la Democracia Cristiana, Viejos Estalinistas y Socialdemócratas, se muestra incapaz de controlar cualquier movimiento más o menos radical de masas. A pesar de que el P“C”S (Partido Comunista Salvadoreño) con 50 años de existencia al servicio del capital imperialista –“bloque ruso”- salpicase su acción electorera con algunas acciones armadas, esa oposición tradicional que se formalizó en 1972, en la Unión Nacional de Oposición, nunca fue otra cosa que una oposición a su majestad, con tímidos proyectos electoralistas, que ni siquiera era capaz de hacer respetar. Como sucede siempre en estos casos, dicha oposición pierde su credibilidad frente a las masas que pretendía dirigir, en la medida en que éstas, empujadas por sus necesidades, están obligadas a radicalizarse y a desconfiar de las salidas propuestas. Estas son las condiciones elementales para el surgimiento de "otra" oposición (y de su desarrollo o/y fortalecimiento), cuyas organizaciones formales tenderán a radicalizar sus discursos y el restó de su acción, como condición indispensable para dirigir las masas y poder ocupar el lugar que los otros fueron dejando. Dicho radicalismo no implica en absoluto que el programa de esta “nueva izquierda” es decir que su práctica presente y su proyecto social, difiera sustancialmente de la vieja y putrefacta oposición tradicional.

En El Salvador y en la imagen que de la situación de ese país se ha dado en el exterior se ha tratado de mantener la confusión, para lo cual se designó a esa oposición en general como "revolucionaria” por oposición a la oposición tradicional de los "partidos políticos", lo que sirve maravillosamente para ocultar la lucha de clases detrás de una lucha armada por reformas del capitalismo. Nuestro interés es contribuir a destruir esa confusión, afirmando la lucha del proletariado por su autonomía, haciéndola consciente de si misma. Para ello se hace necesario distinguir cuidadosamente el tipo de organización que fue capaz de reflejar los intereses del proletariado, de lo que no fue ni es otra cosa que una variación estalinista de izquierda del capitalismo.

Pero si bien ese es el objetivo, no podemos seguir adelante sin realizar un inventario de las principales estructuras formales existentes, para que el lector pueda ubicarse frente a la enorme proliferación de siglas, programas y programitas. Comencemos por describir entonces la composición y la ideología tal como ha sido expresada por las grandes estructuras organizadas que la prensa de todo tipo ha catalogado de ''revolucionarias’’, introduciremos inmediatamente las diferencias prácticas más notorias, para ver luego sus actitudes respectivas frente a ese hecho crucial que fue el golpe de Estado de octubre del 79, que las obligará a mostrarse mejor tal cual son.

Las principales organizaciones son:
1. El Bloque Popular Revolucionario (BPR) que, a pesar de que su existencia se remonta únicamente a 1975, es la más masiva tanto en el campo como en los medios urbanos y suburbanos. Dicho bloque está compuesto a su vez por un conjunto de uniones y federaciones de trabajadores del campo, de pobladores de los tugurios, de trabajadores de magisterio, de estudiantes, etc. (ver mas adelante). Dicha organización está estrechamente vinculada a la organización militar denominada Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Marti (FPL FM) (12) cuya existencia se remonta a principios de la década del 70.
2. El Frente de Acción Popular Unificado (FAPU) que tiene un control importante de las masas agrícolas y urbanas, especialmente a partir del control total de la dirección de FENASTRAS, Federación Nacional Sindical de Trabajadores Salvadoreños constituida por unos 20 sindicatos ubicados en las áreas más estratégicas del país. Las FAPU a su vez están estrechamente vinculadas a las Fuerzas Armadas de Resistencia Nacional (FARN) (13), organización militar con más de 15 años de existencia.

3. Las Ligas Populares 28 de Febrero (LP 28), organización surgida en 1977 con implantación prioritaria en los trabajadores agrícolas. Dicha organización está estrechamente vinculada al Partido de la Revolución Salvadoreña (PRS) y al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) cuya existencia se remonta también a principios de la década de los 70.

Además de estas 3 grandes organizaciones forman parte de esa oposición radical (por oposición a la de los partidos políticos, ya inventariada en el capítulo anterior) otras organizaciones con una importancia mucho más reducida, como por ejemplo 4, el Movimiento de Liberación Popular (MLP) existente desde 1979, frente de masas del Partido Revolucionario de Trabajadores Centroamericanos (PRTG), organización que se hiciera conocer en el mundo obligando a empresas norteamericanas, mediante el secuestro de altos dirigentes, a pagar comunicados de propaganda y denuncia en los más importantes periódicos (30/9/79). Con menor espectacularidad es en esa línea de acción militar en la que se han desarrollado las diversas organizaciones militares hasta la fase actual (iniciada a finales del 79) sabotajes y liquidación física de componentes de ORDEN (FPL PM); secuestros de reputados representantes del capital internacional, a cambio de lo cual se obtuvieron fuertes sumas de dinero (FARN), bombas contra objetivos militares, secuestros y ocupación de embajadas (ERP), etc.

Como se ve, la cosa no es tan compleja como parecía y esa jungla de «organizaciones» se reducen a 3 ó 4 «organizaciones político-militares» que disponen a su vez de distintos tipos de estructuras adecuadas en menor o mayor medida al viejo esquema: aparato militar, partido de cuadros, organizaciones de masas. Las relaciones entre las diferentes estructuras (14) han dependido menos de las concepciones de sus iniciadores que de las condiciones impuestas por la lucha y si, como veremos, la ideología de los núcleos iniciales es prácticamente la misma, la vida de las organizaciones de masas fue radicalmente diferente: mientras el Bloque Revolucionario, por su proceso de constitución, las características de su desarrollo, las formas de asociación-reclutamiento, constituyó, como veremos, una realidad diferente con vida propia, con respecto al FLP FM, en todos los otros casos las organizaciones de masas no fueron otra cosa que poleas de transmisión y ejecutantes de la línea de las organizaciones cerradas. El conjunto de estas relaciones se vieron revolucionadas a su vez por la obligación, impuesta por la represión, al pasaje a la clandestinidad de las dirigencias de las organizaciones que se habían concebido como públicas.

La vida de estas organizaciones, sus manifiestos, sus proclamas, sus relaciones con la población, su propaganda, demuestran que el asunto de popular, que en sus nombres tan explícita y orgullosamente señalan, no se trata en absoluto de un mero problema de nombre. Efectivamente, son organizaciones donde la ideología predominante es, sin ningún tipo de excepciones, la de la burguesía (15): liberación nacional o/y popular, reforma de la explotación capitalista, apología del modelo sandinista de reconstitución nacional, constitución de un gobierno democrático, etc. Dicho denominador común se explica porque la organizaciones mencionadas se fueron constituyendo en torno a las organizaciones clandestinas y militares, que como vimos existían con anterioridad, las que a su vez surgieron como rupturas organizacionales de una organización burguesa, el PCS. Dichas rupturas organizacionales nunca fueron clasistas, es decir en base a una crítica programática radical ni el ERP que surgiría así y se definiría como insurreccionalista, ni las FARN que se desarrollarían a partir de la crítica al "inmediatismo" del ERP, hicieron una crítica de fondo al PC, y se mantuvieron de hecho en su matriz ideológica.

Al lado de este denominador común, las especificidades ideológicas a cada una de las corrientes organizadas no son demasiadas:

- El Bloque Popular, por las características de su proceso de formación, es un conglomerado ideológico heterogéneo que no puede ser asimilado a una organización política formal definida y que se pareció más a un sindicato clasista o a un consejo obrero. En su interior el único núcleo con una cierta homogeneidad es el construido por los más antiguos militantes del FPL-FM, cuya ideología la podríamos caracterizar como de castrismo viejo estilo, tipo OLAS, denuncia de los PC, guevaristas (16) en decadencia etc.

- Las FAPU y las FARN son organizaciones abiertamente nacionalistas (tampoco aquí es solo cuestión de nombres), alineada en el bloque capitalista ruso, empujando abiertamente a la reaccionaria guerra imperialista en nombre del "socialismo" y con tanta habilidad para interpretar los textos de Marx y Lenin como cualquier comisario de Stalin (17).

- Las LP 28 de febrero y el ERP presentan en sus diversos manifiestos y proclamas una especie de rompecabezas ideológico, cuyo punto único específico de coincidencia que hemos constatado, son los llamados a la "insurrección popular". El resto es la sabiduría común a la mezcla sin principios de diversas corrientes del izquierdismo burgués.

DESORIENTACION, OSCILACIONES Y VAIVENES EN LAS ORGANIZACIONES POPULARES FRENTE AL GOLPE DEL 15 DE OCTUBRE DE 1979

Hoy, cuando la mayor parte de las fracciones del capital han pasado nuevamente a la oposición, intentando volver a recuperar el crédito frente a la quemadura sufrida, ninguna de ellas quiere recordar quienes fueron los que apoyaron la Junta y quienes los que estuvieron dispuestos a hacerlo y por ello mantuvieron frente al Golpe una actitud ambigua y oscilante. Al proletariado de El Salvador y del mundo entero, por el contrario, le conviene no olvidar un solo detalle, a los efectos de ir reconociendo a sus enemigos… a los que frente a una lavadita de cara democrática del Estado pasaran a constituir incluso sus cuerpos de choque, como hoy lo son los sandinistas.

Si todos los partidos, es decir los integrantes del UNO, fueron las fuerzas vitales de la gran tentativa de recambio burgués, no cabe duda de que a excepción del Bloque Popular Revolucionario, todas las otras organizaciones mantuvieron en una primera instancia una actitud ambigua, y hasta de apoyo que luego intentarían disimular.

Así por ejemplo el Movimiento de Liberación Popular apoyó el recambio y al igual que otros partidos del régimen (UDN y MNR) demorarían algún tiempo en desolidarizarse.

El ERP y las Ligas Populares 28 de febrero, en forma inmediata a la sublevación que derrocase a Romero, se apoderaron de algunas emisoras y a través de ellas pidieron a todos los partidos políticos y a las fuerzas que se opusieron al anterior régimen que se integran en lo que definieron como «un Gobierno de democracia popular». Habiendo ocupado las localidades de Mexicanos, Cuscatangingo, Ciudad Delgado y otras, el ERP en un comunicado emitido el 16 de octubre del 79 señalaba que en los mismos «se instalarán gobiernos municipales populares para garantizar que el poder quede en manos del pueblo».

Este tipo de planteos, que evidentemente no hacen sino adornar guerrillerista y popularmente un recambio medio autogestionario y federalista de la explotación capitalista, para ser aceptado requiere una preparación que no se había madurado. En efecto, si bien cualquiera de las grandes fuerzas del capital internacional (cristianos, socialistas, estalinistas, norteamericanos) en sus respectivos condominios favorecen todo tipo de iniciativas similares (gestionarias, izquierdistas, federalistas, sindicalistas), en El Salvador la Juventud Militar no estaba preparada para esos "extremismos” y esos oficiales educados en base al viejo estilo (18) siguieron su obra de torturadores, verdugos y criminales a sueldo, siguieron manchándose las manos de sangre, sin comprender que toda la burguesía les abría las puertas para jugar a buenos y honestos gobernantes, para limpiarse sus manos y hasta para abanderarse con el progresismo, Acuerdo por lo tanto no hubo, y el ERP y las LP 28 fueron las primeras organizaciones en sufrir, en carne propia, el Estado de Sitio decretado por la Junta Militar-Democrática-Cristiana-Socialista-Stalinista ... Tras los primeros muertos, dichas organizaciones rehicieron su llamado inicial, esta vez para llamar a la lucha contra la Junta.

El FAPU y por lo tanto el FARN también vacilaron y mantuvieron una actitud totalmente ambigua frente a la Junta. Así por ejemplo hicieron un apoyo tácito a través de FENASTRAS, dada que esta fuerza integraba el Foro que constituyó el principal organismo de control directo de las masas con el que se pretendió enredar a éstas en el apoyo a la Junta. Dichas posiciones estaban evidentemente contenidas en la propaganda que la FAPU había realizado antes del Golpe, donde lo que se le exige a los sustitutos de Romero es el de ser «un gobierno realmente democrático» (Comunicado de las FAPU del 21 de septiembre de 1979).

Lógicamente que todas esas vacilaciones y vaivenes tuvieron necesariamente que acabarse cuando la masacre democrática los tocó también en carne propia: sólo en los últimos quince días de octubre el régimen, al reprimir abiertamente al proletariado, liquida también y sin diferenciar a centenares de militantes de las FAPU y de las LP 28. Estas organizaciones continuaron entonces con su obligada oposición reformista armada, pero habiendo dejado claramente establecido por sus hechos que estaban dispuestas a apoyar una salida cívico-militar de reorganización y fortificación popular de la explotación capitalista; que están incluso dispuestas a participar junto con todas las fuerzas reaccionarias del capital en su gestión sindical o/y gubernamental. Han confirmado su naturaleza contrarrevolucionaria. El proletariado no debo olvidarlo.

LAS CARACTERÍSTICAS ESPECÌFICAS DEL BLOQUE POPULAR REVOLUCIONARIO.

Que la Democracia Cristiana, los estalinistas oficiales de la UDN, o los Socialdemócratas hayan integrado la Junta no es de extrañar, que esas organizaciones populistas, pretendidamente revolucionarias pero que no dejan de ser demócratas reformistas medianamente radicales, hayan mantenido una actitud de apoyo de hecho o declarado, como en el caso de las FAPU-FARN o de el ERP-LP 28, no nos extraña tampoco; lo que resulta tal vez más importante de explicar, desde el punto de vista marxista, son las posiciones de las organizaciones que sin ninguna ambigüedad antes, durante e inmediatamente después del Golpe denunciaron dicha salida. Existe una sola corriente organizada que mantuvo dicha posición, el Bloque Popular Revolucionario, que se consolido en base a ello como el ala más radical del movimiento popular, e incluso como la expresión proletaria del mismo.

Decimos se consolidó y no se constituyó, pues desde mucho antes aparece como la organización más radical y mientras, por solo citar un ejemplo significativo, el Bloque Popular ha dirigido sus llamados internacionales de solidaridad «al proletariado y a los pueblos del mundo» (Boletín Internacional del Bloque Popular Revolucionario varios números publicados en San Francisco, California) organizaciones como la FAPU y las FARN no pueden ocultar su tenebrosa vocación estatista burguesa y antiproletaria y llaman «a los pueblos y gobiernos del mundo». Internacionalmente, este elemento que (a pesar de sus declaraciones de apoyo al sandinismo) caracteriza y diferencia al Bloque del FSLN y de las otras organizaciones populares de El Salvador y el hecho, señalado permanentemente por la prensa internacional y subrayado oficialmente por el Estado yanqui de que «las organizaciones en El Salvador (se refieren sin dudas al Bloque) son más izquierdistas de lo que eran en Nicaragua» (19), ha hecho ganar una simpatía al Bloque entre los trabajadores que no tuvo el sandinismo sostenido por los verdugos de siempre. Mientras que los sandinistas fueron apoyados como fórmula de recambio por los mismos contra los cuales el proletariado mundial dirige su lucha cotidiana en cualquier parte del mundo (socialdemócratas, sectores cristianos, la mayoría de los Partidos "Comunistas", etc.), el Bloque parecería haber encarnado nuestra misma lucha contra todas esas fuerzas coaligadas.

Además, decimos se consolidó y no se constituyó, porque durante todo el gobierno de Romero se fue gestando la famosa “apertura democrática"; y mientras el Bloque la denunció permanentemente, todas las otras organizaciones jugaron ese juego y por lo tanto las posiciones de integración abierta a esa salida, (UNO), o de apoyo más o menos implícito (FAPU, LP 28, etc.) estaban contenidas en germen en la práctica previa de las otras organizaciones. Internamente esta posición clara que lo llevó a denunciar por anticipado a todas esas organizaciones, por representar intereses distintos a los del proletariado, le permitió desarrollar una imagen de organización que (rompía con el populismo y)representaba los intereses del proletariado. Por ejemplo en Combate Popular el 13 de junio de 1979 dicen: «…para cubrir toda esta criminal política represiva, la Tiranía Militar Fascistoide en concordancia con los planes del imperialismo yanqui y la burguesía criolla implementa medidas reformistas y demagógicas ... cuyo objetivo es ponerse una careta democrática. Con estos objetivos, la Tiranía Militar Fascistoide, impulsa el Plan Nacional de Bienestar para todos, el reparto de algunas manzanas de tierras, la millonaria campaña de "Apertura Democrática" que los partidos políticos burgueses (PDC y MNR) la han apoyado y las organizaciones y partidos pequeños burgueses (UDN, FAPU, LP 28, GSI) también le han seguido el juego a los llamamientos que la Tiranía Militar hace al dialogo nacional».

Pero además de estos elementos, existe otro que consideramos central, para caracterizar en esa fase al Bloque en forma totalmente diferente al resto de las organizaciones que vimos: contrariamente a ellas, el Bloque fue constituyéndose a partir de una asociación de fuerzas predominantemente proletarias (a pesar de las ideas burguesas), que convergían para potenciarse e imponer por la violencia sus intereses inmediatos.

Este es el aspecto, más difícilmente comprensible sin un conocimiento más directo y detallado, que es imposible pretender transmitir en este texto, de la historia de las diferentes organizaciones, de sus formas de trabajo, de sus mecanismos de asociación de nuevos militantes, de reclutamiento, etc, etc. Pero tratemos al menos de señalar algunas diferencias sustanciales entre el tipo más general de organización populista, de la izquierda burguesa y ese tipo de coordinador de fuerzas proletarias con ideología burguesa; pues, a pesar de que ambas puedan converger hacia la contrarrevolución populista y democrática, su dinámica es diferente y una acción correcta de los comunistas solo podrá llevarse adelante teniendo en cuenta tales diferencias (20).

Todas, todas las organizaciones políticas burguesas de derecha, de centro, de izquierda, que sin excepción buscan ser populares, necesitan ocuparse de los intereses inmediatos de los obreros industriales agrícolas y del resto del proletariado. Pero en la medida que ellas tienen intereses antagónicos a los de los proletarios y que de ninguna manera sus respectivos proyectos políticos pueden satisfacerlos (el sandinismo es una verificación adicional de dicha verdad), están obligados a canalizarlos hacia tal o tal solución política gubernamental, es decir, reformista. Esas organizaciones se hacen presentes en las luchas del proletariado contra el capital, no para desarrollarlas, lo que llevaría al enfrentamiento con toda solución democrática al interior del Estado Capitalista, sino para reclutar bases, recuperar fuerzas, canalizar esas energías. En todos los casos los intereses del proletariado tienden a ser despreciados, relegados... o postergados para después: "dejen de preocuparse tanto por los aumentos de salarios hay que derrocar la dictadura, reconstruir el país y luego esos problemitas(sic) se solucionarán solos". Cuando esas organizaciones de la burguesía tienen además caparazón; "marxista leninista”, son aun más capaces de justificar teóricamente dicha práctica, y hasta reconocen que el único objetivo de su participación en esas luchas es el de "introducir la conciencia política en las filas del proletariado pues esas luchas no hacen más que producir una conciencia tradeunionista" como reza la vieja y reaccionaria concepción de la socialdemocracia internacional. La "politización" consiste en esos casos en el abandono de los intereses de clase, en el sacrificio de la lucha contra los propios explotadores, en nombre de la unión, el frente, para destruir la dictadura y las "14 familias que son propietarias de EL Salvador"... Hasta el surgimiento del Bloque, o mejor dicho de las diferentes asociaciones (73-74) que coordinarían su lucha a través del mismo, ésta fue la práctica dominante en El Salvador (¡como en el mundo entero!) de todas las organizaciones de izquierda y de derecha.

El proletariado que en las fabricas, en los comercios, en las escuelas, tugurios, campos, barrios, colonias, ciudades, etc. vive centenares de problemas concretos, derivados de su explotación y que por lo tanto tiende a asociarse para pelear e imponer sus intereses, escapa esporádica y abruptamente a dicho encuadramiento reformista, que le ofrece, a cambio de renunciar al desarrollo de la lucha por sus necesidades, promesas políticas. Intenta coordinar su acción, estructurarse, pero sin organizarse en fuerza orgánica no solo a nivel del país sino de todos los países; el proletariado no existe realmente como tal, y en cada bajón de la lucha sus capas se redisuelven en el pueblo y en las organizaciones populistas de la burguesía. En general, estas afirmaciones y negaciones del proletariado, en los últimos 60 años de predominio ininterrumpido de la contrarrevolución, resultan fugaces en el tiempo y en el espacio, y las estructuras organizadas sin sólidas bases teóricas comunistas que la afirmación produce desaparecen, o se pudren muy rápido.

El Bloque constituye un excelente ejemplo de ello. En la medida en que las rupturas con la contrarrevolución sean más profundas, las afirmaciones lo serán también y veremos afirmarse el mantenimiento de esas estructuras y la tendencia a centralizarse por encima de fronteras. Dicho proceso está solo en el reinicio por lo cual, hasta experiencias totalmente limitadas y contingentes como las del Bloque, constituyen ejemplos fundamentales a analizar.

Contrariamente al esquema dominante de las "organizaciones y partidos” en El Salvador, cuyos intereses en la lucha inmediata eran (y son) exclusivamente reclutar gente, meterla en un frente popular, sindicalizar, utilizar esas energías en un proyecto de recambio burgués, obtener votantes, etc., el Bloque representó (en el pasado) esas luchas mismas, es decir, un conjunto de fuerzas que se unificaban para oponerse a la política del capital y del Estado, sintetizando reivindicaciones inmediatas de los obreros de todas las ideologías (ello no es evidentemente aplicable al FPL FM). No solo debe tenerse en cuenta que la incorporación al Bloque se realiza en base a las plataformas que la gente se había dado, poniendo siempre en primer lugar el desarrollo de esa lucha y su generalización que constituían las banderas centrales del mismo y que las diferentes asociaciones de trabajadores (del magisterio, del café, el azúcar, el algodón, estudiantes que pueblan los tugurios , etc.) se irán progresivamente asociando aportando sus reivindicaciones, unificando su fuerza y coordinando las reivindicaciones unificatorias y generales; sino que debe afirmarse que el Bloque fue ésa realidad misma, surgió de eso, se desarrolló por esa vía y a pesar de que cada grupo aportaba también sus ideas y prejuicios. El único punto político de convergencia era el rechazo general y explícito a las soluciones electorales, de componendas sindicales, etc. Mientras que todas las organizaciones tenían proyectos políticos para solucionar los problemas “a corto plazo", unas electorales (Democracia Cristiana, Movimiento Nacionalista Revolucionario, Unión Democrática Nacionalista), otras insurreccionales (Ligas Populares 28 de febrero, Frente de Acción Popular Unificado, etc. ) y los llamados a las elecciones y a la insurrección se multiplicaban, el Bloque rechazaba ambas soluciones y se declaraba abiertamente incompatible estratégicamente con la primera y tácticamente incompatible con la segunda: las condiciones no están reunidas para una insurrección proletaria. Está posición, que era la correcta, cubría prácticamente la ausencia de proyecto político del Bloque, que podía mantenerse como coordinación de fuerzas con ideologías políticas totalmente antagónicas, que iban desde la intuición de la insurrección proletaria, a la guerra popular y prolongada del putrefacto maoísmo.

En efecto, y sin pretender extendernos en los aspectos históricos, el surgimiento del Bloque se produce cuando, para defender sus intereses inmediatos, comienzan a crearse y a converger diferentes asociaciones de trabajadores agrícolas 1974 (Unión de Trabajadores del Campo), de trabajadores magisteriales (ANDES), de estudiantes (MERS 1975), de pobladores de los tugurios (UPT 1975), de trabajadores del campo (FECCAS) (21). A partir de entonces, cada uno de los sectores es más difícilmente aislado, cada lucha reivindicativa se generaliza y el Estado encuentra frente a sí una fuerza de miles y miles de militantes que se identifican al Bloque. Por ejemplo, entre fines de 1975 y 76 todos los esfuerzos convergen en las luchas reivindicativas de los trabajadores del campo, donde se producen centenares de pequeñas y grandes batallas. Entre estas últimas, la ocupación organizada de centenares de manzanas en Aguilares, Patanares, Cinguera, El Playón, Cancasque, etc. A fines del 76, la lucha se concentra primero contra las altas cuotas de escolaridad en la Universidad, a lo que se agrega, en diciembre, las huelgas en las plantaciones de caña de azúcar, café, algodón. Frente a esta fuerza que siguió creciendo, se vio por primera vez recular a la burguesía y conceder importantes reivindicaciones. Claro que esas victorias son relativas, pasajeras y que muy pronto la burguesía reimpone condiciones aún peores, pero lo importante fue que por primera vez, en muchas décadas, el proletariado sintió la potencia de su propia fuerza, En el año 1977 se dan grandes luchas en el magisterio y luego en el campo (diciembre) que utilizarán como mecanismo de coordinación y dirección al Bloque, y se volverá a verificar la fuerza del proletariado. En 1978 y 79 el tipo de reivindicaciones es más general y tienden ya a imponer aumentos salariales para toda la clase obrera, se dan nuevas formas de enfrentamientos donde grupos proletarios estructurados en el Bloque ocuparán por la fuerza y con toma de rehenes, tierras, fabricas, calles, ministerios, embajadas, etc. En abril del 79 ese régimen que prepara la sucesión democrática hacia la Junta de octubre se ve obligado a otorgar numerosas concesiones.

Conjuntamente con estas luchas se van realizando, durante todo el período, actividades de propaganda y manifestaciones de calle. A pesar de que en la propaganda se refleja, como es evidente, toda la ideología de esta sociedad que los obreros llevan consigo, populismo, guevarismo, "marxismo-leninismos", sandinismo, pacifismo cristianista, democratismo, etc., las grandes manifestaciones donde convergerán capas muy importantes de todo el proletariado se realizan contra el Estado, sus fuerzas, sus símbolos, su aperturismo democrático. Ejemplos: contra las elecciones burguesas (el Bloque organizó el sabotaje y el boicot activo en todos los casos) (22), contra la "falsa independencia nacional” (23) (antes y durante cada 15 de septiembre), de rechazo de la "Transformación agraria”, 1 de mayo contra el Estado, por la libertad de los presos políticos, etc.

Fue en esta situación de fortificación general como el Golpe de octubre del 79 encontró al Bloque. La clase obrera marcó a través de él su repudio total al reformismo burgués, y siguió su lucha, llegando en ese momento al nivel más alto de autonomía con respecto al Estado y a todos los partidos de la burguesía. Era también la última vez que el Bloque aparecía separado de los partidos burgueses, reflejando intereses proletarios.

EL TIPO DE ORGANIZACIÓN QUE EL BLOQUE REPRESENTÓ

Los comunistas analizan las fuerzas sociales por su práctica, por su dinámica programática, por su vida. Desde este punto de vista, que es el nuestro, el Bloque fue por todo lo expuesto una organización que reflejó la vida del proletariado expresando sus intereses, donde la ideología dominante en la sociedad burguesa continuó siendo (en muchas variantes) integralmente dominante (24). Lo que le permitía al Bloque reflejar la vida del proletariado era vivir como la unificación, la coordinación, la generalización de la lucha por las reivindicaciones que los distintos sectores del proletariado sentían como inmediatos, impostergables: imponer por la violencia una reducción brutal de la tasa de explotación, mejorar las condiciones generales de vida (alimentación, vivienda, cultura, condiciones dé trabajo, etc.), liquidar el aparato terrorista del Estado burgués... y de ninguna manera el conjunto de ideas sobre "las soluciones políticas". Pero llegado un cierto momento esa lucha requiere en forma también inmediata e impostergable tener un proyecto social, una dirección revolucionaria y ó bien se asume y se declara abiertamente que todos ésos intereses solo pueden realizarse con una dictadura contra todas las fracciones del capitalismo, o la lucha se detiene, el proletariado recula al caer en un vacío de dirección, se descompone y sus partes (ó los obreros aislados) quedan totalmente sometidos a las ideas burguesas que llevan consigo, o/y a tal o tal dirigente o grupo de dirigentes en búsqueda de una alianza popular.

Cuando llegó el día en que la defensa de esos mismos intereses gritaron, en octubre del 79 en El Salvador, "lucha contra toda salida popular", "lucha contra todo reformismo", "dictadura del proletariado", "guerra a la democracia burguesa", "despotismo rojo contra la burguesía democrática-cristiana-fascista-estalinista-castrista-guerrillerista", y ninguna estructura organizativa, ninguna fracción obrera pudo hacerse cargo de los mismos en ese nivel superior, reorganizando las fuerzas proletarias para dar incluso políticamente (25) en el terreno propagandístico, y en el militar dicho salto; el Bloque comenzó su caída. En efecto, el Bloque solo había existido para el proletariado porque se hacía abstracción, en la lucha unificada contra el capitalismo, de las ideas políticas de todos los grupos, capas o federaciones que lo componían. Cuando todas las circunstancias sociales hacían ineludibles las definiciones sociales y políticas, y las mismas no se realizan siguiendo la línea comunista de los intereses materiales hacia la dictadura exclusiva del proletariado, se están frustrando los intereses inmediatos. Rápidamente el Bloque deja así de ser la coordinación para la lucha por estos intereses y la unidad del mismo solo puede ser mantenida en base al otro elemento, la ideología política. El Bloque acepta de hecho las críticas que todas las organizaciones le formulaban (economicismo, inmediatismo, etc.), se buscan los acuerdos y las alianzas para obtener una solución política-nacional, que no puede ser otra cosa que burguesa, pues lo único que podía dejar conforme a todo ese conjunto ideológicamente heterogéneo, que comenzaba a hacer abstracción de los interesas materiales del proletariado, era la conciliación de todo con todo, él más chato populismo, un programa que no puede ser otra cosa que una mezcla cualquiera de "buenas y honestas, ideas e intenciones para sacar al país de la crisis". Es lo que sucedió desde el apogeo de fines del 79 a la consolidación del frentismo en 1980.

Este problema que es sin lugar a dudas fundamental, en el análisis de la situación de El Salvador, es evidentemente falsificado, escamoteado, disimulado, escondido, tanto por aquellos que desde el exterior se solidarizan con el Bloque como por aquellos que lo repudian. La cuestión NO ESTA AHÍ SINO EN SOLIDARIZARSE CON EL PROLETARIADO Y SU LUCHA, TANTO EN EL MOMENTO QUE EL BLOQUE ES CAPAZ DE REFLEJAR SUS INTERESES COMO EN EL MOMENTO QUE EL BLOQUE LOS TRAICIONA INTEGRALMENTE. En ambos casos, la solidaridad organizada internacionalmente por una dirección comunista (cuya inexistencia es notoria a pesar de los esfuerzos desplegados para ello por minorías de vanguardia en distintas partes del mundo); no dejaría de criticar despiadadamente la ideología populista del Bloque, en un primer momento traba del movimiento, en el segundo transformada en fuerza directriz llevando a los obreros a ser carne de cañón de la burguesía en el frentismo.

La cosa no es nueva sino la de siempre. Para toda la propaganda burguesa hay que estar con los soviets o contra ellos. Nosotros estamos con ellos sólo y exclusivamente en la medida en que defienden los intereses proletarios y pueden por lo tanto dar cabida a la intervención comunista; los combatimos siempre con las armas si están dirigidos por la socialdemocracia contra la vanguardia obrera. Para toda la propaganda burguesa había que estar con el Comité de Huelga de los obreros polacos o contra él. Nosotros lo apoyamos integralmente cuando llevó y desarrolló la huelga, aunque tuvo al católico reaccionario Walessa a la cabeza, que denunciamos desde el principio y lo repudiamos y combatimos, cuando, transformado en sindicato, es una pieza vital del Estado capitalista contra el cual los obreros polacos siguen luchando.

Y si damos este tipo de ejemplos, es porque contrariamente a la imagen que se ha tratado de crear en el exterior, el Bloque se pareció en su primera fase mucho más a un consejo obrero sin dirección (26) revolucionaria que a una organización política burguesa estilo frente de liberación nacional. Evidentemente que no podemos descartar (sobre todo teniendo en cuenta el rumbo que han tomado los acontecimientos últimamente) que el Bloque termine cumpliendo un papel estilo sandinista de izquierda, pero lo importante es saber que por su forma de acción, de coordinación, de la lucha, de reclutamiento, de elaboración de plataformas concretas o generales, si se quisiesen encontrar antecedentes recientes en América Latina, debería pensarse en el sindicalismo clasista en el Perú, en Argentina ... pues como ahí expresó la vida y los intereses del proletariado en su lucha contra el capital y su Estado, a pesar de que la ideología dominante en su interior siguió siendo burguesa, e incluso a pesar de que en su seno existieron grupos organizados verdaderos mencheviques-socialdemócratas que dirigieron esos aparatos hacia su podredumbre.

En el Salvador se fue simplemente un poco más lejos en ambas cosas, tanto en la falta de un programa global, general, que recogiera realmente los intereses y la voluntad del proletariado así organizado (ideológicamente se aceptaba de todo, lo que no fue el caso de los otros ejemplos aquí mencionados) y también en la preocupación de la totalidad del proletariado, asociado al Bloque, en las reivindicaciones de todo el resto de la clase (el Bloque abarcó a todas las capas del proletariado y sus reivindicaciones). Para comprender como se llega a esa situación extrema en el doble sentido mencionaremos brevemente el estilo de intervención utilizado par el Bloque para actuar en zonas o sectores en los que no tenía ninguna implantación previa e incluso en zonas controladas totalmente por los partidos tradicionales. El equipo del Bloque correspondiente, supongamos de la UPT (unión de pobladores de los Tugurios), se hacía presente intentando reunir a todo él que se pudiera. En esas circunstancias, se hacía un discurso donde se insistía en los problemas concretos de ese tugurio, al lado de un discurso general y vago donde lo único que quedaba claro es que el mismo era contra «los ricos y el gobierno» (27) con él que se podía hacer acuerdo hasta con los curas (o dicho al revés con el cual solo podían discrepar las famosas catorce familias y sus grupos de mercenarios). Inmediatamente se pasaba a preguntar por las necesidades más resentidas, por el tipo de reivindicaciones por las que la población del lugar consideraba necesario luchar, y así enseguida, se hacía una plataforma de lucha donde se incluía de todo un poco en base a la aclamación de los diferentes asistentes al improvisado mitin. A partir de ello, se gritaban consignas generales del Bloque, y si la cosa había prendido se pasaba a dar orientaciones por grupos a todo aquel que estuviese dispuesto a incorporarse a esa lucha, operándose así reclutamientos o asociación en el trabajo a diferentes niveles. Sin lugar a dudas, las condiciones generales del enfrentamiento, la imponente situación de terror económico y militar impuesto por la burguesía, hacían posibles esas condiciones particulares y audaces de asociación al trabajo y a la lucha sin ningún tipo de acuerdo político serio. El asociacionismo se extendía cuantitativamente, ganaba en fuerza física, pero de ninguna manera en dirección y perspectiva.

Otro de los elementos, que puede ayudar a comprender la situación imperante antes de octubre del 79 en el proletariado así como el tipo de organización que el Bloque constituyó, es la trascripción de uno de sus llamados. Hemos seleccionado uno, corto y representativo de junio del 79.


"... el Bloque Popular Revolucionario hace un combativo fraternal y revolucionario llamado a todos los sectores del pueblo salvadoreño: obreros, trabajadores del campo, pobladores de tugurios, señoras de los mercados, estudiantes de secundaria y universitarios maestros, profesionales progresistas, empleados públicos y todos los que sufren de la explotación y opresión (28) a:

1. Impulsar en forma permanente la lucha por la solución a las necesidades más sentidas: aumento salarial, mejoras sociales, derecho a organización
(29) en las fábricas; en el campo, en los tugurios, en las escuelas, en los almacenes, en los trabajos del Estado, etc. Exigir la rebaja a los precios de la gasolina y demás derivados del petróleo, así como exigir que se restituya el recorrido normal del servicio de buses urbanos y a no permitir que se aumente ni en un centavo más el costo del pasaje de bus urbanos e interdepartamentales.
2. Continuar con la movilización en las calles con nuevos métodos que permitan burlar la vigilancia del enemigo.
3. Denunciar por todos los medios posibles todos los crímenes de la tiranía: rastrillajes, cateos, capturas, asesinatos, torturas, guerra psicológica, etc.
4. Distribuir la propaganda revolucionaria en los centros de trabajo, en las escuelas, universidades, en los lugares de vivienda, entre familiares, amigos, etc.
5. Apoyando moral, material, económica y militarmente todas las luchas que impulsen los diferentes sectores del pueblo,
6. Brindando protección a los hombres mujeres y niños que han consagrado su vida a luchar por la liberación definitiva; informándoles de los movimientos de los cuerpos represivos, presentando su casa, dándoles ayuda material económica, etc.
7. Desinformando a los esbirros de la tiranía, negando tener conocimiento del movimiento de los compañeros revolucionarios, dándoles informaciones falsas que los despisten, etc.
8. No dejarse amedrentar por la guerra psicológica que el enemigo está desatando mediante los despliegues militares, amenazas, etc. y la venenosa propaganda lanzada contra el movimiento popular a través de la radio, la prensa, la televisión panfletos, etc.
9. No permitir la captura de compañeros en el trabajo, en los lugares de estudio, en la calle, en las colonias, etc., rescatando a los mejores hijos del pueblo de las garras de la Tiranía a como dé lugar.
10. Desarrollar la creatividad revolucionaria de las masas para impulsar nuevas medidas encaminadas a combatir a los enemigos del pueblo "
(30)


Este tipo de programas-llamados-plataformas, que en distintas zonas o lugares de trabajo se defendían y propagaban con plataformas más explícitas del punto l, es decir de las necesidades materiales de vida y lucha de los proletarios, parecería no estar demasiado dominado por la ideología burguesa que caracteriza aún, en América Latina y en el mundo entero, todas las expresiones "teóricas" o escritas de un movimiento masivo de obreros. Así, por ejemplo, no encontramos ni llamados a favor de la libertad de religión, ni apologías a una economía nacional libre, ni a cambiar gerentes, patrones o gobernantes odiados por otros elegidos por los obreros. Pero ello es solo aparente, pues en esos llamados, incluso los del Bloque (incluso el que terminamos de citar), no falta una directiva implícita o explícita hacia la "patria socialista" que no es, y no puede ser, otra cosa que el reaccionario "socialismo en un solo país" y este que la transformación de la energía de lucha obrera en la gestión nacional y nacionalista del capitalismo.
Para comprender hasta que punto es solo aparente, léanse las cosas al revés y pregúntese, en el llamado-plataforma que acabamos de citar, que es lo que coincide con los intereses proletarios. Es evidente que el llamado contiene dos tipos de elementos:

1. Un llamado a todas las fuerzas proletaria y “populares" a la lucha organizada para imponerle "al enemigo' un conjunto de “intereses más sentidos": salarios, precios, condiciones de lucha condiciones de explotación, etc.
2. Un conjunto de orientaciones y criterios tácticos para la lucha contra "el enemigo" que ocupan ni más ni menos que 9 de los 10 puntos.

El asunto no puede ser más claro; si el conjunto de esas orientaciones y criterios tácticos se ponen en función de imponer, frente al enemigo, las necesidades inmediatas del proletariado, ésta lucha se sitúan contra la burguesía y el Estado, pues ataca todas las condiciones de reproducción del capital y los medios políticos-represivos-ideológicos de que este dispone.

Si por el contrario, el primer punto (las necesidades del proletariado) se ponen en función y se supeditan a todos los demás puntos, el enemigo no será la burguesía y su Estado, sino simplemente su gobierno de turno. En efecto, un llamado, como el que acabamos de citar, puede perfectamente adecuarse a las necesidades de una fracción de la burguesía en su lucha contra otra, los nueve últimos puntos, cómo orientaciones contra "el enemigo" indefinido, pueden servirle a una fracción de la burguesía para llegar al poder, y formar parte del encuadramiento político militar de la población que un bloque imperialista realiza en el patio trasero del otro. Tanto el primer punto como las plataformas reivindicativas específicas constituirían, en ese mismo conjunto, la carnada necesaria a arrancar, luego de que los obreros estuviesen bien agarrados en el anzuelo. Por lo tanto, el que hay que poner en función de que, no es para nada un problema táctico, como recitan siempre los frentistas burgueses, sino un resultante del antagonismo estratégico, que está contenido en la definición del enemigo y ésta en la capacidad del proletariado de dotarse de una dirección revolucionaria.

En esa fase culminante, donde se preparaba la polarización máxima, donde a la Junta la rodearían todas las fracciones del capital mundial y el Bloque lograría sintetizar las reivindicaciones proletarias, el Bloque llegó a denunciar el carácter reaccionario de todas esas fuerzas que buscaban reformar el capitalismo y el Estado. Así, el llamado que citamos in extenso contiene en su introducción el siguiente párrafo que articula los componentes: "Ahora la tiranía militar ha llamado al diálogo, a un foro nacional, a una contienda electoral libre en la que sectores burgueses y pequeño-burgueses reaccionarios se han personado, en la que, por supuesto, el pueblo no tiene participación y no está dispuesto a aceptarla….”

Sin embargo el Bloque nunca hizo una definición precisa de ese enemigo (31) y, como veremos, en el mismo triunfará una orientación burguesa, que llevará al bloque a dirigir el proceso hacia el callejón contrarrevolucionario del frentismo con los partidos y organizaciones que poco antes había llamado reaccionarios y que como es evidente no habían dejado de serlo.

La definición clara del enemigo (el capitalismo) es uno de los problemas centrales (y hasta el que sintetiza el resto) que ya está presente en toda gran crisis social y política. Dicho problema estará cada vez más presente en el futuro próximo, ante la agudización inevitable y simultanea de la guerra de clases y de la guerra entre fracciones de la burguesía, ante la fortificación del movimiento comunista del proletariado por un lado y de la guerra imperialista por parte el otro (32). El mismo es ni más ni menos que una de las formas de abordar el problema de dirección, no solo de las luchas proletarias de hoy, hacia la afirmación de sus propios intereses, sino de la sociedad futura.

Desde el punto de vista del proletariado, hay un solo tipo de dirección que corresponde a sus intereses: la comunista, capaz de dirigirlo contra todos los otros partidos de la sociedad capitalista, para la imposición de su dictadura y la abolición del asalariado. Sin esa dirección, que más que nunca es necesario reconstituir, ese tipo de "bloques”, de organizaciones generales de proletarios en lucha, de soviets, de sindicatos clasistas o revolucionarios, de frentes de clase, de consejos obreros, etc, seguirán cumpliendo su ciclo para ser transformados luego en el aparato de masas, en la correa de transmisión de uno u otro frente popular, Estado burgués, y/o partido de la izquierda (o derecha) del capital, y como tales combatirán no solo los intereses históricos del proletariado, sino, también y necesariamente sus intereses inmediatos.

Notas

(1) Conviene recordar cuales son los partidos que en América Latina forman parte de esta Internacional de la Contrarrevolución: Partidos miembros plenos: Venezuela “Acción Democrática”, Costa Rica “Partido Liberación Nacional”, República Dominicana “Partido Revolucionario Dominicano”, Grenada “New Jeel Movement” (1980), Ecuador “Izquierda Democrática” (1980), Jamaica “People’s Nacional Party”, Chile “Partido Radical”, Paraguay “Partido Revolucionario Febrerista” (1980). Partidos candidatos a miembros y observadores: Argentina “Confederación Socialista Argentina”, Bolivia “Movimiento de Izquierda Revolucionaria” (MIR), Movimiento Nacionalista Revolucionario de Izquierda” (MNRI), “Partido Socialista”, Brasil “Partido Democrático Trabalhista”, El Salvador “Frente Democrático Revolucionario”, Guatemala “Partido Revolucionario Auténtico” “Frente Unido de la Revolución” y “Frente Democrático contra la Represión”, Guayana “ “Working People’s Alliance”, México “Partido de la Revolución Institucional”, Netherlands Antilles “Movimiento de antilla Nobo” y “Movimiento Electoral del Pueblo”, Nicaragua “Frente Sandinista de Liberación Nacional”, Panamá “ Partido Revolucionario Democrático”, Puerto Rico “Partido Independentista”, Uruguay “”Convergencia Uruguaya”, “Partido Socialista” y “Frente Amplio”. ALAI No. 46, 21 Noviembre 1980.

(2) De 30 cargos ministeriales, militantes o allegados a la UNO ocuparon 15.

(3) Unión y no Organización Democrática Nacionalista (ORDEN), la primera organización es estalinista, la segunda es uno de los escuadrones de la muerte del régimen.

(4) Las fuerzas centrales de represión directa son: Guardia Nacional 2.500 miembros, ejército de tierra 6.000, fuerza aérea 1.000, marina 200, al servicio territorial con 2.000 hombres activos (y 75.000 reservistas), más las organizaciones: ORDEN Organización Democrática Nacionalista, Unión Guerrillera Blanca. A ello hay que agregarle los instructores norteamericanos, las colaboraciones cada ve más permanentes de los ejércitos de Honduras, Guatemala y evidentemente el apoyo estratégico de las fuerzas represivas del gigantesco gendarme: el Estado de USA.

(5) En el mismo participan también partidos políticos y otros grupos de oposición.

(6) Luego del golpe y paulatinamente muchos de estos sindicatos u organizaciones se separarán del FORO por discrepar con la elección de delegados del mismo para integrar la Junta (ej. Dr. Guillermo Manuel Ugo). Sin embargo, como conjunto, participaron en la gestación del acuerdo que produciría el 15 de Octubre del 79.

(7) No faltaron tampoco las declaraciones del régimen por boca del Coronel Magano (Conferencia de prensa 18/10/79) asegurando sus deseos de establecer relaciones estrechas con Cuba y con “el pueblo hermano de Nicaragua” y llamando a todas las organizaciones a “unirse a la revolución”.

(8) Como en todos los casos similares para fortificar el Estado Democrático Terrorista se sacan disposiciones cínicas contra “todos los que están armados”. Ejemplo, en el caso de El Salvador, se decretó la disolución de ORDEN.

(9) Citado por ALAI (Agencia Latino-Americana de Información).

(10) El proletariado agrícola (o/y el “semiproletariado”), enorme mayoría entre los trabajadores del campo en El Salvador, como en el resto de América Latina, juega un papel importantísimo junto al proletariado urbano.

(11) Por Unidad Popular Democrática nos referimos aquí a todo el frente del capital contra la clase obrera. Sin embargo, en forma no paradójica, “Unidad Popular y Democrática” es el nombre del frente constituido por organizaciones sindicales, políticas, gremiales que de hecho apoya a la Segunda Junta (exclusivamente Militar y Demócrata Cristiana), pues tiene su misma declaración de principios. No es tampoco una paradoja que Coordinadora del Movimiento Unidad Popular Revolucionaria fuese también la primera denominación de la Coordinadora de masas de la actual oposición (FAPU, BPR, LP 28 y UDN).
(12) Esta no debe ser identificada con el actual Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional (FFMLN.
(13) En algunos documentos se la menciona simplemente como R.N. Resistencia. Nacional.
(14) Relaciones que hace ya algún tiempo nadie desconoce y que sus protagonistas publicitan.
(15) Popular solo puede ser la política que intente mantener a los obreros como parte del pueblo reproductor del capital y, como es evidente, lucha contra la constitución del proletariado en clase que significa la destrucción violenta del pueblo. La política popular, aunque pueda ser defendida por todas las capas de la sociedad, por cada ciudadano como tal, corresponde objetivamente a los intereses de la burguesía; la destrucción de la misma corresponde a los intereses del proletariado
(16) No debe olvidarse que las posiciones guevaristas ni siquiera en las épocas de mayor radicalización (cuando denunciaba abiertamente el carácter capitalista de la economía de la URSS o/y a través de la OLAS llamaba a la lucha armada no solo contra el imperialismo sino contra todas las fracciones de la burguesía incluida la "nacional"), fueron capaces de romper con los fundamentos teóricos y prácticos del estalinismo: el socialismo en un solo país, en «Cuba se construye el socialismo».

(17) Los siguientes extractos de una declaración efectuada el 6 de junio del 80 nos parece suficientemente explícitos: “En Europa más de 3.000 bases militares con emplazamiento de misiles apuntan contra la Unión Soviética. En base al pacto de defensa del Atlántico Norte (NATO) se siembra y alienta, a partir de la contradicción Capitalismo –Socialismo, la paz mundial… En el sudeste Asiático, con la derrota vergonzosa del Imperialismo Norteamericano en manos del heroico pueblo vietnamita, aquellos abren su abanico hacia Kampuchea y China… Nosotros sostenemos… que la victoria del pueblo se decidirá en guerra de resistencia, larga y de desgaste si interviene directamente el imperialismo yanqui. No tenemos duda alguna de ello, pero entonces se regionalizará el conflicto y puede ser la chispa que espera el polvorín preparado para la Tercera Guerra Mundial. Todo esto es posible a partir de las luchas por la libertad, la independencia y la justicia del pueblo que liberará las masas en El Salvador…” A pesar de dicho alineamiento pro ruso (y no pro yanqui), en muchos de sus documentos aflora su pasado maoísta.

(18) Los oficiales superiores en América Latina y en el Mundo Entero, reciben de más en más, al lado de los cursos tradicionales (contra-insurgencia, lucha antiguerrillera, sabotajes, etc), cursos de sociología, economía política, "socialismo", "marxismo", que evidentemente los preparan a defender el Estado canalizando la energía de las masas.
(19). Dicha afirmación, con mínimas variaciones, la encontramos como la explicación fundamental de la dificultad para encontrar una salida a la crisis de El Salvador, similar a la que se encontró para Nicaragua, en la gran prensa mundial: The New York Times, Le Monde, The Guardian.
(20) La posición de los comunistas frente a las primeras es de denuncia, lucha abierta, pues es una fuerza organizada de la contrarrevolución. En cuanto a la segunda, por el contrario, la posición de los comunistas es (sin perder nunca de vista los intereses globales del movimiento, ni disolverse en ese coordinación de fuerzas heterogéneas ) el participar, impulsar la asociación de grupos proletarios que luchen por imponer, por la fuerza, los intereses de clase, denunciar la ideología burguesa que predomina entre los obreros, y dirigir esa lucha hacia la generalización, hacia los objetivos estratégicos: la insurrección y el comunismo.
(21) Algunas de esas asociaciones preexistían pero cambiarían totalmente de orientación y de dirección, como ANDES y FECCAS.
(22) Como en todo otro proceso de "apertura democrática" no debe olvidarse que las elecciones de distintos tipos abundaron: marzo del 76, febrero del 77, marzo del 78.
(23) En América Latina el proletariado ha dado muchas muestras de percibir el festejo de la independencia nacional como una agresión abierta de la patria, es decir de capitalistas contra su ser internacionalista. Al mismo tiempo que nos asociamos sin límites a ese tipo de repudio, no podemos dejar de constatar la confusión reflejada en el Bloque al hablar de "falsa independencia nacional". ¡Como si hubiese una verdadera! ¡Cómo si hubiese una que pudiera servirle a los obreros!
(24) No debe olvidarse nunca que, aún en los momentos de grandes luchas, la ideología dominante, incluso entre los obreros, es la de la burguesía, que así por ejemplo en Polonia ella es, como vimos en el número anterior, la cristiana y democrática, en la Argentina es la populista -peronista, en Irán la islámica, etc.
(25) Constatación objetiva, crítica de debilidades de nuestra clase, que no tiene un solo átomo de reproche, pues por un lado una dirección revolucionaria no puede improvisarse y por el otro es ya impresionantemente ejemplar el nivel de autonomía logrado por el proletariado en El Salvador en una situación como la actual.
(26) Es decir línea efectiva de conducción de la acción del proletariado.
(27) Criterio policlasista-populista y en última instancia falso, utilizado siempre por el capital en la oposición (los nazis, o los fascistas hicieron ese discurso también).

(28) El contenido es parcialmente populista, pues se incluye policlasistamente a los estudiantes (y no exclusivamente a su mayoría proletaria) y a sectores pequeños burgueses o burgueses, como son en general los profesionales progresistas, al lado de la enumeración de las distintas capas del proletariado. La forma lo es enteramente, no solo por llamar al "pueblo salvadoreño”, sino por la enumeración economicista de las capas que "componen al pueblo” y no por su antagonismo fundamental: proletariado-burguesía. Antagonismo determinado por la propiedad de los medios de producción y por la propiedad exclusiva de fuerza de trabajo, extendida al enfrentamiento social generalizado por mantener privados a los productores de los medios de producción, o eliminar toda propiedad privada y el asalariado.
(29) Aquí tampoco las formas de expresión democrático burguesas deben confundirnos. En El Salvador los derechos burgueses existen y la constitución se ubica entre las izquierdistas que hasta prevé el "derecho a la insurrección"... Es para ejecutar los mismos que la burguesía reprime ... pues como lo hemos explicado en reiteradas oportunidades, una reunión y organización de obreros para luchar por los intereses exclusivos del proletariado está contra todo derecho burgués, (derechos del ciudadano, del "hombre")(ver COMUNISMO No.l). Lo que se está haciendo aquí es llamando a imponer por la fuerza la posibilidad de organizarse y de reunirse, lo que queda en evidencia teniendo en cuenta la totalidad del llamado.
(30). Publicado en "Combate Popular" No. 13.
(31) El Bloque había definido su enemigo como la tiranía militar, la burguesía criolla, el imperialismo y condenaba sin problemas el reformismo (de diversos documentos). Esta definición que en el siglo pasado hubiese sido suficiente para delimitar fronteras de clase, pero no hoy; pues en un discurso de ese tipo se han reconocido sectores recalcitrantes de la reacción capitalista, en acuerdo con sus variables intereses imperiales: desde Fidel Castro, pasando por Stalin ó Mao Tse Tung, a Ho Chi Minh.
(32) Ver artículo sobra. Polonia en Comunismo No. 5.


SEGUNDA PARTE

Hacia el contrarrevolucionario “Frente Democrático Revolucionario

En la primera parte hemos descrito los distintos elementos que condujeron y produjeron ese momento culminante de autonomía del proletariado, de alineamiento de todas las fracciones de la burguesía en su contra. No dejamos de señalar LOS límites que existían en el movimiento mismo del proletariado, la ideología populista. Veremos ahora como dicha fuerza contrarrevolucionaria empuja desde la dirección del Bloque al frentismo y también la concretización del mismo en las Coordinadoras y los Frentes. Descritas las funciones principales de los mismos, sus programas, su articulación con las fuerzas internacionales, veremos la situación actual del proletariado en El Salvador.

LOS PARTIDOS BURGUESES OBLIGADOS A PASAR A LA OPOSICIÓN.

En general (y hasta que la lucha de clases esté en una fase mucho más decisiva) los cambios bruscos en el discurso del Estado burgués, la realización de algunas reformas, la liberación de algunos presos políticos, el cambio de personal en el Gobierno y sobre todo el alineamiento de los grandes partidos políticos burgueses de oposición, en el apoyo a la "apertura democrática", le dan buenos resultados a la burguesía. No debe llamarnos la atención que las principales fuerzas internacionales del capital hayan apuntado a esa salida, cuya credibilidad, como en otras ocasiones, consideraban asegurada los grandes políticos del exilio organizado (1), entre los cuales un Napoleón Duarte al que se le habían escamoteado las elecciones unos años antes y en nombre de las mismas la gente había salida a la calle. No faltan los ejemplos recientes o remotos, vecinos a El Salvador o lejanos, donde ante cambios similares las huelgas se quiebren, las reivindicaciones se suspenden en nombre de la reforma, la liberación nacional o la democracia; los obreros entran a trabajar, en condiciones de intensificación de la explotación.

Como vimos, nada de eso pasó en El Salvador, sino que aquí, los proletarios agudizaron sus exigencias y su combatividad.

Como toda apertura de este tipo, vino acompañada con bala y garrote contra aquellos "extremistas" que no la aceptaban. En general se golpea a la vanguardia más combativa, confiando en que el resto de la clase (deslumbrada con las promesas de reformas y los discursos del nuevo personal gobernante) no se solidarice con aquella y hasta sirva de base a la adaptación del Estado. Tampoco pasó nada de eso y cuando la Junta, solo un día después de constituida, atacó a los proletarios que ocupaban los lugares de trabajo en "ARCO", "LIDO” "APEX", "OEANA", etc. dejando varios muertos, una cantidad importante de heridos y un número indeterminado de desaparecidos, la burguesía entera vio emerger una inesperada solidaridad de clase, que desarrollará formas de lucha aun superiores. Grandes manifestaciones obreras, como las del Bloque del 31 de octubre, a pesar de dejar compañeros en el campo de batalla, impidieron el aislamiento de la vanguardia obrera, más de una vez, en esos días sucesivos, esa lucha logró desorganizar la represión, arrancar presos de las cárceles (16 de octubre) y además unificar a los proletarios en la oposición al Estado, incluso en contra de las consignas lanzadas por las organizaciones políticas a las que adhieren. El polo de atracción normal de éstos era el Bloque, que siempre había anunciado y denunciado esta posibilidad. Por su lado las FAPU, las LP 28, etc, ante las masacres que debieron soportar, el riesgo evidente de perder su propias bases obreras, sé vieron obligadas, para no desaparecer, a pasar a la oposición. Fueron las primeras.

En seguida y ante la firme determinación del proletariado de luchar contra el régimen popular terrorista y democrático recién instaurado, que lleva a muchos obreros a seguir enfrentando lo que consideraban hasta un poco antes como "su partido", todos y cada uno de otros Partidos Burgueses se verán obligados a pasar a la oposición o a empujar hacia ella una parte del propio Partido (Democracia Cristiana).

Claro que el capital se encontraría realmente a sus anchas, en ese nuevo programa reformista trabajado durante tanto tiempo por la izquierda y la derecha, pero la masa política de la burguesía, que por primera vez era totalmente cuestionada por sus bases, olió el peligró supremo de la incredibilidad total. El proletariado estaba en la oposición y seguía estándolo, había dejado a toda la burguesía pegada y quemada ejecutando el terrorismo del Estado democrático.

Como dijimos al principio del texto, la burguesía NECESITA converger hacia un programa de reformas que logre desarmar y desorganizar a los obreros. Intentaron y seguirán intentando imponer ESE programa. Ante el fracaso rotundo de imponerlo desde el gobierno, reintentaran imponerlo desde la oposición, pues el capital no tiene más que esa opción.

Lo de la reforma agraria o no, lo de la nacionalización o no, lo de la implantación de un parlamento o no, es en última instancia negociable entre las fracciones del capital. Lo que no es negociable, lo que es imperioso y vital para el capitalismo es liberar la nación, es decir liberar la patria de obreros armados incontrolados por las fracciones de la burguesía.

No es ni la primera vez, ni será la última, que el proletariado le daría demasiado tiempo a la burguesía para reacomodar su estrategia. La burguesía, que por algo tiene siglos de dominación, supo inmediatamente que ese programa único no podría pasar sin darle una presentación más radical, sin obtener el consentimiento de los obreros, sin conquistar al Bloque mismo para su programa contrarrevolucionario. Ello no fue difícil pues pre-existían en el Bloque los elementos ideológicos para ello; era solo necesario que éstos se impusieran materialmente como dirección, relegando los intereses del proletariado primero, para abandonarlos totalmente luego.

LOS PRIMEROS PASOS FRENTISTAS, LA FUERZA MATERIAL DEL FRENTISMO BURGUESA DENTRO DEL BLOQUE

Si se quisiesen rastrear las tendencias frentistas, se podría ir muy lejos conceptual y temporalmente. El frentismo existe siempre en la sociedad capitalista, todas las formas de control del proletariado por la burguesía tienen como substrato, como esencia, el frentismo y la democracia, incluido evidentemente el fascismo que no es más que una forma particular de dicha sustancia. Una sociedad capitalista estable, es aquella en la que el proletariado no está constituido en organización propia y por lo tanto se encuentra diluido en los distintos frentes burgueses gubernamentales u opositores. Por lo tanto, toda burguesía es necesariamente frentista y el frentismo "interclasista" es siempre necesariamente burgués. En El Salvador esa constante que es la ideología de Unidad Popular y Democrática nunca encontró una oposición explícita y como dijimos ninguna estructura organizada se opuso a la misma programáticamente. Si el Bloque escapó a ello fue por su dinámica como coordinación de una serie de asociaciones obreras, pero de ninguna manera por su orientación programática, por su dirección histórica, por sus jefes y caudillos (2), por la ideología dominante en las asociaciones que lo componían. En efecto todas estas realidades materiales, contra las cuales los intereses y la intuición de los proletarios debían estrellarse si no encontraban una dirección histórica propia, ejercieron siempre un freno terrible en la autonomización de la clase obrera.

La fuerza física del frentismo burgués estuvo por lo tanto siempre presente a través un conjunto de mecanismos en el Bloque, pero, en la medida en que la mayor parte de la actividad estaba en función de los intereses materiales inmediatos del proletariado, aquella aparecía supeditada a ésta.

Cómo es evidente, dicha fuerza burguesa tenía que existir estructurada como tal en aquellos sectores más coherentes ideológicamente al interior del Bloque, que como es lógico están menos supeditados a los intereses inmediatos de las masas que es el elemento antifrentista por excelencia, Ello se concretizó, en el caso del Bloque, en el FPL FM, cuya influencia en el Bloque es incuestionable, pues constituye el núcleo que empujo voluntariamente a su creación, único realmente organizado como fracción política-ideológica en su interior con una homogeneidad que como dijimos es importante. Si el Bloque hubiese sido ni más ni menos que el reflejo de estos mencheviques, si no hubiese sido más que la correa de transmisión de dicho grupo, jamás hubiese podido representar un momento en la coordinación y vida de la clase obrera (3), ni siquiera podemos afirmar que el Bloque hubiese tenido la posición que tuvo frente al 15 de octubre y su preparación.

En efecto, a pesar de que una organización se incluya en la otra, habiendo sido su empuje y que controle su dirección, no debernos olvidar que lo que le da existencia, desarrollo, vida a una y otra son elementos materiales muy diferentes. El elemento central del Bloque, lo que permitió su desarrollo y su fortificación, era la necesidad de los proletarios de unificarse ó al menos coordinarse para imponer sus intereses materiales. Dicho elemento es precisamente el que lleva a la ruptura entre la burguesía y el proletariado. Por el contrario, el elemento central que mantuvo unificado al FPL FM fue un conjunto de ideas para cambiar el poder y la voluntad de llevarlas adelante por la vía armada. El programa expresado por el FPL FM no es un programa revolucionario, sino al contrario es un programa frentista. Las tendencias existentes en el Bloque reflejan así el antagonismo de la sociedad, la predominancia de lo que le da vida al Bloque mismo, los intereses materiales del proletariado, lo llevan hacia la ruptura; la predominancia de la ideología del FPL FM lo lleva hacia el frentismo y la contrarrevolución.

En la lucha de todos los días en los momentos altos y bajos, esas tendencias se hacen sentir. En las grandes huelgas realizadas por las distintas asociaciones u federaciones coordinadas en el Bloque, que daban de antemano el ejemplo asociando a obreros de todas las ideologías, resultaba (y resulta) totalmente absurdo venir a hablar de alianzas con tal o tal partido, porque como es evidente ningún partido (MNR, UDN, PSC, etc.,) estaba como tal en esa lucha (sino negociando las elecciones u organizando acciones militares contra el gobierno), y se consideraba compañero al que peleaba por lo mismo, de la misma manera. Esas huelgas, independientemente de lo que cada uno pensase, golpeaban a la burguesía en su conjunto. Estos criterios de organización, basados en el más puro instinto clasista, llevaban a una ruptura de hecho que no era teorizada ni asumida a fondo.

En el mismo momento que se manifestaba así el antifrentismo en el Bloque, las acciones militares del FPL FM no golpeaban a la burguesía en su conjunto, sino exclusivamente a la fracción gobernante, lo que significa ya colocarse muy mal con respecto a la lucha de los obreros: de esta manera se desarrolla objetiva y subjetivamente el mito de que el enemigo no era una clase, sino un gobierno, y de hecho a las organizaciones militares de oposición se les guiñaba el ojo. Como en tantas otras veces en la historia, esta política no sólo es oportunista sino directamente al servicio de la fracción burguesa de oposición se concretiza en los "acuerdos tácticos frente al enemigo común”. Efectivamente la represión, la necesidad común de infraestructura del mismo tipo, etc. los conduce a un funcionamiento coordinado con las otras fuerzas de la contrarrevolución, como el PCS, lo que si no existía con anterioridad (lo que no nos consta) comienza a materializarse incuestionablemente desde mediados del 79 (4).

Así, el hecho de que "todas son víctimas de una misma represión", que en la clase obrera, (si bien es un elemento de confusión (5), está permanentemente contrarrestado por la lucha cotidiana contra todo el capital, incluso contra los patrones reprimidos (6)) constituyo un gran motor frentista que en el FPL FM no tenía freno.

Otro elemento de peso fundamental hacia ello fue el sandinismo, pues, como señalaron los firmantes de los primeros acuerdos que se hicieron públicos en diciembre de 1979 y enero de 1980, fue "gracias a la iluminación, al ejemplo del sandinismo" que se comienzan las primeras conversaciones en julio-agosto del 79.

Quiere decir que entre julio y diciembre del 79, MIENTRAS EL PROLETARIADO SE QUEDABA SOLO ENFRENTANDO AL ESTADO BURGUÉS, el FPL FM trataba de llegar a una unidad con las otras organizaciones clandestinas de oposición (PCS, ERP, FARN) (7), éstas, como vimos, negociaban lo mismo con la Democracia Cristiana, el MNR, etc., éstos a su vez se ponían de acuerdo con los militares "honestos" y estos con los que no eran tan "honestos" ... a esa gran Unidad Popular Antiproletaria que realizó la Junta del 15 de octubre.

En la vida del FPL FM estaba pues ya contenido su frentismo, su vocación reaccionaria a reclutar obreros para subordinarlos al capital internacional y a ese gran acuerdo que lo representa: social-demócratas, demócratas cristianos, estalinistas, etc. ¿Exagerado?
No; el sandinismo montante fue precisamente ese Acuerdo del capital imperialista;
No; el FDR es precisamente hoy (febrero del 81) el acuerdo de esas mismas fuerzas y el FPL FM fue su gran artífice.

Se trata de modificaciones menores del mismo Frente que asumió el Gobierno el 15 de octubre del 79, es su misma composición, es su mismo programa.

EL FRENTISMO SE CONCRETIZA: LA COORDINADORA REVOLUCIONARIA DE MASAS.

En los momentos de lucha abierta y masiva predominó el proletariado y sus reflejos en esa coordinadora de sus esfuerzos que constituyo el Bloque. Los gloriosos enfrentamientos de clase de muchos años que tuvieron su expresión superior en octubre, noviembre y los primeros días de diciembre del 79 impusieron, sin embargo, la necesidad de pasar a una fase distinta en la lucha: la centralización en los aspectos político-militares de la misma que como ya explicamos el proletariado no podía asumir sin dirección propia. En esas condiciones donde todo es estructuración, capacidad de moverse en la clandestinidad, homogeneidad de criterios ideológicos y de funcionamiento, la predominancia se debía reinvertir en favor de aquellos mejor preparados para ello: el FPL FM. Y así fue, a principios de enero de 1980 el FPL FM firmaría en representación del Bloque el acuerdo, para constituir "LA COORDINADORA REVOLUCIONARIA DE MASAS” con el resto de las organizaciones de la burguesía que fueron las primeras en comprender que había que pasar a una oposición abierta al Gobierno.

Por las condiciones que hemos expuesto y porque en ultima instancia solo así podía encontrar una mayor credibilidad, el frentismo vino desde las organizaciones militares a las de masas y no a la inversa. En efecto, ese proceso de acuerdos iniciado antes del Golpe entre, por ejemplo, el POS y FPL FM, solo se resintió durante éste y en cambio, el "órgano dé coordinación político militar" funciona como tal, desde diciembre de 1979 (8). Es evidente que ese mismo proceso hubiese sido imposible entre la UDN, integrante del gobierno, y el Bloque, única estructura organizada que luchaba en la calle en su contra. Por ello todos los acuerdos fueron firmados por las organizaciones militares y luego, de hecho, hechos extensivos a las "organizaciones de masas".

Para confundir un poco más el panorama, esas organizaciones hablarían de dos coordinaciones, la de masas y la militar; a las que les darían según los documentos un mismo nombre o uno distinto.

La coordinadora militar, autodenominada al principio Organismo de Coordinación Revolucionaria, estará constituida desde su origen por el PCS, el FPL FM, las FARN a lo que adherirá luego el ERP. Dicha Coordinadora determinará la otra, la de masas, llamada Coordinadora Nacional Revolucionaria o Coordinadora de la Unidad Popular Revolucionaria y estará compuesta desde su origen por el FAPU, LP 28, UDN y el Bloque. Se decretaba así el acto formal de defunción del Bloque no como estructura anexa del FPL, lo que a partir de entonces seria enteramente, sino en cuanto organismo capaz de reflejar en su seno las necesidades y la lucha de la clase obrera tendiendo a su autonomía.

Para darle un poco de vida diferente a esas dos coordinadoras, donde lo que está en juego es atraer a las masas que se organizaban a través del Bloque a un frente con aquellas fuerzas que poquísimo tiempo antes consideraban con razón burguesas, pequeño burguesas enemigas, reaccionarias (9), no solo se hacen dos manifiestos diferentes, donde aunque ya no quedan márgenes reales para diferenciar dos tipos de estructuras (legales y clandestinas) se separan rigurosamente los tipos de firmas, sino que hasta se le dan fechas diferentes a los Manifiestos respectivos: 10 de enero del 80 y 11 de enero del 80, aunque sean exactamente los mismos personajes los que los firmen. El broche de oro fue el 11 de enero un acto en el anfiteatro de la Facultad de Derecho, donde se anuncia la unidad a otras organizaciones democrático burguesas internacionales, donde como es evidente no faltaron ni delegaciones de intelectuales burgueses, ni de grupos estalinistas y trotskistas de diferente países, y mucho menos representantes oficiales del Estado de Nicaragua.

En cuanto a lo que se expresa de hecho, en ambos Manifiestos, ni siquiera es capaz de disimular que se trata de la misma redacción, la misma monótona y reaccionaria concepción del mundo; populismo, reformismo, nacionalismo, "antiimperialismo" de un solo lado, democratismo y hasta defensa explícita de los Estados No Alineados. Como era de esperar no tiene, ni siquiera a nivel de mención, reivindicaciones estrictamente proletarias que ataquen a la plusvalía; ni tampoco ningún elemento que pueda asustar a la burguesía y no puede cabernos ninguna duda de que se estaban ya trabajando los acuerdos con la socialdemocracia y la democracia cristiana. Pero lo que es más tenebroso en toda esta historia, donde la clase obrera seguía recibiendo bala por la Unidad Popular gubernamental, es que la Unidad Popular que se estaba forjando de esa manera en la oposición, tendría exactamente el mismo programa.

Ya en esos dos manifiestos de enero difícilmente puede ocultarse la similitud programática de ellos con los documentos del Foro Popular, es decir, en última instancia, entre la Coordinadora y la Junta de Octubre. Dichas coincidencias programáticas serían cada vez más claras y muy pronto se anunciaría públicamente el acercamiento entre Coordinadora y Foro. Un poco más tarde, otras fracciones del capital internacional pasarán a la oposición o adherirán a ella y no solo tendremos el mismo programa de la junta de octubre, ¡¡¡sino hasta sus mismos hombres!!!

LA NUEVA POLARIZACION INTERBURGUESA.

Desde esa fecha en adelante, y en forma cada vez más notoria, todo ha marchado sobre ruedas para los distintos partidos burgueses de oposición: el proletariado no ha sido capaz de dar muestras de existencia como tal (es decir en forma autónoma a la burguesía), las luchas por los intereses del proletariado quedaron totalmente relegadas y (en nuestro conocimiento), no se levantaron voces organizadas para denunciar el carácter burgués de la coordinadora y llamar a la organización autónoma de clase contra las dos Unidades Populares en formación: la del gobierno en decadencia y la de la oposición en expansión. Notoriamente la burguesía mundial había dado un golpe importante a la lucha obrera, ahora intentaría pasarlo a cobrar en efectivo: llevar millares de obreros al matadero en la lucha por intereses del capital.


El impresionante frente de la burguesía imperialista que había convergido en la Junta de octubre del 79, se seguiría desplazando hacia la oposición: a las organizaciones populares, los PC, la Internacional de Moscú, se agregarían pronto y para no quedarse atrás el Movimiento Nacional Revolucionario, y con él la Internacional Socialista, la Iglesia,: el Foro Popular, parte de la Democracia Cristiana Nacional e Internacional, las Universidades y, en formas cada vez más notoria, fracciones más lucidas del capital norteamericano que hoy no concuerdan con la política oficial del Gobierno.

En efecto, menos de un mes después de hacer pública la Coordinadora, se realiza un gran encuentro en San José, Costa Rica, participando la Coordinadora Nacional Revolucionaria y el Foro Popular. Dicho evento cuenta con el apoyo de la Internacional Socialista, y de una parte de la Democracia Cristiana Internacional, y participan en él un conjunto de partidos burgueses del continente latinoamericano, oficialistas o de oposición, entre ellos el PRI de México, el FSLN de Nicaragua, Acción Democrática de Venezuela, el APRA del Perú, el Partido Nacional y Partido Socialista de Uruguay, el Partido Independentista de Puerto Rico, el Partido Revolucionario Democrático de Panamá, Partido Radical de Chile.

EL CAPITAL LOS CRIA Y ELLOS SE JUNTAN.

En marzo del 80 se llega a la polarización interburguesa que existe en la actualidad, ante la aproximación-incorporación del socialdemócrata MNR en la Coordinadora Revolucionaria de Masas, la división de la Democracia Cristiana y el alineamiento de una parte de ésta que adoptará el nombre de Movimiento Popular Social Cristiano en la línea de la Coordinadora. La Junta, que seguirá en su línea de derrotismo abierto y reformas, basará su acción en los viejos cuerpos represivos, en el resto de la Democracia Cristiana, algunos sindicatos, gremios y agrupaciones profesionales que formarían la Unidad Popular y Democrática. En el campo internacional también todas las fracciones del capital se redefinirán en función de sus respectivos intereses y mientras ninguna de esas fuerzas había apoyado la lucha obrera contra la Junta (lo que es evidente), sino que como vimos todas habían apoyado el programa que se fue elaborando y que dio cómo resultado el 15 de octubre, ahora todos los Estados y Estaditos intentan resolver sus contradicciones internas para realizar su aporte unido a uno u otro bando en concordancia con sus intereses capitalistas geo-políticos, es decir imperialistas. Se alinea abiertamente con la Junta demócrata cristiana el Estado norteamericano, que a pesar de la protesta de algunos sectores (10) sigue apoyando militar y económicamente al gobierno. En esa misma línea, y a pesar de sus contradicciones, se ubican entre otros los Estados de Honduras, Guatemala, Costa Rica, Colombia, Argentina, Uruguay, Chile, por solo nombrar a los que actuaron más abiertamente en ese sentido (11). En el otro campo burgués aparecieron expresamente alineados y sosteniendo materialmente a la oposición los Estados de Rusia, Cuba, Panamá, México, Nicaragua, La República Federal Alemana, etc. Ello no implica en absoluto que dichas alianzas sean estables, y en cada uno de esos países a su vez los distintos partidos burgueses de oposición toman parte por el bando "contrario". Tratan así de transformar a El Salvador en una zona más de reparto del mundo entre potencias imperialistas, de transformar la guerra de clases en guerra imperialista.

Lo que sigue en juego es ¿cuál es la fracción de la burguesía capaz de imponerle el orden al proletariado en El Salvador? Pues aunque el programa de unas u otras sea sustancialmente el mismo, la que sea capaz de controlar el gobierno sin llevarse las malas sorpresas del 79 se hará acreedora no solo a una cuota mayor en el reparto del plusvalor, sino al control de ese pedacito de tierra geográficamente tan clave.

El proletariado por su parte intentará organizarse autónomamente en base a sus propios intereses, para lo cual la crítica despiadada de los dos frentes burgueses es fundamental. Dicha crítica no es la que realiza de la "derecha” la "izquierda burguesa”, ni viceversa, sino la que realiza el proletariado de todos los países que en cualquier parte del mundo está peleando contra sus gobiernos demócratas, cristianos, estalinistas, socialdemócratas, en todas sus combinaciones y alianzas imaginables apoyados por los Estados yanquis, rusos y sus aliados ocasionales. Esa es la única solidaridad de clase con el proletariado de El Salvador, que retoma su propio ejemplo, y que a la vez lo empujará a un rompimiento aún más brutal con toda la burguesía; para evitar que ésta le imponga su guerra imperialista, para no desangrarse en beneficio del capitalismo; sino por el contrario para destruir esa tenebrosa opción burguesa, de la única forma que puede hacerlo: LA REVOLUCIÓN PROLETARIA.

CINISMO GENERALIZADO.

La Junta continuó con su terrorismo-reformista, y al mismo ritmo con el que siguió destruyendo físicamente, utilizando las armas más sofisticadas contra tugurios, poblaciones rurales y en general contra todo lo qué se movía no dirigido por ella misma, continuó la aplicación jurídico-formal del plan de reformas en el que habían participado todo el resto de los partidos que ahora jugaban a la oposición. El terrorismo contra la población en general, el asesinato masivo, la destrucción, los bombardeos, los secuestros, fueron democrática y cristianamente llevados adelante y apoyados materialmente por el Estado Yanqui, el de Honduras (12), el de Guatemala ... al mismo tiempo que se seguían sacando decretos "contra el fascismo"(13), llegándose así a la constitución de la Unidad Popular y Democrática que, como tantas otras Unidades Populares, se declara "cansada de tanta represión y violencia” y que pretende constituir una alternativa frente a la guerrilla y "al esquema fascista y oligárquico” (14).

En la oposición burguesa, en la misma medida en que se avanzaba en el terreno de la unificación, en el de la propaganda internacional, en el de la logística, gracias al apoyo material de los aliados internacionales, se dejaba cada vez más claro el objetivo de la lucha, es decir se aclaraba el programa. Cuanto más se aclaró MAS QUEDO EN EVIDENCIA QUE EL PROGRAMA NO SE DIFERENCIA DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL PROLETARIADO DEL DE LA JUNTA DE OCTUBRE DE 1979.

Peor aún: no solo no hay diferencias para nosotros los comunistas, que por supuesto vernos siempre lo que hay de esencial en un proyecto programático y nos quedaba clarísimo que en ambos casos se trataba de hacer algunas reformitas para reorganizar el capitalismo, sino que la cuestión fue tan gruesa que resultaba difícil convencer a la opinión pública de que entre el reformismo democrático que la Junta estaba llevando adelante y el que la Coordinadora proponía había diferencias.

Lo que podría resultar gracioso es ver como los actuales líderes de la oposición intentan justificar las diferencias entre ambos programas, o entre el que ellos intentaron aplicar cuando eran Ministros de la Junta, el que intenta aplicar la Junta actual y el que ellos intentarán aplicar cuando (si llegan) sean Ministros del Gobierno Democrático Revolucionario. Aunque confesamos que a nosotros no nos hace ninguna gracia el cinismo generalizado de estos Hijos de Perra, pues detrás de cada uno de estos discursos y "programas" hay mucha sangre obrera, reproducimos lo que consideramos más sustancial de la respuesta que la Coordinadora Nacional Revolucionaria diera por la boca de Alfredo Monge, Ministro en la Junta de Octubre, a ALAI sobre el tema de diferencias entre todos estos programas reformistas (15). Como se verá el problema fundamental es la credibilidad del proyecto, el conseguir adeptos, base social, para que lo apoye:

ALAI: ¿Que viabilidad tiene la salida propuesta por el actual gobierno FFAA y-DC?
Monge: Consideramos que el proyecto reformista que está tratando de implementar la Democracia Cristiana no tiene viabilidad entre otras cosas porque no tiene una base social que lo pueda sustentar. Están como dijéramos en un vacío. Asimismo, incide el hecho de que en el Ejército no hay un sector que está consolidado y que pueda apoyar este proyecto puesto que allí existen marcadas divisiones… en este sentido es en el que vemos que no tienen fuerza para implementar ese proyecto reformista. Por otra parte tienen el factor negativo de las luchas recalcitrantes que están llevando adelante los sectores de derecha…Esto hace que el proyecto tampoco tenga las bases dentro del propio partido…
ALAI ¿Cuáles serían las diferencias entre el programa del 15 de octubre y el programa de la Coordinadora?
Monge: La Coordinadora piensa, en primer lugar que el programa va a crear las condiciones de paz. Los cambios que se proponen son los que van a permitir que el pueblo viva en una paz verdadera y no como sostienen los que están impulsando el proyecto reformista (16) que quieren primero la paz y luego los cambios, desde luego la paz de los cementerios y después que estén en esa situación olvidarse de los cambios. Así en rubros generales hablan de una reforma agraria en abstracto, mientras que la plataforma plantea una reforma agraria integral que conlleva el aspecto de tenencia de la tierra, de mejorar los cultivos, diversificación de cultivos, de la educación de la habitación de la salubridad, etc. (17). Es decir que hay planteamientos claros y concretos de como debe realizarse esta reforma agraria; no se ha planteado una reforma agraria en abstracto, sino que el campesino requiere tener todas las condiciones para desarrollarse plenamente. Ellos, por ejemplo, mencionan que se nacionalizará la banca, pero cuando se nacionaliza la banca y se dejan abiertas ciertas puertas, éstas seguirán siendo aprovechadas, desde luego, por el sector oligárquico que sabrá sin mayores costos, aprovechar los recursos financieros del Estado, mientras que en el otro esquema se plantea una nacionalización que conlleve la idea de favorecer a los sectores de medianos y pequeños comerciantes y desde luego a los sectores de pequeños y medianos agricultores. En este sentido se van a canalizar en forma adecuada y real los recursos financieros del Estado hacia el desarrolló de estos sectores respetando, desde luego, su derecho a la propiedad privada (18).

ALAI: Aparte de las diferencias tácticas de como se van a implementar las reformas (19) ¿cuál es la diferencia entre los dos programas desde el punto de vista de la participación de los trabajadores y los campesinos ?..
Monge: La proclama del gobierno trató de reunir realmente muchas de las demandas muy sentidas del pueblo salvadoreño, planteando, como digo, un esquema abstracto de reformas en la estructura económica que llevará a una mejor distribución de la riqueza. Para ello se proponía llevar a efecto la reforma agraria, nacionalizar el comercio, la banca, Por otra parte se proponía permitir la organización en el campo, respetar los derechos, humanos y mantener relaciones internacionales con todos los países del mundo. Digo pues, lo que se trato de hacer fue tomar los aspectos más sentidos del pueblo salvadoreño; pero el problema está en quien va a realizar los cambios: ¿los mismos que han venido engañando y frustrando las aspiraciones del pueblo? ¿ó los va a realizar el pueblo a través de sus organizaciones y representantes? O sea que en gran medida es un problema de confiabilidad, lo que queda demostrado en este proceso: por un lado se prometen estos cambios, que podrían paliar la situación actual de El Salvador y por otro se sigue implementando la represión. Es decir los proyectos de reformas anunciado se mantiene todavía en gavetas después de haberse puesto plazos para realizarlos y por lo tanto, nosotros creemos que esas reformas que nos llevan a cambios sustanciales no son viables por que quien las pretende realizar son los mismos que han venido frustrando las aspiraciones populares. Es decir en cuanto a la nacionalización de la banca estamos de acuerdo en que hay que realizarla, en el caso del comercio exterior también y en que hay que respetar los derechos humanos es más que fundamental. En ese sentido, en términos abstractos, hay consenso; lo que existe es que existe la idea de que es una maniobra para aislar a las organizaciones populares y por último destruirlas…”

NO, NO SE PUEDE SER MAS CLARO. LA COORDINADORA Y LA JUNTA DEMOCRATA CRISTIANA CONTINÚAN LA MISMA LUCHA CONTRA EL PROLETARIADO QUE LA DE LA JUNTA DE OCTUBRE, TODO PRETEXTO UTILIZADO (20) PARA ENROLAR AL PROLETARIADO EN EL APOYO A LA JUNTA O A LA COORDINADORA VA CONTRA LOS INTERESES DEL PROLETARIADO QUE NO TIENE OTRA OPCIÓN QUE RETOMAR LA MISMA LUCHA, CONTRA LOS MISMOS ENEMIGOS DE SIEMPRE, CONTRA LOS QUE EN OCTUBRE DEL 79 INTEGRARON HERMANADOS LA JUNTA.

A principios de 1981 se da aún un paso más y se nombra como PRESIDENTE del PDR a ese hombre clave de la Junta de Octubre, personero del capital internacional y Secretario de la Conferencia Permanente de los Partidos Socialdemócratas de América Latina, GUILLERMO, UNGO. Ahora ya no estamos frente al mismo perro con diferente collar, sino frente al mismo perro con el mismo collar.

FRENTE DEMOCRÁTICO REVOLUCIONARIO Y EL FRENTE FARIBUNDO MARTI PARA LA LIBERACIÓN NACIONAL.  

Una vez explicadas las tendencias principales, que se seguirían verificando durante todo el año Í980 y lo que va de este año, el conjunto de instancias unificatorias que se darían en la oposición burguesa, y que en cada caso se anunciarían con bombos y platillos, no tienen mayor interés desde nuestro punto de vista, y si les mencionamos brevemente es solo para que el lector, que escucha o lee cotidianamente lo que son un conjunto de siglas, sepa y pueda situarse frente a ellas.

Luego de que la Coordinadora aprobara sus Manifiestos, su plataforma programática para el gobierno democrático revolucionario (GDR) sobre las bases que ya criticamos, se constituiría lo que se llama el Frente Revolucionario Democrático que no es otra cosa que la unidad de la Coordinadora, con la parte de la Democracia Cristiana pasada a la oposición, la Social Democracia, y la mayor parte del Foro Popular; es decir ni más ni menos que el grueso de las fuerzas de la Junta de octubre.

He aquí la nomina oficial de componentes: el día de su constitución (18 abril 1980)

- Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM)
- Movimiento Nacional Revolucionario (MNR)
- Movimiento Popular Social Cristiano (MPSC)
- Movimiento Independiente de profesionales y Técnicos de El Salvador
- Federación Sindical Revolucionaria;
- Federación Sindical de Trabajadores Salvadoreños (FENATRAS)
- Federación Unitaria Sindical de El Salvador
- Federación Sindical de trabajadores de la Industria del Alimento Vestido, Similares y Conexos de El Salvador (FESTIAVSCES)
- Sindicato de Trabajadores del Instituto Salvadoreño de Seguro Social (STISSS)
- Sindicato Textil de Industrias Unidas
- Asociación General de Estudiantes Universitarios Salvadoreños

Conjuntamente con dicha unidad democrática, su brazo armado se dota primero de una dirección única que la denomina Dirección Revolucionaria. Unificada Político Militar (DRU-PM) y se fusiona luego en una sola organización que será denominada Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional (FMLN), que quedó constituida el 10 de Octubre de 1980 con las siguientes organizaciones populares: las Fuerzas Populares de Liberación FM (FPL FM); Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP); el Partido Comunista Salvadoreño (PCS), y luego de una separación circunstancial, la Resistencia Nacional.

No insistiremos aquí con el programa de este Frente Popular, pues como es evidente, es exactamente el mismo que el de la Coordinadora, que ya vimos. Nos contentaremos con subrayar la política internacional de solidaridad que desarrolla el mismo, según declaraciones efectuadas por Cesar Mario Martí, delegado del FDR y miembro de las LP 28 (21), lo que deja bien claro que, al igual que con respecto a las fuerzas que se solidarizan con la Junta las que se solidarizan con el FDR, son fuerzas internacionales de la contrarrevolución, contra las cuáles lucha el proletariado de los cinco continentes:

«... los pueblos del mundo que cada vez más han venido mostrando su respaldo a la lucha del pueblo salvadoreño a través del movimiento de solidaridad mundial. Este movimiento, en buena medida, es un movimiento heredado de los compañeros sandinistas... (que nuestros lectores conocen bien, NDR). En efecto, en la gira que hemos realizado por países de Europa y América Latina no hemos encontrado tan solo un país en donde no exista un movimiento de solidaridad con la lucha del pueblo salvadoreño ... (que) están apoyando ya sin ninguna reserva lo que constituye el Programa de Gobierno(ni mas ni menos NDR)., En ese sentido hay apoyo incondicional ... Por otra parte, han dado también su apoyo decidido a la lucha del pueblo salvadoreño, los sectores organizados de los trabajadores de diversas partes del mundo (???) Mencionaré uno que nos parece bastante significativo (?): el de los trabajadores de Italia (???). Allí a raíz de nuestra visita los trabajadores italianos reunidos (???!!!) en las tres grandes corrientes históricas incluida la Democracia Cristiana (si este desgraciado se anima a decir esto en una fábrica italiana es seguro que lo hace con la policía atrás, sino lo linchan- NDR) nos prometieron iniciar con todas sus fuerzas una ofensiva diplomática ("ofensiva diplomática", medio de solidaridad típico de los "trabajadores" a que el representante del FDR se refiere- NDR) convergente con la nuestra ... También, a través de las organizaciones sindicales europeas se ha podido tener incidencia en las filiales u organizaciones hermanas de los Estados Unidos (hermanas son... NDR). Asimismo contamos con la solidaridad de los partidos políticos, incluso de partidos que se encuentran ubicados a la derecha, partidos conservador, liberal, republicanos, (porqué será ¿no? NDR) sobre todo en Europa. Nos hemos reunido también con ellos y se ha logrado promesas de ayuda concreta como son por ejemplo trabajos a nivel de los organismos parlamentarios a través de interpelaciones a sus gobiernos para presionar por una política más definida... Incluso hemos tenido un apoyo a nivel de la Democracia Cristiana... (en) Honduras, Europa... (se necesita ser más claro aún; aquí va NDR). A nivel de gobiernos, en todas partes que hemos estado hemos sido recibidos por los gobiernos y se ha visto nuestra lucha con simpatía. En algunos casos hemos obtenido alguna forma de apoyo en el sentido de hacer gestiones para presionar a los EEUU a que abandonen una política intervencionista. Podemos mencionar el caso, de algunos jefes de Estado de los países escandinavos que han expresado francamente su apoyo o el de Ecuador en donde fuimos recibidos por el presidente Roldos…»

Esas declaraciones, enormemente reveladoras, coronan nuestra argumentación acerca del carácter contrarrevolucionario tanto del Frente Democrático Revolucionario como del FMLN, y dejan bien claro que el interés del proletariado es el de destruirlos al igual que a la actual Junta de gobierno; subrayando simultáneamente que todo apoyo exterior al FDR/PMLN, juega, contra el proletariado, el mismo papel que el apoyo a la Junta actual. Ese apoyo bajo cualquier forma que se presente, no solo no contribuye a la lucha del proletariado en El Salvador, ni se sitúa en las excelentes posiciones prácticas que éste asumiera; sino que contribuye objetivamente a la misma lucha que la Junta de Octubre declarara contra el proletariado; PUES TODO LO QUE HEMOS VISTO DEMUESTRA QUE, A PESAR DE LA PQLARIZACIÓN INTER-BURGUESA QUE APUNTA A LA GUERRA IMPERIALISTA, LA BURGUESÍA ESTA PROFUNDAMENTE UNIDA EN SU PROGRAMA: DESTRUCCIÓN DEL PROLETARIADO.

La guerra imperialista hacia la que empujan todas las fracciones del capital, la utilización de los obreros como carne de cañón de los intereses inter-fraccionales constituye al mismo tiempo la lucha entre ellos por la realización de los intereses fracciónales y la solución "de fondo" (otra no hay) para el capital por la destrucción brutal de los proletarios y sus tentativas de autonomía que dicha opción implica. Al principio de este texto decíamos que las convergencias programáticas de las diferentes fracciones de las burguesías no se excluían con las repolarizaciones entre las mismas, ahora afirmamos explícitamente que detrás de la repolarización interburguesa actual, cuya violencia es innegable, existe un solo programa que EL PROLETARIADO ENFRENTÓ Y NECESITA SEGUIR ENFRENTANDO

LA SITUACIÓN ACTUAL DEL PROLETARIADO

Por todo lo dicho podemos caracterizar la sociedad de El Salvador en el momento actual (febrero de 1981) diciendo que todas las fuerzas del capital tienden a empujar la sociedad hacia la transformación de la lucha de clases en guerra imperialista y el proletariado a lo contrario. Ambas alternativas, destrucción total del proletariado por la guerra imperialista, y/o afirmación del proletariado contra ella (no solo como en el 79, sino en forma más desarrollada), empujan a la internacionalización de la lucha y solo en dicho nivel podrán expresarse ambas tendencias en su forma más desarrollada. Pero mantengámonos en los límites que nos hemos fijado y volvamos a El Salvador y la situación del proletariado. Del Bloque Popular Revolucionario que enfrentara a toda la burguesía unificada, no queda hoy más que un sello y el recuerdo; el aparato que lleva su nombre no es más que una correa de: transmisión del FDR/FMLN, de sus enemigos de siempre, de la burguesía pasada a la oposición. El proletariado, y en especial aquella fracción que en el Bloque fue gestando su autonomía contra la corriente y que se enfrentara a todas las fraccionas del capital mundial coaligadas, difícilmente puede ser reconvencida de someterse a las ordenes de los partidos que ayer enfrentara.

En la sociedad en general, comienza a resentirse el desinterés general en hacerse matar para volver a poner OTRA VEZ (!) a un Guillermo Ungo en una "nueva " Junta (!) que reconoce de antemano que llevará adelante el mismo proyecto que la presente no ha logrado (!), o mejor dicho que realizará bien lo que ésta realiza objetivamente mal.

En la medida que la burguesía de oposición, para dar garantías a la totalidad del capital internacional, se ha visto obligada en sus discursos y plataformas a confesar que se trataba de un problema de credibilidad, necesariamente se ha perdido credibilidad. La cosa no podía ser de otra manera, pues se estaba confesando el secreto mismo de la dominación,

Las deserciones en el ejército oficial han continuado desde 1979. Un conjunto de medidas adoptadas (restricción de permisos, sanciones más brutales, acantonamientos más prolongados, negación de pedidos de baja, etc.) en los distintos equipos militares o para-militares del Gobierno atestiguan una merma total de voluntad en la base y ello a pesar de recibir constantes refuerzos en armas, dinero y hombres desde el exterior. Al mismo tiempo todo parece indicar que ORDEN, que en el pasado era capaz de mover según se estima a 100000 personas de todos los sectores sociales, hoy sería totalmente incapaz de hacerlo. La Democracia Cristiana oficialista tampoco está en condiciones de reiterar las enormes manifestaciones masivas del pasado y la Unidad Popular Democrática, a pesar de la adhesión de nuevos sindicatos y el apoyo dé una parte de la Iglesia, no podría poner en la calle más que los 30000 manifestantes que puso hace algunos meses.

En cuanto al Frente burgués de oposición la situación es similar. En efecto, a pesar de que dicho Frente es indudablemente mucho más popular que el otro, es decir más masivo, lo que se debe fundamentalmente a que el actual oficialismo cubre al aparato represivo de décadas, profundamente odiado por la población, desde su constitución solo se ha fortificado en armas, hombres y dinero venidos del exterior pero de ninguna manera por la incorporación de mayor cantidad de población al mismo. Lo que ha sucedido es totalmente lo contrario, durante todo el año 1980 se ha constatado una permanente disminución en la capacidad de convocatoria de masas de las famosas organizaciones populares y partidos. Ello ha sido visible tanto en el número de manifestantes, como señalaron sus propios organizadores, así como en los números relativamente bajos de obreros que durante 1980 siguieron las consignas huelguísticas, con respecto a los resultados esperados y que habían sido anunciados con anterioridad. Daremos algunos ejemplos. En las épocas duras de enero del 80, cuando el Bloque aún podía dar la imagen de organización obrera, que de ninguna manera pactaría con los partidos reaccionarios Socialdemócratas, Cristianos, etc., movilizaba según declaraciones de sus dirigentes unos 150,000 huelguistas; el FDR entero anuncio que solo unos 80.000 siguen sus consignas (22). El 22 de enero de 1980, época cumbre del terrorismo gubernamental, cuando el Bloque con todo su prestigio de meses y años anteriores convoco a una manifestación junto con las otras organizaciones se habló de 250.000 (cifra que no es exagerada), 350.000 y hasta 500.000 (!) personas en la calle según las versiones; ahora, cuando todas esas organizaciones juntas, a las que se le agregaron los partidos tradicionales, quisieron hacer una manifestación de ese tipo a principios de diciembre, solo reunieron unas 10.000 personas, según las versiones más optimistas de sus organizadores !! Estos no dejaban de insistir en que "se está volviendo a la calle como el año pasado” y Radio Liberación en que había que "reconquistar la calle" o ante los fracasos huelguísticos en que se debían "organizar las huelgas con la combatividad del año pasado", lo que es sencillamente imposible sin el entusiasmo que solo puede tener el actuar de una clase con perspectiva totalmente antagónica: el proletariado.

Es decir que con el mismo ritmo que el proletariado pasó al trasfondo de la escena social, la política volvió a jugarse sobre sus cabezas (y con sus cabezas) y la bárbara sociedad capitalista intentó reorganizarse para la guerra imperialista; con el mismo ritmo con el cual ambos frentes se estructuraban internacionalmente como bloques del capital mundial y asumían en lo interno, gracias al enorme apoyo logístico respectivo, características de dos ejércitos, con ese mismo ritmo los proletarios fueron desertando de ambos.

Dicha reacción obrera es exclusivamente defensiva, pues no da una alternativa colectiva y de clase. La misma consistiría en la crítica revolucionaria y armada del proyecto único burgués, del Gobierno y del FDR/FMLN; lo que no sería otra cosa que la profundización y la prolongación en el tiempo de la efectuada contra la Junta de Octubre (dado que se trata esencialmente de las mismas fuerzas y del mismo programa) y que hubiese requerido como vimos un salto cualitativo en la organización, la conciencia y la dirección, que no es realizable en forma inmediata (se requiere madurar el punto culminante y su bajón) ni tampoco en las minúsculas fronteras de El Salvador (se necesita una solidaridad obrera directa y organizada), ni sin las líneas teóricas e históricas del comunismo (el marxismo y su trayectoria mundial). Pero dicha reacción es al mismo tiempo eminentemente obrera, y su motor es la intuición, que por ejemplo no tuvieron los obreros españoles cuando en el 36-37 la burguesía mundial lograba transformar la lucha de clases en guerra imperialista, de que en ambos bandos burgueses no hay otra cosa que ganar que una bala en la nuca.« Hay desorientación, falta de conciencia obrera (¿qué otra cosa se puede esperar en esta fase de lento resurgimiento del proletariado mundial luego de décadas de tenebrosa contrarrevolución?), pero ningún deseo de hacerse matar por los intereses del capital imperialista y en ésa misma línea se encuentra la revolución. En efecto la revolución comunista no parte en absoluto de la prolongación del triunfo de uno de los campos imperialistas "más democrático" y su radicalización, sino, por el contrario, de la destrucción violenta de ambos y la instauración de la dictadura del proletariado.

Las revoluciones proletarias no son lineales; el proletariado en El Salvador no podía mantenerse en ese nivel ejemplar para el proletariado mundial en que se encontró a fines del 79, donde con gigantescas manifestaciones; huelgas por tiempo indeterminado, ocupaciones de tierras, viviendas o lugares estratégicos del Estado, enfrentó solo (pulgarcito como se autodenominó) a la burguesía mundial unificada. No hay revoluciones puramente ascendentes; y llegado un cierto punto es una necesidad “que el proletariado retroceda aterrado ante la ilimitada inmensidad de sus propios fines”, como decía Marx al caracterizar las involuciones proletarias (por ejemplo en el 18 Brumario de Luis Bonaparte).

Esas interrupciones son inevitables, es la negación momentánea del proceso revolucionario, cuya nueva negación por la crítica y autocrítica de esos intentos, donde el proletarizado se ríe de los limitados que fueron sus objetivos y reivindicaciones en el pasado, por la centralización de nuevas fuerzas, etc. permite un salto hacia adelante: se niega la interrupción del proceso revolucionario, es la negación de la negación por la cual la dirección hacia el comunismo se transforma en fuerza social imparable. ESAS SON LAS PERSPECTIVAS POR LAS QUE VOLUNTARIAMENTE HAY QUE LUCHAR.

Por lo tanto si hemos señalado los lados inevitablemente flacos, en la conciencia y la dirección, en todo este texto y en cualquier circunstancia similar lo seguiremos haciendo, no es en absoluto para reprocharle, al proletariado de El Salvador, el no haber creado la dirección comunista que necesitaba y necesita a gritos el proletariado mundial para no ser nuevamente barrido de la historia por el terror, la democracia occidental cristiana, socialista y estalinista; sino para mostrar lo que toda la sociedad oculta, que ese movimiento del proletariado fue mucho más lejos de lo que dijo de sí mismo (23), que el FDR/FMLN lejos de ser una etapa el mismo, es su negación más brutal, que la continuidad de la lucha del proletariado contra todos los partidos burgueses en el 79, se encuentra hoy en aquellos que rompen con los frentes burgueses y que en una etapa como la actual en la que los obreros expresan su instinto solo pasivamente por la deserción, preparan las condiciones de mañana para barrer a cualquier Frente Democrático que se les ponga en el camino. Criticamos, autocriticamos, por lo tanto, para organizar y dirigir el movimiento, para hacer conciente el contenido y los métodos de lucha que surgen espontáneamente de la barbarie democrática del capital. En última instancia, para hacer que salte a los ojos que aquellos proletarios, a los que les es totalmente indiferente un Napoleón Duarte que un Guillermo Ungo (y sin exagerar entre un Guillermo Ungo y un Guillermo Ungo) que desertan porque no están dispuestos a morir sosteniendo al Gobierno o al FDR, que no siguen las directivas del Bloque, ni el encuadramiento que este propone, no están ni locos ni son necesariamente indiferentistas, sino que entre ellos está la vanguardia comunista. Para dejar bien claro, pues (y darle fuerzas), que la vanguardia del proletariado en El Salvador, en continuidad con las luchas heroicas del pasado y que prepara ya las luchas del futuro, no puede ser el ala radical de un Frente compuesto por sus enemigos de siempre, sino, por el contrario, por aquella parte de la clase que no solo desobedece las consignas del Frente, sino que continúa aferrado a la línea de sus intereses materiales (contra lo cual el capital sigue estando unificado), con exigencias inmediatas de aumentos de salarios, contra las bárbaras condiciones de explotación, contra los aparatos represivos y sindicales de la Junta. Es en esa línea por los intereses exclusivamente proletarios y contra el Estado que nuestra clase volverá a la cumbre, es en ella que los obreros del mundo reconocerán la misma lucha, es en ella que hoy coinciden los obreros en Nicaragua y en El Salvador, en Honduras y en Cuba, en Estados Unidos y en México, en China y en VietNam, en Argentina y en Venezuela en Polonia y en Irán. NO COMPAÑEROS, INDIFERENTISMO NUNCA, SINO POR EL CONTRARIO LUCHA PROLETARIA CONTRA EL CAPITALISMO Y SU GUERRA.

Si hemos insistido en constataciones materiales fundamentales, como la ausencia de organización internacional del proletariado, la ausencia de dirección comunista, etc., no es precisamente para quedarse cruzados de brazos y sugerir que como falta el Partido hay que esperar, sino por el contrario para marcar una vez más la necesidad de su creación, dando a publicidad el llamado a la constitución del Partido Comunista que el proletariado de El Salvador hiciera. Efectivamente el proletariado de El Salvador, al llegar a ese punto culminante contra la burguesía mundial unificada y rechazar en los hechos el programa reformista que esta le propusiera, le está gritando a los obreros del mundo: Reformas no, Revolución; Socialdemocratas, fascistas, estalinistas, liberales, demócratas cristianos, son nuestros enemigos, etc., etc., le está gritando a su vez “proletarios de todos los países unamos nuestras fuerzas» organicémonos, tomemos conciencia de nuestros objetivos" y al mismo tiempo advirtiéndole que en "caso contrario nos utilizarán (como tantas veces en el pasado) como carne de canon de intereses imperialistas”. Es decir tanto los puntos fuertes como las carencias que la lucha del proletariado en El Salvador subrayara empujan a la clarificación del programa comunista, a delimitar fronteras, a asegurar la solidaridad de clase internacional, a que nos organicemos, a que nos conozcamos internacionalmente, a que estudiemos nuestra historia y nuestra teoría, a que constituyamos la indispensable organización mundial de revolucionarios sólidamente aferrados a los intereses materiales e históricos del proletariado, hacia el comunismo.

Solo la existencia de minorías revolucionarias organizadas, que extraigan las lecciones fundamentales de la historia, puede poner al descubierto este tipo de realidades escondidas detrás de lo que opinan los pueblos (opinión pública). Estamos seguros de que la contribución fundamental del proletariado en El Salvador al comunismo y su Partido, será bajo distintas formas captada y asumida por minorías revolucionarias en el mundo y en particular en ese país que contribuirán conscientemente a la centralización orgánica del proletariado, condición indispensable para ser clase dominante.

Pero sabiendo por experiencia propia (24) que en condiciones como las presentes en El Salvador, de impresionante violencia social, donde todas las fracciones del capital empujan a transformar la guerra revolucionaria en guerra imperialista y la clase obrera a lo contrario, luego de una situación de gran autonomía proletaria
1. Hay siempre minorías revolucionarias que han comprendido dicha situación;
2. su situación de contracorriente en la fase actual es total, lo que hace que
3. sus expresiones propias estén reducidas al mínimo, y hasta podemos presumir (como en España 36-37) que acorraladas por la represión abierta de ambos frentes;

no dudamos en sustituirnos a ella, al gritar su:


LLAMADO A LA SOLIDARIDAD INTERNACIONAL DE CLASE CON EL PROLETARIADO EN EL SALVADOR.

OBREROS DEL MUNDO ENTERO:

- Haced conocer por todos los medios posibles las tentativas del capital imperialista de transformar El Salvador, América Central, el Caribe, etc., en un campo de guerra imperialista.
- Denunciad que tanto el Gobierno actual de El Salvador así como el Frente Democrático Revolucionario y el Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional son enemigos del proletariado en El Salvador.
- Mirad quienes componen ambos frentes, constatad el apoyo imperialista que tienen y reconocerás en ellos a tus propios enemigos.
- Intensificad vuestra lucha contra tus propios explotadores, y estarás debilitando a nuestros enemigos encabezados por Regan y Brejnev, por Napoleón Duarte y Guillermo Ungo.
- Combatid todo apoyo logístico que contribuya a desarrollar la guerra imperialista en El Salvador, denunciando ante nuestros hermanos de clase del mundo entero todo envió de armas, hombres, dinero a la Junta o/y al FDR/FMLN y si es posible impide dicho apoyo en forma material, utilizando los métodos de nuestra clase.
- Preparad la guerra revolucionaria contra toda la burguesía unida y sus partidos llámense cristianos, "comunistas", "socialistas", democráticos, populares, del orden, de la revolución. Construyamos juntos la organización mundial del proletariado el Partido de la Revolución Mundial.

VIVA LA LUCHA REVOLUCIONARIA POR EL COMUNISMO

Notas.

(1) La mayoría del personal de dirección de UNO y sus partidos componentes estaban en el exilio y comienzan a retornar al país cuando se comienzan las conversaciones con Romero, Napoleón Duarte retorna en el cargado mes de octubre del 79.
(2) Sería una visión totalmente absurda y policial de la historia el pretender que esos dirigentes fueran agentes de la KGB, de la inteligencia del Estado de Nicaragua, etc. Si bien ninguna organización, incluidas las revolucionarias, están libres de ese tipo de agentes de la KGB, la CÍA, o sus agencias títeres, y por lo expuesto ese tipo de sujetos no hubiesen tenido problema para ingresar y hasta participar en la dirección de una organización como el Bloque, de ninguna manera ello puede generalizarse y mucho menos constituir una explicación de los virajes de una organización. Nosotros pensamos por el contrario, que la mayoría de los dirigentes, así como el resto de los componentes del Bloque, e incluso de algunas otras organizaciones "populares" creen luchar por los intereses proletarios y están dispuestos valientemente a morir por ellos. Por lo tanto pensamos que incluso sus peores actos, sus traiciones objetivas más brutales a la causa obrera (como el frentismo con la burguesía imperialista) no son obra de agentes voluntarios, sino de individuos con ilusiones revolucionarias. Se creen estar dirigiendo al mundo, cuando en realidad es el capital del mundo que los dirige a ellos.
(3) El proletariado hubiese expresado su vida en otra estructura.
(4) Una organización revolucionaria (y es algo así como el ABC del programa comunista) se solidariza con las víctimas de la represión, lucha por la libertad de los presos políticos proletarios cualquiera sean sus ideas, pone constantemente su infraestructura en función de los intereses generales de la clase y por lo tanto cuando es necesario apoya materialmente a tal o tal asociación obrera, a tal ó tal militante, PERO JAMAS CONTRIBUYE A LA CONFUSIÓN SOBRE CUAL ES EL ENEMIGO, EL ENEMIGO NO ES TAL O TAL GOBIERNO REPRESIVO SINO UNA CLASE, POR ELLO JAMAS HACE ACUERDOS CON ORGANIZACIONES DE LA BURGUESÍA, JAMAS COMPROMETE SU AUTONOMÍA OPERACIONAL, PUES ELLO IMPLICA SIEMPRE COMPROMETER SU AUTONOMÍA POLÍTICA .

(5) Todo lo que la burguesía pueda hacer para mantener esa confusión lo hace.
(6) No se olvide que entre los reprimidos históricos en El Salvador están los Partidos Demócrata Cristiano, Social Demócrata y Demócrata Nacionalista.
(7)Y como vimos ni siquiera de oposición, pues apoyaron total (PCS) o parcialmente (resto) al gobierno.
(8)Y ello a pesar de que en esta misma época fracciones del PC le dedicaban flores y apoyaban al gobierno y su brazo legal, la UND mantuvo ministros hasta enero.
(9) Como veremos detrás de estas fuerzas, que formaron esas primeras coordinadoras, vendrían inmediatamente la socialdemocracia y un poco más tarde una gran parte de la misma democracia cristiana.

(10) Sectores del capital norteamericano criticaron la política de Carter-Regan de involucramiento excesivo en apoyo a la Junta Napoleón Duarte y propugnarán el reconocimiento del FDR y la búsqueda de una salida negociada. Su representatividad y lucidez no debe ser en absoluto despreciada. En algunos documentos que se dieran a publicidad (Perspectiva Mundial 29/12/80) queda en evidencia que dicho punto de vista es compartido por una parte poderosa del capital norteamericano, y en especial por parlamentarios, funcionarios del NSC (Consejo Nacional de Seguridad) Departamento de Estado, de el DOD (Departamento de Defensa) y de la CIA (Agencia Central de Inteligencia)
(11)El Gobierno de Argentina, tan alabado por los PC por su democratismo, y cuyos mandos principales fueron recientemente condecorados por la China "por su servicio a la liberación nacional", es el segundo entrenador de oficiales del ejército de El Salvador después de USA.

(12) Para hacer la guerra del mismo lado evidentemente que El Salvador y Honduras se pusieron de acuerdo para firmar la paz.
(13) No debe olvidarse que como los actuales dominadores del mundo son los ganadores de la "segunda guerra" que según se dijo era contra el fascismo, todas las fracciones de la burguesía (excepción hecha de algunos imbéciles con muy poca fuerza) se dice antifascista. En realidad el fascismo, que ha sido una de las formas de purificación del Estado democrático burgués, no tiene ninguna diferencia sustancial con otras formas extremas de terrorismo de dicho Estado, que se han obtenido con gobiernos Frente Populares, estalinistas, cristianos, etc. o/y impuestos por las Grandes Potencias hegemonizadoras del poder militar del capital imperialista.
(14) De las primeras declaraciones públicas de la misma.
(15) “ALAI Entrevista a la Coordinadora Revolucionaria de Masas (El Salvador)" Boletín Nº 12 del 28 marzo de 1980, Año 4
(16) Nótese que se le había preguntado la diferencia entre el programa del 15 de octubre y el de la Coordinadora y responde “diferenciando” entre el de ésta última y el de la Junta Democratacristiana. Ello no es una confusión, sino una confesión de que: 1. El programa de la primera y la segunda junta, es exactamente el mismo, tal como lo hemos tratado en nuestro texto y que si las fracciones de la burguesía quitan el gobierno es por la falta de credibilidad y porque consideran más posible aplicar el mismo programa si triunfa la oposición. 2. El programa que se estaba adoptando en la Coordinadora iba a ser exactamente el mismo que el del 15 de octubre, pero como esto no se podía decir abiertamente porque se perdería credibilidad, la pregunta tenía que quedar sin respuesta: diferencias no había, y de que era exactamente el mismo, luego de la crítica de que aquel fuera objeto por parte del proletariado, nadie tenía interés en hablar. La única respuesta que tenía Monge fue la que dio: hablar de los problemas de aplicación, decir que la Junta actual no aplica nada y que ellos lo aplicarán.
(17) Palabra por palabra las "buenas intenciones" junto con la honestidad que todo gobierno de derecha, de centro y de izquierda anuncia.
(18) No era necesario aclarar que se respetará la propiedad privada, está demasiado claro en todo el programa de la Coordinadora. Si los dirigentes de ésta lo hacen, siempre que pueden como los sandinistas en la misma fase, es para ganar incluso la confianza de los grandes organismos financieros internacionales (Fondo Monetario ínter nacional, BID, etc) y de algunas multinacionales.
(19)El periodista de ALAI como se ve comprendió perfectamente la "respuesta", no hay otra cosa que "diferencias técnicas de como se van a implementar las (mismas) reformas".
(20) Atención, compañeros, el pretexto que más resultado le ha dado a la burguesía, para enrolar a los obreros en uno u otro de sus frentes capitalistas, por ejemplo, durante la última guerra imperialista, es el acusar de indiferentistas a los que mantenían una línea de clase: lucha contra la burguesía de ambos campos, destrucción revolucionaria de ambos ejércitos, dictadura del proletariado.
(21) De la entrevista efectuada y publicada por ALAI en el Boletín 29 del 25 de julio 1980.
(22) Dicha cifra es la más optimista, otros miembros del Frente hablaron de la mitad, y como es obvio las cifras oficiales son insignificantes.
(23) Para los que consideran la autonomía de clase como un problema de ideas en El Salvador, en Polonia, en Irán etc., no hubo autonomía del proletariado con respecto al pueblo opositor, lo que si fuese cierto implicaría decir que no hubo lucha proletaria contra el capitalismo. Se basan en que, sin lugar a dudas, las ideologías expresadas por la gran mayoría de obreros no se desprendieron del cristianismo, del sandinismo, ni del "marxismo leninismo:”, ni de la "liberación nacional”. Totalmente a espaldas del materialismo histórico, no ven en el mundo otra cosa que luchas entre "socialistas y católicos", "extremistas de derecha, e izquierda” "pueblos tiranos", "países heroicos y países imperialistas", "estalinistas y fascistas". Entre los que analizan de esa manera la historia, además de los que defienden esas "opciones", es decir uno u otro campo imperialista; hay algunos grupos cuya característica es el purismo, que dicen abiertamente que no hay lucha proletaria en el Salvador, como tampoco reconocieron ayer que la había en Irán. Estos puristas, que esperan y continuarán esperando, que la lucha de clase se manifieste públicamente por su propio contenido, es decir que ella se exprese como programa comunista contra defensores abiertos del capitalismo, seguirán siempre al costado de la revolución contra un capitalismo que cada vez más se dirá socialista, y hasta comunista y solo servirán para aportar su granito de arena a la obra confusionista, de la contrarrevolución.
(24) Propia, es decir experiencia dé la clase obrera, de la cual nos hemos apropiado con el objetivo de difundirla. Téngase bien claro que propia no quiere decir por lo tanto privada y recuérdese que el comunismo no es la abolición de la propiedad (sino de la propiedad privada) y que consiste en restituir al hombre, a la comunidad, la propiedad de si misma.


CO6.2 Luchas de clases en el Salvador