“¿Canalla? ¡Pues bien, soy parte de ella!”

(La comuna de Paris, 1871)

Hace más de un siglo, cuado la burguesía trataba a los proletarios de “canallas” (1), estos respondían afirmando, por la insurrección, su desprecio por esta sociedad que solo ofrece miseria.

Hoy día, la sociedad capitalista nos encierra y amontona en barrios-basura adonde miseria brutal y aburrimiento reinan por doquier. Esa sociedad que durante década explotó a la mano de obra inmigrada, hoy la desprecia, junto a sus hijos, tratándolos como una subcategoría social, como desecho del orden republicano y cuando nuestra clase se anima a levantar la cabeza, la trata de canalla ... de chusma (2) a lo que la lucha responde:

“¿Chusma? ¡Pues bien, soy parte de ella!”

Hoy en Berlín, Venecia,... en Grecia, los proletarios se reconocen en las llamas que se encienden en los barrios de cerca de 300 comunas francesas

Ataques de ayuntamientos, de bancos, de oficinas de correo, de palacios de justicia, de centros de seguridad social, de centros de trabajo (ANPE), de escuelas, de centros deportivos, de comisarías, de periodistas, de supermercados, de comercios, de transportes...

Proletario, si, es la propiedad privada y las instituciones que las defienden que son responsables de nuestra miseria, de nuestra explotación, de los asesinatos de nuestros hermanos de clase (“errores” dicen ellos), de las condenas cada vez más crueles, de las expulsiones cuotidianas,...

El estado hace todo lo posible para encerrarnos en barrios, fábricas, escuelas, ... transportes costoso, policías, asistentes sociales y otros socio-policías de “proximidad”, embrutecimiento escolar, agotamiento deportivo...

¡Proletario, atraviesa esos cordones sanitarios, sal de los suburbios! ¡Mira en Argentina, como nuestros hermanos de clase salieron de sus diferentes barrios para bloquear todo, paralizando la economía y organizando la respuesta a la represión!

Los políticos en el gobierno, o los de recambio, de derecha como de izquierda, los periodistas y otros propagandistas de mentiras oficiales, las asociaciones ciudadanas, las crápulas arrivistas del “Banlieue Respect” (“respetar el suburbio”), los imanes... todos intentan hacernos creer que la dimisión del indeseable ministro (3), la participación masiva en las próximas elecciones podría cambiar las cosas... Todos intentan comprar nuestra docilidad ciudadanía para llevarnos al matadero.

Y tu proletario que tienes un trabajo “estable”, que te enganchaste al “ascensor social”, no te olvides que la explotación creciente o la desocupación te esperan por todos lados; ya los CRS (milicos antidisturbios) te esperan en los lugares de tu futura lucha. No te unas hoy con el estado en su desprecio de las “chusmas”, no te hagas cómplice de la represión de los que osaron salir a la calle.

A las divisiones que el estado intenta imponernos, jóvenes/viejos, marginales/ciudadanos, emigrantes/franceses puros... respondamos con una sola voz: “¿Chusma? ¡Pues bien todos somos parte de ella!”

¡A destruir lo que nos destruye! ¡De esta sociedad solo tenemos que dejar las cenizas!

¡A la violencia del estado, opongamos la violencia proletaria! Salgamos de los suburbios, organicémonos para defendernos contra el capital y su estado.

Grupo comunita internacionalista (GCI)

BP 33 – Saint-Gilles (BRU) 3 – 1060 Bruselas – Bélgica
www.geocities.com/icgcikg - icgcikg[at]yahoo.com
Camaradas, no duden en reproducir todo o partes de este panfleto, es la expresión de una clase que vive, que lucha para eliminar su propia condición de esclavo. Noviembre 2005.

Notas

1. Canalla, etimológicamente fue un término que se utilizó para designar a la gente que se consideraba despreciable, al populacho, peyorativamente al “bajo pueblo”. Actualmente se utiliza para designar a personas calificadas de mal honestas, despreciables.
2. “Racaille” es un término francés que en castellano puede traducirse por: chusma, infame, escoria, ruin, basura desechable, gentuza, hampa, gente que se desprecia.
3. Se refiere al ministro del interior francés, Sarkozy que lanzó una campaña de represión contra los proletarios en lucha, calificándolos de “racaille”.